miércoles, 25 de noviembre de 2015

Chile: una acción de avanzada

Felix Arellano

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Muy significativo ha sido la decisión del poder judicial chileno, que ha ordenado al ejecutivo de ese país, cumplir con sus compromisos y obligaciones en materia de los derechos humanos y actuar frente a la grave situación de los presos políticos en Venezuela

Hace varios años atrás, al iniciar el gobierno del proceso bolivariano, en su falso y manipulador discurso exaltaron algunas de las nuevas tendencias de las relaciones internacionales, como las visiones postestatales. Se promovía una rígida visión antisistema y contra el capitalismo y, todo lo que contribuyera a la descalificación y descomposición del sistema, era aprovechado. Pero con el tiempo, al consolidarse la tendencia autoritaria y militarista, el discurso del proceso bolivariano ha retomado la visión de la soberanía absoluta, menospreciando temas de carácter universal, en particular los derechos humanos.

En efecto, en sus inicios el proceso bolivariano asignó especial importancia a la conformación de un entorno internacional favorable a la revolución, pues en su diseño estaba prevista su transformación hacia un proceso autoritario, militarista, siguiendo las líneas de la dictadura cubana. En la fase inicial encontramos un proceso novedoso, la utilización de la democracia y sus instituciones para su progresiva destrucción y, en la medida de lo posible, la exportación del modelo a otros países de la región, cubierto en un falso discurso populista y sustentado en el derroche de la chequera petrolera.

En el discurso el proceso hace cuestionamientos a la soberanía nacional, vinculándola al capitalismo y al imperialista. Se intentaba socavar el orden estado céntrico existente, con la penetración a lo local, a las autoridades, asociaciones y grupos políticos regionales. Es el periodo de las “Casas del ALBA” y de la “Continental Bolivariana”. El rechazo a la democracia representativa y a las instituciones y acuerdos internacionales como imperialistas. Un radical discurso que satanizaba el comercio, la integración y el mercado.

En la práctica, los países de la región, particularmente del ALBA, aprovecharon el despilfarro de la chequera y, con diferentes grados de intensidad, acompañaron el discurso radical; pero, en general asumieron una posición pragmática frente a las orientaciones estatistas, militaristas y destructivas del modelo antisistema bolivariano. Como sabemos, Ecuador ha mantenido su economía dolarizada, Nicaragua su acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y Bolivia ha fortalecido los sectores productivos tradicionales, más recientemente Cuba ha iniciado las relaciones y negociaciones con el imperio.

Luego, con el tiempo se exacerban las contradicciones. El proceso bolivariano no ha logrado imponer su modelo, con la caída de los precios del petróleo se ha reducido su capacidad de acción y progresivamente pierde liderazgo, como se pudo apreciar claramente en la votación del Consejo Permanente de la OEA el pasado 31 de agosto, donde apenas logró cuatro votos a favor. Adicionalmente, el proceso está enfrentando con rigor la dinámica global de los derechos humanos, que son una temática universal, que no reconoce fronteras y que no prescriben.

Desde los diversos organismos internacionales encargados de velar por el respeto de los derechos humanos crecen las voces de alerta frente a la situación que se vive en Venezuela. También las ONG, como un nuevo actor internacional, desarrollan una profunda labor de seguimiento del tema y llevan un expediente pormenorizado de la situación nacional. Ahora también enfrenta el proceso la valiente posición del Secretario General de la OEA, que a diferencia de Insulza si ha decidido cumplir con sus funciones, y ha alertado a la comunidad internacional sobre las irregularidades que consiente el Consejo Electoral.

Muy significativo ha sido la decisión del poder judicial chileno, que ha ordenado al ejecutivo de ese país, cumplir con sus compromisos y obligaciones en materia de los derechos humanos y actuar frente a la grave situación de los presos políticos en Venezuela. Recordemos que el dictador Pinochet se enfrentó en Londres la dinámica global de los derechos humanos, cuando desde España instituciones judiciales activaron una investigación que implicó su arresto desde octubre de 1998, hasta marzo del 2000.


La acción del poder judicial chileno, rechazada por los defensores radicales de la soberanía nacional, se ubica en avanzada de las nuevas tendencias globales y, particularmente, en plena correspondencia con el carácter universal de los derechos humanos.

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