Brasil: Los dilemas de su política exterior
La nueva política exterior de
Lula, se inicia en un contexto o entorno histórico e internacional, diferente
al del año 2002, cuando resultó victorioso con una holgada mayoría y que
repitió 4 años después .-
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JESÚS E.
MAZZEI ALFONZO
19/09/2024 05:00 am
Brasil es uno de los países del mundo que tiene una mayor y excelente
articulación con el exterior, con una estructura burocrática sólida y seria, en
materia de política exterior, además un conglomerado humano profesional e
institucional y excelentes negociadores en el área bilateral y multilateral, lo
que hace en su accionar internacional excepcional de su política exterior por
ello, son tan admirados por tantos países.
Por otra parte, hay una serie de principios en ese sentido, que lo han guiado
desde hace por lo menos 38 años, en forma continua sobre todo, después de la
redemocratización en 1985, en el gobierno de José Sarney, en adelante, solo con
el paréntesis del gobierno de Jair Bolsonaro, en el mantenimiento de esos
principios, para generar una sólida inserción internacional de una forma más
coherente, estos valores, se han ido adaptando o aggiornando a lo largo del
tiempo y sobre todo, desde la década de los 90, aun cuando estos manteniéndose
inalterables, se ajustaron a un orden internacional en constante
transformación, hoy más complejo y lleno de incertidumbres.
Con el tiempo, estos cobraron una gran relevancia dado el proceso de
redemocratización que vivió Brasil. Tanto en los años de los Gobiernos de
Sarney, Collor de Mello, Itamar Franco, y Cardoso, como posteriormente en los
gobiernos del PT, se les han dado un cariz más acorde a los nuevos y complejos
temas de la arena internacional. Michel Temer mantuvo una política exterior de
transición. Lula y la presidente Dilma Rousseff con la visión más social de la
democracia que por ejemplo que Bolsonaro. Visión que giro o dio vuelta, en el
gobierno de Bolsonaro, hacia un aislacionismo y que ahora en el tercer y nuevo
gobierno de Lula, en su tercera administración, se retoma, los principios
históricos de la política exterior brasileña, sobre todo después de la
redemocratización en 1985.
Ahora bien, la nueva política exterior de Lula, se inicia en un contexto
o entorno histórico e internacional, diferente al del año 2002, cuando resultó
victorioso con una holgada mayoría y que repitió 4 años después. En el año
2022, el panorama es diferente, obtuvo una victoria cerrada con un margen del
1.2%, que le ha dado al presidente Lula, la oportunidad muy a pesar de tan
estrecho margen del resultado, le ha dado, pues, la ocasión, sin embargo, de
dar un giro de 360 grados, a la política exterior haciéndola más activa y
altiva, en estos más de dos años, con las mismas premisas de sus primeros dos
gobiernos.
Ahora bien, los principios rectores que han regido y guiado,
históricamente la política exterior del Brasil y que son sus ejes en la
formulación e implementación son los siguientes:
Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, en la búsqueda de soluciones pacíficas
negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para la
obtención de resultados externos.
El universalismo: entendido este como el todo el acervo de
contactos bilaterales que constituyen el patrimonio del Brasil. También la diversidad
de contactos bilaterales sirve para la realización de los intereses nacionales.
Y finalmente esta vocación universal, encuentra sus raíces en el hecho que los
brasileños consiguieron establecer relaciones pacíficas e instrumentalizadas
con países situados en todas partes del mundo. Brasil ha desarrollado una
vocación universalista de acción internacional.
Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como manifestaciones
sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la voluntad
nacional. Los tratados, convenios son vistos como instrumentos jurídicos que
buscan acuerdos con factibilidad de cumplirse y que sean favorables a ambas
partes.
Realismo y pragmatismo: acciones vinculadas a los
intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de
potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y
desideologiza la acción internacional.
Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter
pacifista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su
ejecutoria internacional.
Pero hoy esa política exterior se pone a prueba y busca calibrar el
verdadero liderazgo regional del Brasil, por el caso Venezuela, en efecto,
varios de estos principios están en juego por lo menos dos de ellos, el
realismo y el pragmatismo, que enfoque se le dará sobre principios históricos
defendidos por la diplomacia brasileña (la democracia, los derechos humanos,
transparencia electoral alternabilidad entre otros) y otro elemento sí la
evolución de la relación política del principal decisor de política exterior,
en este caso el Presidente y su ejecutante el Canciller, se va a mantener
inalterable, como esta percepción que ha tenido sobre la democracia venezolana
de va a mantener (un gobierno autocrático más no totalitario aún, sino la
profundización del mismo, siguiendo la literatura de ciencia política, que por
estos días ha explicado excelentemente y muy exhaustivamente mi apreciado
colega John Magdaleno). Privarán, entonces, los intereses o la lealtad
ideológica del PT, o los principios de carácter histórico en las propuestas
brasileñas en materia internacional que son parte de su acervo. Este es el gran
dilema y se presenta como el talón de Aquiles del accionar internacional de Lula
en los tiempos que corren.
