Recientemente se llevó a cabo en República
Dominicana la Cumbre Iberoamericana XXVIII.
Como siempre, son muchas las expectativas y poco tangibles los resultados. Pareciera
no se puede ser muy exigente con tales reuniones, aunque algunos terminaron
concluyendo que hubo nuevos y mayores acercamientos entre Europa y la región
latinoamericana. Varias ausencias y curiosos comportamientos son frecuentes en
las mismas. La próxima será en 2024 en Ecuador.
Venezuela, por su parte, no contó con
la asistencia del Presidente Nicolás
Maduro dados problemas de salud, aunque preliminarmente había señalado iría.
La agenda no contemplaba el fenómeno migratorio,
en el cual la nación lleva resultados internacionales notables: ¡más de 7 millones de migrantes han cruzado
la frontera al momentoactual!
Como saben varios, en la cercanía temporal
de la Cumbre, se ha dado en Cuba la elección de representantes en una
votación sin listas, sin partidos y donde no es difícil adivinar los ganadores.
También, mientras, la familia dominante
en Nicaragua y “los muchachos de la revolución” han ido quirúrgicamente acentuando
la represión y las limitaciones políticas. Cosa ya advertida hasta por el Papa
actual, en el caso de religiosos afectados.
Debe destacarse que México y Brasil, dos grandes pragmáticos de la región, no
asistieron. Muchas ambiciones y problemas tiene el socialista tardío de López Obrador[1].
Lula, por su parte, todavía tendrá asuntos
que celebrar o por los cuales preocuparse. Pero, igual seguramente tiene Petro cosas por las cuales preocuparse,
dados los rumbos que los colombianos le están viendo a la economía y la
sociedad, tal cual señala el recién reportaje de la Revista Semana. Igual pasa con el sorpresivo Presidente Boric y las preocupaciones existentes en Chile. O con el
tremendismo, de tono cuasi dictatorial, del Joven presidente Bukele.
Aun con todo esto, y como siempre
debe haber optimismo o también entusiasmo, los consensos de la Cumbre Iberoamericana han sido
resaltados por los medios, a pesar de que no estuvo agendada la Guerra de Ucrania, punto álgido de la
actualidad mundial.
Así, tres documentos lograron el visto
bueno de las delegaciones: la Carta de
Derechos Digitales, la Estrategia de Seguridad Alimentaria y la Carta
Medioambiental(conocida como Pacto Verde). La primera atinente a cerrar
la brecha en el acceso a la tecnología, la segunda insiste en el compromiso de
invertir en agricultura, para evitar el
hambre que aqueja a millones de personas y, la tercera, tocante a lucha contra
el cambio climático (uno de los consensos más señalado por los mandatarios y
cancilleres en sus intervenciones del día 25. Y ¡caramba, caramba!, Venezuela
muy deficitaria en estos asuntos).
Ya veremos cómo se presentan las
aplicaciones de esta otra Cumbre Iberoamericana.
Humberto García Larralde, economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela,humgarl@gmail.com
Lo que estamos presenciando en Venezuela en estos días todo el mundo intuía que venía. El estallido del desfalco en PdVSA desnuda la disputa de intereses entre quienes capturaron al Estado para ponerlo a su servicio. Se le abrieron las costuras al tejido de complicidades que sostenía el poder “revolucionario”. El botín, de tanto saquearlo, les quedó chiquito. Ya no podía complacer a todos.
De la larguísima lista de corruptelas que se cocinaron bajo el régimen bolivariano, empezando --recién llegado Chávez al poder-- con el Plan Bolívar 2000, destaca CADIVI. De una respuesta coyuntural a la salida de capitales que produjo la crisis política de los años 2002-3, el control cambiario se transformó en la espita central que alimentaría, hasta bien entrado el gobierno de Maduro, a todo aquel que se arrimara al poder en busca de lo suyo a cambio de muestras de lealtad y la debida anuencia cuando le era requerida. El conocido refrán, “métete con el santo, pero no con la limosna”, fue invertido por Chávez para afianzar esas lealtades: lo que te embolsillas no es asunto mío, siempre que te mantengas fiel al santo (la “revolución”, o sea, mi persona). Y lo llevaba todo anotado, para sacárselo a quien no había entendido y se le ocurría ponerse crítico. Su heredero designado encontró útil esta práctica pues, carente de la ascendencia de su mentor, debía recurrir a métodos probados para afianzar su liderazgo entre los suyos. Sin embargo, ello implicaba compartir las espitas de la corrupción con “aliados” claves, en particular, con la casta militar y con sus tutores cubanos, rusos e iraníes, a quienes debe su sostén.
