martes, 29 de noviembre de 2016

Cuba sobrevive a Fidel Castro

Tomado de www.14ymedio.com

Taxistas conversan sobre la muerte de Fidel Castro en el portal del hotel Presidente. Algunos todavía no lo creen. (14ymedio)
Taxistas conversan sobre la muerte de Fidel Castro en el portal del hotel Presidente. (14ymedio)
Pocos miraban la televisión oficial a esa hora. La noticia de la muerte de Fidel Castro comenzó a correr en la noche de este viernes vía telefónica, como una información imprecisa y vaga. "¿Otra vez?", preguntó mi madre cuando se lo conté. Nacida en 1957, esta habanera de casi seis décadas no recuerda la vida antes de que el Comandante en Jefe tomara el poder en Cuba.
Tres generaciones de cubanos hemos puesto este viernes punto final a una época. Cada uno la definirá a su manera. Habrá quienes aleguen que con la partida del líder se ha ido también un trozo de nación y que ahora la Isla parece incompleta. Serán aquellos que darán forma al credo del fidelismo que llenará, en reemplazo del importado marxismo-leninismo, los manuales, las consignas y los encendidos compromisos de continuidad.
Los propagandistas del mito colocarán su nombre de cinco letras en el panteón de la Historia nacional. Le dedicarán un rezo revolucionario cada vez que la realidad parezca negar "las enseñanzas" que dejó en sus horas de interminables discursos. Para sus seguidores, todo lo malo que ocurra a partir de ahora será porque él ya no está.
En Miami, el exilio que tanto vilipendió en sus arengas celebra que el dictador haya emprendido su último viaje. En la Isla, dentro de la privacidad de muchas casas, algunos descorchan una botella de ron. "La tengo guardada hace tanto tiempo que pensé que nunca iba a poder tomármela", me dijo un vecino madrugador. Son aquellos que han amanecido este sábado con un peso de menos sobre los hombros, una sensación de ligereza a la que todavía no se acostumbran.
Estas también son jornadas para recordar a los que no han llegado hasta aquí
Estas también son jornadas para recordar a los que no han llegado hasta aquí. A los que murieron durante el castrismo, naufragaron en el mar, fueron víctimas de la censura que el Máximo Líder impulsó o perdieron la cordura a consecuencia de los delirios que promovió. Un inmenso coro de víctimas se expresa hoy en el suspiro de los sobrevivientes, la euforia en las calles de Florida o un simple "amén".
Los más, sin embargo, tras enterarse de los detalles del magno funeral, bajan el volumen al televisor y expresan su hastío con un simple movimiento de hombros. Esta indiferencia contrasta con los mensajes de condolencia de los líderes internacionales, tanto los afines ideológicos como los demás. Sobre el muro del Malecón de La Habana, un par de horas después de que Raúl Castro notificara la muerte de su hermano, algunos grupos seguían comportándose como en cualquier otra madrugada: el sudor, la sensualidad, el tedio y la nada los rodeaban.
Los cubanos que tenían menos de 15 años en julio de 2006, cuando se anunció la enfermedad del entonces presidente, apenas recuerdan el timbre de su voz. Solo conocen las fotos en las que aparecía últimamente cuando lo visitaba algún invitado extranjero o a través de sus cada vez más disparatadas reflexiones. Es la generación que nunca vibró con su oratoria y jamás lo secundó en el temible grito de "¡Paredón!" con el que hizo bramar la Plaza de la Revolución.
Esos jóvenes ya se han encargado de reducir su dimensión histórica, en proporción inversa con la desmesura que exhibió para gobernar esta nación. No dejarán de escuchar una sola letra de sus canciones preferidas de reggaetón para entonar la consigna de "Viva Fidel". No darán a luz a una ola de recién nacidos que lleven el nombre del extinto y tampoco se golpearán el pecho ni se rasgarán las vestiduras durante el sepelio.
Fidel Castro en Roma en 1996
Fidel Castro en Roma en 1996
Nunca se había oído menos sobre el Comandante en Jefe que al momento de su fallecimiento. Nunca el olvido se había cernido como una sombra más amenazante que cuando se anunció su final. El hombre que llenó cada minuto de Cuba por más de 50 años se fue apagando, desvaneciendo, perdiéndose de la vista de los espectadores de esta larguísima película, como el personaje que se aleja por un camino hasta quedar como apenas un punto en nuestra retina.
Deja tras de sí la gran lección de la Historia cubana contemporánea: coser el destino nacional a la voluntad de un hombre termina por transmitir a un país los imperfectos rasgos de su personalidad e insuflar al ser humano la arrogancia de hablar por todos. Su gorra verde olivo y su perfil griego alentarán por décadas las pesadillas de unos o los ripios poéticos de otros, además de las promesas populistas de muchos líderes del planeta.
Su "antiimperialismo", como lo llamó tercamente, habrá sido su actitud más constante, el único renglón en que logró llegar hasta las últimas consecuencias. No en balde, Estados Unidos fue el segundo gran protagonista de los documentales que la televisión nacional comenzó a transmitir nada más publicarse la noticia. La obsesión de Castro con el vecino del norte recorrió cada momento de su vida política.
Los jóvenes ya se han encargado de reducir su dimensión histórica, en proporción inversa con la desmesura que exhibió para gobernar esta nación
La eterna pregunta que tantos periodistas extranjeros hacían, ya tiene respuesta. "¿Qué pasará cuando se muera Fidel Castro?". Hoy sabemos que lo cremarán, pasearán sus cenizas a lo largo de la Isla y las colocarán en el cementerio de Santa Ifigenia, a pocos metros de la tumba de José Martí. Habrá lágrimas y nostalgia, pero su legado se irá apagando.
El Consejo de Estado ha decretado duelo nacional durante nueve días, pero el panegírico oficial durará meses, el tiempo suficiente para tapar con tanta algarabía la chata realidad del postfidelismo. Un sistema que el actual presidente intenta mantener a flote, agregándole remiendos de economía de mercado y llamados al capital extranjero que su hermano abominaba.
A la representación del "policía bueno y el policía malo" que ambos hermanos desplegaban ante nuestros ojos, ahora le falta una de sus partes. Será difícil para los defensores raulistas sostener que las reformas no van más rápido ni son más profundas porque en una mansión de Punto Cero, en la periferia de La Habana, un nonagenario tiene el pie puesto en el freno.
Raúl Castro se ha quedado huérfano. No conoce una vida sin su hermano, una acción política sin preguntar qué pensará sobre sus decisiones. Jamás ha dado un paso sin esa mirada sobre el hombro que lo juzga, impulsa y subestima.
Fidel Castro ha muerto. Lo sobrevive una nación que ha vivido demasiados duelos como para vestirse con el color de la viudez.
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Nota de la Redacción: Este texto ha sido publicado este domingo 27 de noviembre de 2016 en el diario El País. 

