jueves, 27 de marzo de 2025

EL “SUBIMPERIALISMO” DE EL SALVADOR. Una tragedia más para Latinoamérica.

 

EL “SUBIMPERIALISMO” DE EL SALVADOR. Una tragedia más para Latinoamérica.

Eduardo Ortiz Ramírez

 


América Latina, la región de la Raza Cósmica o del Realismo Mágico, para bien o para mal, siempre sorprende, aunque ello no siempre sea porque sus países alcancen más desarrollo o democracia. En un momento y en un concierto, Silvio Rodríguez -canta autor de la Nueva Trova Cubana-,    dijo que ante preguntas sobre el Unicornio, él, le había dicho a alguien algo así como “el unicornio mío lo encuentras en el Salvador”. Eran los tiempos del Frente Farabundo Martí y de otras guerras en tal nación y subregión. Tiempos aquellos los de las emociones y tomar el cielo por asalto. Pero todo, según algunos filósofos, genera su contrario.

Hoy día El Salvador se ha terminado convirtiendo, a pesar de su pequeño tamaño económico, en una nación “subimperialista”. La noción de subimperialismo[1] tuvo su tiempo en los setenta y ochenta, abrazada por analistas del dependentismo y que a su vez tenía sus bases en algunos políticos marxistas o de izquierda a inicios del siglo XX. Enfatizaba en la perspectiva económica del subcosumo y las tutelas o acciones/servicios militares que ciertas naciones pudiesen desempeñar. Un día se me acercó, en esos tiempos, un izquierdista radical, que hoy día anda en otras cosas y me dijo: ese es el subimperialismo brasileño. Si fuese el caso, hoy día también Brasil anda en otras cosas. La noción de subimperialismo no es extensible, por lo demás, a los BRICS

Se trata ahora de El Salvador. con la gestión y figuración conspicua de Bukele. Había ofrecido  Bukele recibir a migrantes que “presentan” problemas para los EEUU. Y lo cumplió, en lo que podemos llamar una nueva tragedia para la región, con las de qué tiempo en tiempo sorprende. Estaremos atentos,  al planteamiento de Milei de retirarse del Mercosur. Ya lo había aproximado Menen, en planteamientos relacionados, señalando “no nos vamos a integrar con pobres”.

Las historias, noticia y los resúmenes son muchos. Un presidente explosivo como Trump y que ha demostrado que el Imperialismo existe o puede existir[2]  y  con un proyecto Plutocrático  en mano y con gestiones de un Secretario de Estado curioso, en cuanto a la propia América Latina, la ha agarrado con una organización delictiva de origen venezolano que, como tantas otras de origen diverso y con mayores fuerzas, existen en esa nación desde hace mucho tiempo. Ahora pareciera que la única es la de marras. Y así, todo migrante venezolano, exitoso o no, documentado o no, culpable o no, puede caer en sospecha, ser puesto preso y hasta deportado bajo engaño, por parte de sus activos, por los demás, organismos de supervisión y control, porque se trata de una orden presidencial en un país, indudablemente, de los más poderosos del mundo.

Lo que no se había previsto, es que el “gran” reformador de cárceles, Bukele, pusiera, las de su país, para las necesidades de aquel presidente de EE.UU.  Siendo así que, culpables e inocentes, todos han entrado en el mismo saco, violentándoseles derechos y perspectivas en procesos objetados por instancias de los propios EE.UU. Preocupante, trágico, nostálgico y enardecedor este suceso, adicionándose a otros que la región ya ha acumulado.

Aquellos militantes muy activos del Frente Farabundo Marti, tuvieron razón en alejarse y en advertir sobre lo que venía. En días recientes se veía la información  de acciones contrarias del gobierno actual de Nicaragua en cuanto a un héroe de la liberación sandinista. Muy curiosa toda esa evolución centroamericana, cuya región siempre mira mucho hacia los EE.UU. a pesar de muchos problemas que siguen presentando algunos de sus países y las acumuladas experiencias que tienen en la relación con tal nación.

¡Cosas veredes Sancho!

 

27 de marzo 2025

@eortizramirez

eortizramírez@gmail.com

jueves, 20 de marzo de 2025

Policrisis

 

Policrisis

El mundo sometido a la policrisis no es estático, está vivo: su crisis modifica su entorno, y su entorno modifica los términos de la crisis.


 

·         JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

20/03/2025 05:01 am



Reciente término y muy de moda, en las actuales estudios y reflexiones de las relaciones internacionales, está produciendo un debate no sólo intelectual, sino político con ramificaciones en otras dimensiones o esferas del conocimiento, como las ciencias económicas, la sociología y los estudios internacionales.

 
Fue efectivamente, acuñado por primera vez por Edgar Morin, en 1993 y desde hace unos años, está en el tapete de los debates de los círculos económicos, políticos, quién palabras menos palabras más lo definía en su obra terre patrie “…Morin define la policrisis como una situación en la que "crisis interconectadas y superpuestas" adoptan la forma de un "complejo interdependiente de problemas, antagonismos, crisis y procesos incontrolables" que forman "la crisis general del planeta". Esta visión es muy distinta de lo que en economía se conoce como "crisis sistémica", es decir, una crisis que desestabiliza todo un sistema, pero cuyo punto de partida es un choque único e identificable. En este último caso, la espiral de crisis puede detenerse si se logra contener el contagio. Esta es la lógica que ha regido la gestión de crisis desde 2008, sin éxito.