Con la caída de los precios del petróleo a finales de 2014 sus cómplices se volcaron a depredar las entrañas del propio Estado para satisfacer sus apetencias. Pero, al agravarse la destrucción de los servicios y de la actividad económica en general, se profundizaron los conflictos sociales. Y sabemos cuál fue la respuesta: una represión cruel que dejó centenares de muertos entre 2014 y 2017, y llenó las cárceles de presos políticos, muchos de los cuales fueron sometidos a tortura. En condena de estas atrocidades, los principales gobiernos democráticos impusieron sanciones, primero, contra aquellos señalados de violar los derechos humanos y/o saquear a la nación y, luego, en 2017, las financieras. Al entrar en vigencia el veto impuesto por el gobierno de EE.UU. al petróleo venezolano en 2019, la respuesta de Maduro fue la típica de todo fascista: en vez de reconocer la necesidad de volver al cauce constitucional para negociar el levantamiento de estas sanciones, optó por huir adelante. Denunció que eran una agresión contra la patria (no contra su régimen), para entonces buscar cómo trampearlas. Y aquí entran en escena Tarek El Aissami y el artificio de las criptomonedas.
Una vez abandonada la comercialización de petróleo venezolano por la empresa rusa, Rosneft, para no ser objeto de las sanciones de EE.UU., las conexiones iraníes y con el Medio Oriente de El Aissami resultaron ser de gran utilidad. Aparecen intermediarios, algunos con escasa o nula experiencia en el negocio, dispuestos a “sacrificarse” desafiando la imposición estadounidense. El trasbordo de la carga en alta mar, la transacción en criptomonedas y otros giros permitirían camuflar estas operaciones. Pero tan opaco entramado no sólo lograba evadir la fiscalización gringa. A quienes participasen en la cadena se les abría las mayores oportunidades de lucro desde CADIVI. No tardaron en quedarse en el camino buena parte de los proventos del crudo. Pero los llamados al emprendimiento entre miembros de la FAN para complementar sus escasos ingresos revelaron que le habían pisado la manguera al doliente más importante del régimen expoliador, la cúpula militar. Al ser sustituido Asdrúbal Chávez por el coronel Tellechea en la presidencia de PdVSA, se detecta un faltante significativo de ingresos que lleva a auditar las transacciones comerciales. Y se encontró que el hueco, inicialmente estimado en unos $ 3.000 millones, podía llegar a ser aún mayor. La agencia Reuters reporta $21,2 millardos en cuentas por cobrar[1]y que a muchos de estos deudores se les ha perdido la pista.
Ante la agudización de la crisis económica, no había forma de ponerle sordina a este último desagüe de recursos de los venezolanos. Y cayó el grupo asociado a Tarek El Aissami, entre quienes se incluye un exministro, un alcalde, altos oficiales militares, el superintendente de criptomonedas, empresarios y otros. Al escribir estas líneas la Policía Nacional contra la Corrupción --hasta ahora desconocida-- había detenido a 19 personas. Jorge Rodríguez amenazaba, con aires de vengador justiciero, que habría más.
Voceros oficialistas –hasta ahora no implicados—alardean haberles dado un golpe decisivo a los corruptos, en defensa de los intereses del pueblo. ¿Pero, quién les cree? A pesar de haberse rasgado las vestiduras en público, son pocos los que se comen el cuento de que lo que está en juego con este incidente –de proporciones tan escandalosas-- es la lucha contra la corrupción. Todo hace pensar en un ajuste de cuentas. ¿O es que los órganos judiciales estadounidenses y voceros de la oposición no habían señalado ya a varios de los inculpados, incluido a El Aissami, Joselit Ramírez y Hugbel Roa como incursos en manejos irregulares? Pero Maduro ahora se ve obligado a asumir el término de “mafias” para referirse a quienes, hasta ayer, eran íntimos colaboradores. Y Diosdado Cabello, para no quedarse atrás en la condena del desfalco, soltó la perla de que muchos dirigentes “terminan traicionando a la propia revolución solo porque ya se han robado lo suficiente y les da para vivir en cualquier lugar del mundo”. La palabra clave aquí es “suficiente”, pues si el robo no traspasa un umbral implícito, todo queda en casa. Y, para disipar dudas sobre la farsa que se ha puesta en escena, aparece, ¡él mismo!, encabezando una marcha bajo el lema, “los honestos somos más”. ¡Por favor! Pero en ese mundo de imposturas y adefesios ideológicos en que se amparan los “revolucionarios”, aún esta muestra de cinismo puede ser superada. Y lo logró Jorge Rodríguez, desde el presidio de la asamblea oficialista. Sostuvo, sin siquiera pestañar, que, “gramo por gramo”, no había ningún presidente que había luchado tanto contra la corrupción –y aquí se acordó del guión para intercalar, “salvo Chávez”—que Nicolás Maduro (¡!) ¡“Cosas veredes, Sancho”!
El régimen que encabeza Maduro se sostiene solo en la medida en que ofrece oportunidades suficientes de lucro como mantener el apoyo de factores críticos, en primer lugar, de una cúpula militar traidora. Luego de haber rebanado la economía venezolana hasta apenas la cuarta parte de lo que era al comenzar su gestión, convertirse en objeto de investigación de la ONU y la CPI por sus notorias violaciones de derechos humanos y aliarse con regímenes forajidos para subvertir los preceptos liberales sobre los que busca asentarse la prosperidad mundial, no hay proyecto o ideal que justifique el colosal fracaso y naturaleza criminal de la “revolución bolivariana”.
En su momento, una retórica patriotera redentora y luego, la mitología comunistoide, ofrecieron argumentos para entusiasmar a muchos con la esperanza de un mundo mejor. Pero, aun cuando creyesen en ello con sinceridad, se estaba sembrando el veneno de la corrupción. De denunciar a la economía de mercado como instrumento de la opresión y a la democracia liberal, ardid de la oligarquía para sojuzgar al pueblo, la búsqueda de la añorada salvación solo le quedaba confiar en los designios del comandante supremo. La lealtad para con la “revolución” y las decisiones visionarias del líder reemplazaron a las leyes del mercado y al Estado de derecho en la asignación y el usufructo de la riqueza nacional. Ya lo alertaba Milovan Djilas por allá por los años ’50 del siglo pasado[2]: muchos dirigentes se sentían con el “derecho” a una tajada mayor del pastel por haber liderado el cambio redentor. Hablaba de la gesta comunista de Tito, en la anterior Yugoslavia. Y así emergió una nueva clase, sostenida con base en prácticas expoliadoras, cobijadas en una retórica “revolucionaria”. Su repetición ciega, desafiando toda contrastación con la realidad, no tardaría en convertirse en clave de acceso a los más altos peldaños del poder económico y político. Nació así una oligarquía novedosa que se ampara en los mitos de la izquierda para obtener la absolución del “progresismo antiimperialista” en el mundo y blindarse contra toda rebeldía social que pusiera en peligro su poder. No importa que la población se estuviese muriendo de hambre.
El régimen de expoliación se sostiene, necesariamente, en la negación de toda transparencia y de rendición de cuentas en el uso de los recursos de la nación. Simplemente, se lo apropian. Todo reclamo que desafíe esta potestad debe ser aplastado. El imperio de la ley y el respeto a los derechos humanos son sustituidos por la fuerza directa y/o la judicialización de la protesta. Pero, al llegar la destrucción a los extremos vistos en Venezuela, ya no hay como satisfacer las apetencias de quienes sostienen el proceso. ¡Pero todavía pretenden cobijarse detrás de una retórica “revolucionaria”! Es muy probable que esta pelea entre mafias no termine ahí. Y uno se pregunta, ¿Hasta dónde debe llegar la putrefacción para que aquellos con un mínimo de vergüenza y decencia sustraigan definitivamente su apoyo a tan oprobioso estado de cosas? ¿Estaremos “llegando al llegadero”?
El tema de servicios es un tema pertinente, y de
creciente actualidad hoy más aún en la economía mundial que se reconformando y
creo que hoy trasciende otras esferas de las preocupaciones tanto de los
hacedores de cómo de los decisores de políticas públicas, por lo importante del
tema tanto externo como interno. Diversos intelectuales se han preocupado de la
importancia de este importante sector de la economía mundial y venezolana en particular.
Que yo sepa el venezolano que más le dedicó tiempo de estudio y reflexión, ha
sido el destacado economista lamentablemente fallecido hace unos años el catedrático
Guillermo Márquez, profesor de la UCV.
Ahora bien, la creciente
importancia de los servicios en los países desarrollados, y en la economía
interna de los países emergentes, propiciaron que ese sector se convirtiera en
el determinante principal de la productividad y la competitividad en la
economía mundial, desde hace 40 años por lo menos. El aumento del intercambio
mundial en servicios fortaleció los vínculos entre comercio, tecnología,
inversión.
En efecto, los servicios se
mantienen en el tope de la agenda internacional desde el punto de vista
económico desde los años 80, por varias razones: 1- Por la alta participación
dentro del PIB que tiene el sector servicios al seno de las economías de los países
industrializados y el peso cada vez más importantes en exportaciones de países los
emergentes como se ve en el caso de países como la India, México, Brasil, por
ejemplo. 2- La velocidad e intensidad de la revolución tecnológica en la
electrónica, informática, telecomunicaciones, nanotecnología, la biotecnología,
que ha incidido en la evolución de este sector. 3- Por la intensificación del
rol de los servicios como insumo intermedio en la producción para procesos de
externalización. 4- Por el rol de los servicios en la telemática. Esto ha producido
grandes cambios en la estructura técnico-productiva de nuestros países.
