lunes, 30 de marzo de 2015

Ciclos económicos y la economía venezolana (I)


Econ. César Andrea Pérez
Candidato a MSc en Economía Internacional por la UCV

Todas las economías experimentan los llamados “ciclos económicos” o “ciclos de negocios” (en inglés, “Business Cycles”); éstos se caracterizan porque el producto experimenta trayectorias temporales de crecimiento y decrecimiento, sucesivamente. A la etapa de un ciclo a lo largo del cual el producto decrece se le denomina recesión, y al período donde el producto crece se le denomina expansión. Asimismo, se considera que la recesión es toda fase o caída del PIB de por lo menos dos trimestres seguidos, y una expansión es toda fase de aumento del PIB de por lo menos dos trimestres seguidos.
Por ejemplo, el máximo representante del capitalismo mundial: los Estados Unidos (EEUU), luego de la Segunda Guerra Mundial, ha sufrido once ciclos económicos. El último de ellos fue promovido por la Crisis financiera iniciada en setiembre de 2008. En contraste, la economía venezolana, desde 1999 ha experimentado tres ciclos económicos. El penúltimo de ellos tuvo que ver con el Paro Petrolero que inició en diciembre de 2002 y se extendió hasta febrero de 2003. Este acontecimiento fue promovido por la patronal Fedecamaras, por la nómina mayor de PDVSA, entre otros. El hecho es que, motivado a este paro, el país experimentó caídas en el PIB, de 8,9% y 7,8%, en esos años.
El último ciclo económico que padeció el país inició en el II trimestre de 2009 a raíz de la caída en los precios internacionales del petróleo, producto de la Crisis financiera en los EEUU. Esa fase de caída en el producto, duró seis trimestres consecutivos.
Ahora bien, volviendo a lo planteado en el primer párrafo, la teoría macroeconómica moderna establece dos tipos de choques causantes de los ciclos económicos: los choques de oferta, y los choques de demanda. Los primeros choques alteran la productividad promedio de una economía, esto es, la cantidad de bienes y servicios producidos en promedio por cada hora de trabajo y servicios de capital (maquinarias, computadoras, edificios, entre otros), es decir, los choques de oferta son los que permiten que el PIB se vea alterado de forma positiva o negativa.
Los choques de demanda se refieren a las variaciones en el gasto agregado en los bienes y servicios en un determinado país o región. En tal sentido, la Nueva Teoría Keynesiana, confiere los ciclos económicos a la incidencia de los choques de demanda. Desde esta perspectiva, el decrecimiento y crecimiento que experimenta el PIB se origina en una caída y aumento de la demanda agregada.
En el caso de Venezuela, debido a que por encima del 90% de las exportaciones son de origen petrolero, las variaciones en el precio internacional de este hidrocarburo, ocupan un lugar destacado dentro de las fuentes de los ciclos económicos, pues dichas variaciones constituyen al mismo tiempo un choque de oferta y de demanda. La función como un choque de oferta, es debido a que los ingresos en moneda externa por las exportaciones petroleras permiten la importación de maquinarias, equipos, materias primas, entre otros, (dependiendo del precio internacional del petróleo) en función de satisfacer las demandas de la agricultura, la industria y la construcción, entre otras actividades económicas.
Al mismo tiempo, constituye un choque de demanda porque a través del precio internacional del petróleo, el fisco nacional recibe Bs que son utilizados por el Gobierno a través del Gasto Público atendiendo prioridades como alimentación, salud, educación, vivienda, seguridad social, empleo, entre otras.

Tips:
  • Las políticas macroeconómicas dirigidas a controlar los ciclos económicos en Venezuela deben orientarse hacia,
    • El rescate del Fondo para la Estabilización Macroeconómica (FEM), con el fin de acumular parte de los ingresos de origen petrolero. Con este fondo se reducirían los choques al PIB cuando baja el precio del barril del petróleo. Este tipo de políticas anti cíclicas es aplicada en países como Noruega. En 1990 los noruegos establecieron el Fondo de Pensiones Global, el cual acumula un porcentaje importante de los ingresos obtenidos de la exportación del petróleo. Actualmente atesora 828.660 millones de USD; y se espera que para el 2020 llegue a 1 billón (1.000.000 de millones) de USD. Al 18/03/2015, el FEM acumula 3 mil millones de USD. El valor más alto de reservas en este fondo se alcanzó en 2001 con 6.227,0 millones de USD.
    • El establecimiento de un Solo Tipo de Cambio que refleje la productividad del sector no petrolero, con la finalidad de crear las condiciones cambiarias para aumentar la participación de las exportaciones no tradicionales. Según el Banco Central de Venezuela, en 1998 las exportaciones no petroleras alcanzaron 5.529 millones de USD, en cambio, en 2013, se situaron en 3.359 millones de USD.
    • Incrementar los flujos de entrada de Inversión Extranjera Directa en la agricultura y en la industria, mediante la creación de nuevas Zonas Económicas Especiales (ZEE) -además de las recién creadas San Antonio Ureña y Paraguaná- en los estados Miranda, Carabobo, Guárico y Zulia.
Referencias:
Manzano, O., Méndez, R., Pineda, J. y Ríos, G. (2008). Macroeconomía y petróleo. México: Pearson educación.
Navarro, P. (2010). Macroeconomía en la empresa: claves para adecuarse al contexto. Barcelona, España: Bresca Editorial.

