domingo, 31 de marzo de 2019

DOS PUNTOS SIEMPRE PENDIENTES SOBRE EL COMERCIO EXTERIOR DE AMÉRICA LATINA.


DOS PUNTOS SIEMPRE PENDIENTES SOBRE EL COMERCIO EXTERIOR DE AMÉRICA LATINA.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Complementando la nota del día 5 de marzo[1], insistimos en esta, en dos puntos de importancia permanente en la región y, sobre los cuales, se gastan o se dedican e invierten -y no sin razón- numerosas intenciones, reuniones y recursos. El primero atañe a la composición del comercio y el segundo al comercio intrarregional. Para ello, en parte de esta nota, recurrimos brevemente al Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe 2018 de CEPAL.

Desde los planeamientos de las economías de exportación de J Levin, pasando por los concernientes al Deterioro de los Términos de Intercambio (Prebisch/Singer), la Enfermedad Holandesa, el rentismo, los de P. Drucker sobre la creciente importancia del conocimiento y la tecnología, la Competitividad Porteriana, , los de la propia CEPAL en Transformación Productiva con Equidad que asimilaron/desarrollaron los muy bien impulsados por F. Fanzjylber y los desarrollos desde una Economía política de los recursos naturales[2], entre otros perfiles de análisis, como los que se pueden aplicar a los desafueros de la explotación del Arco Minero en Venezuela en la continuación del extractivismo, ha siempre quedado más o menos claro la conveniencia de sustituir exportaciones o exportar preferiblemente productos manufacturados, desplazando los productos primarios o agregándoles crecientemente valor e incluso articulándolos al resto de la economía (con los adecuados mecanismos de difusión de P. Bairoch dentro de un conjunto de trajinados conceptos en la economía, por mencionar alguno).  Para la región esto concierne a al menos unos 50/70 años fácilmente.

El cuadro 2.2.3 del Anuario… 2018 de CEPAL indicado desglosa exportaciones primarias y de productos manufacturados, dentro el total de exportaciones. Dentro de lo que recordamos y hemos revisado recientemente no hay cambios rotundos dentro de la estructura de aquellas por países, a excepción de algún caso muy particular para un país. Ello nos permite comentar, en base a una fotografía o análisis estático, en cuanto al año 2017,  que es la información más reciente del Anuario. Por los demás, existen numerosos estudios para este y el otro punto que señalaremos en esta nota, que atañen a la dinámica particular de exportaciones e importaciones para la particularidad de los países y que pueden dar entrada a análisis de determinantes de exportaciones e importaciones,  según coyunturas o necesidades particulares de desarrollo de las mismas, en contextos de integración o de políticas económicas específicas y que se pueden ilustrar vía cuadrantes e interacciones diversas  la presentación de aquellas[3].

Incluidas las reexportaciones, en el año 2017 la región[4] exportó 416.696,6 millones de dólares en productos primarios y 470.104,2 millones en productos manufacturados y ello representó un 47% y 53%, respectivamente, en la representación en las exportaciones totales. Además de lo indicado más arriba, la pregunta inmediata es ¿Cómo las exportaciones de la región siguen siendo casi en un 50% de productos primarios después de 50/70 años como se señaló más arriba? Lo cual indudablemente remite al otro problema de la poca participación del grupo en la competitividad a nivel mundial, pues la misma va remitiendo a los productos manufacturados e incluso a los de alto contenido tecnológico.
Pero existen las particularidades, obviamente. De los 19 países que se destacan 11 tienen una representación de los productos primarios igual o mayor al 70 % (Bolivia 95,2%, Chile 85,9%, Colombia 78,5%, entre otros)[5].

En el caso de los productos manufacturados solo 4 países tienen una representación de casi 70% o más de los mismos en cuanto a las exportaciones totales. Pero debe señalarse que el único caso representativo en cuanto a empuje o figuración – con todas las reservas que puedan expresarse-  a nivel internacional es el de México con 82,1% pues los otros tres son Republica Dominicana 69,2%, El Salvador 76,1% y Antigua y barbuda con 92,1% (incluyendo las rexportaciones). Puede verse que son muy pocos los países con representación alta de las exportaciones de manufacturas en el total de las mismas. Como puede observarse no hay grandes sorpresas y la inclusión de Venezuela, con el proceso de apuntalamiento del rentismo y destrucción económica en general desde hace 20 años, aumentaría las tendencias destacadas, con el agravante de una nación ubicada en los peores lugares de la competitividad y oportunidades de negocios,  además de la desatada y aguda hiperinflación.