Ahora bien, los denominados servicios intensivos en
conocimiento, tales como servicios contables, jurídicos, económicos, de
consultoría política, audiovisuales, diseño, publicidad, programas
computacionales; sobre todo software y servicios informáticos, investigación
desarrollo y salud y educación, son fundamentales en la era del conocimiento.
Muchos de estos servicios son exportados, aún pesar de la naturaleza intangible
del comercio de servicios y las dificultades para su registro, se considera que
el 20% del comercio mundial está centrado en este sector tan importante de la
economía mundial.
Los servicios son casi el 70% del PIB. Hoy las
exportaciones globales de servicios llegan a cerca 4 billones de dólares según
datos de la UNCTAD de las economías capitalistas en vías de desarrollo o
desarrolladas y por el porcentaje del empleo que tienen de hoy en día, vienen
de este sector intensivo en conocimiento, un porcentaje equivalente a los 1,6
billones de dólares. Cuáles son los principales servicios, primero están los
gubernamentales, englobando en ellos los de salud, educación, seguridad,
administración de justicia, financieros estatales, de comercio exterior,
política exterior, entre otros. Otros, que debemos considerar son los
informáticos y telemáticos en diferentes áreas, de comunicación, transporte de
personas y bienes, sean estos aéreos, marítimos y terrestres, banca y
seguros, consultoría e ingeniería, construcción, entretenimiento y
esparcimiento, turismo, entre otros. Como se puede observar, es un sector
amplio y extenso, con una fuerte influencia no solo en la economía de nuestros
países, sino en la economía mundial. El estado es un productor de servicios
importante.
Este fenómeno se da hoy con mayor intensidad porque es
propio de la evolución del sistema capitalista postindustrial, debido a los
increíbles cambios científico-tecnológicos en todos los campos y además, por la
evolución de las modificaciones en la tecnología de la información. Las
comunicaciones se han vuelto instantáneas, el concepto de espacio y tiempo se ha
reducido: con cada revolución tecnológica y en particular la de los últimos 50
años, se ha producido no solo una reorganización de estructura productiva, sino
de las instituciones gubernamentales, de la sociedad y del papel de los
servicios en el seno de la economía mundial. Hoy hay grandes cadenas de valor,
de lo cual depende de la competividad.
Esto es así, en virtud de la
estrecha conexión entre tamaño, innovación y productividad, la abundancia de
empresas y emprendimientos pequeños y unipersonales de baja formación ha sido
señalada como una de las razones que explican la baja productividad y en
consecuencia competitividad de la región en la desafiante economía mundial.
Gracias a las tecnologías de la información que han abaratado y acelerado la
generación en forma notable la generación, almacenaje, procesamiento, y transmisión
de la información. Ahora los servicios son provistos de manera remota. Por de pronto, queda seguir estudiando la
importancia de este sector por su influencia en la economía tanto nacional como
mundial. Hay que aprovechar las ventajas comparativas reveladas.
En este orden de ideas, mientras en el país, los
servicios, no mejoren de funcionamiento, su calidad y eficiencia no avistaremos
el desarrollo y la modernidad, sobre todo en los informáticos,
telecomunicaciones de televisión por cable o satélite (Intercable, Supercable y
Simple TV estos últimos de una pésima calidad), y en otros como de educación,
salud, seguridad, agua, electricidad, comunicaciones y los distintos servicios de
la administración pública que presta al ciudadano de a pie, que son la muestra
si un país avanza en su desarrollo..
Ante el creciente deterioro de la imagen internacional de China, el presidente Xi Jinping, consolidado a nivel interno, está tratando de retomar algunos rasgos de la cara amable de su política exterior, el «soft power», que promovió inicialmente el gran líder Deng Xiaoping, y trataron de mantener los siguientes presidentes chinos, hasta la llegada de Xi Jinping a la presidencia, quien ha desarrollado una posición más agresiva, incluso militarista.
En este sutil cambio, se está privilegiando el papel de la mediación y el pacifismo, particularmente orientada a regímenes autoritarios y con claros fines geopolíticos. Un intento de construcción de paz, que nada tiene que ver con la llamada paz positiva o estructural de la década de los sesenta (Johan Galtung) o la paz neutra de los noventa (Francisco Jiménez).
Asumiendo una dosis de audacia, la podríamos definir como una paz autoritaria o, recordando el pasado, una paz armada, como se definió en Europa el periodo de 1871 al 1914, del fin de la guerra franco prusiana al inicio de la Primera Guerra Mundial.
En los incipientes esfuerzos de mediación destacan, su labor en la reciente suscripción de un acuerdo para reanudar las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán (10/03/2023), potencias de alcance regional en permanente enfrentamiento en el Medio Oriente. Por otra parte, la estrategia en pleno desarrollo para promover un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Al respecto, ha presentado un plan de paz de 12 puntos y, en estos momentos, el presidente chino se encuentra de visita oficial en Rusia (del 20 al 22 de este mes), para fortalecer las relaciones bilaterales y tratar de avanzar en la mediación china frente al conflicto de Rusia con Ucrania.
Estamos conscientes que resulta prematuro profundizar sobre esta línea de acción pacifista en la política exterior china, pues resulta muy limitada y pronto pudiera diluirse, en el contexto de la tendencia agresiva que caracteriza la acción del presidente chino. Ahora bien, no obstante, lo reciente del esfuerzo,no podemos dejar de reconocer que puede constituir un aporte, cargado de dilemas y desafíos.
Entre las contradicciones, estamos conscientes que no constituye una tendencia orientada a la construcción de un mundo más humano; empero, no podemos negar que, superar la masacre de inocentes, como está ocurriendo en Ucrania, constituye un paso indispensable y un avance humanitario.
El acuerdo entre Arabia Saudita e Irán, constituye un éxito, que puede contribuir a reducir tensiones en una región caracterizada por la constante violencia. Abre un espacio de diálogo entre rivales históricos, que representan posiciones divergentes en el islam. Arabia Saudita encabezando la visión sunita, mayoritaria en el mundo musulmán e Irán como líder de la visión chiita. Pero además son potencias que compiten a nivel regional, lo que ha sido calificado como «la guerra fría del Medio Oriente» y se enfrentan en diversos escenarios (entre otros Siria y Yemen).
En estos momentos, el acuerdo ha recibido un importante respaldo con la reciente declaración del gobierno teocrático iraní, que dejará de enviar armamentos al grupo rebelde de los Hutiés en Yemen; empero, para los críticos del acuerdo, las diferencias entre ambos gobiernos son tan profundas, que reducen las posibilidades de su estabilidad en el tiempo.
Seguramente tal acuerdo puede contribuir a la paz y seguridad internacional,pero para China constituye un éxito en su expansión y liderazgo internacional.Incorporando el factor geopolítico en escena, al fortalecer su presencia en el Medio Oriente y, en alguna medida, debilitar el proceso de los Acuerdos de Abraham que, bajo la mediación del gobierno de los Estados Unidos, ha logrado el reconocimiento del Estado de Israel por parte de los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin (septiembre 2020).
En el marco de tales acuerdos se esperaba avanzar en los reconocimientos de Israel por parte de Arabia Saudita, Sudan y Marruecos; pero la diplomacia china ha generado una disrupción y, aprovechando las diferencias de la administración del presidente Biden con Mohamed bin Salman, príncipe heredero de Arabia, marcado por la violación de los derechos humanos, logró orientar al poderoso país árabe a negociar con su principal rival en la región, desplazando el reconocimiento de Israel.
Xi Jinping juega a la mediación y al pacifismo,entre regímenes plenamente autoritarios y tratando de avanzar en su liderazgo geopolítico internacional, orientado a erosionar los valores libertarios, la democracia, los derechos humanos y, en consecuencia, el orden internacional liberal.
En el escenario de la guerra en Ucrania el papel de mediación de China puede resultar más cuestionable, pues si bien se define como neutral, es una neutralidad totalmente desequilibrada. Es cierto que China mantenía una relación económica interesante con Ucrania, pero previo a la invasión rusa, en la visita del presidente Vladimir Putin a Pekín, para la inauguración de los juegos olímpicos de invierno (04/02/2022), ambos gobiernos suscribieron una declaración en la que destacaron mantener «una amistad sin límites».
Pareciera que inicialmente el presidente chino asumió la narrativa de Putin: la invasión como una «operación especial», que representaba una necesidad histórica, en defensa de Rusia ante la expansión de la OTAN y que sería fácil y rápida. Se esperaba que el presidente Volodimir Zelensky de Ucrania saldría huyendo a las pocas horas de la invasión y Rusia asumiría el control del país, siguiendo el precedente de Crimea en el 2014.
Pero la realidad ha resultado radicalmente opuesta y el gobierno chino, si bien asume este escenario de invasión para sus planes frente a Taiwán, ya ha expresado su malestar con una guerra que se extiende, afectando sus proyectos geopolíticos.