domingo, 29 de marzo de 2015

Sanctions Update: Venezuela Is not Russia

Barbara Kotschwar and Gary Clyde Hufbauer 

The Peterson Institute for International Economics is a private, nonprofit, nonpartisan 
research institution devoted to the study of international economic policy. More › › Principio del formulario
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by Barbara Kotschwar and Gary Clyde Hufbauer | March 24th, 2015 | 09:22 am
The Obama administration imposed new sanctions on Venezuela last week, declaring, in a letter to House Speaker John Boehner, “a national emergency with respect to the unusual and extraordinary threat to the national security and foreign policy of the United States posed by the situation in Venezuela.”
These sanctions will deny visas and freeze the assets of officials who the US claims were involved in violent street protests that killed 43 people in February 2014. The sanctions also target officials who undermine democratic processes, limit freedom of expression, or engage in public corruption.
The assertion that the situation reflects a “national emergency” for the United States is puzzling. Venezuela is a national security threat only to itself. Years of distorted economic policies have left Venezuela with a second straight year of negative economic growth and the world’s highest rate of inflation. Foreign reserves are dwindling—a bizarre situation for an oil exporter that enjoyed nearly a decade of record high petroleum prices. A four-tier currency system benefits corrupt insiders but hurts the poor and middle class. Widely reported are shortages of basic goods—toilet paper, diapers, baby formula, and medicines among others.
The declaration of a national emergency is a procedural aspect of most sanctions programs, as a senior administration official clarified in a conference call. The White House points out that the sanctions are aimed not at the Venezuelan people but at particular individuals. Strong US language, however, will certainly add fuel to President Nicolás Maduro’s anti-American rhetoric and conspiracy claims. In turn, sanctions will serve as a rallying cry against the Venezuelan opposition as well as the United States. Sanctions may actually help Maduro recover his dismal popularity ratings. They have already prompted the Venezuelan congress to grant Maduro expanded executive powers—the same powers he previously used to limit speech and quell opposition.
Equally important, this action serves to chill the incipient warming in hemispheric relations that resulted from President Obama’s December 17, 2014, decision to resume diplomatic relations with Cuba. Coming only a month before the first Summit of the Americas in which the United States will sit at the table with Cuba, the Venezuelan sanctions will dim Obama’s luster as a friend of hemispheric reconciliation
And the hemisphere needs a boost of goodwill. After a decade of robust growth, many South American countries are facing low growth, rising inflation, and popular discontent—particularly Brazil. Increased engagement could generate economic payoffs as well as diplomatic results. Brazil’s President Dilma Rousseff had been signaling an intent to reschedule her state visit to the United States—cancelled in 2013 in the wake of the National Security Agency’s phone taps. It would be unfortunate if regional loyalties kept her from making the trip once again.
That the new sanctions target particular state officials is cold comfort for those who view US policies as a heavy-handed assault on the Venezuelan people. Here it is instructive to turn back to conclusions reached by Gary Hufbauer and Jeffrey Schott in their decades-long study of economic sanctions. Their first lesson is that “the economic impact of sanctions may be pronounced, especially on the target, but other factors in the situation often overshadow the impact of sanctions in determining the political outcome.”

It is worth asking whether the cost in hemispheric goodwill is worth whatever impact these sanctions may have. Sanctions may eventually help to put pressure on the administration. It is more likely, however, that the Maduro regime will be brought down by its own economic policies.

lunes, 23 de marzo de 2015

De la maldición a la bendición del petróleo (letraslibres.com/revista)

De la maldición a la bendición del petróleo

Los precios del petróleo han alcanzado niveles alarmantes. Para el país eso puede significar una dura época de austeridad pero también una oportunidad para hacer mejores inversiones públicas. Es urgente “despetrolizar” el gasto corriente.
Suceden cosas extrañas cuando los precios del petróleo se mantienen elevados: a pesar de una economía desastrosa, Nicolás Maduro dormía tranquilo soñando con el pajarito de Chávez, Vladimir Putin planeaba la siguiente incursión bélica de Rusia, isis y otros grupos terroristas tenían un mayor financiamiento de parte de algunos países petroleros de Medio Oriente.
La caída en el precio del petróleo no es necesariamente una mala noticia. No tiene por qué serlo en México, donde el gobierno tuvo la intención de utilizar la construcción del Tren de Alta Velocidad entre la ciudad de México y Querétaro como un signo de modernidad, cuando realmente iba a terminar representando a un Estado anquilosado que invierte mal los recursos públicos. El Tren de Alta Velocidad no solo puso en evidencia las graves acusaciones por conflictos de intereses, también reveló cifras que indican una mala inversión pública. Más allá de los subsidios iniciales para su construcción, de aproximadamente 48,000 millones de pesos, su operación habría requerido un mayor desembolso del gobierno federal, pues la demanda calculada de 22,220 pasajeros diarios1 parece elevada para un trayecto en el que actualmente circulan alrededor de cincuenta mil automóviles al día. Es decir, para hacerlo rentable, habría sido necesario que una gran parte de los automovilistas dejaran sus vehículos y decidieran pagar trescientos pesos para utilizar ese transporte. Aun así, el tren habría requerido subsidios adicionales porque con esa demanda no alcanzaba a cubrir ni la mitad de los costos de operación y sus intereses.2 Y si bien el gasto del gobierno en este proyecto podría haber estado justificado por otros factores positivos –como la disminución de emisiones de dióxido de carbono o la disminución de tiempos de traslado y, con esto, el incremento de la productividad–, no existe evidencia de que estos beneficios superarían a los costos.3
Solo se pueden aprobar proyectos así con abundantes recursos mal manejados. “La maldición de los recursos naturales”, en este caso el petróleo, es uno de los principales factores que han incidido en un gasto poco transparente, ineficiente y con reducido impacto para el crecimiento de largo plazo. No sorprende que la calidad del gasto en el país sea muy mala, más aún en comparación con lo que sucede en el resto del mundo. En el Índice de Eficiencia del Gasto,4 México se ubica en el puesto 99 de 144 países. Peor es el Índice de Desviación de Fondos Públicos,5que ubica al país en el puesto 119, muy cerca de países con mucha pobreza y debilidad institucional como Haití o Camerún, pero también cerca de Estados petroleros como Brasil, Nigeria y Venezuela, el último de la lista.
Lo más grave es que no se aprovechó el boom de los precios del petróleo para cambiar la situación. Es cierto que la presión tributaria es de las más bajas de la región, al recaudarse solo lo equivalente a 10.6% del pib, pero también lo es que esta presión la soportan pocos contribuyentes, que tienen una carga elevada por la gran informalidad reinante en México, la cual, según el inegi, asciende a 58.1% del total de los empleos. La reforma hacendaria aprobada hace dos años no atacó los problemas de fondo –la reducida base tributaria y la “despetrolización” del gasto corriente– y se concentró en lograr una mayor recaudación para financiar un gasto ineficiente. El resultado fue una reducción del crecimiento económico a un paupérrimo 2.1%.6
La informalidad y su prima hermana, la evasión, no solo tienen efecto en la recaudación, sino en las raíces de un conjunto más amplio de problemas nacionales. En gran parte producto del bajo crecimiento y productividad, la informalidad propicia el entorno ideal para la ilegalidad, y ofrece el blindaje necesario para la corrupción y el crimen organizado. La generalización y penetración de este tipo de conductas debilitan el Estado de derecho, uno de los aspectos fundamentales para el progreso a largo plazo de cualquier nación.
Es cierto que se han tomado algunas medidas para atacar la informalidad: el Régimen de Incorporación Fiscal (que atrae a contribuyentes con beneficios y descuentos), la estrategia “Crezcamos Juntos” y la introducción de la contabilidad electrónica. Sin embargo, aunque pueden tener algunos efectos positivos, el gran problema de la informalidad no va a resolverse por decreto. Se resuelve con aumentos significativos de la productividad y un mayor crecimiento.
En este contexto, es una buena señal recortar el presupuesto en un año electoral y antes de que se ejerzan las coberturas del petróleo (el referido Tren de Alta Velocidad es un ejemplo de una inversión pública que habría requerido un mayor análisis). Sin embargo, los ajustes propuestos no son todo lo coherentes que deberían. No emite una señal positiva que en año electoral se vayan a repartir más de diez millones de televisores cuando se pudo haber aplazado el apagón analógico y así haber tenido más tiempo para evaluar alternativas más económicas (aunque menos atractivas en número de votos) como los decodificadores, que según expertos cuestan alrededor de una tercera parte del precio de los televisores.7
Este es el momento preciso para tomar decisiones drásticas sobre otras cuentas de gasto que no tienen razón de ser. Entre ellas la excesiva propaganda en todos los niveles de gobierno: no tiene ninguna justificación y podría ser eliminada. Igualmente, la omnipresente y constante publicidad de los partidos políticos, que en épocas no electorales nos invade en radio, televisión y cines.
Una de las claves principales del gasto eficiente se encuentra en la reformulación del Fondo Mexicano del Petróleo. Tal como se ha diseñado, se lograrán ahorros solo si los ingresos petroleros superan el 4.7% del pib, monto calculado en 2013 tomando en cuenta un elevado precio del petróleo. Con los precios actuales –que rondan los cuarenta dólares por barril, pero ni siquiera con un escenario optimista de setenta dólares–, no se podrá lograr un ahorro en el Fondo en los siguientes cuatro años, porque los ingresos representarían solo 2.9% del pib hasta el 2019, en lugar del 6.1% proyectado en la Ley de Ingresos de la Federación 2014.
Este error de nacimiento, fruto del optimismo, podría significar su defunción. Por esto es urgente reformular el cálculo para que se puedan lograr excedentes con precios más bajos del petróleo. Basta observar las exitosas experiencias internacionales. El Fondo de Pensiones Gubernamental Global de Noruega cuenta con más de 725 mil millones de dólares ahorrados por excedentes en ingresos petroleros y relacionados, que se invierten para atender obligaciones pensionarias. El Fondo de Estabilización Económica y Social de Chile permite financiar déficits fiscales sin tener que recurrir a aumentos de impuestos y puede también realizar amortizaciones de la deuda pública, por lo que el gasto no se ve mayormente afectado por la volatilidad de los precios internacionales.
La historia de México demuestra que los booms no han servido para hacer las reformas necesarias, ordenar las finanzas públicas o sentar las bases para el crecimiento. Tal vez esta drástica caída en los precios del petróleo puede ser una bendición, un elemento que ayude a que el gasto público sea útil para brindar los servicios públicos necesarios para que los ciudadanos se sientan parte de un contrato social eficiente con el Estado. Un periodo prolongado (parece que va a ser así por más de cuatro años) puede servir para “despetrolizar” el gasto corriente, algo que no puede realizarse de la noche a la mañana. Es la excusa perfecta para recortar las transferencias a estados y municipios, para fomentar una verdadera descentralización fiscal, con autoridades locales más responsables de sus finanzas y conectadas con sus ciudadanos. Con un Fondo Mexicano del Petróleo reformulado se pueden promover inversiones en infraestructura y servicios necesarios para el crecimiento y la productividad, que lleven también a una mayor formalidad.
Es optimista pensar que va a pasar esto en un año electoral, principalmente con el pri a la cabeza. Pero las vacas están muy flacas, el “momento mexicano” se fue, no quedan muchas más oportunidades para reactivar el país y, si se quiere pensar cínicamente, tal vez resulte más estratégico que los priistas actúen pensando en el siguiente ciclo electoral. ~









1 sct, Análisis costo-beneficio del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro, p. 20. Disponible en: bit.ly/1yqDZIo.
2 Paul Amos, Dick Bullock y Jitendra Sondhi, “High-speed rail: The fast track to economic development?”, p. 2. Disponible en: bit.ly/1zP9pNM.
3 Por ejemplo, la Manifestación de Impacto Ambiental del Proyecto (p. 574) establece que el proyecto generaría tres veces más impactos negativos que positivos: bit.ly/1A0ERHI.
4 Reporte Global de Competitividad 2014-15, Foro Económico Mundial, p. 413.
5 Ibídem, p. 408.
6 Perspectivas de la Economía Mundial 2015-Update, Foro Económico Mundial: bit.ly/1wo7Nob.
7 Sonia Corona, “El gobierno mexicano regala en año de elecciones diez millones de televisores”, El País, 25 de enero de 2015: bit.ly/1ySPX2k.

viernes, 20 de marzo de 2015

¿ES POSIBLE LA ECONOMÍA VERDE EN VENEZUELA?[1]