Las sanciones internacionales

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Felix Arellano

En el caso venezolano el tema de las sanciones internacionales está asociado a las expectativas que genera la posible profundización de la cláusula democrática de la OEA, o la eventual suspensión en el Mercosur

El tema de las sanciones en la normativa internacional está cargado de complejidad y cierta mitificación. Por una parte, algunos sobreestiman la importancia de su existencia, en esta visión, las sanciones fortalecen la normativa internacional, que resulta débil por su carácter voluntario; empero, varios casos de aplicación de sanciones, como el bloqueo a Cuba, han demostrado su debilidad para cambiar los acontecimientos. En Venezuela el tema genera debates, pues existe la expectativa que con una posible aplicación de la cláusula democrática de la OEA o las posibles sanciones del Mercosur, se resuelva nuestra grave crisis de gobernabilidad

Existe la impresión que una de las debilidades del derecho internacional, tiene que ver con el carácter voluntario de las normas y la ausencia de sanciones. Esta preocupación ha estimulado el incremento de las acciones sancionatorias en diversos acuerdos internacionales, así podemos apreciar, entre otros, que la Carta de las Naciones Unidas le confiere al Consejo de Seguridad la capacidad de aplicar medidas coercitivas, incluso el uso de la fuerza, para mantener la paz y la seguridad internacional.

En los acuerdos de comercio e integración se tiende a contemplar la posibilidad de las sanciones, con el objeto de hacer más eficientes los mecanismos de solución de controversias. En el caso de la Unión Europea el tema de las sanciones se aborda de forma más amplia en el marco su política exterior y de seguridad común. También la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha incluido la aplicación de sanciones en el marco de su mecanismo de solución de diferencias.

Otro de los avances en materia de sanciones internacionales tiene que ver con las clausulas democráticas, que incluyen la aplicación de sanciones, como la suspensión de un miembro, para tratar de mantener la existencia de la democracia. En el caso del Mercosur, el segundo Protocolo de Ushuaia contempla un mayor número de acciones, tales como: cierre parcial o total de fronteras, suspensión o limitaciones al comercio, al transporte en sus diversas modalidades, suministro de energía o de servicios; etc. También se puede considerar como avance, que la Corte Penal Internacional incluya las sanciones dirigidas directamente a las personas responsables de cometer los delitos.

Al abordar las sanciones en su aplicación práctica nos encontramos con algunas contradicciones. Por una parte, no siempre las sanciones resultan efectivas para el objetivo esperado y, por el contrario, pueden fortalecer al sancionado. En este contexto, un caso emblemático es el embargo que aplica los Estados Unidos contra la dictadura cubana desde 1960, que además se ha fortalecido en el tiempo con la Ley Helms-Burton de 1996; empero, en los hechos ha fortaleció la dictadura, incluso ha sido condenado en 23 oportunidades por las Naciones Unidas. Tampoco han resultado muy efectivas las sanciones que desde hace algunos años se aplican contra Corea del Norte. Pero tenemos otra experiencia, el caso de Irán, donde las sanciones motivaron al gobierno del Presidente Hasan Rechani a iniciar negociaciones con la comunidad internacional.

La sanción contempla una aplicación práctica material, pero realmente ejerce un efecto ético. Cuando la cláusula democrática suspende un país, sin alterar los derechos y beneficios, aspira sancionar a los culpables, sin afectar a la población en general. Es una sanción que políticamente conlleva aislamiento, desprestigio, rechazo; es una presión directa contra un gobierno para obligarle a rectificar; pero, no siempre se logra el objetivo.

En el caso venezolano el tema de las sanciones internacionales está asociado a las expectativas que genera la posible profundización de la cláusula democrática de la OEA, o la eventual suspensión en el Mercosur. Sobre estos escenarios veamos algunas reflexiones: 1. En primer lugar, pareciera que la mesa del diálogo, y en particular la mediación del Vaticano, ha disminuido la presión internacional; 2. En caso de la OEA, todo pareciera indicar que no se tiene el número de votos suficientes para avanzar en la aplicación de la Carta, básicamente por el voto de los países del Caribe; 3. En el caso del Mercosur se aprecia que, por el veto de Uruguay a la aplicación del Protocolo de Ushuaia, se recurrirá a la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados para aplicar la suspensión de Venezuela, por el incumplimiento de lo sustancial de los compromisos contraídos como miembro pleno. Ahora bien, no podemos dejar de mencionar que también reina el escepctismo, si cualquier medida de sanción contra el gobierno sea aprovechada como trapo rojo por un gobierno autoritario e inescrupuloso, siguiendo el libreto cubano del bloqueo.

¿Qué es lo único puede detener el ascenso del dólar paralelo?

Tomado de www.prodavinci.com


Por Luis Vicente León | 28 de noviembre, 2016 

El dólar paralelo sobrepasó por primera vez una nueva barrera. Al entender que la variable que determina nuestra economía es la desconfianza, era previsible que la presión vendría sobre el dólar negro.
Con un aumento de la liquidez, sumado al incremento de la demanda de divisas en el mercado negro para poder importar más la inflación desbordada, ha sucedido lo obvio: una devaluación.
Además, el mercado no confía en la posibilidad de que en Venezuela haya un cambio del modelo, de modo que no espera ninguna mejora en el flujo de divisas. Y en ese contexto la estabilidad del dólar sería un milagro.
Quienes han importado mercancías con sus propios dólares y valorado en el mercado negro hoy están perdiendo dinero y tienen graves problemas de reposición.
Por ejemplo: si un importador utilizó sus dólares para traer mercancías y las vendió en bolívares (incluso protegiendo su inversión al 100% al tipo de cambio) ya perdió dinero. ¿Por qué? Pues porque ese importador, producto de sus ventas, ahora sólo tiene bolívares con pérdidas y no consigue ni divisas ni la cantidad de bolívares devaluados que necesita para reponer. Su dinero está preso. Y, en medio de esa catástrofe, el gobierno lo amenaza con controlar el precios de los bienes importados.
No es necesario ser muy perspicaz para entender que la escasez se disparará.
Hoy en Venezuela es imposible garantizar un abastecimiento estable sin abrir el mercado cambiario, sincerar la moneda y estimular la producción interna. Las estrategias de controles e intervencionismo han sido demoledora para la economía venezolana. Y mientras más tiempo duren, más destruirán.
Es desesperante y frustrante ver la economía venezolana rodar por un barranco sin que haya alguien capaz de atajarla: más bien la empujan. Acentuar los mismos controles que han causado la crisis sólo la amplificará más. Es absurdo esperar un resultado distinto si insisten en hacer lo mismo.
Si no se rescata la confianza, no habrá forma de estabilizar el mercado cambiario. Pero también hay que desechar algunos mitos. Es imposible que una página web sea la culpable de que el precio del dólar paralelo se dispare. Eso es sólo una excusa que ponen los responsables de las consecuencias que han generado por políticas económicas inadecuadas y aquellos que se benefician por los incentivos a la corrupción que generan los controles. Cuando alguien recibe un dólar a diez bolívares y puede venderlo al precio que le dé la gana, es obvio que aparecerán un montón de oportunistas dispuestos a hacer fortunas gracias a sus contactos con quienes reparten las divisas.
Este desastre está haciendo ricos a unos pocos y son esos pocos quienes impiden que se modifiquen las políticas económicas.
El elemento central para poder resolver esto no es otro que la apertura del mercado y suplir las divisas que sean necesarias para estabilizar el mercado.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

VENEZUELA Y LA PROMOCIÓN DE EXPORTACIONES NO TRADICIONALES

Desarrollo Económico y Exportaciones no Tradicionales


Por Lic. Aniuska López

Estudiante de la Maestría en Economía Internacional 


Tradicionalmente, América Latina se ha caracterizado por una estructura productiva que no ha variado de manera significativa en las últimas décadas, teniendo como principal característica la dependencia de las materias primas de bajo valor agregado, para cuya producción se hace uso de un bajo nivel de tecnología. En este sentido, un estudio realizado por el BBVA, citado en Sánchez-Masi (2015), sobre las implicaciones de la concentración de las exportaciones de América Latina en materias primas señala como principales problemas:


  1. El tradicional argumento de los “rendimientos decrecientes” propios de la producción de materias primas, así como la tendencia secular hacia el deterioro en los términos de intercambio.
  2. La volatilidad de los ingresos de exportación, más pronunciado en el caso de las materias primas.
  3. La enfermedad holandesa, una característica asociada a países ricos en recursos naturales, que puede llevar a la sobre-valuación de su moneda y a una pérdida generalizada de su competitividad.
  4. Además, se presenta evidencia empírica que vincula la concentración de las exportaciones en materias primas a menores aumentos en la productividad y a un menor ritmo de crecimiento económico en el largo plazo.
En tal sentido, la transformación de la estructura productiva motivada por el avance tecnológico se dificulta en América Latina y ello cobra mayor importancia si se toma en cuenta la relación funcional entre conocimiento, tecnología y nivel de desarrollo, donde la tecnología actúa como un importante factor condicionante de la estructura productiva de un país.


Es por ello que en la región es necesario el fomento de las exportaciones no tradicionales o industriales, en cuya producción se requiere un procesamiento para la conversión de las materias primas en productos finales o manufacturados, con un cierto grado de participación tecnológica en su elaboración. En esas etapas iniciales puede aprovecharse la transferencia tecnológica vía inversión extranjera directa, para adquirir los conocimientos necesarios para desarrollar el componente tecnológico, e incorporarlo a la producción industrial y para promover la modernización del sector primario y terciario de la economía.

De esta manera, la política de promoción de exportaciones no tradicionales representa una estrategia de los países en desarrollo para romper con la “dependencia económica” (que incluye el ámbito tecnológico), que, a largo plazo, debe enfocarse no en la sustitución de la producción de determinado rubro del sector primario por otro, sino en diversificar la producción, para darle una mayor estabilidad a la economía, y así contribuir a su crecimiento sostenido. (Ver pie de página 1).

En el caso venezolano, no sólo se está en presencia de la vulnerabilidad de los precios del crudo en el mercado internacional (que impacta los ingresos provenientes de las exportaciones), sino que a ello se suma la concentración de sus exportaciones en este producto, dando como resultado la inexistencia de un crecimiento sostenido y que además está atado y condicionado al comportamiento de los precios internacionales de este producto primario.

¿Existe en Venezuela una Política de Promoción de Exportaciones No Tradicionales? 

Si bien la búsqueda del fortalecimiento de la capacidad exportadora no petrolera ha sido un tema recurrente en las diversas políticas gubernamentales, no sólo no se han logrado avances importantes, sino que en los últimos años, se ha profundizado la condición de país monoproductor y monoexportador, llegando el petróleo a constituir más del 95% de los ingresos totales por concepto de exportación. De allí que la implementación de una política de promoción de exportaciones no tradicionales en Venezuela constituya un primer paso fundamental para lograr cambios en la estructura productiva del país, donde se busque incorporar progresivamente la tecnología en los procesos productivos, así como mayor valor agregado, y aportar una mayor estabilidad al crecimiento económico.

A pesar de ello, pueden identificarse cuatro elementos básicos que sustentan la afirmación de la inexistencia de una verdadera política de promoción de exportaciones no tradicionales en Venezuela:

  1. Ausencia de diálogo abierto y estrecha cooperación entre los sectores público y privado.
De acuerdo a un estudio de la Fundación Carolina (2008)(Ver pie de página 2), el sector público tiene un rol importante como promotor directo o indirecto del desarrollo de nuevas exportaciones (ya sea facilitando la coordinación entre privados, removiendo obstáculos al desarrollo, brindando información valiosa, apoyando la investigación, entre otras acciones), sin embargo, de esta afirmación se desprende una importante conclusión y es precisamente que, “el éxito de las intervenciones públicas dependerá, en gran medida, del diálogo y la colaboración que exista entre el sector público y el sector privado. Esto facilita el diseño de programas y estrategias orientados a atacar directamente las necesidades de las empresas”. (Braun, Feldman, Junowicz y Roitman, 2008:70)

Ello contrasta con la dinámica existente en Venezuela, donde en los últimos años se ha observado un predominio progresivo del Estado en la estructura económica nacional y un consecuente desplazamiento del sector privado(Ver pie de página 3), en un contexto de desmontaje del sistema de economía mixta que venía operando desde década atrás, lo cual ha impactado negativamente los volúmenes de producción, los niveles de productividad y consecuentemente, la competitividad nacional.