En cambio, en una crisis múltiple, este tipo de contención no es posible, porque la crisis forma parte de una cadena de acontecimientos tan compleja que resulta imposible detenerla. Más aún, como hemos dicho, porque las soluciones propuestas dan lugar a nuevos problemas que extienden el contagio a otras zonas. El mundo sometido a la policrisis no es estático, está vivo: su crisis modifica su entorno, y su entorno modifica los términos de la crisis.

Aunque en su momento no se describió como una policrisis, la crisis financiera de 2008 ilustra cómo las "soluciones" pueden convertirse en "problemas". Esta crisis desencadenó una sobreinversión en China que salvó a la economía mundial del desastre, pero condujo a una sobreproducción de acero y hormigón, en particular, que agravó la crisis climática. Al mismo tiempo, esta recuperación china provocó una reacción en Estados Unidos, llevando al poder a Donald Trump, pero también una crisis de sobreproducción de la que China solo pudo salir a costa de una burbuja inmobiliaria que estalló en 2021. Cada solución abría una nueva crisis, provocando una desestabilización global. Nos encontramos pues, en un contexto y ante un reordenamiento de las relaciones internacionales tan significativo como el de 1989, 1945 o 1919.

El pensamiento de la complejidad se desarrolló mucho en el mundo anglosajón en las décadas de 2000 y 2010, sobre todo en el campo de la historia. Las interacciones e interdependencias adquirieron tal importancia que el más pequeño grano de arena podría perturbarlo todo y provocar un colapso generalizado, a través de una serie de crisis que se alimentaban unas a otras. "Cuanto más complejo es un sistema, más probabilidades tiene de colapsar", resume el historiador Brandon Drake…”

 

En efecto, la policrisis es, además, la conceptualización de que la sociedad internacional, la estructura internacional, de nuestros días se enfrenta a una serie de crisis interconectadas que amenazan el orden, la estabilidad y el bienestar en múltiples niveles ( crisis climática, pandemia, invasión de Rusia contra Ucrania, la emergente guerra comercial, iniciada por la política aislacionista y proteccionista de Trump, el incierto cambio político América Latina inacabado que se debate entre un autoritarismo marxista cavernario y una democracia más fluida y participativa de verdad y no de discurso manipulador, en el siglo XXI, después del proceso de redemocratización de los años 80, donde países como Venezuela fue líder, hoy teniendo una democracia en crisis y sin rumbo democratizador en el porvenir, sino todo lo contrario, el robustecimiento de una autocracia cada vez más cerrada y no una democracia competitiva, pluralista y abierta, las limitaciones de las tregua entre Rusia y Ucrania y el impacto en la economía mundial de la errática política de aranceles de Trump).

El concepto de policrisis pues, se refiere precisamente a esta realidad. Incide en una conjunción de riesgos globales que incluyen el cambio climático, las pandemias, la inestabilidad económica, los conflictos geopolíticos y los desplazamientos masivos, entre otros. Estas crisis no son fenómenos aislados, son interdependientes, articulados y ocasionan impactos que se amplifican y retroalimentan de manera impredecible, reflejando la intrincada red de causas y efectos, que caracteriza a un mundo interconectado aún más por la revolución tecnológica en la Tics y la evolución del modo de crecimiento del capitalismo entrando casi en la tercera década de este siglo XXI.

Sostenemos pues, desde este artículo que es una aproximación desde la lógica de la complejidad, como debe verse la totalidad y el sistema internacional con articulaciones e interconexiones complicadas cada vez un enfoque valioso para analizar y comprender la naturaleza de la policrisis e invito a un enfoque a considerar la dinámica no lineal, sino de múltiples conexiones de los distintos riesgos globales, la capacidad adaptativa del sistema internacional y las interacciones entre las partes y el todo. Ello implica en última instancia abandonar las visiones teóricas reduccionistas del orden internacional ancladas en el racionalismo en Relaciones Internacionales, esto impactará en el debate de la teoría de las relaciones internacionales, como abordar los próximos debates en esta teoría que, como podemos observar se ampliará a nuevos temas que van más allá de los tradicionales, lo que ameritará del analista aguda capacidad de observación, desde el punto de vista estratégico y la puesta en la mesa de soluciones con visión a esos problemas complejos, en fin los retos que tiene un analista simbólica ante la nueva realidad cambiante y movible.

Por ejemplo, el Foro de Davos que, desde hace unos años, se dedica a analizar esta problemática, entre los diversos temas de la agenda de la reunión de esta cumbre. Hace, en ese sentido, un análisis de estos desafíos a largo plazo. Entre sus predicciones, señala que el coste de vida dominará los riesgos globales en los próximos dos años, mientras que el fracaso de la acción climática marcará la próxima década, la crisis demográfica vinculada al tema de la migración y su aporte no sólo al crecimiento vegetativo de la población, el aporte de nueva base laboral y el impacto en el freno del envejecimiento de la algunas sociedades.