Eduardo Ortiz Ramírez

En relación con el ajuste de los procesos de creci­miento al resguardo de la ecología, desde finales de los ochenta, forma parte de los proyectos de desarrollo a nivel nacional y regional el concepto de desarrollo sustentable que posteriormente va a ser superado por el de economía verde[2] -que lo busca hacer operativo-.  En aquel concepto se trata de sintetizar la necesaria armonía que debe privar en la interrelación ambiente‑desarrollo, al estar en parte basado en el principio de que la producción máxima debe ser compatible con el mantenimiento de la productividad futura de los recursos naturales (LECOMBER, Richard. 1977 Crecimiento Económico Versus Medio Ambiente, Colección Mac‑Millán‑Vicens‑Vives de Economía, Barcelona).  Aunque de reciente difusión, el concepto aparece ya en autores de comienzos del siglo XX, relacionado con el criterio de la sustentabilidad, que ha sido manejado por las ciencias del agro, como un atributo de los sistemas agrícolas (corres­pondiendo a la capacidad de éstos para mantener la produc­tividad frente a diversas perturbaciones: erosión o sequía por ejemplo).  En estos campos es bastante conocido el Informe Burtland, que ofrece un concepto muy completo de lo que se trata de transmitir: "El desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades de la gene­ración presente sin comprometer la capacidad de las gene­raciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".  Es así como se logra la fusión teórica entre la sustentabilidad y el desarrollo, como base para la formu­lación e implementación de estrategias integrales (Eduardo Ortiz Ramírez. 1992.  Notas sobre Econo­mía, Ambiente y Desarrollo.  Revista SIC.  Enero‑Febrero).
COMERCIO INTERNACIONAL Y AMBIENTE
En el caso de Venezuela, dado el alto grado de dependencia de su economía con respecto a las exportaciones de petróleo y derivados, el enfoque global que el país debe desarrollar acerca de la actividad petro­lera‑minera y su interacción con el ambiente en las diver­sas fases antes mencionadas, tiene que contemplar un análisis a fondo de las implicaciones que para el ambiente tienen las prácticas comerciales y las políticas ambientales de los países usuarios de aquel producto, además de los que deberían ser sus intereses económico-ambientales domésticos. Existen también nexos e interacciones entre el comercio interna­cional de los demás bienes y la problemática ecológica, por lo cual también la política comercial debe contemplar dichas interrelaciones.
Existe un grupo de problemas que son comunes a los diversos países del mundo, a saber: emisio­nes de gases de efecto invernadero, destrucción de la capa de ozono, deforestación tropical, contaminación de los océa­nos, alteración de las condiciones urbanas de vida y pérdida de la biodiversidad.  Se pueden especificar también, entre otros, la protección de la calidad del agua y el aire, protección de los suelos, tratamiento y disposición de la basura o desperdicios, control del ruido (varios adquieren, dimensiones internacionales). 
A la corrección sistemática de los efectos de dete­rioro sobre la base del concepto de internalización de sus costos en el de las actividades que los originan, debe agregarse la adopción de acuerdos internacionales para combatirlos.  El logro en este ámbito de soluciones ade­cuadas se dificulta por la existencia en el campo internacional de desigualdades en niveles de desarrollo, diferencias en preferencias sociales sobre consumo, desarrollo y contaminación, capa­cidades diversas de asimilación de efectos ambientales y financiamiento del mejoramiento ambiental y jurisdicciones político‑administrativas separadas y autónomas.
Existen, además, fallas de tipo institucional en el ordenamiento del comercio internacional, por cuanto el desaparecido GATT y la OMC han carecido de normas claras de validez general para compatibilizar, el desarrollo del comercio con el equilibrio ecológico.  La normativa exis­tente se refiere para citar los casos más importantes, a los subsidios dirigidos a cubrir los costos del abasteci­miento y control de la contaminación sujetos a acciones compensatorias por parte de los países que se consideran afectados; los impuestos compensatorios dirigidos a neu­tralizar ventajas competitivas obtenidas por gastos meno­res de protección ambiental, lo cual puede convertir la calidad ambiental en un  pretexto para la protección, en especial la practicada por los países industrializados; las excepciones a las normas sobre restricciones cuantita­tivas e intervenciones discriminatorias con fines de protección de elementos específicos del ambiente, aunque en forma y procedimientos no bien definidos; y, finalmen­te, los estándares de productos y los acuerdos internacio­nales sobre métodos de producción y procesos.
La ausencia de reglas y procedimientos claros y la dinámica interna para la toma de decisiones, determinan que los organismos multilaterales de comercio señalados hayan sido estructuralmente débiles para resolver las disputas acerca del uso apropiado de la política comercial con fines de protección ambiental (Martin Khor La “economía verde” desde la perspectiva del desarrollo sostenible Cooperación en Red Euroamericana Para El Desarrollo Sostenible. 06 setiembre 2012).
Así, las regulaciones y estándares ambientales de un país significan para exportadores de otros países costos adi­cionales y dificultades.  Estas restricciones pueden con­vertirse en una excusa con fines realmente proteccionis­tas, si, por ejemplo, no se restringe la producción inter­na del bien o bienes involucrados.  La legitimidad de los objetivos ambientales puede, también, ser puesta en discu­sión. 
A lo anteriormente planteado deben agregarse las exigencias que los países en desarrollo han realizado desde hace décadas acerca de la necesidad de financiamiento y transferencia tecnológica, desde los países avanzados, para combatir el deterioro ambiental y la de carácter más universal, ati­nente a la adopción de políticas energéticas que permitan revertir el efecto invernadero generado por el uso de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural.   Propuestas  en este último aspecto tuvieron  como propósito reducir las emisiones de dióxi­do de carbono y otros gases a determinados niveles (Protocolo de Montreal).  Es una cuestión de interés que afecta directamente a Venezuela como país productor de energéticos sobre los cuales sigue basando -en 2015- su desarrollo.
Por último, es altamente relevante reconocer y desta­car la asociación entre los desequilibrios económicos de distinto tipo y la necesidad de aumentar los ingresos de exportación, por una parte, y la ejecución de distintas líneas de expansión económica que puedan afectar el ambiente, por la otra.  Se trata de las líneas de desarro­llo y competencia que siguen llevando a cabo las socieda­des avanzadas, y, de una manera particular, los países en desarrollo, que con el impulso del comercio internacional atinente a bienes primarios o productos básicos, buscan solucionar los problemas asociados al crecimiento, deuda externa y bajos precios de tales productos. Puede destacarse como América Latina no ha abandonado la dependencia de los productos referidos, todo lo contrario la ha fortalecido[3]: “En 2003, las exportaciones basadas en recursos naturales cubrían el 49% de la canasta exportadora de la región mientras que una década más tarde esa proporción se eleva al 60%. El incremento relativo se da en detrimento de las exportaciones de textiles y de otras manufacturas, toda vez que las correspondientes a equipamiento de transporte se mantienen alrededor del 10%. El aumento de la participación de los bienes basados en recursos naturales, tendencia consolidada desde 2008 gracias al auge de los mercados de productos básicos, no se altera en el cuadro reciente de estancamiento de las exportaciones.” (Ver Monitor de Comercio e Integración 2014. Vientos Adversos. Políticas para relanzar el comercio en la post-crisis. Paolo Giordano Coordinador. Octubre 2014 BID).
LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICO AMBIENTAL Y LA ECONOMÍA VERDE
Veinte  y tres años después de Eco 92,  y casi tres después de la  Río+20, la agenda internacional sigue manteniendo problemas económicos ambientales similares y/o aumentados, pero no un escenario donde se le hubiese dado solución a numerosos que se han venido repitiendo. En esta última conferencia se tuvo como puntos de interés dos puntos principales: economía verde y estructura institucional para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Sin embargo, han surgido críticas que sostienen que la economía verde peca de un exceso de positivismo cientificista, ya que confía en resolver los problemas generados por el cambio climático aplicando la ciencia por encima del debate político. Según esta perspectiva están implicadas tecnologías cuyos riesgos son imprevisibles, como la nanotecnología, la biología sintética y la geoingeniería, áreas donde Estados y empresas han invertido miles de millones de dólares (Célio Bermann. Economía verde: ¿una vía para otro mundo posible? Debates científicos e intereses políticos en torno de Río+20 Rev. Nueva Sociedad N° 239, 2012). También debe señalarse que muchos países en desarrollo no presentan posibilidades de acceso a estas tecnologías.
El concepto de economía verde todavía no ha conseguido una definición ampliamente aceptada[4], ya sea entre economistas, ambientalistas o ecologistas[5]. Es un concepto de cierta complejidad y no se puede esperar que, en un futuro cercano, se alcance un consenso sobre su significado, su uso, su utilidad y menos aún sobre las implicaciones políticas que sobrelleva.
El término de economía verde en principio remite a una economía respetuosa del  ambiente, con propósito de  conservar los recursos naturales, así como de minimizar la contaminación y las emisiones nocivas para el mismo, acompañada de una elaboración de productos que no lo dañen ni por su existencia ni por su consumo. Dentro de las interrogantes se tiene si en tal perspectiva económica deberán limitarse otros aspectos, como el crecimiento económico de los países pobres y el desarrollo social, la erradicación de la pobreza o la creación de empleo. A tales efectos la economía verde debería reposar sobe una ecuación de tres variables: el imperativo medioambiental, el de desarrollo (tanto en su dimensión económica como social) y el principio de equidad, que vincularía las dimensiones ambientales y de desarrollo[6].
Por consiguiente, la economía verde debería definirse en el marco de esta ecuación, que, por otro lado, debe abarcar tanto las dimensiones internacionales como las nacionales. Sus objetivos, principios, medidas, propuestas o las iniciativas que partan de ella deberían integrarse en el marco y criterios de la ecuación ambiente-desarrollo-equidad para así promover la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible, destacándole su valor en el aspecto positivo que consiste en reconocer el valor económico y social del ambiente (Martin Khor, Ídem).
ECOSOCIALISMO VS ECOCAPITALISMO
En cuanto a evolución institucional desde el inicio del período de la administración bolivariana sin Hugo Chávez (HC) (en líneas generales 2013), debe recordarse que su administración se dedicó a desinstitucionalizar o ejecutar lo que la revolución bolivariana entendió desde 1999 como refundar las instituciones, una vez finalizado el proceso mismo de la Asamblea Constituyente que terminó con la aprobación de la Nueva Constitución en diciembre de ese mismo año. La institución militar, el BCV, PDVSA, los ministerios viejos y nuevos, y otras, son todas instancias donde la llamada refundación de las instituciones a adaptado la dinámica y objetivos de  esas instituciones a los intereses que han pasado a hegemonizar la dinámica del Estado y específicamente el gobierno de HC y de su continuador Nicolás Maduro (NM).
De los elementos previamente señalados, es de importancia resaltar la ampliación de las dimensiones operativas de las instituciones gubernamentales vía funcionamiento o articulación de ministerios viejos y nuevos. En sus inicios, la administración bolivariana se distinguió -en expresiones del presidente HC- por criticar el excesivo burocratismo estatal y numero de ministerios, por señalar dos de sus permanentes referencias. Una evaluación muy preliminar, después de más de quince años, permite evidenciar que la administración señalada ha aumentado considerablemente el número de ministerios y funcionarios que conforman la nómina del sector público, con -entre otros- innegables fines políticos. Numerosos temas, según las inclinaciones del presidente HC y también de NM y sus respectivas camarillas, han inspirado la formación de nuevos ministerios, organismos o reestructuraciones o reagrupamientos entre ellos: el mundo pluripolar, las comunas, el eco socialismo, viviendas, misiones, salud, revolución cultural y cualesquiera de otros tantos temas han estado en la base de aquellas creaciones de ministerios y/o reestructuraciones.