En ese mismo orden de ideas, el escenario político venezolano está
afectando tanto la política exterior, como la marcha de la campaña electoral y
según muchos analistas brasileños, está acentuando el clima de polarización interna
en el Brasil, que eventualmente, puede favorecer a los candidatos del partido
liberal y a los de centro derecha, en detrimento del PT, como afirman estos dos
académicos brasileños Para Carol Pedroso, profesora de Relações Internacionais
da Universidad Federal de São Paulo (Unifesp),…” a mudança na postura de Lula
em relação a Maduro pode ser explicada, em parte, pela polarização política
interna no Brasil.Segundo ela, à medida que a direita se organizou no Brasil e
passou a focar na proximidade de Lula com líderes como Hugo Chávez ou Nicolás
Maduro, o custo para manter as relações como eram ficou mais caro.“A
polarização política no Brasil é um dos elementos que complicam qualquer
posicionamento em relação à Venezuela”, explica Pedroso."Nos dois primeiros
mandatos de Lula, as alianças internacionais dele não eram alvo de críticas tão
pesadas. Agora, o tema é instrumentalizado pela direita brasileira.".
A pesquisadora Stephanie Braun, doutoranda em Relações Internacionais
pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro (Uerj), concorda que "o
aumento na polarização política no âmbito doméstico brasileiro, aliada a um
incremento na voz da opinião pública sobre temáticas internacionais, acaba pressionando
o governo e faz com que as atitudes sejam muito bem pensadas e elaboradas antes
de serem colocadas em prática".
"A polarização torna maiores os custos de manter alianças em alguns
tabuleiros regionais", diz Braun….”. En general, los intelectuales y académicos
brasileños en ciencia política y relaciones internacionales, se muestran muy
críticos del rumbo de la política exterior brasileña, en particular con
Venezuela, pueden señalizarse, organizaciones tan prestigiosas como el CEBRI,
intelectuales y académicos de la talla de Feliciano Sá Guimarães y Hussein
Kalout, Denilde Holzhacker para sólo citar tres. Esta última, académica en
relaciones internacionales de ESPM, afirmó, en una entrevista: ”… a postura do
governo é cautelosa, mas aponta que Lula falha em não cobrar de forma mais
enfática a manutenção da democracia no país vizinho. "O governo brasileiro
tem usado aí uma estratégia de manter uma certa cautela nas ações com relação a
ao Venezuela, para não ampliar ainda mais o conflito. Mas a gente já poderia
ter, por exemplo, sinalizado um apoio maior para a oposição nos órgãos
internacionais é ter feito uma nota mais contundente com relação a questão da
embaixada…". A esto debemos agregar la posisición de diplomáticos de
indudable prestigio como Paulo Roberto de Almeida quié, afirmo “…O Lula tem a
sua diplomacia personalista, diminuída sistematicamente desde que ele começou.
Convocou uma reunião em maio de 2023, para refazer a Unasul, que foi um
fracasso. O Celso Amorim e Lula têm uma postura dúbia em relação à Venezuela,
que se mantém até hoje”, criticou o Diplomata...”
Un resultado de esto, es la pronta convocatoria a la Comisión de
Relaciones exteriores tanto del Canciller Viera como del asesor de Planato
Celso Amorín ”… A Comissão Relações Exteriores do Senado aprovou o convite para
que o ministro das Relações Exteriores, Mauro Vieira, e Celso Amorim sejam
ouvidos sobre a posição do Brasil em relação ao regime de Maduro.A comissão tem
maioria governista, mas também é composta por alguns dos principais opositores
do governo Lula, como a ex-ministra da Agricultura Tereza Cristina (PP-MS) e o
ex-vice-presidente Hamilton Mourão (Republicanos-RS)…”, acérrimos opositores
del gobierno de Lula, que buscarán sacarle rédito político, a esa interpelación
parlamentaria, que por cierto será pública y abierta, al conocimiento de la
sociedad civil y luego publicada en la página web del Itamaraty.
La crisis venezolana llevó al presidente Lula, a reunir de emergencia la
semana pasada a su gabinete de política exterior, entre los que cabe mencionar
al ministro consejero Audo Araújo Faleiro, jefe adjunto de la oficina de
asesoría Internacional del Planato, quién conoce el país, diplomático ya estuvo
acreditado en Caracas, a la Secretaria- General del Ministerio das Relaciones
Exteriores, la Embajadora Maria Laura da Rocha, no estuvieron presencialmente
ni Mauro Viera y Celso Amorim, por compromisos contraídos en el exterior,
conversaron sobre el caso venezolano y la próxima Asamblea de las Naciones
Unidas, entre otros temas. Como se observa el tema venezolano es espinoso para
diplomacia brasileña y la enfrenta a un dilema, que deberá dilucidar al breve
plazo, sobre todo luego de más en la última semana al publicar este artículo,
se ha hecho notar un prudente o discreto silencio, veremos sí hay resultados en
el accionar diplomático a corto o mediano plazo.
jesusmazzei@gmail.com
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