Además, predice que las crisis de alimentos, combustibles y costes exacerbarán las vulnerabilidades sociales y que empeorarán los conflictos y los riesgos asociados a la ciberseguridad.

¿Y cuál será el colectivo más afectado? La infancia, como advierte el informe Prospects for Children in the Polycrisis de UNICEF. Un ejemplo lo encontramos en el aumento de precios, que impacta dramáticamente en las familias más vulnerables; otro, en el cambio climático, cuyos efectos vivirán más intensamente las generaciones futuras. Sin embargo, aún podemos dar la vuelta a esta década que se presenta sombría, cambiando la forma de gestionar sus desafíos internacionales.

El informe de UNICEF propone, en primer lugar, invertir en la previsión y la gobernanza anticipada de riesgos futuros. En segundo lugar, llevar a cabo cambios sistémicos en la gobernanza de los bienes públicos y las instituciones internacionales, por ejemplo, en la infraestructura sanitaria, los sistemas alimentarios y energéticos, la arquitectura financiera global y la tecnología digital, por ello la propuesta de la ONU de pensar el futuro, en el caso de América Latina los dilemas del desarrollo qué modelo aplicar, que sea productivo, eficiente e inclusivo, menudo reto a la élites políticas, económicas, intelectuales, también de los organismos trasnacionales gubernamentales y no gubernamentales, estamos en una encrucijada.

Venezuela, bien gracias, ajena y alejada de estos debates y temas tan cruciales de nuestro tiempo, metida en una encrucijada en la que se debate el futuro del estado de salud de su democracia y perspectiva y no se inserta en estos debates y temas, gobernada por una kakistocracia, que desea hacerse eterna en el ejercicio del gobierno del estado venezolano y sin alternancia política superponiendo el estado al partido y produciendo una perniciosa mutación.

En esta policrisis, nuestros países deben dejar socios necesarios y ser aliados estratégicos, como lo es el debate que se está dando en Europa en diferentes círculos, en este momento con la llegada de Trump al Gobierno y se está planteando una reimaginación de las relaciones de estos, con los Estados Unidos, por ejemplo. Vivimos un crepúsculo, de la interdependencia, de la cooperación internacional.

Finalmente, como diría Joseph Nye, en reciente artículo ”…De hecho, todos los países se verán afectados, porque las relaciones entre los Estados y otros actores transnacionales importantes están interconectadas. Un orden internacional se basa en una distribución estable del poder entre los Estados, normas que influyen en la conducta y la legitiman, e instituciones compartidas. Un orden internacional determinado puede evolucionar gradualmente sin que ello conduzca a un cambio paradigmático claro, pero si la política interna de la potencia preeminente cambia demasiado radicalmente, todo está perdido. Como las relaciones entre los estados varían naturalmente con el tiempo, el orden es una cuestión de grado…”

jesusmazzei@gmail.com

 

jueves, 13 de marzo de 2025

HIPOCRESÍA DEL LIBRE COMERCIO. Una perspectiva desde el MAGA y 2025.

 

HIPOCRESÍA DEL LIBRE COMERCIO. Una perspectiva desde el MAGA y 2025.

Eduardo Ortiz Ramírez



Algunos, entre los 70 y los 80, llegaron a considerar que aquellas tendencias hacia el liberalismo o neoliberalismo podían convertirse en su contrario; esto es, la reaparición del mercantilismo, ya conocido por la humanidad y distintos analistas. Pues pareciera que, hacia eso o –algo relacionado- vamos. Hoy día un presidente de una nación con poder económico y que siempre, en recientes décadas, promovió la apertura y el libre comercio, es capaz decir: si suben aranceles en 200% también se los subiremos en tal porcentaje.

Algunas de las hipocresías presentes en los procesos comerciales de los últimos 70/80 años, es que el comercio nos beneficia a todos o que los procesos particulares  de negociaciones comerciales para fomentar la integración no perjudican a los otros. Y no es cierto, ni lo uno ni lo otro. La integración,  la conformación de bloques comerciales siempre se hacen para buscar fuerza y con el condimento de la discriminación para los otros. Ha sido el gran invento para neutralizar la Cláusula de la Nación Más favorecida (NMF) del acuerdo Multilateral del GATT/OMC. Recuerdo al notable profesor Guillermo Márquez, y a pesar de todo su conocimiento del Comercio, decirme un día: “pero todo esto tiene como fin el Libre Comercio”. En los hechos se ha demostrado que no es cierto. No es válido decir, según la evolución y los hechos vistos que estas son temporalidades derivadas de una presidencia particular, en alguno que otro país. Habría que preguntarse, si más bien no conforman tendencias seculares de las naciones y del comercio en particular, que ha generado tantos desafíos como los que generaron las Leyes de Granos para David Ricardo.

Comenzando los años 50 y después de la segunda guerra las naciones se dedicaron a negociar a través del GATT por medio de Rondas Globales y Ministeriales, como la difícil Ronda Uruguay finalizada en 1994 con la conformación ya de OMC y del organismo que controlaría supervisaría los Servicios, y la aparición del Código de Salvaguardas, entre otros resultados. Reuniones más reuniones menos, avances en propiedad intelectual y exigencias hacia China y otras naciones, hasta que por fin esta nación en 2001 se incorporó al inicio de la Ronda Global siguiente, (la Ronda Doha, hoy día con fracaso de sepultura para el entusiasmo de variadas negociaciones). Pero en determinadas circunstancias, se ha visto que, no bastan demostraciones ni entusiasmos para evitar que las cosas se sigan deteriorando.

Todo el entusiasmo, las fuerzas y los errores contenidos en el Informe del Banco mundial de 1987 que buscaba impulsar reformas en el mundo en desarrollo, desde donde junto a UNCTAD se estimularon reformas comerciales que, decían algunos, buscaban era pagar la deuda externa de naciones como las de América Latina, no bastaron. No bastó el entusiasmo ni las iniciativas para conformar el Grupo delos 20 o los BRICS de hoy, para que el poder económico real diera al traste con políticas e iniciativas que buscaron desarrollar la apertura y el uso irrestricto de aranceles con bajos niveles en el mundo desarrollado y de manera novicia en América Latina,  como resultado de las reformas comerciales, tanto que, hasta Grupos en Chile, plantearon que estaban listos para el arancel 0.

Claro, todo esto, de todas maneras, le pasaba por encima al hecho de que las barreras no arancelarias, donde los países desarrollados llevan la batuta, habían -y han- pasado a controlar buena parte de comercio mundial. También se le pasaba por alto a que mientras tales países hacían esto, al mundo en desarrollo se le predicaba que solo se usaran aranceles y mucho cuidado con meterse en el campo poco ortodoxo de la Barreras no arancelarias, que como dijimos los lleva a ellos –a los países desarrollados- adelante.

Pero aun no era suficiente nada de esto, medido como asimetrías, inequidades o diferencias notables en lo que se le permite y no se le permite a unas u otras naciones. Visto así, tuvo que venir el presidente Trump en su segundo mandato, a decir claramente con el MAGA,  la necesidad de que tal nación vuelva a ser lo que fue. No importa que con ello se irrespeten acuerdos comerciales como El TLCAN/T-MEC y que se remueva en la tumba a Bela Balassa. No, a pesar de los efluvios comprensivos de la Presidenta de México y los realismos del Presidente de Canadá, aquel Presidente ha violentado el respeto a un Acuerdo de Libre Comercio. Claro, esto le importa muy poco a la Plutocracia que hoy dirige aquella nación.

 Así, la teoría se ha retraído para algunos, y los entusiasmos sobre apertura y libre Comercio, y ni que decir sobre Regionalismo Abierto, se han presentado como reales hipocresías y entusiasmos engañosos a la luz de variadas acciones. ¿Qué le depara el mundo al Comercio internacional? Ya veremos más adelante.

 

13 de marzo de 2025

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

lunes, 10 de marzo de 2025

El futuro del orden mundial

 

https://www.project-syndicate.org/commentary/future-of-world-order-second-trump-presidency-american-decline-by-joseph-s-nye-2025-03/spanish

El futuro del orden mundial

Mar 4, 2025JOSEPH S. NYE, JR.

CAMBRIDGE – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sembrado serias dudas sobre el futuro del orden internacional de posguerra. Recientemente, en discursos y votaciones en las Naciones Unidas, su administración se ha puesto del lado de Rusia, un agresor que lanzó una guerra de conquista contra su vecino pacífico, Ucrania. Sus amenazas arancelarias han suscitado dudas sobre las alianzas de larga data y el futuro del sistema de comercio global, y su retirada del acuerdo climático de París y de la Organización Mundial de la Salud ha socavado la cooperación frente a las amenazas transnacionales.

1.      

La perspectiva de un Estados Unidos totalmente desvinculado y centrado en sí mismo tiene implicancias preocupantes para el orden mundial. Es fácil imaginar a Rusia aprovechando la situación para intentar dominar Europa mediante el ejercicio o la amenaza de fuerza. Europa tendrá que mostrarse más unida y asegurar su propia defensa, aunque el respaldo estadounidense siga siendo importante. Del mismo modo, es fácil imaginar a China afirmándose más en Asia, donde busca abiertamente el dominio sobre sus vecinos. Esos vecinos seguramente habrán tomado nota.

De hecho, todos los países se verán afectados, porque las relaciones entre estados y otros grandes actores transnacionales están interconectadas. Un orden internacional se basa en una distribución estable del poder entre los estados; normas que influyen en la conducta y la legitiman, e instituciones compartidas. Un orden internacional determinado puede evolucionar gradualmente sin dar lugar a un claro cambio de paradigma. Pero si la política interna de la potencia preeminente cambia demasiado radicalmente, todo se acaba.

Dado que las relaciones entre los estados varían naturalmente con el tiempo, el orden es una cuestión de grado. Antes del sistema estatal moderno, el orden se imponía a menudo por la fuerza y la conquista, que tomaba la forma de imperios regionales como China y Roma (entre muchos otros). Las variaciones en la guerra y la paz entre imperios poderosos eran más una cuestión de geografía que de normas e instituciones. Como eran contiguos, Roma y Partia (la zona alrededor del Irán actual) a veces se enfrentaban, mientras que Roma, China y los imperios mesoamericanos no lo hacían.