La evaluación del número de veces que la administración bolivariana ha reestructurado ministerios o creado nuevos ministerios, según esta dinámica que hemos planteado, puede conformar un tema suficientemente vasto; más aún, si ello se enfoca evaluando la eficiencia o el cumplimiento de objetivos, según se hayan planteado como justificativos de la creación o reestructuraciones según los casos.
En la cadena nacional del día 2 de septiembre de 2014 donde el Presidente NM había prometido un sacudón, para alterar, transformar, dominar el estado burgués o sus restos, además de la referencia permanente a la retórica de 15 años de la administración bolivariana, la mayor parte de aquella se concentró en detallar cinco revoluciones que debían fortalecerse -sin muchos elementos de novedad (la económica, del conocimiento, de las misiones, de las políticas de estado y del socialismo territorial)- a la par que un conjunto de restructuraciones y nuevas instancias administrativas según la línea ya indicada.
Una de las reestructuraciones planteadas fue la de la eliminación del Ministerio de ambiente y su conversión en un Viceministerio ha sido interpretada como una degradación inconveniente dada su incorporación al Ministerio de Vivienda, Habitat y Ecosocialismo[7]. En la discusión acumulada en Venezuela sobre estos asuntos se llegó a perfilar como más conveniente la supervisión de actividades como la construcción de viviendas por parte de la instancia ministerial ambiental (puede verse Enrique Prieto Silva, Absurda degradación del Ministerio del Ambiente. www.analitica.com 13 de septiembre 2014). Esta restructuración, sin embargo, abarca elementos de tipo conceptual que han estado presentes en las discusiones internacionales de académicos, políticos divulgadores e indudablemente que remite a los campos de las relaciones entre economía-ambiente, ecología-política y a las actividades políticas de partidos izquierdistas, ecologistas, verdes, entre otros. Un autor vinculado a estas dimensiones nos brinda una conceptualización del ecosocialismo: “Qué  es  por consiguiente  el ecosocialismo? Se  trata  de  una corriente de pensamiento y de acción ecologista que hace suyos los principios fundamentales del marxismo —debidamente desembarazados  de los residuos productivistas. Para  los eco-socialistas, la lógica del mercado y la ganancia, del mismo modo que el autoritarismo burocrático del supuesto «socialismo real», es incompatible con las exigencias de la salvaguardia del medio ambiente natural. Todos critican la ideología de las corrientes dominantes del movimiento obrero, pero reconocen que los trabajadores y sus organizaciones son una fuerza esencial para la transformación radical del sistema, y para el establecimiento de una nueva sociedad, socialista y ecologista.” (Michael Lowy, ¿Qué es el Ecosocialismo? 17 de septiembre 2013. www.democraciasocialista.org)[8].
Por su parte la organización Comunicadores en Acción de clara tendencia oficialista presenta una serie de elementos de divulgación -en tiempo posterior cercano al momento de comunicar el llamado sacudón el presidente NM- en cuanto a la medida y al ecosocialismo: “1. Parte del legado del Cmdt. Chávez: «Suprimir la lógica del capital», «Hacer irreversible el tránsito al socialismo», COMO NO RETORNO 2. Abarca la revalorización de la naturaleza, el ecosistema, el hábitat comunitario, combinado con la reutilización y reciclaje de materiales 3. Involucra lo afectivo y la querencia por la localidad, valorando la arquitectura tradicional, la gastronomía popular, las efemérides. 4. El territorio como referente geo-histórico, como espacio pequeño que contiene acervos culturales y vocación productiva. 5. Se conecta con lo endógeno, con las internalidades como fuerzas propias, desde adentro y por dentro, motorizando el desarrollo local 6. Se articula con la geometría del poder y con el sistema de agregación comunal, siendo parte integral del poder popular 7. Asume la democratización de los medios de producción, con nuevas formas de propiedad, haciendo énfasis en la propiedad social directa. 8. Apoya diversas formas de organización socio-productivas, proyectos y redes encadenadas productivamente a escala comunal. 9. Eslabonamiento del proceso, articulando la producción-procesamiento-distribución-consumo, como una telaraña que cubre el territorio. 10. Se construye con diagnóstico participativo centrado en el dialogo de saberes y se operacionaliza a través de los Puntos y Círculos. 11. Tejido productivo sustentable y diversificado donde debe injertarse la propiedad social y el espíritu socialista. 12. Se rigen por una planificación consciente, orientadas por cupos y pedidos, enfrentando las relaciones mercantiles y de mercado.” (Comunicadores en Accion, Ecosocialismo como Nuevo Enfoque Socio-productivo que supera la Lógica del Capital. www.aporrea.org 13 de septiembre 2014)[9].
PRINCIPALES PROBLEMAS AMBIENTALES
Se presenta a continuación un grupo de los 5 principales problemas ambientales identificados por VITALIS (Situación Ambiental de Venezuela 2012. Análisis de Percepción del Sector. 2013. www.vitalis.net) de un total de 65, ordenados de mayor a menor importancia, de  acuerdo con la frecuencia y coincidencia en su mención por parte de especialistas consultados por dicha organización. Algunos de los problemas citados están relacionados entre sí, sin embargo, en algunos casos se mantiene su mención autónoma, para facilitar su análisis y comprensión y los cuales trascienden la escala temporal del año 2012. Es de señalar que en las primeras posiciones aparecen los que tienen que ver con contaminación[10] en variados ámbitos, agua y manejo de desechos sólidos que son dentro de nuestro interés altamente significativos, independientemente de la también muy alta significación que tienen otros.
