miércoles, 23 de noviembre de 2016

VENEZUELA Y LA PROMOCIÓN DE EXPORTACIONES NO TRADICIONALES

Desarrollo Económico y Exportaciones no Tradicionales


Por Lic. Aniuska López

Estudiante de la Maestría en Economía Internacional 


Tradicionalmente, América Latina se ha caracterizado por una estructura productiva que no ha variado de manera significativa en las últimas décadas, teniendo como principal característica la dependencia de las materias primas de bajo valor agregado, para cuya producción se hace uso de un bajo nivel de tecnología. En este sentido, un estudio realizado por el BBVA, citado en Sánchez-Masi (2015), sobre las implicaciones de la concentración de las exportaciones de América Latina en materias primas señala como principales problemas:


  1. El tradicional argumento de los “rendimientos decrecientes” propios de la producción de materias primas, así como la tendencia secular hacia el deterioro en los términos de intercambio.
  2. La volatilidad de los ingresos de exportación, más pronunciado en el caso de las materias primas.
  3. La enfermedad holandesa, una característica asociada a países ricos en recursos naturales, que puede llevar a la sobre-valuación de su moneda y a una pérdida generalizada de su competitividad.
  4. Además, se presenta evidencia empírica que vincula la concentración de las exportaciones en materias primas a menores aumentos en la productividad y a un menor ritmo de crecimiento económico en el largo plazo.
En tal sentido, la transformación de la estructura productiva motivada por el avance tecnológico se dificulta en América Latina y ello cobra mayor importancia si se toma en cuenta la relación funcional entre conocimiento, tecnología y nivel de desarrollo, donde la tecnología actúa como un importante factor condicionante de la estructura productiva de un país.


Es por ello que en la región es necesario el fomento de las exportaciones no tradicionales o industriales, en cuya producción se requiere un procesamiento para la conversión de las materias primas en productos finales o manufacturados, con un cierto grado de participación tecnológica en su elaboración. En esas etapas iniciales puede aprovecharse la transferencia tecnológica vía inversión extranjera directa, para adquirir los conocimientos necesarios para desarrollar el componente tecnológico, e incorporarlo a la producción industrial y para promover la modernización del sector primario y terciario de la economía.

De esta manera, la política de promoción de exportaciones no tradicionales representa una estrategia de los países en desarrollo para romper con la “dependencia económica” (que incluye el ámbito tecnológico), que, a largo plazo, debe enfocarse no en la sustitución de la producción de determinado rubro del sector primario por otro, sino en diversificar la producción, para darle una mayor estabilidad a la economía, y así contribuir a su crecimiento sostenido. (Ver pie de página 1).

En el caso venezolano, no sólo se está en presencia de la vulnerabilidad de los precios del crudo en el mercado internacional (que impacta los ingresos provenientes de las exportaciones), sino que a ello se suma la concentración de sus exportaciones en este producto, dando como resultado la inexistencia de un crecimiento sostenido y que además está atado y condicionado al comportamiento de los precios internacionales de este producto primario.

¿Existe en Venezuela una Política de Promoción de Exportaciones No Tradicionales? 

Si bien la búsqueda del fortalecimiento de la capacidad exportadora no petrolera ha sido un tema recurrente en las diversas políticas gubernamentales, no sólo no se han logrado avances importantes, sino que en los últimos años, se ha profundizado la condición de país monoproductor y monoexportador, llegando el petróleo a constituir más del 95% de los ingresos totales por concepto de exportación. De allí que la implementación de una política de promoción de exportaciones no tradicionales en Venezuela constituya un primer paso fundamental para lograr cambios en la estructura productiva del país, donde se busque incorporar progresivamente la tecnología en los procesos productivos, así como mayor valor agregado, y aportar una mayor estabilidad al crecimiento económico.

A pesar de ello, pueden identificarse cuatro elementos básicos que sustentan la afirmación de la inexistencia de una verdadera política de promoción de exportaciones no tradicionales en Venezuela:

  1. Ausencia de diálogo abierto y estrecha cooperación entre los sectores público y privado.
De acuerdo a un estudio de la Fundación Carolina (2008)(Ver pie de página 2), el sector público tiene un rol importante como promotor directo o indirecto del desarrollo de nuevas exportaciones (ya sea facilitando la coordinación entre privados, removiendo obstáculos al desarrollo, brindando información valiosa, apoyando la investigación, entre otras acciones), sin embargo, de esta afirmación se desprende una importante conclusión y es precisamente que, “el éxito de las intervenciones públicas dependerá, en gran medida, del diálogo y la colaboración que exista entre el sector público y el sector privado. Esto facilita el diseño de programas y estrategias orientados a atacar directamente las necesidades de las empresas”. (Braun, Feldman, Junowicz y Roitman, 2008:70)

Ello contrasta con la dinámica existente en Venezuela, donde en los últimos años se ha observado un predominio progresivo del Estado en la estructura económica nacional y un consecuente desplazamiento del sector privado(Ver pie de página 3), en un contexto de desmontaje del sistema de economía mixta que venía operando desde década atrás, lo cual ha impactado negativamente los volúmenes de producción, los niveles de productividad y consecuentemente, la competitividad nacional.


El cuadro anterior refuerza la afirmación anterior, pues muestra la evolución de la participación del sector privado en la exportación de bienes no tradicionales, que ha venido decayendo significativamente en la última década y que actualmente está cerca del 50% de participación, mientras que durante los años 90, alrededor de ¾ de la exportación no petrolera correspondía al sector privado. 

2.Alta burocracia y excesiva permisología 

El Ranking de Comercio Transfronterizo 2015 del Doing Business, que registra el tiempo y costo (excluyendo aranceles) requeridos en el proceso logístico de exportación e importación de mercancías “asociados con tres conjuntos de procedimientos del proceso de exportación e importación: documentación, controles transfronterizos y transporte doméstico”, permite establecer una comparación entre Venezuela y otros países del continente (algunos, importantes socios comerciales de Venezuela). Allí se observa que Venezuela no sólo ocupa el antepenúltimo lugar (Ver pie de página 4) , al ubicarse en la posición #187 de un total de 189 países, sino que se encuentra muy por debajo del promedio de la región.


La existencia de costos tan altos y tanta demora para exportar en Venezuela implica una situación que actúa como desincentivo a las empresas que consideran expandir sus actividades comerciales fuera del territorio nacional y además es una prueba de la ineficiencia de las instituciones de promoción comercial nacionales. 

3. Control cambiario: distorsión monetaria

El establecimiento de un control cambiario durante más de 13 años (desde febrero de 2003) con un tipo de cambio que ha permanecido fijo durante largos períodos de tiempo, sin ser ajustado por la elevada inflación (2 y actualmente, hasta 3 dígitos) ha generado fuertes distorsiones en la economía, a través de la sobrevaluación de la moneda nacional. De hecho, de acuerdo al Banco Internacional de Pagos de Basilea, en 2014 el bolívar pasó a ser la moneda más sobrevaluada dentro de un ranking de 61 países, con un desajuste de 91%. (Salmerón, 2015)

En palabras de Salmerón (2015), la principal consecuencia de esta situación es que “las importaciones son más baratas que lo que se produce dentro del país y por tanto, se dispara la demanda de divisas y las exportaciones venezolanas, excepto el petróleo, son muy poco competitivas”.

A su vez, a juicio de Arancibia (2015), tener políticas de promoción de exportaciones no tradicionales implica, entre otras cosas, “tener un tipo de cambio suficientemente competitivo, de modo que el sector exportador pueda tener los incentivos necesarios como para incursionar en las complejas aguas del comercio internacional”, lo cual es imposible con un dólar sobrevaluado y controlado.

No obstante, hay que tener presente que una simple devaluación no se traduce directamente en una mayor competitividad (al abaratar las exportaciones), si no va acompañada de una política gubernamental de promoción de la producción nacional y de búsqueda de la productividad.

4. Retroceso económico-institucional: estadísticas

El inicio de la explotación petrolera en Venezuela en 1914 marca un hito en la transformación productiva del país, modificando su estructura agrícola rural. Así, durante la segunda mitad del siglo XX, se comienza a observar la tendencia del petróleo a incrementar su participación dentro de la oferta exportable del país, principalmente a raíz del boom petrolero de 1973 (tras la 1° crisis del petróleo), que elevó considerablemente los ingresos públicos por concepto de exportaciones.