En el caso del segundo punto que queremos resaltar en esta nota, se trata del comercio intrarregional en asociación o muy asociado a la dinámica o a las perspectivas de desarrollo o aprovechamiento de experiencias y proyectos de integración económica[6]. En los datos que presenta CEPAL para 2017 no hay tampoco mayores sorpresas, debiéndose añadir que las preocupaciones e intereses para impulsarla  remiten también a un periodo entre 50/70 años, dentro  de sus momentos eufóricos, altibajos, reestructuraciones, confusiones e ideas y proyectos de importancia también.

Para el año 2017, el comercio intrarregional se descompone en importaciones a la región y exportaciones desde la región. Las importaciones intrarregionales alcanzan a 15,1 %   y en el caso de las exportaciones intrarregionales ascendieron a 15,7%[7].  Son estos los porcentajes que sustentan las propuestas de integración vigente o en proyectos. Se deben precisar algunos porcentajes de representación del comercio intrarregional según países y experiencias de integración, determinándose por tradiciones, ubicaciones geográficas o cualesquiera otros elementos, pero la determinación es taxativa con el nivel de comercio intrarregional señalado. Un caso notorio por lo bajo de la representación es el que desde tiempo atrás tiene el mayor exportador de la región en sentido global y el cual es México. La representación de su comercio intrarregional es realmente baja para 2017 aunque como dijimos reproduce su tendencia histórica: 3,1% en importaciones intrarregionales y 5,3% en exportaciones intrarregionales.

Como se señaló, no existen ni sorpresas ni mayores cambios en las representaciones del comercio intrarregional en el comercio total o, en el caso de México, como nación que siempre ha comerciado poco con la región –sobre todo con la región suramericana-. Es de ubicar esto con énfasis, dadas las innumerables iniciativas que se han propuesto y se proponen para ampliar los pequeños mercados de algunas naciones de la región, aprovechando mercados ampliados a partir de la integración.

Esa idea impulsó numerosas iniciativas, pero también la de construir relaciones de complementariedad que contrarrestasen relaciones competitivas que parten de patrones de industrialización –y a veces de problemas estructurales- similares. Existe, sin embargo, la ya trajinada idea del comercio a lo interno de las industrias (Krugman/Helpman) o comercio intraindustrial, o, la más reciente, relativamente, de inserción de las naciones y sus empresas en la secuencia de las cadenas de valor. Claro que, naciones destruidas en su estructura productiva e industrial como es el caso de Venezuela, no les es inmediato poder estructurar vías de participación en opciones de integración que puedan impulsarse implicando los elementos señalados o buscando desarrollos más frescos, menos sesgados/acotados, o mejor articulados que algunos de los vistos[8] (sin ejecutar antes cambios en los sentidos y perfiles de sus políticas económicas y de crecimiento), como es el caso de la Alianza del Pacífico.


1 de abril 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com




[2] Enfoques de interés variado pueden verse en Revista BID/INTAL Nro. 35, Año 16, julio-diciembre 2012.
[3] Para Argentina puede verse BEKERMAN, M.; DULCICH, F.; GAITE, P. La inserción comercial externa de la Argentina en la última década: su impacto sobre la estructura productiva. H-industri@: Revista de Historia de la Industria, los Servicios y las Empresas en América Latina, Nº 23 (Diciembre 2018), pp. 115-142.Publicado por: Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

[4] Como es frecuente en años recientes Venezuela no aparece en los datos.
[5] Como espacio de reflexión y de reserva debe señalarse que algunos de los 11 países -como Chile- vienen avanzando en crecimiento económico, control de variables macroeconómicas y competitividad en rubros de la agroindustria, entre otros elementos; pero ese no es el caso de la mayoría de los 11 destacados. Lo que puede significar que la articulación de lo que se ubica como productos primarios no necesariamente representa el patrón tradicional. Brasil mismo que no está dentro de los 11 que destacamos, tiene una representación de 62,4% de en productos primarios. Adicionalmente hay el perfil de la desagregación de los grandes grupos de bienes y la especificación de subgrupos de productos líderes que CEPAL también los presenta en el Anuario referido.
[7] En porcentajes de las exportaciones e importaciones intrarregionales con respecto a las exportaciones
e importaciones totales, calculadas sobre la base de las exportaciones FOB.
[8] Un ejemplo extremo es el ALBA; creada en el contexto de HC y continuada por NM con dólares petroleros y en base a la asimetría del financiamiento de Venezuela.

