El
Aprendiz: edición Reserva Federal
Jul 1, 2025KENNETH
ROGOFF
CAMBRIDGE – Parece que el presidente estadounidense Donald Trump se dispone a designar al próximo presidente de la Reserva Federal antes de lo
previsto, en un intento de debilitar al titular Jerome Powell, que le ha
plantado oposición negándose a bajar los tipos de interés.
1.
A Tax Victory for
Multinationals Over People
JOSEPH E. STIGLITZ, et al. lament the G7’s decision to exempt US
corporations from the global minimum tax rate agreed in 2021.
Trump no oculta su desdén por Powell, a quien hace poco describió como «una persona mentalmente promedio» con un «coeficiente
intelectual bajo para lo que hace». Pero el mandato de Powell termina en mayo
de 2026, y la Corte Suprema dictaminó que (a diferencia de otros organismos independientes) el
presidente no puede despedir al titular de la Fed.
Lo habitual es que el presidente estadounidense anuncie al nuevo titular
de la Fed unos meses antes de que termine el mandato del actual (tiempo apenas
suficiente para las audiencias de confirmación en el Senado y una transición
fluida). Designar al sucesor diez meses antes sería algo muy infrecuente.
Entonces, ¿por qué hacerlo? Al parecer, el plan de Trump es que el presidente
de la Fed en espera forme un Comité Federal de Mercado Abierto «paralelo» que
someta al Comité real a presión pública para intensificar las bajadas de tipos
de interés.
La idea de un Comité paralelo se remonta a los economistas Karl Brunner
y Allan Meltzer, que la introdujeron en 1973 durante los primeros años de la Gran Inflación, cuando hubo amplios cuestionamientos a la política de la Fed por ser
demasiado expansiva. Brunner y Meltzer eran académicos de peso, pero no tenían
influencia directa en la formulación de políticas. En cambio, el plan de Trump
(que fue adelantado por el secretario del Tesoro Scott Bessent durante la campaña de
2024) situaría al designado en el centro de un evidente intento público de
restarle autoridad a Powell.
Pero los analistas que lo ven como un intento serio de hostigar a Powell
tal vez no estén dando en el clavo. No es probable que las autoridades
monetarias le den más importancia a un presidente de la Fed paralelo elegido
por Trump que al propio Trump (en cualquier caso, la medida puede alentarlos a
afirmar su independencia redoblando la apuesta a las políticas actuales). Más
bien, pareciera que el objetivo real de la designación es debilitar al próximo
presidente de la Fed incluso antes de que empiece su mandato, obligándolo a
hacer una especie de período de aprendizaje público, de modo tal que Trump
pueda sondear por adelantado sus ideas en materia de política monetaria y poner
a prueba su lealtad ideológica a la agenda trumpista.
Además, el presidente paralelo de la Fed sabrá que cualquier indicio de
pensamiento independiente puede llevar a que Trump repita la famosa muletilla
de su reality show: «estás despedido». Aunque la Corte Suprema haya
dictaminado que el presidente no puede despedir al titular de la Fed en
ejercicio, nada le impide retirar un nombramiento. La sola amenaza de hacerlo
puede imponer obediencia al designado, y después de meses de demostraciones
públicas de lealtad a Trump, tal vez le sea muy difícil oponerse a sus
exigencias.
Entre los principales candidatos a sustituir a Powell aparecen el exgobernador de la Fed Kevin Warsh (que fue uno de los
finalistas cuando Trump designó a Powell en 2017), Kevin Hassett (director del
Consejo Económico Nacional) y Bessent. También está en la lista el actual
gobernador de la Fed Christopher Waller (un ex académico conocido por su
trabajo sobre la independencia de los bancos centrales), a quien Trump designó en 2020 y que en general es bien visto por los
republicanos.
La lista de candidatos incluye figuras capaces y experimentadas que
pueden hacer frente al desafío de sostener el crecimiento económico sin dejar
de contener la inflación. Pero los presidentes de la Fed no son dictadores de
la política monetaria; deben convencer al resto del Comité Federal, o
arriesgarse a perder las votaciones y estar en la mira de todos. Incluso un
candidato fuerte e independiente puede perder autoridad tras una presidencia
paralela prolongada. La imagen de lacayo de Trump le restaría mucha
credibilidad y limitaría su influencia sobre el Comité y sobre los mercados financieros.
Hay que sacarse el sombrero: Trump encontró una forma diabólicamente
ingeniosa de ponerle límites al próximo presidente de la Fed, a quien no puede
controlar (al menos en teoría). Pero con esta estrategia, Trump corre riesgo de
perjudicarse y perjudicar a la economía estadounidense.
Contra lo que se suele creer, la Fed no controla todos los tipos de
interés. Sólo fija la tasa de referencia a muy corto plazo, mientras que los
tipos de interés a más largo plazo los determinan en gran medida los mercados.
Estos tipos reflejan las expectativas sobre decisiones futuras de la Fed, y
esas expectativas se basan en el supuesto de que las autoridades monetarias
trabajarán para mantener la inflación bajo control.
Si Trump consigue presionar a la Fed para que baje los tipos de interés
más de la cuenta, las expectativas de inflación aumentarán, y también lo harán
los tipos de interés a largo plazo. Y como esos tipos influyen en un sinfín de
aspectos que van de las hipotecas a los préstamos para la compra de automóviles,
el estadounidense de a pie saldrá perjudicado.
La finalidad de un banco central independiente que busque ante todo la
estabilidad de precios (una idea que propuse por primera vez hace cuarenta
años) es mantener bajos los tipos de interés a largo plazo. Tal vez por eso
bastó que se dijera que Trump tiene intención de anunciar al próximo presidente
de la Fed antes de tiempo para provocar una fuerte caída del dólar. En cualquier caso, no hay duda de que El
aprendiz: edición Reserva Federal será un gran espectáculo televisivo
(que tal vez sea lo que más le importa a Trump).
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Kenneth Rogoff, a former
chief economist of the International Monetary Fund, is Professor of Economics
and Public Policy at Harvard University and the recipient of the 2011 Deutsche
Bank Prize in Financial Economics. He is the co-author (with Carmen M.
Reinhart) of This Time is Different: Eight Centuries of Financial
Folly (Princeton University Press,
2011) and the author of Our Dollar, Your Problem (Yale University
Press, 2025).