El gobierno de Estados Unidos resalta que el reciente activismo chino por la paz, se presenta cuando Rusia presenta algunos avances militares en el territorio ucraniano (en el norte de Bajmut), lo que le permite una posición de fuerza. Una lectura que nos lleva a un círculo vicioso, que elimina la posibilidad de una paz negociada.
Es evidente que China no juega un papel neutral, pero también es cierto que, ante la masacre de población inocente en Ucrania, que ha llevado a la Corte Penal Internacional a emitir una orden de captura contra el presidente Vladimir Putin por crímenes de guerra, es necesario generar espacios al diálogo y a la construcción de una paz negociada.
Estamos conscientes que toda negociación genera resistencias,pero parar el baño de sangre exige de un esfuerzo de todos, incluyendo la comunidad internacional.Convendría conformar una mesa de negociación con diversos acompañantes, China juega un papel importante, que adopte el inmediato el cese de las hostilidades e inicie el proceso de definición de las condiciones de paz, que requieren de concesiones de ambas partes.
Félix Arellano es internacionalista y Doctor en Ciencias Políticas-UCV.
TalCualno se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo
Colombia va mal: esta es la alarmante radiografía de lo que afronta el país en medio del Gobierno de Gustavo Petro
Los nubarrones de la economía, el deterioro del orden público, la disparada del narcotráfico, la poca efectividad de la fuerza pública y la incertidumbre por las reformas tienen a los colombianos sumidos en el pesimismo.
18/3/2023
El presidente Gustavo Petro ganó la Presidencia con un mandato de más de 11 millones de colombianos que le apostaron a su promesa de cambio.Sin embargo, en sus primeros siete meses de gobierno, las cosas no han sido fáciles. Ha tenido que enfrentar los fuertes coletazos de una economía mundial con serios problemas, la recesión y la crisis bancaria en Estados Unidos, y las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Gustavo Petro inició su mandato con una economía global al borde de la recesión y con el freno de mano puesto en la actividad productiva nacional.- Foto:juan carlos sierra-semana
El desempleo sigue siendo un dolor de cabeza y llegó al 13,7 %, y el aumento del precio de la gasolina también ha golpeado el bolsillo, al igual que la volatilidad del dólar.La noticia económica más reciente, de hecho, tiene prendidas las alarmas: el mercado de vivienda de interés social se desplomó 64 %, con las graves consecuencias que ello traerá.
Bajo ese preocupante contexto, la estimación del Banco de la República es que la economía crecerá apenas 0,2 % este año. Por eso, no se descarta que haya al menos dos trimestres con crecimiento negativo en 2023, lo que podría llevar al país a una recesión técnica.
La mayor inflación del presente siglo sumada a un marcado encarecimiento del dólar y a la incertidumbre con respecto a la actividad petrolera han prendido las alarmas del pesimismo, a las cuales se suman las preocupaciones con respecto a la situación de inseguridad.- Foto:daniel jaramillo
En ese sentido, la confianza económica está por el piso. Un indicador sobre esa variable, que mide mensualmente Davivienda, la ubica por debajo del promedio histórico (-19,9 %).Esto, porque definitivamente no hay nada que desmoralice más a un ciudadano que ver afectadas sus finanzas y su capacidad económica. Y si a ese coctel adverso se le suman el deterioro del orden público, el avance sin freno del narcotráfico, la caída en la operatividad de la fuerza pública y la incertidumbre y la polémica por el impacto que tendrán las reformas del Gobierno, es apenas natural que el país haya entrado en una ola de pesimismo.
Uno de los frentes más sensibles que le hace pensar a la gente que el país va mal tiene que ver con los graves hechos de orden público que vienen sacudiendo a Colombia.La situación es tan crítica que esta semana, en una cumbre de mandatarios regionales, el gobernador del Vichada, Álvaro León, sorprendió al revelar que fue víctima de un retén ilegal de un grupo armado hace unos 15 días.
Contó que seis hombres, cinco de ellos con fusil y uno con pistola, lo encañonaron y lo bajaron del carro. “Tuve un diálogo con ellos, mientras llegaban los escoltas, salieron corriendo, se metieron a las matas y, afortunadamente, no hubo disparos. O si no, el primer muerto habría sido yo”, contó.
El orden público empeora en muchas zonas del país, al tiempo que la Policía es asediada y el Congreso se divide ante las polémicas reformas sobre las que deberá debatir.- Foto:semana api / guillermo torres reina-semana
Su colega del Meta, el gobernador Juan Guillermo Zuluaga, no se quedó atrás.Advirtió que las disidencias de las Farc, las mismas a las que el Gobierno Petro les está tendiendo la mano de la paz total, están actuando “sin Dios ni ley”.