De acuerdo a lo señalado, los principales problemas ambientales del año 2012 según VITALIS fueron:
1. Débil gestión de los recursos hídricos, en la cuenca del Lago de Valencia, embalses de Maticora (Falcón)[11] y la Mariposa (Miranda), e inadecuado manejo de aguas servidas y residuales que contaminan las fuentes de agua superficiales y subterráneas, dañan el paisaje, y comprometen los atributos físico-químicos y naturales de ríos, riachuelos, lagunas, lagos y playas a nivel nacional. Se suma el limitado tratamiento y acceso al agua potable.
2. Incremento en la contaminación atmosférica en los centros urbanos, por emisiones de fuentes móviles, teniendo sistemas de supervisión y control que se han debilitado. En un contexto de congestionamiento vehicular y falta de planes  de transporte público eficiente y no contaminante. El parque automotor de transporte colectivo, tiene un promedio de operación de 15 años.
3. Inapropiado manejo de los residuos y desechos sólidos (principalmente domésticos), tanto desde la fuente como en los sistemas de transporte, tratamiento y/o disposición final, en particular en las grandes ciudades. Numerosos vertederos y botaderos proliferan en el país (VITALIS. Ídem… 2013).
4. Vertidos de hidrocarburos a cuerpos de agua (derrame en el Río Guarapiche, estado Monagas; comunidad Guepe, sur del estado Anzoátegui). En 2011 ocurrieron 4.052 derrames, entre hidrocarburos y otras sustancias químicas. Se trata de un incremento de 69,33% con respecto a los 2.393 derrames registrados en el 2010.
5. Mal manejo de árboles en las principales ciudades del país, incluyendo podas inapropiadas, enfermedades, stress hídrico o exposición a agentes contaminantes atmosféricos (VITALIS. Ídem… 2013).
¿ES FACTIBLE LA ECONOMÍA VERDE EN LA VENEZUELA ACTUAL?
Se han revisado en estas notas un conjunto de elementos asociados a la idea y concepto de economía verde y a las condiciones y posibilidades de ejecutorias en Venezuela que pudieran permitir aprovecharlos para el mejor encausamiento de las relaciones entre crecimiento y ambiente.
Algunos desarrollos internacionales como el asociado al uso de indicadores como el Better Life[12] resumen parte del tamaño de nuestra aguda problemática ambiental pues –efectivamente- quienes mejor salen posicionados son los países de más alto desarrollo económico y social; varios de ellos del norte de Europa. Correspondientemente, las posibilidades de aprovechar mecanismos de financiamiento  como los Bonos Verdes[13] están asociadas a la claridad y precisión de los proyectos de inversión y la transparencia y -en algunos casos- consenso social y político a través de la consulta para llevar a cabo tales iniciativas.
Por otra parte, dadas las inclinaciones, sesgos y definiciones políticas de la administración bolivariana es obligado incorporar a la discusión sobre economía verde la dicotomía socialismo-capitalismo en dos perspectivas. La primera atañe a las diferencias ecosocialismo vs ecocapitalismo y, la segunda, a las concernientes al capitalismo rentístico vs socialismo rentístico. En el primer caso, se trata de la perspectiva que puede abarcarse dentro de lo que se puede llamar imaginario verde y que nos perfila al ecosocialismo con soluciones que siempre terminan en la destrucción del capitalismo. La problemática en esto abarca la visualización de como las revoluciones -y la venezolana es muestra de ello-, ni han acabado con la pobreza (Eduardo Ortiz Ramírez. Bienestar y miseria. ¿Solucionan las revoluciones la pobreza? www.almomento360.com. Caracas, 7/9/2014) ni terminan produciendo las mejores prácticas en cuanto a la atención de los problemas ambientales. En el caso del socialismo rentístico se termina teniendo la misma dinámica del disfrute de un medio de producción no producido y con la presencia o profundización de problemas ambientales resaltados  en este trabajo.
Producción petrolera y contaminación del aire, contaminación de las aguas y manejo de desechos sólidos terminan siendo a nuestro parecer y cotejándolos con tratamientos internacionales tres problemas fundamentales para las ejecutorias en Venezuela desde la perspectiva de la economía verde. Una adicional y de creciente problematización es lo que atañe a la deficiente atención de la problemática ambiental para el desarrollo de la actividad turística: naturaleza agredida; parques desatendidos; basura no recogida y sumideros de contaminación, malos olores y basura no son infrecuentes en distintos lugares turísticos en Venezuela[14]; pero igualmente puede destacarse la amenaza permanente de la inseguridad y la agresión e irrespeto de invasores a terrenos, parques y zonas montañosas[15]. La actividad turística presenta una dimensión directa y transparente en la perspectiva ambiental. Es por ello que se le pueden atribuir características para arrastrar a otros sectores, en los esfuerzos para  propender a impulsar la economía verde
En todas las dinámicas de la problemática ambiental venezolana puede evidenciarse la influencia de matices identificables según los casos con el individuo pero más aun con prácticas de políticas públicas, o ausencia de ellas, que nos remiten a falta de conciencia ciudadana en los cuidados ambientales, impunidad derivada de la falla en procesamiento de casos y sanciones[16] más que de la ausencia de leyes y la desaparición de acciones gubernamentales focalizadas para la solución de los problemas. De la misma manera es de importancia el sesgo histórico determinado por el mantenimiento de la dependencia petrolera a pesar de lo planteado en distintos planes de la nación por igualmente distintas administraciones de la misma; fundamentándose tal sesgo en la ilusión permanente de vivir del petróleo más que sembrar el petróleo[17]. Pero también debe señalarse una dinámica que genera una ficción de atención de los problemas ambientales y de otro tipo y que consiste en declarar permanentemente emergencias que no se corresponden con acciones concretas y solución de aquellos. Todo esto a pesar de las numerosas leyes y normas que existen[18] y que no son necesariamente bien aplicadas o correspondidas con acciones.
@eortizramirez