sábado, 30 de marzo de 2019

Radiografía de la autocracia fascio-comunista



Humberto García Larralde, economista, profesor de la UCV, humgarl@gmail.com



Las radiografías permiten observar los huesos que sostienen a los vertebrados, no visibles normalmente. En el mismo orden, las fuerzas democráticas requieren de una radiografía de la dictadura fascio-comunista de Nicolás Maduro para entender qué elementos la sostienen. Básicamente son tres:

1)      La destrucción del Estado de derecho. La eliminación del imperio de la ley anula todo contrapeso al uso de la fuerza para imponer la voluntad de quienes detentan el poder. Desaparecen, por tanto, los derechos individuales y el libre albedrío. La abolición de normas que sustentan la autonomía de distintos poderes permite concentrarlos y centralizarlos en manos de una sola persona, el caudillo que comanda la supremacía del Estado. El control de los militares y el ejercicio del terrorismo de Estado, avalado por un poder judicial abyecto y corrompido, es crucial para avasallar a quienes esgrimen derechos inalienables para protestar las injusticias. Se disipa toda noción de ciudadanía para transformar a las personas en masa informe dependiente de quienes controlan el Estado.

2)      La supresión del intercambio mercantil autónomo entre individuos para proveerse de bienes y servicios. Las transacciones de mercado son intervenidas por favoritismos personales, grupales o político-partidistas. La lealtad sustituye a la eficiencia en el desempeño para ocupar cargos, reemplazando el talento. Desaparece la meritocracia, dando paso a prácticas de adulación y complicidades con los desafueros de los poderosos. El acceso a bienes y servicios toma la forma de un juego suma-cero en el cual los que resultan favorecidos implica que otros pierdan. De ahí la ventaja de afiliarse a estructuras de poder ganadoras. Promueve la conformación de mafias, amparadas en la desaparición del imperio de la ley comentada arriba, que se atrincheran para depredar la riqueza social, ejerciendo muchas veces la violencia para ello.  

Estos dos elementos se traducen en un régimen de expoliación de la riqueza social por parte de poderosos intereses atrincherados en la estructura del Estado, amparados en su monopolio de los medios de violencia. El imperio de la ley es sustituido por un Estado patrimonial que disuelve todo impedimento al aprovechamiento de los dineros públicos. La complicidad militar en estas acciones contra el interés nacional conforma una oligarquía militar-civil que se afana en conservar el poder.

3)      Una ideología legitimadora del régimen de expoliación y la violación de los derechos humanos que “absuelve” sus crímenes. La proyección de una representación simplista y maniquea de realidad por parte de un líder carismático, contraponiendo un pueblo puro y noble a una élite que contraría sus intereses, es instrumental en la construcción de apoyos a la demolición institucional. El populismo fascio-comunista estaría favoreciendo la democracia y el bien común[1], blindando su acción contra toda increpación externa. Construye una falsa realidad que reemplaza al mundo tal como es, una burbuja que sirve de refugio a su dictadura. Un orden sectario otorga a sus seguidores un sentido de pertenencia a una causa superior, trascendente, de cuyos secretos y misterios sólo es posible acceder a través de las verdades reveladas en sus postulados ideológicos. Por último, la ideología constituye un poderosísimo elemento de dominio del líder o de los líderes sobre sus huestes, pues consagra la certeza y visión privilegiada de sus decisiones.  

Si la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial puso de manifiesto sus horrores, la noción comunista siguió siendo atractiva para muchos, pues ofrecía un fundamento pretendidamente “científico”, a partir de los escritos de Carlos Marx, para construir una utopía. Todavía hoy, desbancada esta ilusión por las inconsistencias de esa teoría y el terrible costo infligido a poblaciones bajo dominio comunista, subsiste en sectas minoritarias, impermeables a toda refutación o crítica externa, es decir, como artículo de fe.

