sábado, 6 de julio de 2024

Brasil, Venezuela y Política Exterior

 

Brasil, Venezuela y Política Exterior

Una diplomacia profesional, institucional y de estado, no ideologizada y partidizada, sigamos ese ejemplo, en un mundo complejo geopolíticamente y económicamente también


 

·                     JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

04/07/2024 05:00 am

 


Brasil es uno de los países del mundo que tiene una mayor articulación con el exterior, una estructura burocrática sólida y seria, en materia de política exterior, además de profesional e institucional y excelentes negociadores en el área bilateral y multilateral, lo que hace en su accionar internacional excepcional de su política exterior por ello, son tan admirados por tantos países. Hay una serie de principios en ese sentido, que lo han guiado desde hace por lo menos 38 años, sobre todo después de la redemocratización en 1985, en adelante, solo con el paréntesis del gobierno de Jair Bolsonaro, en el mantenimiento de esos principios, para generar una sólida inserción internacional de una forma más coherente, estos valores, se han ido adaptando o aggiornando a lo largo del tiempo y sobre todo, desde la década de los 90, aun cuando estos manteniéndose inalterables, se ajustaron a un orden internacional en constante transformación, hoy más complejo y lleno de incertidumbres.

Con el tiempo, estos cobraron una gran relevancia dado el proceso de redemocratización que vivió Brasil. Tanto en los años de los Gobiernos de Sarney, Collor de Mello, Itamar Franco, y Cardoso, como posteriormente en los gobiernos del PT, se les han dado un cariz más acorde a los nuevos y complejos temas de la arena internacional. Michel Temer mantuvo una política exterior de transición. Lula y la presidente Dilma Rousseff con la visión más social de la democracia entre otros. Visión que giro o dio vuelta, en el gobierno de Bolsonaro, hacia un aislacionismo y que ahora en el nuevo gobierno de Lula su tercera administración, se retoma, los principios históricos de la política exterior brasileña, sobre todo después de la redemocratización en 1985.

Ahora bien, la nueva política exterior de Lula, se inicia en un contexto o entorno histórico e internacional, diferente al del año 2002, cuando resultó victorioso con una holgada mayoría y que repitió 4 años después. En el año 2022, el panorama es diferente, obtuvo una victoria cerrada con un margen del 1.2%, que le ha dado al presidente Lula, la oportunidad muy a pesar de tan estrecho margen del resultado, le ha dado, pues, la ocasión, sin embargo, de dar un giro de 360 grados, a la política exterior haciéndola más activa y altiva, en estos más de dos años.

Iniciándose, en ese sentido, desde el mismo momento de la toma de posesión el 1º de enero de 2023, hasta la presente fecha a finales del mes de abril. Hoy la política exterior está en una transición; es aún más activa, pero con unos dilemas que debe resolver en el futuro mediato. Con China, que vinculación y relación desean con este país ¿estratégica?, aproximación crítica a los EE. UU, (posición ante la guerra de Ucrania, la hegemonía del dólar en la economía mundial), o un pragmatismo responsable, como se afirmaba en los años 70. ¿Será un Global Player? ¿de qué tipo? Como observamos un entorno internacional diverso y complejo. Su posición ante el conflicto israelí-hamas, ambigüedad estratégica o una desavenencia con el gobierno conservador fundamental por el fin político de la guerra, son pues varias variables a seguir.


Los cambios y mudanzas en la política exterior, introducen fases, subfases y oscilaciones, pero que mantienen un hilo conductor aparentemente. Se trata de una relación estrecha entre formulación e implementación de la política exterior marcada por su pragmatismo y realismo. Brasil tiene relaciones diplomáticas con 192 países miembros de la ONU, incluyendo Palestina, entre Embajadas, Misiones Diplomáticas y Consulados y sobrepasa 220 unidades que va a los ritmos del desarrollo del sector del servicio exterior, es pues una extensa red de apoyo institucional. Que se ha institucionalizado, a pesar de las diferentes coaliciones presidenciales de gobierno que se han generado desde Fernando Henrique Cardoso hasta el presente y no sólo la presidencia disruptiva de Jair Bolsonaro, en la evolución del sistema político brasileño.


