TRES DISTORSIONES QUE
PERSISTEN
EN LA ECONOMÍA VENEZOLANA
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
El ser humano es un animal de
recuerdos, pero también puede serlo de costumbres, aunque estas sean poco pertinentes
y no iguales para todos. Existen tres distorsiones
que han venido echando raíces o bases como para permanecer en las apreciaciones
económicas y, correspondientemente, en la atención de los problemas económicos por
parte de quienes los evalúan o accionan sobre ellos.
Una primera, es
la atinente al mercado monetario y de
divisas. En cuanto al monetario no pasará mucho tiempo sin que volvamos a
tener una especie de nueva reconversión monetaria, dados los desequilibrios de precios relativos. A pesar de determinantes
y contextos, deberíamos entonces pensar
que la nación no puede tener, efectivamente, un signo monetario que genere
confianza y no el deseo de desprenderse de la moneda circulante, en este caso
los bolívares soberanos. A esto se
le añade o lo contextualiza el complejo escenario de dolarización de hecho, informal o transaccional y que a
algunos les produce la idea reconfortante de que “…bueno, pero es lo que existe”[1].
O sea que pareciera no poderse albergar posibilidades de que la economía pueda alojar
la posibilidad de pasar a una dolarización
formal (de nuestra parte no la
apreciamos necesaria, ni conveniente), pero la informal, la desordenada,
que existe algunos la ven como digerible, aunque genere altas distorsiones en salarios y precios relativos y esta
especie de tira y encoje entre dólar BCV/dólar
paralelo. Pero, pareciera que algunos
aprecian que así se puede seguir funcionando, aunque entre otras tantas cosas
implique la inflación en $, que algunos
señalaban que no existía, porque sus encuestas o sus visiones no la perciben. La
hiperinflación “desapareció”, pero la inflación está latente y las distorsiones
de precios y salarios siempre se tienen atentas. Claro, de este mercado de
divisas hay varios que se benefician.
La segunda distorsión, es la concerniente al problema
del crecimiento y de las oportunidades de inversión. Bastante claro está en
la literatura y en las experiencias internacionales que, para que una economía pueda
rendir frutos en el crecimiento y aprovechar una ruta, tiene que estabilizarse y solo a partir de allí, son válidas
las proyecciones y realidades en las tasas de crecimiento. Esto es, no es que caímos
mucho y ahora tendremos 4 o 6% de crecimiento. No, las tasas tienen que tener
cierto nivel a partir de la recuperación. Y solo a partir de allí convertirse
en perdurables y estables. Variados
gobiernos coquetean con tasas y algunos críticos diezman proyecciones con otras
tasas. La economía no se va a estabilizar porque alguien piense que una exportación
circunstancial de un producto pueda haber generado algunos ingresos o piensen algo
mil veces pensado como es desarrollar la industria
petroquímica del lado de las empresas básicas, cuando mucha alteración y distracción
se ha tenido en eso, incluso apreciando períodos de décadas. No, no es negarlo,
sino apreciar hasta donde una idea puede
fortalecer una distorsión o distracción que impida percibir la delantera en los
mercados internacionales o un conjunto de políticas sectoriales más adecuadas o
realistas.
La tercera distorsión atañe a un asunto de llegada en las
políticas de crecimiento y desarrollo y es el concerniente a los niveles de
vida de los pobladores, o lo que algunos profesores especialistas que tuve
llamaban con énfasis la distribución del
ingreso. Sabemos el escenario de los bajos salarios que concierne,
realistamente, a las imposibilidades de
vida que, en el caso de Venezuela, tienen masas de trabajadores y sobre
todo los de en cantidad de varios millones dependen del sector público. Los costos
de transporte, de alimentación, de estudio y ni que se diga de salud, no pueden
ser cubiertos con los bajos salarios existentes
o con salarios que se aumenten y se los coma la inflación, porque se
cree que eso es lo natural que pase.
La pregunta es: ¿en una economía puede haber aumento de salarios sin que ello
suceda? La respuesta es sí, si puede darse y ahí es donde aumentan o se
recuperan los niveles de vida. Dentro de la distorsión de concebir los salarios
y los niveles de vida, ahora se la añadido la
bonificación del salario que es
simplemente el uso de un bono sin repercusiones en prestaciones y otros asuntos.
La Administración Bolivariana buscó
centrar las políticas respectivas en el salario mínimo, entre otras, con las
medidas de 2018[2]. Logró, contrariamente, un resultado insólito;
desapareció la importancia del salario mínimo, como puede observarse su insignificancia,
cuando se ubica a Venezuela en el contexto latinoamericano.
Lo impresionante no es que se hayan generado,
entre otras, estas distorsiones, sino la tranquilidad que se observa en analistas, políticos, y hacedores de políticas
en cuanto a que las mismas existan y se pueda seguir
funcionando con ellas en el último trimestre de 2024 y en los futuros semestres,
mientras hoy día adivinamos en cuanto podrá estar el dólar en los inicios de
2025, mientras pobladores diversos habrán seguido lidiando con y/acumulando
problemas.
17 de abril de 2024
@eortizramirez
eortizramírez@gmail.com
[1] Eduardo
Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/43280445/DIMENSIONES_DE_LA_DOLARIZACI%C3%93N_INFORMAL_VENEZOLANA_EDUARDO_ORTIZ_RAM%C3%8DREZ_7_de_junio_2020
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