domingo, 17 de noviembre de 2019

VENEZUELA: EVOLUCIÓN POLÍTICA REGIONAL, MÁS SANCIONES Y EL 16 DE NOVIEMBRE.


VENEZUELA: EVOLUCIÓN POLÍTICA REGIONAL, MÁS SANCIONES Y EL 16 DE NOVIEMBRE.
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


El contexto
Hoy día recorre a la región el ansia de querer vivir mejor o de no perder lo logrado, pero también la recorre el conjunto de efectos que producen democracias en varios casos no bien estructuradas o confundidas en sus propios desempeños.
Con someras comparaciones entre Ecuador, Chile, Bolivia y Venezuela, dadas sus evoluciones recientes y bastante difundidas una pregunta a hacerse  es ¿Cómo puede salir una inspiración o estímulo político desde un lugar donde se han afectado instituciones de la democracia y se ha afectado grandemente la economía, destruyendo la empresa privada y donde la comida es el principal problema y su presidente presenta solo un 10% de aceptación según informan varios, que no sea basado en la ideología y la demagogia?  Muchos interrogantes y estímulos para el análisis quedan más bien sobre la fuerza e impulso de los movimientos indígenas, populares y ciudadanos en países como Ecuador y Bolivia más allá de otras formas de participación o influencia que pudieran tener personas, agentes o naciones interesadas en darle motricidad o impulso a acciones políticas con fines determinados.
¿Cuántos muertos hubo en Ecuador?  ¿Cuántos muertos hubo en Chile desde el día 18 al 22 de octubre, con varios días de toque de queda y ya para noviembre con el transcurso de varias semanas? Veinte  fallecidos y varios de ellos en incendios de locales diversos, según informan las fuentes. El nivel de violencia registrado por cámaras diversas y opiniones variadas ha sido indescriptible. En el año 2017 en Venezuela globalmente no se debe haber ejecutado ni siquiera un 30 % de la violencia observada en aquella nación contra micros, vagones del metro, maquinas, rieles, iglesias, centros educativos, locales comerciales e incluso intentos de agresión a lugares de habitación. ¿Cómo fue posible tanto, en tan corto tiempo, en un país que se ha enorgullecido por su aprecio a la cultura y otros menesteres y donde se observa orden y regularidad de avance en años y décadas recientes?
Podría uno aventurarse respetuosamente a pensar que en algún grado y porción en todo lo visto allí ocurrido[1]: 1. Hay indudablemente escollos en el desarrollo chileno, como en todas partes y que permiten ver lo aventurado de incluso grupos empresariales y políticos en tiempo reciente afirmaban (pueden ver variados registros de prensa) como meta que Chile sería un país desarrollado en los años veinte y ya para 2030  2. Hay pobreza no necesariamente siempre evidente  en la mirada preliminar de visitantes y turista y ha habido resentimientos acumulados dada la evolución política y económica desde los años setenta y que los han cosechado grupos políticos interesados. 3. También puede haber intereses internacionales que quieran influir en tal o cual sentido.  4. El nivel de vida allí ha subido en grupos sociales determinados y la gente se resiste la afecten y otros muchos interesados -por razones obvias- en ver aumentado el mismo con la implementación de cambios en áreas señaladas.
Las amenazas para la administración bolivariana
La administración bolivariana siempre se presenta como ganadora y no lo es, aunque tenga más de veinte años en ejercicio, pues este último se presenta para finales 2019 con muy baja aceptación de parte de un alto porcentaje de venezolanos que expresan su desacuerdo de distinta manera. Su continuación en el poder depende desde tiempo atrás y de manea evidente a finales de 2019 del control militar que ejerce sobre la nación y del descalabro de estructuras de poder político y jurídico desinstitucionalizadas y acomodadas para su conveniencia.
Los movimientos políticos presentados en las naciones señaladas brindaron a sus acólitos e inspiradores la idea de que son sublevaciones de los pueblos de Latinoamérica que expresarían elementos similares a los de su inspiración y si bien en algunos de ellos existen movimientos y grupos partícipes que puedan ser identificados con su ideología, es igualmente cierto que tales casos tienen variadas y particulares motivaciones que hacen precisamente dudar sobre la simetría o igualación  de intereses y resultados según podrían encontrar analistas ideologizados en sus similares inclinaciones políticas. Pero así como surge este perfil de asimilación de los eventos surge también el de una especie de efecto demostración que para incluso analistas parcializados hacia su lado, debe haberle llamado la atención y es que los países señalados perfilan el poder de la sociedad civil organizada e incluso de los grupos sociales o políticos que otrora podían haber compartido simpatías con Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia. Pero también con M. Bachelet en Chile. Pues varias de las administraciones Chilenas han mantenido patrones de desempeño para la economía y la nación chilena en general. Cadenas, tergiversación de las informaciones, llamados al dialogo o diferenciaciones no siempre claras con países donde impera el capitalismo/neoliberalismo (basadas en políticas para generar falsa conciencia) y que buscaron señalar y destacar –como ha sido permanente- el maravilloso/excelente “modelo de desarrollo inclusivo, de alto nivel de vida, con una democracia participativa y protagónica que lleva a Venezuela a convertirse en una potencia con el amable y desinteresado apoyo de chinos, rusos, iraníes, turcos y cubanos”, han sido así frecuentes mientras avanzaba el cuarto trimestre de 2019.
Más sanciones
En esa evolución y contexto y en acumulación a otras ya tomadas y en proceso EE.UU. tomó nuevas medidas sancionatorias sobre  cinco funcionarios venezolanos representando ello un proceso bastante particular por lo que representa en cuanto al presente y futuro de la nación.
Así, el Departamento del Tesoro anunció el martes 5 de noviembre sanciones a cinco funcionarios del gobierno de NM a quienes vinculó con supuestos hechos de corrupción y violación de derechos humanos.
Se trató del jefe del Comando Estratégico Operacional de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), almirante Remigio Ceballos Ichaso, Néstor Neptali Blanco Hurtado, comandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), José Adelino Ornelas Ferreira, Secretario General del Consejo de Defensa Nacional, el diputado Pedro Carreño, y Carlos Alberto Calderón Chirinos, a quien identifican como un alto funcionario del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). El secretario del Tesoro Steven T. Mnuchin, afirmó que la medida iba en armonía con los esfuerzos de Canadá y la Unión Europea (UE) que también han impuesto sanciones contra funcionarios venezolanos[2].
Por su parte la Unión Europea (UE) prorrogó el lunes, 11 de noviembre, por un año, el embargo de armas y las sanciones impuestas contra 25 funcionarios venezolanos, ante las “acciones persistentes que socavan la democracia, el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos” en la Venezuela de NM. “El Consejo (de la UE) ha prorrogado hoy las medidas restrictivas contra Venezuela por un año, hasta el 14 de noviembre de 2020", comunicó esta institución tras la medida adoptada por los cancilleres europeos reunidos en Bruselas. Venezuela se convirtió en 2017 en el primer país latinoamericano sancionado por la UE (ha impuesto un embargo de armas, así como sanciones contra 25 funcionarios venezolanos, los últimos siete en septiembre por “torturas” y “violaciones de derechos humanos”.
Las medidas, (“reversibles”), buscan “contribuir a promover la adopción consensuada de soluciones democráticas para garantizar la estabilidad política del país y permitir a Venezuela atender a las acuciantes necesidades de la población”. Los 28 países de la UE, cuya política exterior se decide por unanimidad, son evasivos para elevar al máximo la presión con sanciones a NM, para no cerrar canales diplomáticos, pese a que Estados Unidos y los grupos opositores  le piden una posición más dura[3].
La llegada del 16 de noviembre
El viernes 18 de octubre de 2019 convocó J. Guaidó a una movilización para el día 16 de noviembre, señalando: “Hoy convoco entonces a todos, a levantarnos una vez más, sí, una vez más, duele, sé que han sufrido demasiado, lo hemos hecho juntos y por eso el próximo 16 de noviembre le pido a las maestras, a las enfermeras, a los estudiantes, desde cada espacio, humildemente que vayamos todos a las calles de Venezuela”. El catorce de noviembre pudo apreciarse la iniciativa del mismo, en reunión con jóvenes de la UCV y las voluntades de estos para salir a expresarse, pero también la disponibilidad inmediata que demuestra permanentemente la administración bolivariana para expresar su potencial represivo.
En distintos lugares del país, se observó la acumulación de esfuerzos por parte de comunidades y grupos para ser consecuentes con la convocatoria. Y ello no puede ubicarse desprendido del escenario internacional latinoamericano del último trimestre con los sucesos señalados de Ecuador, Chile y más aún Bolivia, con la renuncia de Evo Morales y su retiro a México, así como la designación de una presidenta encargada hasta la realización de elecciones en tiempo próximo  a tales sucesos.
Para el momento de avanzado el último trimestre en un 50%, Ecuador se había relativamente normalizado, mientras Chile, por su parte, continuaba avanzando dentro de sus complejidades, dado el conjunto de manifestaciones todavía presentes y las acciones de la administración Piñera en cuanto a medidas y propuestas o participación en distintos procedimientos atinentes al proceso constituyente que se realizaría en tal nación, para la elaboración de una nueva constitución[4]. En tales evoluciones, el proceso quizás más expresivo por sus influencias en la convocatoria del 16 de noviembre, es el de las elecciones bolivianas del 20 de octubre de 2019 y sus resultados y consecuencias[5].
Como sucede a veces,  puede uno exagerar el grado de influencia o la aplicabilidad de esta especie de  efecto demostración, donde el pueblo boliviano y las fuerzas armadas respectivas, se comportaron de tal manera -uno y otros- que la salida del presidente Morales fue rápida, acumulativa y literalmente inevitable. De cualquier manera, es innegable que el proceso boliviano le dio estímulo a ciertos grupos de la oposición venezolana para plantearse con más fuerza, esperanzas y acciones al respecto, de que el 16 de noviembre pudiese significar un punto de inflexión para la salida de NM del ejercicio de la usurpación. Del lado oficialista, a pesar de su cómoda seguridad, al sentirse apoyado por las fuerzas militares en la unión cívico-militar, no se perdió oportunidad para amenazar, intentar amedrentar o demostrar fuerza represiva y ejercicio de abusos (como el allanamiento de la sede del partido Voluntad Popular) o el bloqueo o cierre de vías y la presentación militarizada de las mismas, a los fines de demostrarle a la oposición “que no va a pasar lo de Bolivia” o que, a los efectos, la administración bolivariana se encuentra sumamente preparada y alerta. Ese fue el contexto en el que se dio el 16 de noviembre de 2019.
El presidente de la Asamblea Nacional J. Guaido expresó satisfacción ya desde el día anterior del 16: "El 16 de noviembre ya cumplió uno de sus objetivos que es reunificar la lucha y mantenerla" (Ver @AsambleaVE 3:56 p.m. on vie., nov. 15, 2019). En  extremos -y sin desmeritar entusiasmos y esperanzas- otros muchos sintieron el 16 como el gran día; y más aún, pues varios asimilaron que era el día de tomar la calle y no regresar. Desde el punto de vista de estas expectativas, es innegable que algunas fueron magnificadas a pesar del éxito de haber nuevamente movilizado a grandes grupos humanos, aunque sin las proporciones anteriores. De todas maneras, debe destacarse que en el caso del oficialismo, su grado de éxito en la convocatoria o procesamiento de asistentes, para el evento que también convocó para ese día, fue realmente bajo.
A pesar de nerviosismos y preocupaciones de parte del oficialismo, este siguió su rutina más o menos tradicional: mandó a sus colectivos a la calle, desplazó los militares del caso, hablaron sus representantes con la indiferencia típica ante las movilizaciones de la oposición y movilizaron su gente voluntaria/convencida así como la obligada y tarifada. En varios lugares de la capital y del interior de la república (Barquisimeto, por ejemplo) pudo verse la comodidad que le brindó para sus objetivos el aparato represivo.
Quedan en la memoria de estas movilizaciones las esperanzas, los esfuerzos, logros y los 170 fallecidos del año 2017, así como los arrojos y temeridades de los jóvenes de la resistencia que, en muchos casos, estuvieron distantes -sin disminuir sus valores y significación- de excesos cometidos por otros en países señalados más arriba. Más aún, queda el peso de una administración de más de 20 años que ha destruido la economía y que tiene a la mayoría de la población en un proceso profundo de empobrecimiento y de deterioro de su salario real, y el cual cada día pierde más sentido en la medida del aumento de la bonificación del salario y del costo de oportunidad del trabajo.

17 de noviembre de 2019
@eortizramirez



[5] Bolivia desde el día 22 de octubre de 2019, se vio problematizada por si el presidente Evo Morales aceptaba  o no que hubiese segunda vuelta, para después evolucionar en noviembre ya en una clara oposición en distintos lugares de la nación, sobre la necesidad de que renunciase. Morales había estructurado posibilidades para mantenerse en el poder –irrespetando el referéndum que perdió y que se lo negaba-  y no ejecutar la alternancia democrática. Este presidente terminó renunciando el día 10 de noviembre ante un gran movimiento cívico y el cual, él mismo, terminó calificándolo –curiosamente- de “golpe cívico/político/en parte policial” (¡!!!!?????) (https://www.youtube.com/watch?v=rVJ0zGQ4mL4 10 de noviembre 2019).

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