“Han vuelto a cometer secuestros, están reclutando menores, obligan a campesinos y juntas de acción comunal a participar en las convocatorias que ellos hacen. En el Meta hace tiempo no se hablaba de minas antipersona, y la fuerza pública ha incautado muchísimo material para elaborar estos artefactos. La extorsión se ha quintuplicado”, denunció Zuluaga.
Despedida de policía asesinado en Caquetá.- Foto:Cortesía: Presidencia de la República.
Las estadísticas del propio Ministerio de Defensa son un muy mal síntoma de lo que está pasando en el país, pues la mayoría de los delitos vienen en aumento.El secuestro se disparó 43,6 % y el inicio de 2023 se convirtió en el año con más plagios de los últimos ocho años. Los robos tampoco dan tregua y han crecido 22,4 %. Lo mismo ocurre con la extorsión, que tuvo un incremento del 33 %.
A este preocupante panorama se suman las cifras de Indepaz, que ha advertido que en estos meses de 2023 es cuando más masacres han ocurrido en los últimos cuatro años (21 masacres, 38 % más que en el mismo periodo de 2022).
Y mientras la violencia se dispara, hay una sorprendente caída en la ejecución de capturas: de 108.296 casos entre enero y junio de 2022 se pasó a 78.698 entre julio y diciembre del mismo año. La preocupación por la inseguridad es tal que la procuradora Margarita Cabello y el registrador Alexánder Vega alertaron a la Casa de Nariño ante la posibilidad de que se vean afectadas las elecciones regionales en octubre próximo.El compromiso del presidente Petro fue llegar a apaciguar el país y, hasta ahora, no ha podido.
La delincuencia en el país está disparada mientras las capturas están en bajas históricas.- Foto:getty images
Mano débil
En lo que va del gobierno, la principal apuesta de Petro, la llamada paz total, ha tenido más de un tropiezo, lo que ha disparado el escepticismo entre la gente sobre el éxito que pueda llegar a tener ese ambicioso plan del presidente.De hecho, según la encuesta de Invamer, el 49 % de los colombianos ya considera que la paz total no va por buen camino.
Las primeras preocupaciones surgieron después de que el Gobierno decretó el cese al fuego bilateral, el pasado 31 de diciembre. Lo que iba a ser un anuncio de paz terminó convertido en un baldado de agua fría. El ELN se bajó de inmediato y dijo públicamente que nunca acordó nada.
El fiscal Francisco Barbosa fue el primero en levantar su voz e incluso protagonizó un choque público con el presidente hace varias semanas. Las preocupaciones de Barbosa volvieron a ser notorias en las últimas horas tras la presentación del proyecto de ley de sometimiento de parte del Gobierno.Según el fiscal, los narcos que se sometan podrían no pagar ni un sólo día de cárcel, no serían extraditados y, además, podrían quedarse con una parte de su capital legalizado, el cual podría ser de máximo 2,8 millones de dólares.
Los diálogos con grupos armados y bandas criminales han provocado el descontento en el país.- Foto:afp
“A uno no le pueden ver la cara, esto es una trampa y las trampas tienen que ser denunciadas. Se les fue la mano en lo generosos (...). Obviamente, esto genera preocupación en Estados Unidos”,dijo Barbosa, quien sentenció que se “está tratando de hacer una especie de legalización del narcotráfico”.
En el caso del ELN, las excesivas concesiones en la mesa también han despertado inquietud. Los negociadores aceptaron discutir el modelo económico y político del país, algo a todas luces inconveniente. El Gobierno también anunció que dialogará con las disidencias de las Farc, lo que ha sido cuestionado hasta por los propios negociadores del acuerdo de La Habana, como Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle.
Los ciudadanos que consideran que las cosas van mal en Colombia también están preocupados por el retorno de imágenes de un país en guerra.Entre ellos están la presencia de criminales armados de las disidencias de las Farc en colegios de Antioquia, como ocurrió en Yarumal, o el mal llamado patrullaje de estas en pueblos como Policarpa, en Nariño, sin que las autoridades hicieran absolutamente nada.
Disidencias de las Farc adoctrinan niños en Antioquia.- Foto:Suministrada a Semana A.P.I
De hecho, los videos que se conocieron fueron grabados por los policías desde la estación. La toma de las instalaciones de la petrolera Emerald, en el Caquetá,que terminó con el asesinato de un policía y un civil, y el secuestro de 78 uniformados más, regresó al país a las oscuras épocas de los secuestros masivos de miembros de la fuerza pública.
Justo una semana después se inició la desbandada de 98 oficiales y suboficiales de la fuerza pública que presentaron su retiro voluntario. En las filas señalan a varios de los comandantes de haberlos abandonado. Las tropas están desmoralizadas, aunque el ministro de Defensa, Iván Velásquez, lo niegue.