La prédica inicial de Chávez fue de naturaleza fascista, con giros patrioteros, militaristas y racistas, pero bajo la égida de Fidel Castro entendió que era más provechoso cobijar sus aspiraciones de poder con una retórica comunista. De ahí el término “fascio-comunista” que titula estas líneas. Esta imbricación “justificó” el desmantelamiento de la institucionalidad democrática por “burguesa” y el acoso al sector privado. Asimismo, invitó a la gerontocracia cubana, garante inflexible del credo “revolucionario”, a controlar el país. Transformó al gobierno chavista en vicario de un despotismo cruel, entregándose voluntariamente al dominio de sumos sacerdotes antillanos que pasaron a comandar la depredación.

Tal prédica pudo contar con amplia simpatía mientras la bonanza petrolera tapaba sus consecuencias con generosos programas de reparto. Pero el desastre se desnudó bajo el gobierno de Maduro, produciéndose el rechazo mayoritario del pueblo. Hoy en la burbuja comunista se refugian delincuentes que han colonizado el Estado, absolviendo sus atropellos contra los venezolanos y amparando la injerencia de esbirros cubanos en su represión. Constituye un obstáculo formidable a la salida de las mafias que han secuestrado al país, pues ofrece excusas para negar el fracaso e inviabilidad de su gestión, a la vez que pone en manos extrañas, cubanas, la conducción de su estrategia política.

De acuerdo con lo examinado, la oligarquía expoliadora no va a acceder a negociar su salida. La presencia desafiante de una misión militar rusa cumple con transmitir su disposición a pelear antes que ceder. Los intereses creados en torno a la depredación del país son demasiado poderosos y el blindaje ideológico conque se ha revestido la aísla de tener que entenderse con la realidad, por más adversa que se le haya puesto. La perversidad de estas gríngolas ideológicas es tal, que quienes pululan en el pozo séptico en que se ha convertido la “revolución” todavía repitan estar “defendiendo al pueblo” contra una “ultraderecha” diabólica, aliada con el imperialismo (¡!). Iris Varela arma presos, Freddy Bernal alborota a sus colectivos malandros y el ministro Reverol manda a sus brigadas de exterminio –FAES—a asesinar en los barrios populares, para preservar semejante depravación. La alienación ideológica es tal que un hombre otrora considerado inteligente como Jorge Rodríguez es capaz de declarar con su cara bien lavada, sin sentido alguno del ridículo, las estupideces más insólitas para explicar los apagones provocadas por la desidia oficial. La obnubilación de los “revolucionarios” hace de ellos los seres más crueles y inhumanos, capaces de invocar con el mayor cinismo un futuro luminoso para la humanidad.

La dictadura de Maduro es inviable. Después de tanta destrucción y aislada internacionalmente como está, sorprende que siga aferrándose al poder en vez de aceptar el puente de plata ofrecido a algunos de sus personeros para que se vayan. Decepcionante y vergonzosa ha sido también la escasa respuesta de los militares ante la oferta hecha por el presidente (E) Juán Guaidó. Refleja el grado de descomposición y de complicidad en que ha caído la Fuerza Armada y es la medida de las tareas de recuperación que habrán de instrumentarse en democracia. En la medida en que se encoja su botín, se exacerbarán los conflictos entre las mafias por los despojos. Los triunfadores argumentarán haber derrotado una conspiración imperialista, pero no soltarán presa. Cada día adicional que estos desalmados estén en el poder es una tragedia para los venezolanos. Ahora más que nunca debe mantenerse la presión, sin excluir la opción eventual de una intervención militar. Y para ello, no debe seguirse alimentando la ilusión entre aliados internacionales de que una salida negociada es factible.



[1] Como expresara el historiador Francois Furet con relación a Hitler, éste “supo, por instinto, el más grande secreto de la política: que la peor de las tiranías necesita el consentimiento de los tiranizados y, de ser posible, su entusiasmo”.


jueves, 28 de marzo de 2019

Venezuelans' right to health crumbles amid political crisis


EDITORIAL| VOLUME 393, ISSUE 10177, P1177, MARCH 23, 2019

Venezuelans' right to health crumbles amid political crisis

The rising prosperity of Venezuela during the 20th century helped to consolidate gains in health outcomes made over decades. Now, a country rich in natural resources is submerged in a complex humanitarian emergency due to the politico-economic crisis that started in 2008, progressively destroying the health-care system.

In this issue, Page and colleagues discuss the current situation in Venezuela and explain how the crisis has threatened the nation's public health, resulting in increases in morbidity and mortality. The authors also report on the observations they made when visiting the Venezuelan borders with Colombia and Brazil, where the movement of Venezuelan migrants has already resulted in a strain on both countries' health-care systems. Another worrying implication of the movement of migrants into neighbouring countries is the quick dissemination of infectious diseases, such as malaria and Chagas. A Review in The Lancet Infectious Diseases analysed the return of vector-borne diseases and the implications for spillover in the region. For example, the number of malaria cases increased by 359% between 2000 and 2015, and by a further 71% in 2017 (411 586 cases). Dengue incidence increased by more than four times between 1990 and 2016. These epidemics are exacerbated by the decline in public health programmes, such as childhood immunisation, insufficient potable water, and poor sanitation conditions.

In 2018, 82% of people in Venezuela (about 28·5 million people) and 75% of health centres around the country did not have a continuous supply of water, according to a report on the right to water published by five Venezuelan non-governmental organisations (NGOs). Running water is provided sporadically (in some areas this can be once every 20 days) and the water that does reach the population is of poor quality or not potable. To aggravate the situation, shortages of electricity have been recurrently reported over more than 3 months and have culminated in a widespread blackout between March 7 and March 11, leaving homes and hospitals in the dark. Failures in the electricity supply system were reported as causing the death of 79 patients between Nov 16, 2018, and Feb 9, 2019, in the 40 main hospitals of the country. These data are from a national surveyEncuesta Nacional de los Hospitales 2019 which also notes that 1557 patients died because of insufficient hospital supplies. The medical NGO that published these data explained that these are conservative estimates as many deaths are not reported.

In the meantime, hyperinflation (estimated by the International Monetary Fund to be at 10 million % in 2019) puts the cost of daily food out of reach for nine in ten Venezuelans, according to the ENCOVI (Living Conditions survey) 2017. The food crisis is further exacerbated by absence of food diversity and collapse of food infrastructure (production, distribution, and access to food). As a result, between 2016 and 2018, the proportion of the population that is undernourished increased from 5% to 12%, according to a report on the right to food published by three Venezuelan NGOs. Poor nutrition between conception and 2 years of age is threatening the physical, mental, and social development of new generations. Venezuela is the only country in Latin America showing a deterioration in child survival back to the levels of the 1990s. According to estimates in a recent study in The Lancet Global Health, the infant mortality rate reached 21·1 deaths per 1000 livebirths in 2016, almost 40% higher than in 2008.

Vowing to improve the situation, on March 1, the UN security council voted on two resolutions related to Venezuela but failed to pass either of them because the USA, Russia, and China clashed over the issue. The USA recognises Juan Guaido, leader of the National Assembly, as the country's president, whereas China and Russia continue to recognise Nicolás Maduro as leader of the country. While the divisive debate regarding last year's disputed presidential elections continues to rage, Venezuela is struggling with hunger and preventable diseases.

As we went to press, a UN team was visiting the country on an official human rights mission following a surprising invitation from Maduro, who has been reluctant to accept humanitarian aid. There is hope that Maduro will be transparent with the UN team and allow them to observe the true complexity of the situation. The UN human rights team is also scheduled to speak with members of Guaido's party. Whatever the outcome of the UN's mission, the urgent implementation of effective measures to facilitate the coordinated international response to the Venezuelans' plight cannot come soon enough. The right to health and to food cannot be politicised and the international community is failing if these universal rights are not restored in Venezuela.


miércoles, 27 de marzo de 2019



La visa de Hausmann, 

por Félix Arellano




felixarellano50@yahoo.com

La negativa del gobierno chino de otorgar la visa para Ricardo Hausmann, recientemente aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), como representante del Sr. Juan Guaidó Presidente de la Asamblea Nacional y Encargado de la Presidencia de la Republica, se ha transformado en un tema de alta política, generando entre sus consecuencias, la suspensión de la Asamblea anual del BID, prevista en pocos días en China. Ahora bien, el caso presenta implicaciones tanto de carácter global, que se podrían vincular con el progresivo cambio en la estrategia internacional del partido comunista chino; como para la situación que vivimos en Venezuela, por el papel protagónico del gobierno chino en el mantenimiento del proceso bolivariano en el poder.
Desde que Xi Jinping logró su absoluta consolidación en el poder, luego de la reunión del Congreso del Partido Comunista efectuada en el 2017, alcanzando niveles de control comparables con Deng Xiaoping y Mao Zedong, la estrategia internacional, tema de capital importancia para el país, se está transformando, superando el clásico tema económico y comercial; asumiendo un mayor protagonismo político e incluso militar y con una actitud más agresiva, que difiere de la prudencia que ha caracterizado la política exterior china desde su apertura a la economía de mercado.
La expansión económica global china se ha acelerado, entre otros, gracias al Banco Asiático de Inversiones, que aspira competir con el Banco Mundial y al ambicioso proyecto de la Ruta de la Seda, que pretender llevar el comercio chino al planeta en las mejores condiciones de infraestructura y servicios en general. Por otra parte, la presencia china en la región ha crecido significativamente y con la mayoría de los países tiene una relación de primer orden tanto en exportaciones, como en importaciones. Pero recientemente está asumiendo posiciones más agresivas, por ejemplo en el llamado Mar de China está construyendo unos islotes artificiales para ampliar su dominación territorial. Adicionalmente, se observa el creciente respaldo chino, particularmente financiero, a los gobiernos autoritarios a escala mundial.
Por otra parte, en la medida que Donald Trump va abandonando espacios en el escenario económico global, el gobierno comunista chino trata de ocuparlos y eso lo dejo muy claro al mundo Xi Jinping en su intervención en la reunión del Foro Económico Mundial de Davos en el 2017. Esta estrategia de expansión y dominación a escala global ya empieza a generar preocupación y la semana pasada los Jefes de Gobierno de la Unión Europea abordaron el tema y calificaron a China como un “rival sistémico”, precisando que “el tiempo de la ingenuidad se ha acabado”
En este contexto, el caso venezolano se inscribe como una ficha importante para el partido comunista chino en su juego geopolítico mundial, y si bien la estrategia con el proceso bolivariano se ha concentrado fundamentalmente en el plano económico, progresivamente va asumiendo importancia política en sus complejas relaciones con los Estados Unidos, donde están negociando un ambicioso acuerdo económico y este jueves 28 inician una nueva ronda de negociaciones técnicas.
La visa a Hausmann, lo que ha podido ser un acto administrativo de rutina sin mayor relevancia, se transformó en una jugada de alta política, que movilizó a la cúpula del gobierno de los Estados Unidos y generó la suspensión de la reunión del BID
El gobierno chino jugando duro, como parte de su nueva estrategia de posicionamiento mundial y utilizando el tema venezolano en el tablero frente a las potencias.
Ahora bien, teniendo en cuenta el pragmatismo que también caracteriza la actuación internacional del gobierno chino, no es fácil definir una tendencia firme, circunstancia que debe considerar el proceso bolivariano que seguramente está celebrando que la reciente jugada confirma su hipótesis de garantizar el salvavidas financiero chino; pero esto no es tan automático.
La relación económica con Estados Unidos es fundamental para China, si las negociaciones avanzan exitosamente, como ellos esperan, el tema venezolano pierde importancia y la beligerancia contra Donald Trump se reduce.
En este contexto también se debe considerar el tema de las negociaciones de Estados Unidos con Corea del Norte, muy trascendentes para China; es decir, la prioridad no es el proceso bolivariano
No obstante su posicionamiento cada vez más agresivo, China debería ser una prioridad en la estrategia de negociaciones de la comunidad internacional democrática, particularmente el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto de la Unión Europea, para promover una solución pacífica y electoral con garantías en Venezuela. Varios países, incluyendo al Estado del Vaticano, pueden dialogar con el gobierno comunista chino, para precisar las bondades de un cambio en Venezuela que respete la seguridad jurídica y genere confianza a las inversiones. En la construcción de una nueva Venezuela la contribución de China es importante.

domingo, 24 de marzo de 2019

LA INTEGRACIÓN, LOS IZQUIERDISTAS NOVELEROS[1] Y PROSUR: ¿Qué tanto se puede esperar?


LA INTEGRACIÓN, LOS IZQUIERDISTAS NOVELEROS[1] Y PROSUR: ¿Qué tanto se puede esperar?

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ







De las cosas más naturales, pero también de las menos convenientes que podían pasarle  a la integración latinoamericana en la primera década de los años dos mil, después de numerosos fracasos, esfuerzos e intentos por impulsarla, estaba el que cayera bajo el estímulo, conducción o zarandeo de parte de los restos y resultados traumáticos de la tampoco exitosa izquierda latinoamericana[2]-

Ello llevo a enfocar, bajo perspectivas integralistas, totalizantes o “no economicistas”, según sus agentes, lo que en términos estrictos debe implicar siempre al comercio y al desarrollo. Los proyectos de integración, que habían comenzado en los sesenta y setenta con perspectivas omniabarcantes[3] volvieron así, en los dos mil, a recorrer los caminos de quererlo solucionar todo sin solucionar nada realmente. Para ello, resultaron para algunos muy apetecibles los dólares petroleros de  Venezuela y el voluntarismo jactancioso y nada respetuoso de procedimientos que tenía el presidente HC. Basta recordar su ofrecimiento en la cumbre de Mar del Plata prometiendo, para crear un fondo de apoyo con numerosísimos fines (económicos, sociales y humanitarios), de nada más y menos que 10.000 millones de dólares (increíble, para quienes entienden de cifras a nivel internacional). Obviamente que ante tamañas ambiciones y propuestas, lo que mejor calzaba era apuntalar una perspectiva sistémica (en su sentido contrario), que pudiera enfrentarse al malvado capitalismo y a su hermano natural: el imperialismo.  Correspondientemente, surgieron organizaciones, instituciones o instrumentos como UNASUR, CELAC y cualquier otro semejante cuyo fin era –o terminó siendo-,  fundamentalmente, representar foros políticos para la defensa e impulso de aquellas posiciones e intereses. Pero, contrariamente a ideas mal conceptualizadas y más difundidas de lo debido, no eran organismos de integración económica y social –incluso si se tratase de ser amplios en el concepto-. UNASUR se desempeñó así, mayormente, como un foro para el manejo burocrático de intereses políticos.

Su respaldó en figuras del izquierdismo novelero, que a los efectos estuvo representado por el presidente Lula de Brasil, quien con su experiencia política no pudo evitar entrar en la redes de la corrupción, pero, además, jamás iba a alterar ese pragmatismo institucionalizado que con todo derecho -por lo demás- ejecuta con frecuencia Brasil en cuanto al comercio y la integración; esté allí el presidente que esté. Los otros estuvieron representados por unos izquierdistas/peronistas bastante curiosos, como son los experimentados esposos Kirchner (también de manera impresionante en proceso y recordatorios de corrupción, según el caso). Y el tercero, no olvidando el caso de Bolivia, sería el líder del dinero ya señalado: el presidente HC de Venezuela, que construyó un legado para que esta fuera de mal en peor, llegando a la terrible situación actual de la misma, con un resultado de suspensión/expulsión dentro del propio MERCOSUR en las dinámicas y secuencias tenidas durante la particular administración de NM; continuadora, por lo demás, de las gestiones y posiciones de aquel, mientras Brasil y Argentina siguen en sus innegables esfuerzos para mejorar variables y procesos. Visto así, la desaparición de UNASUR –en proceso pero inevitable[4]- pasa a representar un logro a pesar de que fue su propio sentido, estructura, matiz y uso, lo que estuvo en la base de tal desvanecimiento, representando lo peor de lo peor en confusiones e intentos en cuanto a la integración latinoamericana.

Es en los sentidos anotados donde la propuesta, aparición y conformación de PROSUR adquiere gran relevancia. Más aun, pues ello coincide con la gran crisis presente en la sociedad venezolana desde hace varios años y pronunciada desde inicios de 2019, a la vez que con la perspectiva de conformación de nuevas esperanzas y proyectos que puedan sustituir los fracasados y en ejecución desde hace más de 20 años.

