martes, 20 de octubre de 2015

Desafíos al multilateralismo

Profesor Felix Arellano

Leer esta nota en: www.talcualdigital.com

Pero recordemos que el multilateralismo también ha demostrado su capacidad para promover la conformación de la sociedad civil internacional y estimular la democratización de las relaciones internacionales, en tal sentido, a los defensores de la libertad y la democracia nos queda un doble desafío: la lucha interna e internacional para la consolidación de tales valores

El multilateralismo, no obstante haber sido creado por los Estados Nacionales que lo tratan de mantener bajo su hegemonía y contradicciones, ha dado claras evidencias de su versatilidad para adecuarse a los cambios de la dinámica mundial. De hecho está resultando una plataforma adecuada para nuevos actores y nuevos temas de la agenda mundial, incluyendo las tendencias transnacionales y transgubernamentales; empero, actualmente está enfrentando serios desafíos que ponen a juego su existencia.

Las bondades del multilateralismo son diversas y entre ellas destaca constituir la base para la construcción del diálogo, la convivencia, la paz y la gobernabilidad internacional. Luego, con el tiempo, ante el surgimiento de nuevos actores internacionales, como las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las complicaciones técnicas en la agenda internacional, el multilateralismo también ha representado la base para la incorporación de tales innovaciones.

Que en las Naciones Unidas hayan aprobado la participación de las ONG como observadores y que tengan derecho a voz, es un avance importante. Por otra parte, la agenda progresivamente compleja de la ONU, evidencia la incorporación de los nuevos temas. Que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional incluya la sanción directa a los individuos responsables de los delitos, también evidencia el dinamismo del multilateralismo.

Pero los gobiernos en términos generales se resisten a los cambios, pues un multilateralismo creciente y solido tiende a limitar las visiones de soberanía absoluta. En este sentido, encontramos algunos retrocesos que ilustran las contradicciones. La Organización Mundial del Comercio, de reciente creación (1995), no permite la participación de las ONG como observadores. Varios gobiernos han actuado en complicidad para evitar la aplicación de las sentencias de la Corte Penal Internacional; el Mercosur ha adoptado una institucionalidad muy débil para mantener la hegemonía de los gobiernos; los gobiernos de la región han evitado aplicar la cláusula democrática ante la situación que enfrenta Venezuela y, el gobierno bolivariano se ha retirado de las instituciones multilaterales que pueden representar algún tipo de limitación para su autoritarismo como la Comunidad Andina, el Tribunal Interamericano de Derechos Humanos o el CIADI.

Entre los retos que enfrenta el multilateralismo destaca el tema de la toma de decisiones. No es fácil mantener un sistema democrático y participativo en las organizaciones universales con un creciente número de miembros. Frente a tal situación algunas organizaciones han adoptado mecanismos menos democráticos. En el caso de la ONU, se ha reservado para el Consejo de Seguridad, con sus 15 miembros y 5 de ellos permanente, las decisiones más complejas e importantes, pero al conferir veto a los miembros permanentes se ha paralizado a la institución. En las instituciones financieras, como el Banco Mundial o el FMI, el voto se corresponde con el nivel de las cuotas, lo que presenta una discriminación.

La OMC mantiene un sistema democrático, cada país un voto, pero ahora enfrenta el reto el de los gobiernos antisistema, que juegan al deterioro progresivo del multilateralismo.Tal situación está generando la parálisis de la OMC, como se aprecia ante el estancamiento de las negociaciones en la Ronda Doha, lo que en parte ha motivado que algunos países interesados en avanzar más rápidamente adopten la modalidad de la conformación de bloques, como el transpacífico y el transatlántico.

El proceso bolivariano ha desarrollado un discurso y práctica antisistema agresivos, que ha contribuido a debilitar el multilateralismo regional. Ha cuestionado profundamente las organizaciones existentes y ha promovido nuevas instituciones, generando fragmentación, duplicación y debilidad de las organizaciones. Ha desarrollado una campaña para debilitar o destruir las instituciones multilaterales con alguna autonomía de acción, como la Comunidad Andina o el sistema interamericano de los derechos humanos.

Pero recordemos que el multilateralismo también ha demostrado su capacidad para promover la conformación de la sociedad civil internacional y estimular la democratización de las relaciones internacionales, en tal sentido, a los defensores de la libertad y la democracia nos queda un doble desafío: la lucha interna e internacional para la consolidación de tales valores.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario