domingo, 8 de marzo de 2020

Mario Bunge


Según Bunge, la ciencia describe y explica (a) aspectos seleccionados de los hechos que le interesan y (b) lo hace de manera simbólica

JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
05/03/2020 05:00 am



El pasado 25 de febrero falleció uno de los intelectuales hispanohablantes más importantes del siglo XX e inicios del XXI. Mario Bunge, a quien estudie en mis años de estudiante de ciencias políticas en la UCV, gracias a los maestros que tuve en ese momento y que nos legaron una visión actualizada y global del conocimiento científico y no parroquial, tenemos pues el privilegio que Bunge, nos deje una importante y monumental obra para su continuo estudio y reflexión.


En efecto, Bunge es un filósofo de la ciencia y epistemólogo humanista argentino ciudadano del mundo; por encima de todo es un filósofo materialista, defensor del realismo científico dotado de una increíble inteligencia. Es conocido por expresar una postura contraria a las pseudociencias, la microeconomía neoclásica (u ortodoxa) entre otras, además de sus críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo, la fenomenología, el posmodernismo, la hermenéutica, y el feminismo filosófico. Dijo en ese sentido, en una entrevista para El País de España el pasado 21 de septiembre del 2019, donde afirmó que "…Por ejemplo, si usted le pide a alguien que le diseñe una nueva trampa para ratones, le está proponiendo un problema inverso que no es ni deductivo ni inductivo, porque va del efecto a la causa", se divierte explicando. Y continúa: "Es un tipo de problema muy descuidado por los filósofos. Porque no hay reglas, no hay algoritmos para resolver un problema inverso. Cuando no hay algoritmos se necesita inteligencia, se necesita imaginación y proceder por tanteo, ensayo y error". Y termina: "No parece muy científico, pero esa es la manera en la que se trabaja habitualmente…".

Estudiado por cientistas políticos, sociólogos y filósofos, entre otros, su libro La ciencia, su método y su filosofía, publicado en 1960, es una obra en que el intelectual introduce al interesado de manera sintética en las bases del método científico, ha llegado a ser un clásico en su género. Obra que tuvimos que estudiar; es densa y profunda. Ahora bien, si se desea obtener una perspectiva profunda de su concepción filosófica sin pasar por el extenso Treatise, posiblemente la opción más recomendable sea su manual La investigación científica, publicado por primera vez en inglés en 1967. Sin duda, la obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el extenso Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente en los problemas que suscita el conocimiento científico. Ha sido acusado de positivista.

Según Bunge, la ciencia describe y explica (a) aspectos seleccionados de los hechos que le interesan y (b) lo hace de manera simbólica. Esta tarea resultan fundamentales las teorías científicas, que no se refieren a los hechos reales directamente, sino que lo hacen de una manera indirecta, puesto que siempre hay de por medio un modelo más o menos idealizado de esos hechos. En resumen, el realismo científico es tal porque consigue "captar" ciertos aspectos objetivos de la realidad que nos rodea, en particular las relaciones invariantes descritas, típicamente, de manera matemática por enunciados o leyes entre variables que describen de manera simbólica (habitualmente cuantificada) aspectos seleccionados de clases de hechos que resultan de interés científico. Para el por ejemplo en esa entrevista manifiesta también “Pero la filosofía y la ciencia no pueden pelear entre sí, asegura Bunge. "…La ciencia y la filosofía, de hecho, están unidas. La investigación científica tiene supuestos filosóficos y consecuencias filosóficas. Por ejemplo, los experimentos con las ondas gravitatorias muestran que el espacio es material, puesto que el espacio puede arrugarse y cambiar, es algo material, no matemático. Otro componente filosófico de la ciencia es el respeto por la verdad, por ejemplo, que es un mandamiento moral o ético para los científicos", explica el pensador. Aunque se muestra de nuevo pesimista porque hemos "llegado a un punto en el que la verdad no importa y solo importa el éxito…".


En cuanto al método científico, otro tema central en gran parte de las obras de este autor, se trata de una estrategia general de adquisición de conocimiento sobre la realidad que involucra tanto la experiencia, como la razón y la imaginación. Los ejes principales de su práctica son, sin duda, las teorías fácticas, es decir, los sistemas hipotéticos deductivos de proposiciones con los cuales los científicos intentan describir, explicar y predecir el comportamiento de los sistemas en los que están interesados. Un aspecto importante del método es que esas teorías no surgen únicamente de la experiencia por medio de procedimientos inductivos. En el desarrollo de las ideas científicas interviene de manera esencial la creatividad del científico, pues sus conjeturas acerca de aspectos no observables de la realidad ocupan un lugar central en la construcción del conocimiento científico y, esas conjeturas, son producto en buena parte de la imaginación, aunque, desde luego, no de la imaginación descontrolada, sino guiada y constreñida por el conocimiento antecedente y diversas consideraciones metodológicas. Las proposiciones conjeturadas y controladas desde su nacimiento por la coherencia externa (sistemicidad o compatibilidad con el conocimiento científico disponible) luego tienen que ser puestas a prueba contrastándolas con los datos empíricos provenientes de observaciones o experimentos. Esta contrastación es global, es decir, que no afecta sólo a una proposición particular, sino a toda una teoría y, además, requiere de hipótesis auxiliares que relacionen lo observable con lo inobservable. Un aspecto central del realismo metodológico de Bunge es que no se contenta con la descripción de regularidades o incluso de leyes, sino que demanda que tales regularidades sean explicadas por medio de la descripción de los mecanismos (procesos específicos) de los que surgen esas regularidades. Él ha llamado a este modelo de explicación científica, “explicación mecanísmica”.

Finalmente, en esa misma entrevista manifestó que…" Pero sabemos que la longevidad, aunque depende del estilo de vida, también depende de la suerte. Yo he tenido mucha buena suerte...”. Que descanse en paz y gracias maestro.


jesusmazzei@gmail.com


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