martes, 11 de agosto de 2020

Orden internacional bajo amenaza

 

Orden internacional bajo amenaza, 

por Félix Arellano

Orden internacional bajo amenaza

fgap1749@gmail.com




El orden internacional basado en principios y reglas, que privilegie las libertades y los derechos humanos, enfrenta serias amenazas, desde las estrategias de los gobiernos autoritarios, que promueven la visión rígida de la soberanía y una anarquía atenuada por pactos en el orden mundial, pero también desde los propios países democráticos, donde avanzan tendencias radicales que estimulan el nacionalismo y la exclusión.

En este contexto, resulta urgente propiciar nuevos liderazgos que defiendan y fortalezcan los valores democráticos y el respeto de los derechos humanos tanto en los escenarios locales, como a escala global.

Las vinculaciones entre los gobiernos autoritarios van creciendo progresivamente, como se puede apreciar en la conformación del eje chino-ruso, la dinámica de funcionamiento del Movimiento de Países No Alineados en el marco de las Naciones Unidas, la ALBA en nuestra región y, más recientemente, se han encendido las alarmas ante el borrador de acuerdo de “asociación estratégica integral” entre China e Irán, que ha circulado en Teherán. Acuerdo que abarca una diversidad de temas, entre los que destacan: comercio, aspectos militares, la seguridad y la inteligencia; texto que algunos han calificado como “un globo de ensayo, con mensaje muy claro”.

En este contexto, también representa un indicador preocupante el debilitamiento de los sistemas democráticos; en particular, debido a la tendencia autoritaria y, en algunos casos militarista, que se está desarrollando en varios países producto de la pandemia del Covid-19. Que los autoritarismos crezcan en el plano nacional es una señal peligrosa para la estabilidad del orden liberal, pues los principios universales de libertades y de respeto de los derechos humanos, constituyen anatemas para esos gobiernos.


Si bien para los noventas Francis Fukuyama anunciaba con su “fin de la historia”, el éxito inexorable de la democracia; luego, los expertos han utilizado diversidad de términos, entre los que destacan: “erosión, reversión o recesión democrática”; precisando, adicionalmente, que a las olas democratizadoras le han sucedido olas de autocratización. Caso reciente en Egipto y se presenta como amenaza potencial en Bolivia.

Otra manifestación de regresión al autoritarismo, con claras evidencias en la región, es la llamada “muerte lenta de la democracia”. Cuando movimientos radicales aprovechan las instituciones del juego democrático para llegar al poder, y luego inician un proceso gradual y sistemático de destrucción de las instituciones, para lograr su hegemonía y perpetuarse.

En este contexto cabe resaltar, que para los gobiernos autoritarios de nuestra región, en cualesquiera de sus expresiones, el ordenamiento liberal interamericano, que privilegia la defensa de la institucionalidad democrática, con la Carta Democrática Interamericana y, en particular, el avanzado sistema de defensa de los derechos humanos, que cuentan con la Comisión Interamericana y el Tribunal Interamericano de los derechos humanos; representan objetivos permanentes de ataque por parte de tales gobiernos con el objeto de debilitarlos o eliminarlos.

A escala global estamos apreciando en los últimos años un creciente rechazo a las instituciones multilaterales, con particular énfasis en las Naciones Unidas y en la Organización Mundial del Comercio. Paradójicamente, en este proceso, coinciden los radicales en sus diversas expresiones, privilegiando la soberanía, el nacionalismo, la exclusión y la xenofobia.

Las narrativas críticas al orden internacional liberal combina diversos elementos, promueve conspiraciones y falsas noticias estimulando el desasosiego que crece en las sociedades, ante los efectos desequilibrados que conlleva la globalización económica.

Una práctica populista se orienta a satanizar los problemas del mercado y del libre comercio, ocultando, de forma interesada y manipuladora, sus potenciales beneficios y sin plantear soluciones eficientes para los problemas existentes.

Es un hecho los efectos sociales que conllevan la alta tecnología en los procesos productivos o la relocalización de las inversiones y la producción, que son utilizados como recursos en las campañas para satanizar el mercado y también el orden internacional liberal. En estos momentos el discurso autoritario promueve la tesis que el capitalismo autoritario, o el comunismo capitalista puede ser más efectivo para enfrentar la crisis, menospreciando la importancia de las libertades para el desarrollo personal y social.

En esta reflexión juega un papel privilegiado los Estados Unidos, promotor del orden liberal, que en sus inicios, producto de la guerra fría, se presentó más limitado al contexto occidental, pero luego, con la caída del Muro de Berlín, adquiere un carácter global; empero, lo paradójico es que la actual política exterior del Presidente Donald Trump, se presenta como un efecto disruptivo de ése orden que su país ha promovido con gran esfuerzo.

Con el “américa primero”, que se expresa, entre otras, con el rechazo al multilateralismo, actitudes proteccionistas y el enfrentamiento sistémico contra China, el Presidente Trump se presenta ante el electorado como salvador del empleo y las inversiones; empero, las inexorables reacciones de retaliación, que socavan aún más el orden liberal, terminaran afectando las exportaciones de los Estados Unidos, agravando el problema que se aspiraba resolver.

La pandemia del Covid-19 acentúa las amenazas al orden internacional liberal, en consecuencia, urge un nuevo liderazgo. Estados Unidos está perdiendo confianza y los autoritarismos aspiran su desplazamiento.

Todo indica que ha llegado el momento para una Unión Europea con mayor protagonismo internacional, pero también para nuevos actores democráticos emergentes, que permitan fortalecer las libertades y los derechos humanos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario