jueves, 18 de julio de 2024

Economías emergentes: Eclipse de una hegemonía

 Economías emergentes: Eclipse de una hegemonía


Bajo la óptica del pensamiento dominante se ha dado un peso sobredimensionado a la economía de los Estados Unidos en términos del escenario mundial. Hoy, su economía representa un 25% del Producto Interno Bruto Mundial y su moneda aglutina buena parte de las transacciones mundiales.

A pesar del crecimiento promedio del 6% del Producto Interno Bruto desde 1960 hasta el 2024 que registra dicha economía, una revisión de las últimas décadas refleja un claro proceso de desaceleración en el crecimiento que se acentúa significativamente con la crisis financiera de Wall Street a finales del 2007 y principios del 2008. 

Según el Banco Mundial, el saldo en cuenta corriente que registra los EEUU registra valores negativos durante los últimos 40 años, convirtiéndose en un problema estructural inherente al modelo de acumulación capitalista imperante en esa economía, donde de forma progresiva y sostenida los bienes manufacturados que satisfacen la demanda del mercado interno provienen del resto del mundo afectando la producción nacional.

En la década de los 90 -con el auge y desarrollo del dogma neoliberal- inicia un conjunto de transformaciones en la economía mundial donde se dejan atrás muchos procesos productivos manufacturados que se realizaban en los EEUU, bajo la lógica de máxima ganancia trasladándoles a otras latitudes, la gran mayoría en el sudeste asiático.

El clásico símbolo de calidad y prestigio “made in USA” de un producto manufacturado (carro, camisa, zapatos, teléfonos, entre otros) ha quedado definitivamente en el pasado ante la incapacidad de adaptarse bajo las reglas de juego que se imponen en la globalización.

El escenario mundial de postguerra que le permitió a los EEUU erigirse como epicentro global del actual Orden Mundial está cambiando aceleradamente. De tal forma que, es necesario dejar de glorificar el desempeño económico de los EEUU analizando objetivamente las variables que determinan los rasgos de agotamiento y dieron paso al ocaso de su hegemonía.

Dos grandes fuerzas mueven esta economía: 1) el capital financiero, agotado como fuente de crecimiento a raíz de la crisis financiera del 2007. 2) El negocio de la guerra. Vientos de desesperanza acechan el tablero de la geopolítica mundial de la que sin duda echa mano EEUU sin escrúpulo alguno para postergar el ocaso de su hegemonía. No hay salida, el mundo cambió, en el horizonte se erigen destellos que le eclipsan: las economías emergentes.

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