Los jefes de Estado de Argentina, Brasil, Chile (Anfitrión), Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú iniciaron en Santiago de Chile el viernes 22 de marzo el encuentro de Presidentes de América del Sur que pretende finiquitar la UNASUR y poner en marcha un nuevo proyecto de integración regional, el PROSUR. La reunión del llamado Foro para el Progreso y Desarrollo de América Latina (PROSUR), comenzó con el primer punto de la agenda del día, el “Diálogo para la coordinación y colaboración en América del Sur”, que se desenvolvió en abierto a los medios de comunicación. Debe resaltarse que todos los presidentes de Suramérica fueron invitados a este encuentro, a excepción de NM, pero solo estuvieron presentes los mandatarios de los seis países que, además de Chile, han abandonado en los últimos meses la UNASUR[5].

Así, siete presidentes de Sudamérica firmaron la declaración de Santiago para crear el PROSUR la cual enuncia la voluntad de "construir y consolidar un espacio regional de coordinación y cooperación, sin exclusiones, para avanzar hacia una integración más efectiva" que contribuya al "crecimiento, progreso y desarrollo" de los países de Sudamérica[6]. Puede observarse la intención que se persigue, sin embargo, no hay a esta altura mayores precisiones y la de sustituir a UNASUR sumerge la propuesta en interrogantes adicionales dado lo hecho y lo no hecho por esta última, según sus propios preceptos de funcionamiento.

Debe señalarse que la declaración firmada en la sede del Gobierno de Chile, el palacio de La Moneda, expresa la voluntad de "construir y consolidar un espacio regional de coordinación y cooperación, sin exclusiones, para avanzar hacia una integración más efectiva" que asista al "crecimiento, progreso y desarrollo" de los países de Sudamérica, las cuales no pasan de ser expresiones bastante generales y que lo deseable para beneficio de PROSUR y la región, es que se pudiesen alcanzar mayores y no tardías precisiones, no cayendo en las amplias declaraciones que tipifican los ámbitos latinoamericanos, según hemos precisado más arriba. Las materias de infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate al crimen, prevención y manejo de desastres naturales fueron enumeradas como prioritarias.

Los ministros de Relaciones Exteriores de los países firmantes recibieron el mandato de profundizar el diálogo para implementar gradualmente el PROSUR. También debe señalarse que los vicecancilleres de Bolivia, Uruguay, y el embajador de Surinam en Cuba, no firmaron la Declaración por haber participado en calidad de observadores, pero continuarán presentes en todas las instancias próximas de dialogo y pueden firmar su ingreso si fuese la decisión de sus naciones. Chile asumió la primera presidencia "pro tempore" del  organismo por los próximos 12 meses, periodo tras el que le pasará la presidencia a Paraguay[7] .

No puede separarse la inevitable desaparición de UNASUR, de las acciones que es conveniente tomen las naciones de la región para ayudar a los necesarios e imprescindibles cambios que deben darse en Venezuela y, en ello, la conformación de PROSUR tiene su alta significación. Pero esto último y las necesidades de impulsar distintos mecanismos para promover la tambaleada integración latinoamericana, pues sus proyectos en curso presentan distintos problemas a atender o no resueltos entre sus miembros y cuyas soluciones, ni total y ni siquiera en parte, las va a brindar fácilmente la existencia de aquel. No hay integración perfecta, pero ella apremia a que se atiendan tales problemas y desafíos en las relaciones comerciales y de otro tipo entre los países de la subregión.

Es buena la iniciativa de la creación de PROSUR, pero tampoco significa solución inmediata o automática a numerosísimos problemas que existen en los perfiles comerciales y de la integración en América Latina o en grupos de sus países[8].




25 de marzo de 2019
@eortizramirez
eortirzramirez@gmail.com





[1] Esta expresión la usamos sin querer señalar que este tipo de posturas han debido avanzar más en la línea de las izquierdas o gobiernos tradicionales de este tinte, sino por su grado de indefinición y de actuaciones ambiguas.
[2] Ni cuba, ni Bolivia, ni Nicaragua, ni mucho menos Venezuela son éxitos. Tampoco las innumerables experiencias armadas, que buscaron imitar el particular caso cubano y que terminaron en cosas algo distintas a sus inspiraciones iniciales, en su sentido y actividades abarcadas.