Los propios imperios dependían tanto del poder duro como del poder blando. China se mantenía unida por sólidas normas comunes, instituciones políticas sumamente desarrolladas y beneficios económicos mutuos. Lo mismo ocurría con Roma, especialmente con la República. La Europa post-romana tenía instituciones y normas en forma de papado y monarquías dinásticas, lo que significaba que los territorios a menudo cambiaban de gobierno a través del matrimonio y las alianzas familiares, independientemente de los deseos de los súbditos. Las guerras solían estar motivadas por consideraciones dinásticas, aunque los siglos XVI y XVII trajeron guerras nacidas del fervor religioso y de la ambición geopolítica, debido al auge del protestantismo, las divisiones en el seno de la Iglesia Católica Romana y el aumento de la competencia interestatal.

A finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa trastocó las normas monárquicas y las restricciones tradicionales que durante tanto tiempo habían sostenido el equilibrio de poder europeo. Si bien la ambición imperial de Napoleón fracasó, en última instancia, tras su retirada de Moscú, sus ejércitos barrieron muchas fronteras territoriales y crearon nuevos estados, dando lugar a los primeros esfuerzos deliberados por crear un sistema estatal moderno, en el Congreso de Viena de 1815.

 

El “Concierto de Europa” posterior a Viena sufrió una serie de trastornos en las décadas siguientes, sobre todo en 1848, cuando las revoluciones nacionalistas arrasaron el continente. Tras estas convulsiones, Otto von Bismarck lanzó varias guerras para unir a Alemania, que asumió una posición central poderosa en la región, reflejada en el Congreso de Berlín de 1878. Gracias a su alianza con Rusia, Bismarck consiguió un orden estable hasta que el Kaiser lo destituyó en 1890.

Entonces llegó la Primera Guerra Mundial, a la que siguieron el Tratado de Versalles y la Liga de Naciones, cuyo fracaso preparó el terreno para la Segunda Guerra Mundial. La posterior creación de las Naciones Unidas y de las instituciones de Bretton Woods (el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el precursor de la Organización Mundial del Comercio) marcó el episodio de creación de instituciones más importante del siglo XX. Dado que Estados Unidos era el actor dominante, la era posterior a 1945 se conoció como el “Siglo Americano”. El final de la Guerra Fría en 1991 produjo entonces una distribución unipolar del poder, que permitió la creación o el fortalecimiento de instituciones como la OMC, la Corte Penal Internacional y el acuerdo climático de París.

Incluso antes de Trump, algunos analistas creían que este orden norteamericano estaba llegando a su fin. El siglo XXI había provocado otro cambio en la distribución del poder, que habitualmente se describía como el ascenso (o, más precisamente, la recuperación) de Asia. Si bien Asia había representado la mayor parte de la economía mundial en 1800, quedó rezagada tras la Revolución Industrial en Occidente. Y, al igual que otras regiones, sufrió las consecuencias del nuevo imperialismo que las tecnologías militares y de comunicaciones occidentales habían hecho posible.

Ahora, Asia está recuperando su estatus de principal fuente de producción económica mundial. Pero sus recientes avances se han producido más a expensas de Europa que de Estados Unidos. En lugar de decaer, Estados Unidos sigue representando una cuarta parte del PIB mundial, como en la década de 1970. Si bien China ha reducido sustancialmente el liderazgo de Estados Unidos, no lo ha superado ni económica ni militarmente. Tampoco en términos de alianzas.

Si el orden internacional se está erosionando, la política interna de Estados Unidos es una causa tan importante como el ascenso de China. La cuestión es si estamos entrando en un período totalmente nuevo de decadencia estadounidense, o si los ataques de la segunda administración Trump a las instituciones y alianzas del siglo americano terminarán siendo otra caída cíclica. Puede que no lo sepamos hasta 2029.

 


JOSEPH S. NYE, JR.

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Joseph S. Nye, Jr., Professor Emeritus at Harvard University, is a former US assistant secretary of defense and the author of Do Morals Matter? Presidents and Foreign Policy from FDR to Trump (Oxford University Press, 2020) and A Life in the American Century (Polity Press, 2024).

 

jueves, 6 de marzo de 2025

El arte de Gobernar hoy en el siglo XXI

 

El arte de Gobernar hoy en el siglo XXI

A la hora de gobernar se requiere, pues, tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, para observar el margen de maniobra que dan las decisiones


JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

06/03/025 05:01 am



Este artículo lo escribo motivado, por las ideas, planteamientos, documentos del Consejo Latinoamericano de la Administración para el Desarrollo (CLAD), organismo intergubernamental fundado entre otros, por Venezuela (México y Perú los otros dos miembros fundadores), a iniciativa del primer gobierno del presidente Caldera, en 1972, en su primera administración (1969-74) sus ideas me nutren, y además tres hechos de reciente divulgación, por una parte, la reunión del consejo de ministros, del gobierno de Gustavo Petro, que me pareció sorprendente e insólita, por la dinámica de la misma y como interactuaban los diferente ministros entre ellos.

Asimismo, la más reciente reunión del gabinete de presidente Trump, con Elon Musk, como invitado especial a finales del mes de febrero pasado, lo cual causó gran controversia por su presencia y por las ideas que deslizó y además, en el caso estadounidense y sobre todo por el estilo del actual inquilino de la Casa Blanca Donald Trump y su jefa de Gabinete, Susie Wiles, (que es el cerebro y nervio del gobierno-Chief Of Staff-) ya que ella despacha directamente con los secretarios de los diferentes departamentos y el órgano colegiado no tiene competencias específicas más allá del asesoramiento del presidente, el cual es su función principal. Lo componen el vicepresidente, los secretarios de departamentos ejecutivos, la jefa de gabinete y otros miembros con diferentes cargos. Y, la impactante, insólita e inédita, escena entre Trump y Zelenski, el pasado viernes 28 de febrero en el Salón Oval, de la Casa Blanca, ejercicio del poder en forma cruda, bruta y concreta; no es una bravuconería y palabras altisonantes de Donald Trump, es una nueva era de la posición de los Estados Unidos en el mundo ( cómo redefinir la relación con la OTAN y Europa y países rivales).

Gobernar, entonces, en los próximos años será aún más un asunto complejo y complicado, por el momento de cambios epocales a nivel global, regional y a nivel local de cada uno de los países donde el asunto de gobernar, no es un tema sencillo y que además, que está en proceso de evolución entre otras cosas por la globalización y la cada vez más acelerada revolución que afecta la TIC´S y la revolución de la Inteligencia Artificial, y esto se pone entre otras cosas, de manifiesto, y que reflejan la importancia del tema en algunos organismos regionales sobre el tema por algunos hechos concretos en nuestra región por una parte, en la importancia de la convocatoria de la CEPAL, en el mes de febrero pasado, para examinar entre otros temas, la oportunidades y posibilidades y retos del gobierno abierto a nivel local, pero que se extiende a los prolegómenos de lo gobernable a lo regional y nacional y del Foro los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en Chile en marzo de este año, entre otras iniciativas de este organismo especializado de la ONU y las iniciativas del CLAD, a inicios de este año.

En efecto, es un desafío y un reto, aún mayor de cumplir con los objetivos planteados, es un asunto transdisciplinario, por ello, el gobernante de una nación tiene el inmenso desafío de gobernar no solo para una parcela del país, una facción, sino para toda una nación, es la obra de una élite, nos guste o no, es la realidad, de quienes gobiernan, pero para ello la cabeza del Estado requiere de gente capacitada, experimentada, formada, competente y con mesura a la hora de nos sólo formular políticas públicas, sino implementarlas y no hacerlo de forma, improvisada. Con conocimiento y experticia política y técnica pues. Para citar un ejemplo del gobernar, las reuniones del Consejo de Ministros, deben manejarse con la discreción y prudencia del caso, no hacer espectáculos circenses, debido a que allí se debaten y toman decisiones delicadas de Estado, es el área neurálgica del cerebro de gobernar un estado ( el lamentable espectáculo del consejo de ministros de Colombia del mes pasado, no debe volverse a repetir, por el bien de ese gran país hermano.

Tomando prestadas ideas fuerzas kissingerianas entre otras como: sentido de las proporciones, balance de poder e intereses vitales y secundarios, observamos que estos están ausentes en la actual realidad política latinoamericana, falta de sentido de la ubicación y sobriedad a la hora de actuar en un oficio tan delicado como es la política y sobre todo cuando se está en funciones de gobierno, donde se debe actuar sin histrionismo y con sentido de estado.

Por ello, se debe profundizar en las capacidades y conocimiento, de la función de gobernar, sobre todo en la oficina del alto gobernante (el Jefe del Estado o de Gobierno). Esto requiere liderazgo transformacional. Por ello, la primera condición para gobernar es saber escoger sus colaboradores, segundo, tener un norte de políticas públicas con sentido común y que generen confianza.

Esto por lo demás, no se ha cumplido en Venezuela, en los últimos 26 años, ya que se presenta entre otras cosas, alta rotación de los altos cargos directivos (ministros y presidentes de empresas del Estado, directivos de segundo escalón, jefe de misiones diplomáticas), analfabetas funcionales con título, que no saben qué hacer en un cargo, no tiene destrezas de dirección, planificación y coordinación y trabajo en equipo y una excesiva militarización de la administración pública y creen que los organismos civiles son cuarteles y no organizaciones que cada una tiene una cultura y un espíritu de cuerpo que las hace particulares y singulares en sus mecanismos de toma de decisión ( se toman decisiones autoritarias y no en forma colegiada). Por ello, las empresas del Estado y organismos públicos de la Administración centralizada y descentralizada productora de bienes y servicios, están hoy con una pésima calidad organizacional y allí vemos por ejemplo la calidad del estado como prestador de servicios esenciales.

Ya que, por otra parte, no tienen sentido de estado, sino de estructurar una simbiosis de estado-gobierno-partido e ideología, un partido-estado. Si no vean la evolución del papel y rol de PDVSA (creo que desapareció desde el año 1999, la palabra eficiencia y meritocracia). Hoy es una empresa en el último escalón de calidad y eficiencia, de las empresas de América Latina. Hoy se gobierna con los peores.

El alto gobernante, debe tomar decisiones, interactuar con los ministros, altos funcionarios de la administración pública que él designa, llevar a cabo reuniones de consejo de ministros, conducción y negociación al interno son a mí manera de ver los elementos complejos y dinámicos, de entender y comprender, reflexionar, sobre el arte de gobernar, otra cualidad saberse rodear y acompañar en esta compleja y difícil tarea. Sobre ellos históricamente han sido unos de los retos del estudio y reflexión de la teoría política. El tema del buen gobernante o del ejercicio del gobierno, abarcar dos aspectos: el político y el administrativo. El político, porque abarca el ámbito de toma de decisiones y el administrativo, la administración pública debe propender a tener innovación elástica y estar en permanente actualización porque va hacia la realización de propuestas, programas y planes de acción. Implica, además, la conducción y coordinación horizontal y vertical de las diferentes acciones de gobierno.

En cualquier caso, el buen gobernante debe al menos cumplir con estas premisas para llevar a feliz término una gestión gubernamental que son a saber: identificar los problemas en forma adecuada. Clasificarlos en forma oportuna lo que se une a un claro sentido de prioridades. Luego determinar cuáles ameritan tratamiento inmediato y en forma eficaz y eficiente. Hay otras tres condiciones importantes que se une a sus cualidades cualitativas, por otra parte, saber cuándo disminuir las tensiones y procesos conflictuales de la sociedad que gobierna. Darle estabilidad a su equipo de gobierno y proporcionar un sentido dialogante con sus adversarios y como dice, la carta de Innovación de gestión pública del CLAD…”un cambio radical en los modelos y metodologías de gestión vinculados a las tecnologías emergentes y disruptivas: la Administración digital, al manejo de grandes fuentes de datos (Big Data & Anaylitcs), internet de las cosas, realidad virtual, blockchain y, especialmente, la introducción en la gestión pública de la inteligencia artificial y de la automatización de procesos mediante la robotización…”

A la hora de gobernar se requiere, pues, tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, para observar el margen de maniobra que dan las decisiones, para llevar cabo no solamente las tareas normales del día a día de gobierno, sino igualmente la parte más estratégica, el mediano y largo plazo, negociar, con los diversos actores con los que se convive y la posible influencia del entorno internacional que también influye en las tareas de gobernar, porque hoy en día hay una porosidad manifiesta entre el ambiente interno y el externo, por la complejidad del ambiente internacional y la irrupción de problemas nuevos.

El político en funciones de alto gobierno debe conocer cuál es el margen y repito, el timing de maniobra que tiene para tomar decisiones y en inicio de desarrollo de siglo y los siguientes años influirán más en el gobierno, por la velocidad y profundidad, de los cambios tanto en el entorno internacional, y los específicos de lo tecnológico, en las distintas esferas del quehacer y conocimiento humano, rapidez e incertidumbre serán los signos de los tiempos por venir.

En las democracias gobernar es más intrincado porque se debe gobernar bajo varias premisas como consulta, persuasión, cooperación, negociación y coordinación y no bajo la amenaza, disuasión y cooptación.

En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos, sindicatos grupos de interés y de presión, líderes, etcétera) y las decisiones de política es el objeto central de la teoría política contemporánea y el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos En esta interacción, las expectativas racionales de los agentes juegan un papel esencial en la acción política, lo cual debe tomarse en cuenta. La relación dialéctica entre sociedad política y civil, es un elemento que debe tomar en cuenta en quien ejerce funciones de gobierno, No es un problema que se arregla con buena gerencia, porque gobernar es esencialmente un problema y asunto político. Hoy hay que crear valor público mediante la innovación de la gestión pública.

En suma, en la actividad política es difícil, pero el ejercicio del gobierno, del gobernar es más intrincado, complejo, debido a que es optar entre opciones, es saber qué se quiere, saber qué se puede y qué no se puede hacer, saber cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo. El político en funciones de gobierno debe tener pues, iniciativa estratégica, pero con un sentido de las proporciones y de estado, con una visión y perspectiva alta.

Por ello, los funcionarios o gerentes públicos, deben analizar e interpretar los datos, tanto a nivel tecnológico como de conocimiento humano (sistemas de inteligencia colectiva internos y externos a la Administración), que faciliten la detección proactiva de las nuevas necesidades sociales e individuales de los servicios públicos con el objetivo de un mayor bienestar social he allí los retos de gobernar en estos primeros años lustros del siglo XXI, ya rumbo a la tercera década de esta centuria. Se debe gobernar con altas índices de eficiencia, ética y no de mediocridad.

jesusmazzei@gmail.com

 

sábado, 1 de marzo de 2025

TRUMP: O DE COMO EL IMPERIALISMO SI EXISTE

 

TRUMP: O DE COMO EL IMPERIALISMO SI EXISTE

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ



Los que alguna vez se inspiraron en activistas o en pensadores libertarios deben, en algunos momentos haber exagerado la actitud de los colonialistas o los llamados, por ese activista político incansable que fue Lenin, imperialistas, en el sentido de adjudicarles  desprecio y despotismo por los colonizados o dominados por el llamado neocolonialismo (esto es colonialismo sin la presencia militar del dominante).  Claro, en los tiempos de la Inteligencia Artificial, de las Criptomonedas o los Drones, y teniendo de base los crímenes, excesos  y desmanes en las guerras, como la segunda guerra mundial, las vividas en la antigua Yugoslavia, en décadas recientes en África o, la sempiterna entre Israelitas y Palestinos con los desarrollos recientes,  incluidos con acciones de lado y lado, esta perspectiva pareciera antigua y no actualizada. Pero no es así, el hombre, el ser humano, nunca deja de soltarse sorpresas para sí mismo.

Resulta así que, la tercera guerra mundial, y ojala alguna fuerza suprema la evite, pareciera acercarse sombríamente en distintos momentos. Y es impresionante que las fuerzas supuestamente más inteligentes y modernas, suelten a cada rato efluvios y amenazas de guerra. Muy largo ordenar una lista de conflictos que debería abarcar India-Pakistán, Franja de Gaza, Países de África que pareciera nunca encuentran o les dan paz, como el antiguo Zaire, ni que decir Corea del Norte, Ucrania y Rusia, o también China-Taiwán  y por qué no afirmarlo, Rusia sola y  ahora pareciera los EE.UU. también, como agentes individuales de espíritu guerrero.  Como alguien señaló la segunda dinastía de Trump pareciera implicar el fin del progreso.

Pero también pereciera señalar que la actitud grosera, violenta y jactanciosa de los ejércitos victoriosos en la historia de la humanidad, si existe, pero no solo ello considerara recordarse con las actitudes de EE.UU. y Rusia, junto a otros, que el imperialismo si existe. O sea aquellos términos y evaluaciones que algunos consideraron pasados de moda, efectivamente siguen existiendo. Esto es: yo mando porque soy poderoso, no me interesan las instituciones (¡válgame Dios!) y tu obedeces y debes hacer caso porque si no yo actuaré. Indudablemente que la actitud de Trump ante la presencia de Zelenski, presidente de Ucrania, es poco menos que una grosería y una actitud violenta, como las que han caracterizado  a imperialistas y colonialistas. ¿Que habrán sentido los rusos?: ¿alegría, sorpresa, rechazo? ¿O es que los rusos hubieran hecho lo mismo?

En fin, hoy día se puede pensar, pareciera que sí, que el imperialismo sigue existiendo. Seguramente habrá quien pueda inventar un término  que no de la sensación de algo pasado de moda o demodé, aunque las esencias fundamentos y acciones tengan la misma carga.

Hasta donde los pueblos son responsables de las acciones de sus presidentes o hasta donde las disfrutan, son activos y pasivos que la humanidad y los países acumulan. Pareciera algo muy serio para divertirse con ello.

 

1 de marzo de 2025

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

 

viernes, 28 de febrero de 2025

Chevron / Venezuela: el dilema del prisionero

 Chevron / Venezuela: el dilema del prisionero



La administración del presidente de los Estados Unidos ha procedido a revocar la licencia que permitía a la empresa Chevron desarrollar actividades en el sector petrolero venezolano. En este momento, resulta prematuro realizar un análisis exhaustivo de las implicaciones económicas, pero bien vale la pena mirar sus efectos en términos del suma variable.

No obstante, es previsible la incidencia negativa que tendrá en el comportamiento de la economía durante el presente ejercicio fiscal. En primer término, se anticipa una ralentización de la producción de hidrocarburos, que había experimentado una recuperación gradual, con la consecuente merma de los ingresos en divisas derivados de la exportación de crudo.

Resulta singular la implementación de un cambio tan radical, el cual se contrapone a los intereses de la economía estadounidense. La exacerbación de las condiciones económicas en Venezuela, derivada de la prohibición de su principal fuente de divisas, potencia las condiciones socioeconómicas que incentivan la diáspora venezolana hacia diversas latitudes, incluyendo Estados Unidos.

Ello permite inferir la existencia de fuertes presiones ejercidas por actores influyentes, quienes procuran imponer severas condiciones a nuestro país, con el fin de propiciar una transición gubernamental. Por otra parte, las negociaciones impulsadas por la administración estadounidense para resolver el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania parecen estar experimentando un avance significativo. La aseveración del Gobierno estadounidense respecto a la inviabilidad de la resistencia ucraniana sin recursos sugiere la proximidad del fin de la contienda.

En la coyuntura actual, se torna fundamental robustecer las alianzas preexistentes y establecer nuevas con el Sur Global, en el marco del ascenso del bloque Brics+. Ello permitirá concretar inversiones estratégicas que sostengan la recuperación de la producción de hidrocarburos y promuevan la diversificación de la economía, mediante el fomento de actividades no petroleras orientadas a la exportación.

Así también, la política de zonas económicas especiales desempeña un papel crucial en la atracción de inversiones y la promoción del desarrollo económico con justicia social, bajo la conducción del Estado nacional. Prosigamos nuestros esfuerzos por la Venezuela potencia que deje atrás las expectativas puestas en terceros.