El cuadro anterior refuerza la afirmación anterior, pues muestra la evolución de la participación del sector privado en la exportación de bienes no tradicionales, que ha venido decayendo significativamente en la última década y que actualmente está cerca del 50% de participación, mientras que durante los años 90, alrededor de ¾ de la exportación no petrolera correspondía al sector privado. 

2.Alta burocracia y excesiva permisología 

El Ranking de Comercio Transfronterizo 2015 del Doing Business, que registra el tiempo y costo (excluyendo aranceles) requeridos en el proceso logístico de exportación e importación de mercancías “asociados con tres conjuntos de procedimientos del proceso de exportación e importación: documentación, controles transfronterizos y transporte doméstico”, permite establecer una comparación entre Venezuela y otros países del continente (algunos, importantes socios comerciales de Venezuela). Allí se observa que Venezuela no sólo ocupa el antepenúltimo lugar (Ver pie de página 4) , al ubicarse en la posición #187 de un total de 189 países, sino que se encuentra muy por debajo del promedio de la región.


La existencia de costos tan altos y tanta demora para exportar en Venezuela implica una situación que actúa como desincentivo a las empresas que consideran expandir sus actividades comerciales fuera del territorio nacional y además es una prueba de la ineficiencia de las instituciones de promoción comercial nacionales. 

3. Control cambiario: distorsión monetaria

El establecimiento de un control cambiario durante más de 13 años (desde febrero de 2003) con un tipo de cambio que ha permanecido fijo durante largos períodos de tiempo, sin ser ajustado por la elevada inflación (2 y actualmente, hasta 3 dígitos) ha generado fuertes distorsiones en la economía, a través de la sobrevaluación de la moneda nacional. De hecho, de acuerdo al Banco Internacional de Pagos de Basilea, en 2014 el bolívar pasó a ser la moneda más sobrevaluada dentro de un ranking de 61 países, con un desajuste de 91%. (Salmerón, 2015)

En palabras de Salmerón (2015), la principal consecuencia de esta situación es que “las importaciones son más baratas que lo que se produce dentro del país y por tanto, se dispara la demanda de divisas y las exportaciones venezolanas, excepto el petróleo, son muy poco competitivas”.

A su vez, a juicio de Arancibia (2015), tener políticas de promoción de exportaciones no tradicionales implica, entre otras cosas, “tener un tipo de cambio suficientemente competitivo, de modo que el sector exportador pueda tener los incentivos necesarios como para incursionar en las complejas aguas del comercio internacional”, lo cual es imposible con un dólar sobrevaluado y controlado.

No obstante, hay que tener presente que una simple devaluación no se traduce directamente en una mayor competitividad (al abaratar las exportaciones), si no va acompañada de una política gubernamental de promoción de la producción nacional y de búsqueda de la productividad.

4. Retroceso económico-institucional: estadísticas

El inicio de la explotación petrolera en Venezuela en 1914 marca un hito en la transformación productiva del país, modificando su estructura agrícola rural. Así, durante la segunda mitad del siglo XX, se comienza a observar la tendencia del petróleo a incrementar su participación dentro de la oferta exportable del país, principalmente a raíz del boom petrolero de 1973 (tras la 1° crisis del petróleo), que elevó considerablemente los ingresos públicos por concepto de exportaciones.

Sin embargo, también fue en la segunda mitad del siglo XX cuando empezaron a observarse en Venezuela las primeras iniciativas dirigidas a la promoción de exportaciones no petroleras. De esta manera, durante los años 60, con el predominio del modelo de sustitución de importaciones en la región, se inicia un proceso de estímulos para formar una economía no petrolera, que se caracterizó principalmente por el desarrollo industrial en la Guayana venezolana, con la creación de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) como una agencia de desarrollo regional que buscaba el fortalecimiento del parque industrial. (Levy y Arellano, 2013)

También se observó la participación de Venezuela en diversos mecanismos de integración, como en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1966, que promovería la liberalización comercial a nivel regional; así como su incorporación al Grupo Andino en 1973, bloque en el cual Venezuela registró durante muchos años una balanza comercial superavitaria con países como Colombia, debido precisamente a la exportación de bienes no tradicionales con alto valor agregado.

Asimismo, se registró el uso de medidas para-arancelarias orientadas a la generación y protección de la capacidad productiva y en 1973, se creó el Fondo para el Financiamiento de las Exportaciones (FINEXPO) y el Instituto de Comercio Exterior (ICE), orientado a la promoción de las exportaciones no petroleras y la administración de las negociaciones comerciales internacionales, que, junto a la promulgación de la Ley de Incentivos a las Exportaciones, crearon la base institucional para incentivar el comercio exterior venezolano. 

A mediados de los 90, siguiendo a Mazzei (2016), se funda el ICE con el Ministerio de Fomento y se crea el Ministerio de Industria y Comercio que fortalecería aún más el andamiaje institucional. De hecho, a finales del año 1998 Venezuela llega a exportar casi 6.000 millones de dólares representando para aquel entonces el 25% de las exportaciones totales del país.

Es durante esa década que se evidencia una disminución de la participación del petróleo en los ingresos totales por concepto de exportación, al pasar de representar 89,4% en 1985 a 72,3% en 1995, y consecuentemente, un incremento en los volúmenes exportados de productos no petroleros como aluminio, productos de hierro y productos químicos, de acuerdo al cuadro presentado a continuación, proveniente de la CEPAL (2012).


No obstante, el panorama ha cambiado significativamente en los últimos años, profundizándose drásticamente la concentración de las exportaciones en torno al petróleo, de manera que entre 2000-2012 las exportaciones no petroleras, pasaron de representar 5,3% de las exportaciones totales en el 2000 a sólo 2,3% en 2012, de acuerdo a cálculos propios a partir de cifras del BCV (2013).


A partir del gráfico anterior, debe tomarse en cuenta que el valor de las exportaciones petroleras está sujeto al precio del petróleo en el mercado internacional, y al ser un commodity, presenta mayor volatilidad, con lo cual el pico observado en 2008, corresponde al aumento del precio del petróleo a niveles récord de 144$/b (noviembre). Sin embargo, lo que sí es un hecho es que se ha producido un deterioro de las exportaciones no petroleras, al punto que de cada 100$ que ingresan al país provenientes de la exportación, sólo 2$ corresponden a exportaciones no petroleras.