Ahora bien, los principios rectores que han regido históricamente la política exterior del Brasil y que son sus ejes en la formulación e implementación son los siguientes:

Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, en la búsqueda de soluciones pacíficas negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para la obtención de resultados externos.

El universalismo: entendido este como el todo el acervo de contactos bilaterales que constituyen el patrimonio del Brasil. También la diversidad de contactos bilaterales sirve para la realización de los intereses nacionales. Y finalmente esta vocación universal, encuentra sus raíces en el hecho que los brasileños consiguieron establecer relaciones pacíficas e instrumentalizadas con países situados en todas partes del mundo. Brasil ha desarrollado una vocación universalista de acción internacional.

Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la voluntad nacional. Los tratados, convenios son vistos como instrumentos jurídicos que buscan acuerdos con factibilidad de cumplirse y que sean favorables a ambas partes.

Realismo y pragmatismo: acciones vinculadas a los intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y desideologiza la acción internacional.

Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter pacificista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su ejecutoria internacional.

Todo esto viene a colación porque las políticas exteriores formuladas y ejecutadas por ambos países se mueven en forma diametralmente opuesta, en primer lugar, en Brasil, es cotidiano la interpelación del parlamento plural y democrático del Brasil de sus ministros en este caso del Canciller Viera, el pasado 19 de junio de 2024, en la Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa de la Cámara de Diputados, como queda demostrado de su introducción…” Ao parabenizar Vossa Excelência pela presidência desta Comissão, permita-me reiterar a importância e o apreço que o Itamaraty confere aos trabalhos da CREDN. O debate franco, o diálogo constante e a cooperação com esta Comissão e, por meio dela, o conjunto da Câmara dos Deputados têm sido importantes nos mais diversos temas relacionados à política externa brasileira.

Sendo esta a minha vinda regimental anual, farei um breve balanço das atividades da política externa do Governo brasileiro, liderado pelo Presidente Lula, no ano passado. Pretendo, também, tratar das prioridades da política externa para o ano em curso e para 2025, além de comentar os principais temas em destaque na agenda internacional, conforme solicitado pelos requerimentos aprovados…” esto en primer lugar.

En segundo lugar, la amplitud de temas tocados por el señor ministro de Relaciones Exteriores, Embajador Mauro Viera, desde lo bilateral a lo multilateral, en forma densa, ponderada y suministrando amplia información a los parlamentarios.

Ahora bien, qué interrogantes deja esa interpelación. Por un parte, ¿qué es lo que Brasil desea obtener de su relación con el medio internacional? La respuesta evidente y con un claro objetivo, es conseguir el intercambio externo para la realización del desarrollo, tanto en su dimensión económica como social, para lograr profundizar los derechos humanos y medio ambiente, elementos que sirvan y puedan ser complementados con acuerdos y sistemas que ayuden a las políticas internas.

En tercer lugar, ¿cómo el Brasil desea relacionarse con la comunidad internacional?, aquí están los principios que tradicionalmente han orientado su política exterior, tales como la no intervención, el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos y la solución pacífica de las controversias.

La cuarta pregunta, ¿cuál es el mundo que ellos desean?, puede estar resumida en algunas ideas fuerzas: paz, desarrollo, y participación amplia, por ello es que el Brasil está trabajando en conjunto con otros países, para la reforma de los organismos multilaterales, para que se haga una concretización de los valores de la democracia, así como la de los derechos humanos y la preservación del medio ambiente. ¿Mundo multipolar? ¿Regionalizado o países potencias? Eso es lo que se refleja de la intervención del Canciller Viera en una amplia intervención que puede ser leída en la página web de la cancillería brasileña.

Con respecto a Venezuela deseo destacar varias cosas, por una parte, mención a las próximas elecciones venezolanas, en segundo lugar, los Acuerdos de Barbados y luego finalmente, la cuestión del contencioso limítrofe con Guyana, véannos in extenso los párrafos para una cabal información e interpretación de las palabras del señor Ministro:

…” Em suma, nosso objetivo é trabalhar por uma região onde não prevaleçam conflitos ou isolamentos, buscando soluções negociadas para os desafios que compartilhamos.