Sin embargo, también fue en la segunda mitad del siglo XX cuando empezaron a observarse en Venezuela las primeras iniciativas dirigidas a la promoción de exportaciones no petroleras. De esta manera, durante los años 60, con el predominio del modelo de sustitución de importaciones en la región, se inicia un proceso de estímulos para formar una economía no petrolera, que se caracterizó principalmente por el desarrollo industrial en la Guayana venezolana, con la creación de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) como una agencia de desarrollo regional que buscaba el fortalecimiento del parque industrial. (Levy y Arellano, 2013)

También se observó la participación de Venezuela en diversos mecanismos de integración, como en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1966, que promovería la liberalización comercial a nivel regional; así como su incorporación al Grupo Andino en 1973, bloque en el cual Venezuela registró durante muchos años una balanza comercial superavitaria con países como Colombia, debido precisamente a la exportación de bienes no tradicionales con alto valor agregado.

Asimismo, se registró el uso de medidas para-arancelarias orientadas a la generación y protección de la capacidad productiva y en 1973, se creó el Fondo para el Financiamiento de las Exportaciones (FINEXPO) y el Instituto de Comercio Exterior (ICE), orientado a la promoción de las exportaciones no petroleras y la administración de las negociaciones comerciales internacionales, que, junto a la promulgación de la Ley de Incentivos a las Exportaciones, crearon la base institucional para incentivar el comercio exterior venezolano. 

A mediados de los 90, siguiendo a Mazzei (2016), se funda el ICE con el Ministerio de Fomento y se crea el Ministerio de Industria y Comercio que fortalecería aún más el andamiaje institucional. De hecho, a finales del año 1998 Venezuela llega a exportar casi 6.000 millones de dólares representando para aquel entonces el 25% de las exportaciones totales del país.

Es durante esa década que se evidencia una disminución de la participación del petróleo en los ingresos totales por concepto de exportación, al pasar de representar 89,4% en 1985 a 72,3% en 1995, y consecuentemente, un incremento en los volúmenes exportados de productos no petroleros como aluminio, productos de hierro y productos químicos, de acuerdo al cuadro presentado a continuación, proveniente de la CEPAL (2012).


No obstante, el panorama ha cambiado significativamente en los últimos años, profundizándose drásticamente la concentración de las exportaciones en torno al petróleo, de manera que entre 2000-2012 las exportaciones no petroleras, pasaron de representar 5,3% de las exportaciones totales en el 2000 a sólo 2,3% en 2012, de acuerdo a cálculos propios a partir de cifras del BCV (2013).


A partir del gráfico anterior, debe tomarse en cuenta que el valor de las exportaciones petroleras está sujeto al precio del petróleo en el mercado internacional, y al ser un commodity, presenta mayor volatilidad, con lo cual el pico observado en 2008, corresponde al aumento del precio del petróleo a niveles récord de 144$/b (noviembre). Sin embargo, lo que sí es un hecho es que se ha producido un deterioro de las exportaciones no petroleras, al punto que de cada 100$ que ingresan al país provenientes de la exportación, sólo 2$ corresponden a exportaciones no petroleras.

El gráfico presentado a continuación también muestra el drástico descenso de las exportaciones no petroleras, que ha sido continuo desde el año 2003, donde se ubicaba en 18,1%, hasta llegar a ubicarse en 3,6% en el 2013 (Ver pie de página 5) , en concordancia con Bello (2016). 


Esta situación se debe en parte a la caída de la producción nacional, que se ha visto afectada por una serie de factores, como los controles económicos: principalmente el control de precios y el control cambiario, que restringen el acceso de divisas (requeridas para la compra de insumos) y en torno al cual se han generado fuertes distorsiones.