El gráfico presentado a continuación también muestra el drástico descenso de las exportaciones no petroleras, que ha sido continuo desde el año 2003, donde se ubicaba en 18,1%, hasta llegar a ubicarse en 3,6% en el 2013 (Ver pie de página 5) , en concordancia con Bello (2016). 


Esta situación se debe en parte a la caída de la producción nacional, que se ha visto afectada por una serie de factores, como los controles económicos: principalmente el control de precios y el control cambiario, que restringen el acceso de divisas (requeridas para la compra de insumos) y en torno al cual se han generado fuertes distorsiones.

Finalmente, una preocupante consecuencia de esta situación es el deterioro progresivo de la balanza comercial de Venezuela, de manera que, si bien el comercio externo del país se ha caracterizado por un saldo comercial positivo con el resto del mundo, la tasa de crecimiento de sus exportaciones ha sido mucho menor que la tasa de crecimiento de sus importaciones, lo que muestra la posibilidad de un déficit. De hecho, en 2014 Venezuela registró un superávit comercial de 23.744,1 millones de euros, lo que representó el 17,53% de su PIB, mientras que en 2015, el  superávit alcanzado se redujo a 3.334,8 millones de euros, lo que representó 6,19% de su PIB. (Datos Macro, 2015)

De allí la importancia de la adopción de una política de promoción de exportaciones no tradicionales en Venezuela, que abarque aspectos fundamentales como la reactivación de la producción nacional y de una política cambiaria coherente, que permita corregir las distorsiones monetarias y la reaparición del incentivo cambiario al exportador. No sólo están en riesgo las cuentas e ingresos públicos, sino, a largo plazo, la posibilidad de encaminar al país a un crecimiento económico sostenible. 


NOTAS DE PIÉ

1. La tradicional concentración de la producción y exportación en un solo producto en AL impacta negativamente en su crecimiento económico. Diversos estudios como el de Lederman y Maloney (2003) muestran que la concentración de la canasta de exportaciones en pocos productos esta correlacionada negativamente con el crecimiento económico. Además, aumenta el riesgo de que cambios en el precio de dicho producto genere variaciones importantes en los términos de intercambio, que a su vez tienen un fuerte impacto en el crecimiento. 

2.Estudio que analiza el surgimiento de nuevos sectores exportadores en cinco países de AL: Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y México. 

3.Bello (2016) identifica algunos factores de esta pérdida de participación del sector privado en el proceso productivo nacional, tales como la erosión del mercado derivada de los controles económicos y la concentración de la propiedad privada en manos del Estado (que incluye expropiaciones y estatizaciones). 

4.Es importante precisar que para la determinación de la posición que ocupa cada país dentro del ranking, se toman en cuenta los tiempos y costos tanto para exportar, como para importar. No obstante, en la tabla anterior sólo se muestran los tiempos y costos para exportar.  

5.Estas estadísticas muestran una leve variación con respecto a las presentadas en párrafos anteriores, no obstante, la tendencia es la misma: una caída sostenida de las exportaciones no petroleras. 

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS

Arancibia, Sergio (2015). Políticas de Promoción de Exportaciones. Diario El Mundo. Recuperado de: http://www.elmundo.com.ve/firmas/sergio-arancibia/politicas-depromocion-de-exportaciones.aspx  

Banco Central de Venezuela (2013). Estadísticas del Sector Externo. Anuario 20072012. Recuperado de: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/anuasectorexterno77-12.pdf  

Bello, Omar (2016). Exportación no petrolera, importaciones, saldos comerciales. 

Braun, Feldman, Junowicz y Roitman (2008). El desarrollo de nuevos sectores de exportación en América Latina: Lecciones de 10 casos exitosos. Fundación Carolina. 
Recuperado de: http://www.fundacioncarolina.es/wp-
content/uploads/2014/07/Avance_Investigacion_15.pdf 

CEPAL (2012). Perfiles de Infraestructura y Transporte en América Latina. Caso 
Venezuela. Recuperado de: 
http://www.cepal.org/perfil/noticias/noticias/7/29957/Caso_Venezuela.pdf 
Datos Macro (2015). Empeora la Balanza Comercial de Venezuela. Recuperado de: http://www.datosmacro.com/comercio/balanza/venezuela   
Doing Business (2015). Comercio Transfronterizo. Disponible en: 
http://espanol.doingbusiness.org/data/exploretopics/trading-across-borders  
Levy, S. y Arellano, F. (2013). La Política Comercial Venezolana: una oportunidad desaprovechada. Centro Internacional de Comercio y Desarrollo Sostenible (ICTSD). Recuperado de: http://www.ictsd.org/bridges-news/puentes/news/la-pol%C3%ADticacomercial-venezolana-una-oportunidad-desaprovechada  

Salmerón, Víctor (2014). El Bolívar es la moneda más sobrevaluada del mundo. Diario El Universal. Recuperado de: http://www.eluniversal.com/economia/140706/elbolivar-es-la-moneda-mas-sobrevaluada-del-mundo  

Sánchez-Masi, Luis (2015). Ensayo sobre una Política Alternativa para el Desarrollo Latinoamericano. CAF Documento de Trabajo n° 2014/06. 





Reacciones en el mundo

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Felix Arellano

El mundo empieza a organizarse para mantener y consolidar los avances alcanzados en la administración Obama, particularmente frente a los duros ataques del Sr. Trump en su campaña electoral

Con la salida del Presidente Barack Obama de la Presidencia de los Estados Unidos se pierde un importante aliado del libre comercio, de los temas ecológicos particularmente del cambio climático, del multilateralismo, el diálogo, la negociación y, lo más importante, de los derechos humanos y la democracia. El mundo felicita y agradece su labor, pero no puede abandonar lo avanzado en esos ámbitos y por eso la región enfrenta retos complejos. La OEA podría constituir un espacio conveniente para trabajar en estos temas, aprovechando, tanto su dinámica norte/sur por la presencia de los Estados Unidos, como por el hecho que la corriente autoritaria, promovida por el gobierno venezolano, que ha buscado eliminarla, está de salida, y ha sufrido un duro golpe en la reunión del Consejo Permanente del pasado miércoles 16 de este mes.