[1] Este trabajo forma parte de uno mayor en proceso de elaboración.
[2] Críticas a estos conceptos como derivados de una crítica al capitalismo “verde” pueden verse en: Instituto de estudios ecologistas del tercer mundo, estudios ecologistas N° 8 Capitalismo Verde. Quito Diciembre 2012. www.thecornerhouse.org.uk.
[3] Varios elementos abarca la dinámica y desempeño con tales productos y específicamente el caso de los alimentos:”Muchos países de América Latina y el Caribe son importantes proveedores de alimentos de los países industrializados. En Estados Unidos, en 2011, más del 33% de las importaciones de productos agrícolas provenían de la región y se proyecta que éstas alcanzarán el 40% en 2013. También en el caso de la Unión Europea, varios países de la región figuran entre los 10 primeros proveedores en los distintos rubros de alimentos. Dados los crecientes requisitos de información sobre el contenido de carbono de los productos alimenticios en los mercados industrializados, los exportadores latinoamericanos deben estar muy atentos a los cambios regulatorios, para poder adaptarse a los nuevos requisitos” (El desafío de la sostenibilidad ambiental en América Latina y el Caribe. Carlos de Miguel y Marcia Tavares-compiladores. CEPAL. ONU 2015. Pág. 134).
[4] En momentos de la evolución del mismo se ha apreciado que se trata más de un conjunto de ideas interconectadas que de un concepto cristalizado (puede verse: Sławomir Gurtowski. Green Economy Idea.  Limits, Perspectives, Implications. PROBLEMY EKOROZWOJU. PROBLEMS OF SUSTAINABLE DEVELOPMENT 2011, vol. 6, no 1, 75-82. https://www.academia.edu/Documents/in/Green_Economy).
[5] El PNUMA la define como aquella que “mejora el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica” (PNUMA. Hacia una Economía Verde. Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. 2011).
[6] Los hacedores de políticas han también promocionado el concepto presentándolo como solución a los problemas del cambio climático y la recesión. Puede verse: Stephanie Tombari. How Green is Your Economy? A comparison of public policies in Michigan and Ontario. Paper for presentation at Capitalism and Socialism: Utopia, Globalization, and Revolution Conference, University of Southern Indiana, November 6-8, 2014. https://www.academia.edu/Documents/in/Green_Economy.
[7] En tiempo muy próximo a esta acción se convierte en Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo, Hábitat y Vivienda.
[8] Debe entenderse también que para el Ecosocialismo la razón de las injusticias sociales y de los daños ambientales es el capitalismo en sí mismo (ver Tombari, S. Ídem).
[9] “…el compromiso gubernamental de seguir respetando los recursos naturales, se refleja mediante leyes vigentes que castigan el delito en contra de la Naturaleza, como la Ley Penal del Ambiente, gracias a las iniciativas de concientización ciudadana, que abarcan las campañas “Soy Consiente Consumo Eficiente” o “Cada gota cuenta” y con un arcoíris de Misiones que rescatan la sonrisa de las mascotas al ritmo de la Misión Nevado, que siembran millones de árboles en las calles con la ayuda de la Misión Árbol, y que prenden el bombillo del ahorro energético con la Misión Luciérnaga.” Carlos Fermín. Los 10 problemas socio-ambientales de Venezuela. Lunes, 22/09/2014. www.aporrea.org).
[10] A los efectos es pertinente destacar lo que en la Ley Orgánica del Ambiente se entiende por: “Contaminación: Liberación o introducción al ambiente de materia, en cualquiera de sus estados, que ocasione modificación al ambiente en su composición natural o la degrade. Contaminante: Toda materia, energía o combinación de éstas, de origen natural o antrópico, que al liberarse o actuar sobre la atmósfera, agua, suelo, flora, fauna o cualquier otro elemento del ambiente, altere o modifique su composición natural o la degrade” (Gaceta Oficial 5.833 extraordinario. Caracas, viernes 22 de diciembre de 2006).
[11] Represas, diques, canalizaciones y este embalse de Falcón fueron considerados para la aprobación de recursos por la Asamblea Nacional, con el fin de atender las afectaciones de las lluvias de noviembre y diciembre 2010. Se trata de 141 millones 218 mil 125 bolívares aprobados a inicios de noviembre 2012  por la Asamblea, a través de un crédito adicional que sería transferido al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (http://www.avn.info.ve/ 06/11/12). El 26 de octubre de 2014 el ministro Ricardo Molina y la gobernadora de Falcón Estella Lugo dieron información -en un acto de entrega de camiones cisterna- de haber aprobado la administración bolivariana recursos por el orden de 142 millones de bolívares para acometer obras en el embalse Matícora en Mene de Mauroa (http://www.rnv.gob.ve/ 25 octubre 2014).
[12] Índice Better Life/OCDE. Temas de bienestar más importantes o fundamentales: Satisfacción ante la vida, Educación y Salud. Aspectos de medición: Microgramos por metro cúbico material particulado fino, calidad del Agua, disfrute áreas verdes (www.oecd.org  24 de mayo 2011; www.veoverde.com  3 de julio 2012).
[13]Los Bonos Verdes (Green Bond) consisten en una emisión de deuda privada o pública que tiene como fin utilizar los fondos que captan en proyectos relacionados con la moderación y/o adaptación al cambio climático (o sea para proyectos verdes); funcionan como un bono común y corriente y con una retribución relacionada linealmente con el riesgo implicado.  En su mayoría, son emitidos por  los bancos multilaterales, algunos bancos comerciales y en menor medida los ejecutores de proyectos verdes y son comprados principalmente por inversores institucionales (ej. fondos de pensión,  administradores de fondos de inversión, inversores de impacto, etc.) interesados en apoyar las inversiones del caso (Diego Flaiban. Bonos Verdes, ¿Sólo buenas intenciones? www.blogs.iadb.org  30 de mayo de 2012, 7:00 am).  
[14] Contrario a esta perspectiva, el presidente Nicolás Maduro en la cadena nacional del 19 de febrero de 2015, haciendo un balance de los carnavales de días inmediatamente anteriores, señaló como en Venezuela estaba en desarrollo un “turismo ecológico” (www.vtv.gob.ve 19 de febrero 2015). A fines de 2014 se dio arranque a El programa de turismo sostenible del marco decenal de programas sobre modalidades de consumo y producción sostenibles y que estará dirigido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y los Gobiernos de Francia, el Reino de Marruecos y la República de Corea, con el apoyo del PNUMA. En tal ocasión el Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner señaló: “Para el PNUMA, el turismo es uno de los diez sectores económicos que más capacidad tienen de contribuir a la transición a una economía verde sostenible e inclusiva. Esta importante iniciativa trata de conducir al sector por una senda verdaderamente sostenible, que se haga eco del reto de nuestro tiempo: el fomento de una economía verde mundial que prospere guiándose por el interés, más que por el capital, de esos bienes naturales que poseemos y que son económicamente importantes”. Se estima que el turismo contribuye con el 9 por ciento del PIB mundial y uno de cada 11 puestos de trabajo así como el 6 por ciento de las exportaciones mundiales (www.unep.org 5 de noviembre 2014). Algunas experiencias en Venezuela en la creación de -por ejemplo- parques Eco-turísticos pueden verse en www.azulambientalistas.org.
[15]Ilustraciones sobre estos aspectos y otros relacionados pueden verse en: NotiAmbienteVE. http://notiambienteve.blogspot.com/2015/02. Godzilla, la cuaresma y el ambiente (noticias luego de la muerte del Minamb), miércoles, 18 de febrero de 2015.
[16] Ejemplos que lo expresan se encuentran en problemas como la contaminación del agua en valencia,  donde se dilatan los juicios y la Defensoría del Pueblo es poco Eficaz (ver El carabobeño 12 de julio 2014 www.el-carabobeno.com)
[17] Esta ilusión, consustancial a la propia aparición del petróleo –por razones históricas e institucionales- en la Venezuela del siglo veinte, se convierte en su forma de rentismo en la base y sustento de las iniciativas del militarismo (desde Gómez hasta Pérez Giménez), la democratización (años sesenta hasta mediados de los setenta), el neoliberalismo (parte de los años ochenta y noventa) y el socialismo de la administración bolivariana –y otras-, según distintos períodos históricos y administraciones de la nación.
[18] Pueden mencionarse entre la leyes: Ley Penal del Ambiente, Ley de Gestión Integral de la Basura, Ley de Residuos y Desechos Sólidos, Ley Orgánica del Ambiente, Ley Orgánica de la Administración Pública, Ley de aguas, Ley de animales domésticos; Ley de Substancias, Materiales y Desechos Peligrosos. Pero también normas técnicas de rango sublegal: “Normas para el control de la contaminación atmosférica”, “Normas para regular la descarga de vertidos líquidos a cuerpos de agua”, “Normas Complementarias para la Adecuación Progresiva de las Actividades que Generan Vertidos Líquidos a los Parámetros Actuales de Calidad Ambiental”, “Normas sobre el control de la contaminación generada por ruido”, “Normas sobre emisiones de fuentes móviles” (CONINDUSTRIA. Observaciones al proyecto de Ley de la calidad de aguas y del aire. 16 de enero 2015, www.conindustria.org  (Proyecto de parte de la Asamblea del 2 de  diciembre de 2014).