Finalmente, una preocupante consecuencia de esta situación es el deterioro progresivo de la balanza comercial de Venezuela, de manera que, si bien el comercio externo del país se ha caracterizado por un saldo comercial positivo con el resto del mundo, la tasa de crecimiento de sus exportaciones ha sido mucho menor que la tasa de crecimiento de sus importaciones, lo que muestra la posibilidad de un déficit. De hecho, en 2014 Venezuela registró un superávit comercial de 23.744,1 millones de euros, lo que representó el 17,53% de su PIB, mientras que en 2015, el  superávit alcanzado se redujo a 3.334,8 millones de euros, lo que representó 6,19% de su PIB. (Datos Macro, 2015)

De allí la importancia de la adopción de una política de promoción de exportaciones no tradicionales en Venezuela, que abarque aspectos fundamentales como la reactivación de la producción nacional y de una política cambiaria coherente, que permita corregir las distorsiones monetarias y la reaparición del incentivo cambiario al exportador. No sólo están en riesgo las cuentas e ingresos públicos, sino, a largo plazo, la posibilidad de encaminar al país a un crecimiento económico sostenible. 


NOTAS DE PIÉ

1. La tradicional concentración de la producción y exportación en un solo producto en AL impacta negativamente en su crecimiento económico. Diversos estudios como el de Lederman y Maloney (2003) muestran que la concentración de la canasta de exportaciones en pocos productos esta correlacionada negativamente con el crecimiento económico. Además, aumenta el riesgo de que cambios en el precio de dicho producto genere variaciones importantes en los términos de intercambio, que a su vez tienen un fuerte impacto en el crecimiento. 

2.Estudio que analiza el surgimiento de nuevos sectores exportadores en cinco países de AL: Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y México. 

3.Bello (2016) identifica algunos factores de esta pérdida de participación del sector privado en el proceso productivo nacional, tales como la erosión del mercado derivada de los controles económicos y la concentración de la propiedad privada en manos del Estado (que incluye expropiaciones y estatizaciones). 

4.Es importante precisar que para la determinación de la posición que ocupa cada país dentro del ranking, se toman en cuenta los tiempos y costos tanto para exportar, como para importar. No obstante, en la tabla anterior sólo se muestran los tiempos y costos para exportar.  

5.Estas estadísticas muestran una leve variación con respecto a las presentadas en párrafos anteriores, no obstante, la tendencia es la misma: una caída sostenida de las exportaciones no petroleras. 

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS

Arancibia, Sergio (2015). Políticas de Promoción de Exportaciones. Diario El Mundo. Recuperado de: http://www.elmundo.com.ve/firmas/sergio-arancibia/politicas-depromocion-de-exportaciones.aspx  

Banco Central de Venezuela (2013). Estadísticas del Sector Externo. Anuario 20072012. Recuperado de: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/anuasectorexterno77-12.pdf  

Bello, Omar (2016). Exportación no petrolera, importaciones, saldos comerciales. 

Braun, Feldman, Junowicz y Roitman (2008). El desarrollo de nuevos sectores de exportación en América Latina: Lecciones de 10 casos exitosos. Fundación Carolina. 
Recuperado de: http://www.fundacioncarolina.es/wp-
content/uploads/2014/07/Avance_Investigacion_15.pdf 

CEPAL (2012). Perfiles de Infraestructura y Transporte en América Latina. Caso 
Venezuela. Recuperado de: 
http://www.cepal.org/perfil/noticias/noticias/7/29957/Caso_Venezuela.pdf 
Datos Macro (2015). Empeora la Balanza Comercial de Venezuela. Recuperado de: http://www.datosmacro.com/comercio/balanza/venezuela   
Doing Business (2015). Comercio Transfronterizo. Disponible en: 
http://espanol.doingbusiness.org/data/exploretopics/trading-across-borders  
Levy, S. y Arellano, F. (2013). La Política Comercial Venezolana: una oportunidad desaprovechada. Centro Internacional de Comercio y Desarrollo Sostenible (ICTSD). Recuperado de: http://www.ictsd.org/bridges-news/puentes/news/la-pol%C3%ADticacomercial-venezolana-una-oportunidad-desaprovechada  

Salmerón, Víctor (2014). El Bolívar es la moneda más sobrevaluada del mundo. Diario El Universal. Recuperado de: http://www.eluniversal.com/economia/140706/elbolivar-es-la-moneda-mas-sobrevaluada-del-mundo  

Sánchez-Masi, Luis (2015). Ensayo sobre una Política Alternativa para el Desarrollo Latinoamericano. CAF Documento de Trabajo n° 2014/06. 





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