El Presidente Obama inicio su gobierno con una mirada escéptica del tema comercial, como es la tendencia en el partido demócrata, pero con el tiempo fue apreciando las bondades del comercio para su país y el mundo y se convirtió en un sólido promotor; en tal sentido, aceleró las negociaciones del Acuerdo Transpacífico, que espera por la ratificación de los Congresos. También impulsó el Acuerdo Transatlántico, con la Unión Europea aún en negociación. Ambos acuerdos han recibido serias críticas de muchos sectores y el Sr. Trump, en su campaña, amenazó con la eliminación.

Eliminar los nuevos acuerdos y retirarse de los ya existentes como el TLC con México y Canadá, bajo la tesis que el nacionalismo económico fortalecerá la economía, puede resultar un arma de doble filo, pues un país aislado, más que fortalecer las inversiones las puede espantar y agravar los problemas. Los acuerdos comerciales pueden requerir de una revisión, un tema que se debería fortalecer tiene que ver con la equidad; pero, eliminarlos puede resultar la peor opción.

Puede ser que alguno de los asesores del Sr. Trump le advierta, que al eliminar el TPP, fortalece a China (que Obama logró excluir de ese acuerdo), como acaba de ocurrir la Cumbre de los países de la APEC, efectuada en Lima los días 19 y 20 de este mes, donde el Presidente Chino destacó su pleno respaldo al libre comercio y, la cumbre en general hace un llamado al nuevo gobierno de los Estados Unidos para continuar trabajando en materias comerciales.

También el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático recibió un fuerte respaldo en la Cumbre de la COP22 efectuada en Marrakech del 07 al 18 del presente mes, donde además de avanzar en las tareas de regulación previstas en el Acuerdo de Paris que ya ha entrado en vigencia, se logró un gran consenso en torno al acuerdo bajo el lema “Paris es un acuerdo de no retorno”.

El mundo empieza a organizarse para mantener y consolidar los avances alcanzados en la administración Obama, particularmente frente a los duros ataques del Sr. Trump en su campaña electoral, y si bien el presidente electo ya está moderando su agresividad y se espera que en su equipo de gobierno pueda reinar alguna moderación en temas claves para el país, es evidente que el nuevo Presidente no retomará el liderazgo de Obama en que ha considerado marginales.

En este contexto, a la región se le presenta el reto de la defensa de los derechos humanos y la institucionalidad democrática, que exige de un urgente trabajo, tanto por las amenazas que representan los gobiernos autoritarios como el proceso bolivariano, como por la actitud del Presidente Trump. La administración Obama mantuvo estos temas con especial atención en la agenda, algunos queríamos una acción más contundente, pero el Sr. Trump evidencia menosprecio e indiferencia.

Los gobiernos democráticos de la región enfrentan la necesidad de ejercer un mayor liderazgo para la defensa y fortalecimiento de estos temas, y la OEA puede representar un espacio privilegiado. Resulta indispensable que se mantenga el seguimiento, la denuncia y el alerta frente a los abusos en materia de derechos humanos por parte de los gobiernos autoritarios. La labor de la Comisión Interamericana de los derechos humanos es de fundamental importancia y requiere respaldo político y financiero, pero tiende a ser lenta y de bajo perfil. Resulta indispensable el liderazgo activo para la denuncia y ese lo deberían ejercer los gobiernos democráticos.

La grave situación de derechos humanos e institucionalidad democrática que vivimos en Venezuela y que ha contado con la voz crítica del Secretario General de la OEA, ha puesto en evidencia algunas de las debilidades, tanto de la Carta Democrática de la OEA, como del Protocolo de Ushuaia del Mercosur. Ambos instrumentos requieren de una reforma que permita una participación más activa de la sociedad civil que tiende a enfrentar los mayores abusos y no tiene espacios eficientes para la denuncia. Las organizaciones civiles, los partidos políticos, los movimientos sindicales, estudiantiles, los gremios profesionales, entre otros, deberían contar con voz y capacidad de denuncia en el ámbito de las clausulas democráticas.

martes, 22 de noviembre de 2016

¿CUÁNDO SE ACABARÁ LA INFLACIÓN?

Douglas Becerra S.

A fin de poder dar respuesta a esta pregunta, tenemos que entender que la inflación tiene un solo objetivo –solo uno-, disminuir el salario real (capacidad de compra que se adquiere a través del trabajo) de una economía, y esta se acaba cuando no logra ese objetivo porque ya es inútil desde el punto de vista de política económica.

La inflación es una herramienta de política económica que vincula tanto la política fiscal con la monetaria, y no pude existir sin el consentimiento  de las autoridades económicas, en particular las del Banco Central, que es el  que autoriza y es responsable por Ley del crecimiento de la cantidad de dinero en la economía. El incremento sostenido de los precios lo tenemos que analizar como un elemento dual, tanto desde  el punto de vista monetario como fiscal, es por eso que a la inflación se puede entender de dos formas: fenómeno monetario o fiscal.

·      Fenómeno Monetario: Para que exista inflación se requiere un crecimiento continuo de la cantidad de dinero en una economía. En Venezuela desde diciembre de 2007 al mes de septiembre 2016, la base monetaria (dinero físico en una economía) ha tenido un crecimiento de casi 5.000% y la inflación registrada oficialmente en ese mismo período hasta diciembre 2015 es del 2.400% (el BCV no ha publicado las cifras de inflación en lo que va del 2016), quedando una inflación represada de aproximadamente 2.600% que se esta manifestando en parte en el 2016.

·      Fenómeno Fiscal: entender la inflación desde el punto de vista fiscal es más complejo, pero tenemos que comprender a la inflación como un impuesto que pagan las personas cuando su dinero pierde valor, porque esa perdida de valor se la apropia el Estado a través de intricados  mecanismos.

La inflación se utiliza como un mecanismo para equilibrar la demanda y oferta de empleo en la economía, ante las rigideces que establecen las leyes y la moral sobre la disminución del salario nominal. El salario es un precio y por lo tanto fluctúa, pero las rigideces legales hacen que este no pueda disminuir nominalmente, lo que hace que el mercado de trabajo no se pueda equilibrar endógenamente y la inflación se convierte en un mecanismo imperfecto de ajuste del mercado laboral.

Cuando una economía no crece o disminuye su productividad, se produce una presión para que caiga el salario y aumente el nivel de desempleo. De no producirse una disminución del salario real, la alternativa macroeconómica es un desequilibrio en el nivel de  empleo natural de la economía. Esto esta planteado en la Teoría de la Curva de Phillips, que relaciona la inflación y el desempleo, tanto en el corto como en el largo plazo.