Al mismo tiempo, ha crecido entre los ciudadanos la idea de que los uniformados están haciendo poco o nada, ya que las cifras de operatividad así lo demuestran. En enero, por ejemplo, no se erradicó ni una sola mata de coca.
Mientras que entre enero y junio de 2022, durante el Gobierno Duque, fueron erradicadas 40.277 hectáreas de coca, en el segundo semestre de ese año, ya con Petro en la Presidencia, la cifra cayó a 27.706 hectáreas, un descenso del 31 %. En el caso de la cocaína, los datos son preocupantes:entre enero y junio del año pasado se incautaron 362 toneladas, y en el segundo semestre la cifra cayó a 289,1 toneladas, una reducción del 20 %. El caso de la heroína es ilustrativo: el país pasó de decomisar 101 kilos en enero de 2022 a solo 6,9 en el mismo mes de este año.
Las reformas a la salud y la laboral fueron radicadas en sendos eventos en la Casa de Nariño. Mientras tanto, crecen las dudas alrededor de la política de paz total y la forma como se busca negociar con los grupos alzados en armas.- Foto:ESTEBAN VEGA LA ROTTA-semana
Miedo a las reformas
Si bien el presidente Petro se eligió bajo la premisa de hacer reformas clave para el país,lo cierto es que, a medida que se concretan las propuestas del Gobierno, ventiladas en la campaña, aumentan la incertidumbre y el miedo.
Corcho ha sido calificada por el presidente del Congreso, Roy Barreras, como una persona “ideologizada, radical y que no escucha”. Ante esta situación, el presidente ha tenido que sentarse a negociar con los partidos de Gobierno (liberales, conservadores y La U).
Hoy, aunque hay unos acuerdos previos, el primer mandatario ha llegado a considerar en público que, si se desvanecen los pilares de su reforma, estaría dispuesto a retirarla del Congreso. Petro aseguró que el acuerdo nacional que ha propuesto no es “para arrodillar al presidente de izquierda”.Sus palabras, no obstante, no han podido calmar la molestia en sus propias filas, en las que hay desazón por lo que ha tenido que hacer la Casa de Nariño para tratar de salvar las reformas.
El senador petrista Inti Asprilla, que aspira a ser el próximo presidente del Congreso, se quejó públicamente:“Cuando el ‘consenso’ sobre la reforma a la salud se construye con presidentes de partidos tradicionales, como César Gaviria y Dilian Francisca Toro, y se excluye de tajo al Verde, con personas como Antonio Navarro, uno queda decepcionado del ejercicio del poder”.
El gremio de los comerciantes advirtió que la reforma impactará de manera negativa principalmente al “clúster del comercio, hoteles, restaurantes, bares, transporte y entretenimiento”. Asimismo, señaló que “el número de desempleados podría pasar de 3,4 millones de personas que registra el Dane a alrededor de cuatro millones en el mediano plazo”.
Por su parte, frente a la reforma pensional, la gran incógnita está en si el modelo propuesto por el Gobierno, y que será discutido por el Congreso,será sostenible y garantizará las pensiones de los colombianos, superando los problemas del actual sistema y mejorándolos. Los trabajadores necesitan la garantía de que su ahorro pensional es sagrado y estará a salvo.
Las polémicas de la reforma laboral presentada por el gobierno de Gustavo Petro tampoco se han quedado atrás.- Foto:César Carrión-Presidencia
El 7 de agosto del año pasado, Petro inició su mandato con una desaprobación de apenas el 20 %, según el estudio de Invamer.Hoy ya va en el 51 %, es decir, se disparó 31 puntos porcentuales en apenas siete meses. Por su parte, la aprobación a su gestión cayó en ese lapso del 56 al 40 %. Hoy su desaprobación es más alta que su aprobación.
Colombia tampoco es ajena a un fenómeno de agitación social de carácter global. Mientras en Francia protestan por el aumento en la edad para pensionarse, en Chile no hay consensos en torno a las reformas propuestas, y Perú exige en las calles la renuncia de su presidenta tras el encarcelamiento de Pedro Castillo.
En el país, los indígenas, las comunidades afros, los campesinos y, en general, los más desprotegidos exigen soluciones urgentes a sus problemas. Esa fue la promesa que Petro les hizo en campaña.
El presidente todavía tiene tres años y cinco meses por delante, y está a tiempo de corregir el rumbo. Para ello es necesario que escuche y, además, observe juiciosamente lo que está pasando con sus colegas del vecindario, por ejemplo,con Gabriel Boric en Chile, con Pedro Castillo en el Perú, con Nicolás Maduro en Venezuela, con Alberto Fernández en Argentina y con Andrés Manuel López Obrador en México. Los costosos errores de otros no se pueden repetir en Colombia.