martes, 18 de abril de 2017

Siria: riesgos y dudas

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Felix Arellano

El conflicto se ha agudizado en estos años con consecuencias humanitarias dramáticas, y los límites se desbordaron ante el supuesto ataque gubernamental con armas químicas en la provincia de Idlib el pasado 04 de abril

Desde el establecimiento de Siria como república independiente en 1945, han sido muchos años de violencias, alzamientos, golpes de estado y una larga y cruenta dictadura que inicia Hafez Al-Asad en 1970 y a su muerte le sustituye su hijo Bashar Al-Asad en el 2000, quien llega a nuestros días bajo una guerra civil en la que se enfrentan diversos grupos religiosos islámicos (sunitas la mayoría de la oposición, alauitas chiitas a los que pertenece Al-Asad y su gobierno) y étnicos (kurdos, turcos, asirios, armenios, etc.) en un escenario que se ha internacionalizado y agravado en los últimos días, generado serios riesgos a la paz mundial y muchas dudas sobre el comportamiento de los involucrados, en particular del Presidente Donald Trump quien pudiera estar desarrollando un profundo giro estratégico o una simple jugada táctica en su política exterior.

El conflicto sirio que estamos enfrentando surge en el marco de la llamada primavera árabe en marzo del 2011, cuando jóvenes, estimulados por los acontecimientos en Túnez, Egipto y Libia, protestaron contra la dictadura siria, pero recibieron una mortal represión, que estimuló mayores y más profundas protestas, lo que fue degenerando en diversos grupos rebeldes armados, entre los que destacan: los moderados que rechazan la dictadura del Al-Asad y conforman el Ejercito Libre Sirio (ELS); los radicales musulmanes yihadistas del llamado Estado Islámico (EI) apoyado por fuerzas rebeldes de Irak; y otros movimientos radicales como el Frente Nusra vinculado a Al Qaeda y también los Kurdos en el norte de Siria.

Casi de inmediato el conflicto se internacionaliza pues del dictador Al-Asad recibe el apoyo de la comunidad chiita, particularmente Irán, el grupo Hezbolá, una participación muy activa con tropas de Rusia y un apoyo más discreto de China. Los rebeldes radicales reciben el apoyo de la poderosa comunidad sunita del medio oriente y los moderados reciben un progresivo respaldo de los países occidentales, que han actuado con mucha prudencia en el conflicto y comparten la conveniencia de acabar con la dictadura de Al-Asad.

Al Presidente Obama se le cuestiona su debilidad en el caso sirio, pero una de sus preocupaciones era evitar la crisis de poder que se generó en Irak y Libia con la salida de sus dictadores; empero, otros destacan que su pasividad facilitó la creciente presencia de Rusia en el conflicto y en la zona. Si bien en principio occidente y Rusia comparten el rechazo de los radicales islámicos, en particular al EI, también es cierto que la activa presencia rusa ha contribuido a la eliminación de adversarios del gobierno de Al-Asad.

El conflicto se ha agudizado en estos años con consecuencias humanitarias dramáticas, y los límites se desbordaron ante el supuesto ataque gubernamental con armas químicas en la provincia de Idlib el pasado 04 de abril. Conviene recordar que en agosto del 2013 también se acusó al Al-Asad del uso de armas químicas; empero, los temores del Presidente Obama lo llevaron a no aplicar sanciones y negociar un acuerdo sobre armas químicas con el gobierno sirio y la garantía de Rusia, que los críticos cuestionaron profundamente.

En la campaña electoral Trump no expresó mayor interés por el conflicto sirio, por el contrario, lo ignoraba como parte de su propuesta de neoaislacionismo, concentrada en los temas internos, por eso la comunidad internacional ha quedado tan sorprendida al conocer su decisión de sancionar al gobierno sirio por el uso de las armas químicas, con un impactante ataque de más de cincuenta misiles contra la base siria Al Shayrat, que se sospecha fue el epicentro del uso de las armas químicas. Ataque que ocurre teniendo al Presidente Xi Jinping de China como invitado oficial en su residencia Mar-a-Lago en Florida.

Los riesgos que se activan con la acción militar unilateral de Estados Unidos, pueden ser graves por la activa presencia militar rusa en la zona y su duro apoyo al gobierno sirio, que lo ha llevado a utilizar en siete oportunidades el veto en el Consejo de Seguridad para proteger a su aliado. En estos riesgos se suman el activo apoyo de Irán y el prudente respaldo de China.


Pero las dudas también se incrementan. Por una parte, los gobiernos sirio y ruso niegan el uso de las armas químicas; para muchos radicales de derecha en Estados Unidos el ataque ha sido una trampa para involucrar más activamente al gobierno norteamericano en el conflicto. Pero también corren las dudas si la decisión del bombardeo constituye un cambio estratégico en la política exterior del Presidente Trump, que retoma el liderazgo y sus aliados tradicionales; o por el contrario, constituye una jugada táctica, para debilitar o eliminar la investigación de la conexión rusa en su campaña electoral, que se ha complicado sensiblemente en los últimos días y podría ser la base para un potencial juicio político en su contra.

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