Los que diseñan la política económica tienen que hacer un trade-off (sacrificio) entre inflación y crecimiento, este último se relaciona al empleo desde el punto de vista macroeconómico por medio de la Ley de Okum. Se requiere crecimiento económico para que crezca el empleo y el salario, si no hay crecimiento económico por el mismo incremento  de la población aumenta el desempleo y con ello conlleva a una caída del nivel de salario para mantener el nivel empleo natural de una economía.

La economía venezolana no crece en términos reales desde la década de los ochenta, y los que diseñan la política económica han optado por la inflación en vez del desempleo y el ajuste del salario nominal como mecanismo de equilibrio macroeconómico. Este planteamiento de elección de política económica  es consistente con la Teoría del Public Choice (Elección Pública), que considera que los costos políticos son mayores con el desempleo que con la inflación.

De acuerdo a las cifras emitidas por el BCV, la economía venezolana tiene una tasa de crecimiento promedio de 1,7% interanual desde 1980 al 2015 y de acuerdo al  INE la tasa de crecimiento de la población es del 2,4% interanual, por lo que la población se empobrece a una tasa del 0,7% interanual. Esto es debido a que como la tasa de crecimiento es inferior a la del crecimiento vegetativo de la población, esta se empobrece. Quizás pensar que el nivel de disminución del Producto Per Cápita de 0,7% interanual es leve, pero tenemos que comprender que este es acumulativo, y representa en 35 años una disminución real del nivel riqueza de toda la población de 25%. En la década de los 80 éramos pobres, ahora somos al menos  un 25% más pobres, y acelerándose  esta tasa de forma notoria en los últimos 3 años.

En Venezuela vivimos un proceso inflacionario abierto desde la década de los 80, porque a partir de 1985 se quebró claramente el Modelo Rentista Petrolero y no es sino hasta este año, que creo que la sociedad ha tomado conciencia plena de ello, y no hemos desarrollado un modelo productivo alternativo al petrolero que genere riqueza para la sociedad.

El Modelo Petrolero se rompió en Venezuela desde 1985, porque en ese año llegamos a nuestro cenit petrolero de acuerdo a la Teoría del Pico de Hubbert, y a partir de ese año nuestra producción petrolera viene en un proceso de declive paulatino. El incremento circunstancial de los precios del petróleo que se dio desde el 2007 al 2012, hizo que olvidáramos temporalmente que somos un país petrolero desde hace cien años y que este es un recurso no renovable. Hoy nuestros campos petroleros del Sur del Lago y Morichal están prácticamente agotados y  nuestro futuro petrolero es la Faja del Orinoco, que es un petróleo pesado con costos de explotación muy superiores a los que tuvimos en el siglo XX.

Nuestra economía no crece cuando los precios del petróleo no suben y ha habido una perdida significativa de la productividad del país, debido a que  no se han hecho las inversiones necesarias para reponer nuestro obsoleto parque industrial que proviene de la década de los 70. La perdida de productividad y la ruptura del Modelo Rentista Petrolero son las fuentes de la inflación en Venezuela. Hoy en día se ha acelerado sensiblemente el nivel promedio de inflación que es del 50% interanual desde 1980 a 2015, porque ya está dando fruto el planteamiento alternativo a la economía petrolera que es el conuco.

La inflación en el país se ha acelerado porque estamos en un proceso rápido de transformación de una Economía Petrolera a una Economía del Rebusque o Conuco y los salarios se tienen que ajustar a un menor nivel de productividad. Como la caída de productividad es elevada y ya no tenemos posibilidad de disimularla a través de créditos externos, el salario real tiene que caer aceleradamente o enfrentarnos a un nivel de desempleo espantoso que puede rondar el 40% de la fuerza de trabajo.

El incremento del nivel de inflación que se ha tenido en los últimos 4 años (56,19%;  68,54%; 180,87%; >500%) se debe al logro de lo que llamo el planteamiento de “Las Tres Pelotas”, que esta perfectamente diagramado en la página 24  del “Proyecto Nacional Simón Bolívar - Primer Plan Socialista 2007-2012”, presentado por anterior gobierno y continuado por el actual.

El Proyecto Nacional Simón Bolívar en la página 24 presentaba tres círculos que representaban la Economía Capitalista, Estatal y Socialista (Comunal), donde estas dos últimas crecían con detrimento de la economía privada. Lo que no decía de esta política llevaba a una caída de los niveles de productividad y con ello el salario de la sociedad.

Considero que estamos cerca de terminar el Proceso de Inflación que vive el país desde la década de los ochenta, porque estamos cerca equilibrar la productividad de la economía con su salario real que por desgracia esta entre 60 y 70 dólares al mes como salario integral promedio para la población. Venezuela después de haber destrozado su economía durante tres décadas tendrá uno de los salarios más bajo de América Latina.

Como ya no puede disminuir más los niveles de productividad de la economía, y con la inflación que estamos teniendo en el 2016 que va a rendar el 1.000% anual y una posible inflación para 2017 de tres dígitos, nos coloca con salarios pauperismos y el reto de ir recomponiendo lentamente nuestra economía en el 2018, para ir construyendo una verdadera economía industrial y salir del conuco como planteamiento económico y mental.




martes, 15 de noviembre de 2016

¿Agenda internacional de Trump?

Leer esta nota en: www.talcualdigital.com
Felix Arellano
Al mundo también le preocupa las opiniones del candidato Trump sobre temas ecológicos, en particular sobre el cambio climático y el posible rechazo al acuerdo firmado en Paris, que ya ha entrado en vigencia

La incertidumbre es una de las características fundamentales de las relaciones internacionales, pero ahora, con lo que podríamos denominar el “efecto Trump”, la situación se ha potenciado significativamente. Muchas de las propuestas que el candidato presentó o los temas que omitió sobre la agenda internacional están generando zozobra y podrían conllevar serios problemas para el nuevo Presidente. En estos momentos pareciera que Trump se enfrenta con los dilemas-trampas generados por el candidato: tratar de cumplir con lo ofrecido y crear un entorno infernal, o no cumplir y defraudar a sus radicales, con consecuencias internas impredecibles. Otra posible opción podría ser concentrarse fundamentalmente en la agenda interna (economía, producción, salud, impuestos, etc.) y dejar pasar sus amenazantes propuestas internacionales.

Vamos a reflexionar sobre algunas de las propuestas amenazantes en el ámbito internacional del discurso del candidato Trump. Una, muy relevante por sus implicaciones para la paz mundial, es el rechazo del acuerdo nuclear con Irán, en el que participaron todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, más Alemania. Una potencial consecuencia de las críticas no razonadas de Trump al acuerdo es que pueden servir de excusa para que Irán se retire y pueda, sin mayores controles, avanzar con sus planes nucleares, tal escenario enfrentaría al mundo con la necesidad de una nueva negociación o el uso de la fuerza.

Otro tema amenazante es el cuestionamiento a los principales aliados occidentales en materia de seguridad: la OTAN, la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, por su limitada responsabilidad en los compromisos. Esperemos que esta crítica se pueda resolver con una rápida revisión de las reglas y las condiciones de participación, para que cada miembro pueda asumir responsabilidades concretas, pues las amenazas a la paz y la seguridad internacional que estamos enfrentando de Corea del Norte o grupos como ISIS, exigen de una estrategia eficiente y coordinada de parte de occidente.

Las continuas y profundas críticas al mundo musulmán, sin apreciar sus aportes y diferencias, representan otra amenaza que puede agravar aún más la delicada situación en medio oriente y debilitar la frágil vinculación de los Estados Unidos con los países árabes, una relación difícil, pero estratégica en diversos planos.

Otro de los elementos del discurso del candidato que amenazan su gobierno tiene que ver con las profundas críticas a la globalización, la apertura económica y los acuerdos comerciales. En el talante autoritario del candidato se percibe que desde la presidencia pretendería controlar todo y decidir la vida y destino de las empresas y sus capitales, pareciera que el candidato empresario olvida que si la empresa no encuentra condiciones de confianza y seguridad no invierte. Aislar los Estados Unidos, rechazando el Acuerdo Transpacífico, negándose a nuevos acuerdos comerciales, eventualmente retirándose de la OMC o del TLC con México y Canadá, o aplicar sanciones al comercio con China; podrían generar el efecto contrario de espantar las inversiones y agravar la situación económica. Si el Presidente electo aspira cumplir rajatabla lo que prometió el candidato, en el mediano plazo obligará al empresariado norteamericano a exigir un viraje de la política exterior.

Estamos conscientes de los potenciales problemas que puede generar para los más débiles la globalización y a la apertura comercial, pero el discurso crítico tiende a ser radical, desequilibrado y no avanza en las posibles soluciones; al respecto, sería ideal que en una posible revisión de los acuerdos comerciales el Presidente Trump pudiera asignar mayor atención al tema de la equidad en el comercio.

Al mundo también le preocupa las opiniones del candidato Trump sobre temas ecológicos, en particular sobre el cambio climático y el posible rechazo al acuerdo firmado en Paris, que ya ha entrado en vigencia. En estos delicados y cruciales temas para la humanidad en su conjunto esperamos que la sociedad civil, interna e internacional, logre mediante una acción coordinada y contundente poner límites al Presidente que aspira un trono y no una presidencia con límites como corresponde en una sociedad democrática.

Otro aspecto que angustia del candidato tiene que ver con el vacío en su discurso sobre temas como: derechos humanos, institucionalidad democrática o libertad de expresión. Lamentablemente tal vacío resulta positivo para los gobiernos autoritarios del mundo, en particular de la región, que deben sentir un alivio pues baja la presión del control que mantenía el gobierno del Presidente Obama en estos temas.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Trump y el Resurgimiento del Nacionalismo

Trump y el Resurgimiento del Nacionalismo


Por Alfredo Ordóñez López


La victoria de Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos de América ha generado diversas posiciones políticas, económicas y hasta de carácter social en el mundo, pues el nuevo anfitrión de la Casa Blanca a partir del 20 de enero de 2017, tendrá el deber no solo de ser el Presidente de un país sino también un líder mundial.

Sin embargo, y tomando en cuenta el discurso político usado en la dinámica electoral del Sr, Trump, se puedo destacar dos aspectos claves de lo que será la nueva visión de la política. El primero se refiere a la idea de presidir para los norteamericanos y no para el mundo, y el segundo se sustenta en el posible aislamiento de la política internacional en los conflictos internacionales y llevarlos más a temas de carácter económico.

Tanto el discurso nacionalista y como esa posición “machista” frente a las mujeres, calaron en los sectores menos urbanos de la población norteamericana, nos referimos al sector agrícola, el pequeño comerciante, los trabajadores clase media de empresas, entre otros (quienes siempre son la mayoría en cualquier país), y que se han sentido perjudicado por las políticas de libre comercio y la construcción de un nuevo sistema social en donde la visión del feminismo, la diversidad sexual, los derechos humanos han jugado un papel clave en la Construcción de una nueva sociedad americana.

De tal manera que la llegada de Trump refleja claramente el resurgimiento de un nacionalismo americano estadounidense aparentemente olvidado, en que el líder sea quien mejor represente al Tío Sam, el Águila Calva, un hombre prospero, patriótico, autosuficiente, y formado a base de un honor  nacional.

La nueva situación política que se presenta, está inmersa en una dinámica internacional muy particular, pues después de los acontecimientos presentados en Ucrania (2014), y la posición de “hombre fuerte” del presidente Ruso, Vladimir Putin, lo cual representó políticamente y socialmente el renacer del sentimiento soviético en toda Eurasia. Además, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (BREXIT) por decisión nacionalista de su población vía Referéndum, pronostica una reconfiguración en el escenario internacional, en si estaríamos en una nueva fase de equilibrio de Poder.   

Difícilmente, el Congreso de los Estados Unidos de América (con mayoría republicana) permitirá que Trump se aísle de los problemas de “interés nacional” para EE.UU en el mundo; pero lo que sí estará latente es el regreso al proteccionismo y al conservadurismo de la política económica en pro de los interés locales; lo que pudiera generar un impacto severo en las empresas globales, pues estas empresas funcionan en varios países y el libre comercio representa su ventaja competitiva frente al mercado internacional. Asimismo, las inversiones extranjeras directas (IED) podrían girar a mercados más confiables con la dinámica global como la U.E Asia y hasta la misma Rusia.  


Este posible escenario podría ser aprovechado por los países que América Latina si se enfocan en estabilizar sus sistemas políticos y económicos para atraer IED y lograr la conformación de espacios geográficos productivos (Tecnopolis – Clúster - Asociatividades – Aglomerados Industriales) que permitan diversificar el perfil productivo de las naciones, a base de procesos de transferencia tecnológica e innovación.