jueves, 29 de enero de 2015

Comentario al artículo de Aida Ziccarelli



Guillermo Márquez





Este artículo me parece  un intento digno de elogio,  al examinar  fallas en uno de los modelos económicos más famosos.  Su explicación  sigue con precisión las características con que lo dotó Solow. Me hubiera gustado una profundización mayor del papel que él le da al cambio técnico, al cual le atribuyó la máxima importancia, a pesar de que no lo incluyó en el modelo, sino que lo consideró un factor exógeno. Dice ZicarellyUno de los modelos neoclásicos más emblemáticos de crecimiento económico fue expuesto por Robert Solow a finales de los años cincuenta. Este economista estadounidense hizo un planteamiento matemático de una función de producción alimentada principalmente por dos insumos o factores productivos: el capital y la mano de obra. Los desplazamientos de la función de producción dependerían del “cambio técnico” que se origine durante el periodo que se analice…


Veamos lo que al respecto dice Solow en su disertación al recibir el premio nobel de economía:


That was the spirit in which I began tinkering with the theory of economic growth, trying to improve on the Harrod-Domar model. I can not tell you why I thought first about replacing the constant capital-output (and labor-output) ratio by a richer and more realistic representation of the technology... More precisely: the permanent rate of growth of output per unit of labor input is independent of the saving (investment) rate and depends entirely on the rate of technological progress in the broadest sense…When I look back now at the articles I wrote in the 1950s and 1960s on this general subject, I am struck and even a little surprised at how much effort went into broadening the technological framework of growth theory…Anyway, the main result of that 1957 exercise was startling. Gross output per hour of work in the U. S. economy doubled between 1909 and 1949; and some seven-eighths of that increase could be attributed to "technical change in the broadest sense" and only the remaining eight could be attributed to conventional increase in capital intensity…


Le tocó a Paul Romer la tarea de introducir el cambio técnico como variable endógena en un modelo de crecimiento, su Teoría del Crecimiento Endógeno.


Cuando Zicarelly critica la ausencia del comercio internacional en el modelo de Solow, introduce implícitamente un tema que se está discutiendo intensamente en los círculos académicos, el papel de la teoría económica en la actual crisis mundial. Algunos critican la incapacidad de la teoría de no haber predicho la crisis, lo cual sería signo de que su estructura actual es insatisfactoria y debe someterse a una revisión. Una de las objeciones se refiere justamente a supuestos no realistas dentro de los modelos (como la ausencia de comercio internacional).Al respecto hay un simil muy interesante que hace Eric D, Beinhocker en su libro “The Origin of Wealth”: “Los mapas son aproximaciones a una realidad…la clave es que el mapa debe corresponder a la realidad que quiere representar,  que es más grande y no cabe en el papel…por el contrario, la teoría económica actual hace supuestos con el exclusivo propósito de que funcione el planteamiento matemático.” En este sentido se critica el excesivo uso de las matemáticas a desmedro del análisis y de la realidad económica. A este respecto, Alfred Marshall, el fundador de la teoría económica moderna, tiene un consejo muy simpático (citado por  David Warsh en su libro “Knowledge and the Wealth of Nations): 1.-Use las matemáticas como un lenguaje y no como un instrumento de investigación; 2.- Manténgase allí hasta que haya terminado sus cálculos; 3.-Traduzca los resultados al inglés; entonces ilústrelo con ejemplos que sean importantes en la vida real; 5.-queme las matemáticas; 6.- Si no puede tener éxito en (4), queme el (3). Esto último lo he hecho a menudo”. Así mismo se sostiene que el análisis económico debe estar ligado a las otras ciencias sociales, lo exclusivamente económico es una abstracción. Una de las iniciativas más importantes dentro del objetivo de hacer una reformulación de la teoría económica es la creación por George Soros del Instituto para la Nueva Economía.


En mi concepto una de las vías más promisorias para  avanzar en nuevas formulaciones teóricas de la economía es la teoría del caos o de la complejidad, teoría que no está completamente desarrollada, pero está avanzando satisfactoriamente. Al respecto, transcribo un párrafo de un escrito mío anterior.


La posición central de la teoría de la complejidad es su rechazo a los postulados de la teoría económica tradicional, particularmente la hipótesis de la tendencia al equilibrio, sobre lo cual hace un importante aporte teórico y empírico. La economía sería para Beinhocker un  sistema complejo adaptable, por lo que se entiende un sistema en el cual los elementos tienen la capacidad de  procesar información y adaptar su comportamiento en consonancia,  interactuando con los otros agentes. Esta interacción es la fuente de otra crítica a la teoría tradicional, por parte de Ormerod en su libro “Butterfly Economics”. Según la teoría ortodoxa del consumo, sus gustos y preferencias están dados y su objetivo es maximizar su “utilidad” respecto a esos patrones. Pero numerosos estudios empíricos indican que esa interacción existe y es importante; por lo tanto, el comportamiento del consumidor se aleja considerablemente de lo que indica la teoría tradicional y le da un carácter caótico, a diferencia del comportamiento estático supuesto por el enfoque ortodoxo.


Finalizo con una palabra de estímulo para Aida Zicarelli, para que continúe en esa interesante línea de investigación.



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