É nesse contexto que se enquadram nossas relações com a Venezuela, país com o qual mantemos mais de 2.000 Km de fronteiras terrestres em plena Amazônia. Nossa Embaixada em Caracas foi reaberta no ano passado, e a Embaixadora Glivânia de Oliveira assumiu suas funções neste ano. Isso nos possibilita prover assistência consular aos mais de 15 mil brasileiros que vivem por lá. E também nos permite seguir, in loco, a situação política no país vizinho. Estamos comprometidos com os Acordos de Barbados, dos quais o Brasil foi uma das testemunhas na figura do Assessor Especial da Presidência da República, Embaixador Celso Amorim. Temos mantido interlocução com governo e oposição. Todos parecem considerar que a realização de eleições em 28 de julho próximo é a melhor forma de enfrentar a crise venezuelana.

Consideramos importante que esse processo conte com ampla presença de observadores internacionais, conforme previsto nos Acordos de Barbados, com vistas à boa aceitação dos resultados, à superação da crise no país e a normalização de sua situação, nos planos interno e externo. Entre os organismos internacionais que foram convidados, encontram-se a ONU, a própria CELAC, a CARICOM, a União Africana, os BRICS, a União Interamericana de Organismos Eleitorais e o Centro Carter dos Estados Unidos. Também nos foi dirigido um convite para que indicássemos observadores eleitorais. Quem quer que seja que vença a eleição do próximo mês de julho, governo ou oposição, precisará ter sua legitimidade aceita por todos, daí a importância da participação de observadores internacionais. Esto es muy importante porque esta es la aperciación in loco de la situación venezolana

A propósito, foi graças a esses mecanismos e canais de diálogo reabertos que o Brasil conseguiu contribuir para desarmar tensões entre a Venezuela e a Guiana sobre a disputada região do Essequibo. Isso se deveu muito à iniciativa do Presidente Lula durante a Cúpula do Mercosul em dezembro último no Rio de Janeiro, ao propor ao presidente de turno da CELAC, o primeiro-ministro de São Vicente e Granadinas, Ralph Gonsalves, que abordasse a questão com ambas as partes, fazendo uma intermediação entre Guiana e Venezuela em nome da CELAC.

Atendendo a esse chamado para criar um espaço de entendimento, os presidentes Maduro e Irfaan Ali se reuniram em dezembro e concordaram, na Declaração de Argyle, em não recorrer à força para resolver o contencioso bilateral. Comprometeram-se, ainda, a manter negociações com vistas a encontrar solução diplomática permanente. Realizei, em Brasília, em 25 de janeiro, a I Reunião da Comissão Conjunta de Chanceleres e Técnicos da Guiana e da Venezuela. Esta Comissão foi criada no contexto da Declaração de Argyle. Também nessa reunião ambas as partes reafirmaram o seu compromisso com a paz e com o diálogo contínuo. É preciso ressaltar também que a interferência de atores extrarregionais, a qualquer um dos lados, deve ser evitada. Precisamos de diplomacia nesta questão, e não de armas…”

Lo relevante de la interpelación del ministro son varias cosas a tomar cuenta y no deben tomarse a la ligera: primero, el tipo de elección que se espera, que sea abierta y transparente y con observación internacional, de aquí surge otro elemento importante que el próximo Presidente debe tener una sólida legitimación de origen y además, Brasil, observa con cautela y preocupación, la utilización de problemas fronterizos para fines políticos internos, por ello, el apoyo a la mediación y solución pacífica de las controversias y finalmente, que tiene información de primera mano de la situación socio-política venezolana y tiene una clara apreciación política estratégica y de la evolución de los diferentes acontecimientos ( apreciación en loco).

En suma, este análisis de la situación venezolana de Viera, en forma abierta, transparente y directa, deja ver cuál es la observación y conceptualización brasileña de la situación venezolana, y de su política exterior. Una diplomacia profesional, institucional y de estado, no ideologizada y partidizada, sigamos ese ejemplo, en un mundo complejo geopolíticamente y económicamente también. A buen entendedor, sobran las palabras.

jesusmazzei@gmail.com

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario