sábado, 7 de octubre de 2017

Unidos venceremos el 15 de octubre de 2017



Pedro Raúl Solórzano Peraza
Octubre de 2017


El pueblo venezolano necesita urgentemente recobrar su libertad, su democracia, su calidad de vida que ha sido tan golpeada durante estos años recientes, pero para ello, tiene que actuar en unidad. Es preocupante ver, cómo algunos individuos pertenecientes a la oposición, tratan de desacreditar las decisiones y actividades de las personas que actualmente lideran los movimientos de unificación de esfuerzos en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y otras organizaciones, o se hacen eco de jugarretas de los cizañeros miembros del gobierno para angustiar a las personas, en lugar de tratar de aportar nuevas ideas que ayuden a derrotar al enemigo y a consolidar la unidad de la población. La MUD tiene su esencia en la unidad, por lo que al tratar de dividirla, de separarla en sus componentes, pierde toda su intención.

Simón Bolívar, el gran estratega de la época independentista venezolana, comprendió la necesidad de la unidad para poder enfrentar en la batalla decisiva, Carabobo, con elevadas probabilidades de éxito, a un ejército que lo aventajaba en número de soldados y en calidad de armamentos. En su intención de unificación de un ejército sólido para la lucha, El Libertador logra reunir en las cercanías de la ciudad de San Carlos ejércitos tan disímiles como el suyo, el de Páez y el de Urdaneta.

No fue tarea fácil reunir y convencer a aquellos personajes tan diferentes. Páez era un hombre indómito cuya escuela fueron los llanos apureños, su cotidianidad fue lidiar con bestias y aprender todas las labores del llano para lo cual tuvo que convertirse en un espectacular jinete, destreza que lo ayudó en las batallas libertarias que libró y le valió el mote de “Centauro de los llanos”. Urdaneta, tenía una sólida formación académica en lo político y en lo militar, y desde muy joven estuvo incorporado a los ejércitos patriotas. Ahora, estaba movilizando su división desde Maracaibo hacia la concentración dispuesta por Bolívar para la ofensiva final contra los ejércitos realistas. Y Bolívar, caraqueño de clase noble y distinguida, se formó con las lecturas de los grandes pensadores y viajando con frecuencia por Europa. Sin formación militar, con su espada llegó a ser líder de los ejércitos emancipadores de Hispanoamérica y, con su pluma, líder en el establecimiento de la base ideológica del movimiento independentista por medio de innumerables documentos escritos y discursos. Esos esfuerzos de unidad, de unificación, condujeron ineluctablemente a la victoria en Carabobo y a la huida y desmembramiento del ejército realista.

Durante estos años del siglo XXI, el gobierno venezolano, sembrando la desunión en los ciudadanos y aplicando otros efugios, ha logrado muchas victorias políticas que lo han conducido a consolidarse en el poder. Esas victorias le han permitido al régimen burlarse permanentemente de la Constitución desde los Poderes Legislativo, Electoral, Judicial y Moral; y especialmente desde el Poder Ejecutivo, cuya cabeza es una persona que ha sido incapaz de mostrar su partida de nacimiento y, además, no posee ninguna cualidad de ascendencia para gobernar a nuestro pueblo.

Por su lado, los movimientos opositores al gobierno han logrado algunas victorias políticas, pero la gran victoria ocurrió el 6 de diciembre del año 2015 cuando se eligió un Poder Legislativo con dos terceras partes de sus diputados perteneciendo a la MUD. Esta fue una victoria de una unidad, en aquel momento indestructible, que contó además con el apoyo de un pueblo cansado de tanta miseria y que luego de ese triunfo, se recreó con las expectativas de un futuro promisorio.

Pero casi dos años después de aquella maravillosa y esperanzadora victoria, el apoyo popular a esa unidad ha comenzado a enfriarse y a perderse la confianza en los dirigentes políticos de la oposición, debido a lo que se percibe como falta de resultados satisfactorios de su gestión. No se aprovechó ese apoyo popular para evitar tantas disposiciones arbitrarias del TSJ que han evitado que hasta ahora, aquella AN opositora pueda cumplir con sus responsabilidades constitucionales. Sin embargo, parece ser que esas actitudes, aparentemente pasivas de nuestros dirigentes, son en buena medida justificables por las consecuencias dramáticas y dolorosas que para el pueblo venezolano pueden causar acciones más precipitadas y agresivas, como ocurrió de abril a julio de este año durante las acciones de calle. En su favor, se puede anotar, que en los meses recientes, esos mismos dirigentes y otros venezolanos responsables han intensificado una amplia actividad con organismos internacionales, que están dando excelentes resultados a favor de la democracia en el país.

A los líderes opositores se le debe otorgar un voto de confianza pero al mismo tiempo pedirles evitar confrontaciones internas, no ocultar los logros o derrotas resultantes de sus acciones, apartar a aquellos voceros cuestionados por acciones contrarias al espíritu del movimiento opositor, compartir y consultar con las organizaciones que hacen vida en el país de los nuevos derroteros que están dispuestos a seguir, renovar algunos cuadros de la organización si lo considerasen conveniente.

Paralelamente, los ciudadanos que queremos un cambio en la conducción del país debemos reunificarnos, que no es más que unir de nuevo una colectividad que en algún momento constituyó una unidad. Pero más necesario aún es que los movimientos políticos de oposición se mantengan como un solo bloque, sólido, sin fisuras, que sea capaz de aglutinar a la población para enfrentar este régimen que cada día incrementa la ruina de Venezuela. Unir a Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Vente Venezuela y los demás partidos y movimientos políticos que hacen vida en la oposición venezolana, no puede ser más difícil que lo logrado por nuestros héroes libertadores del siglo XIX cuando se unieron los ejércitos de líderes tan diferentes como Páez, Urdaneta y Bolívar, para enfrentar al poderoso ejército español y lograr nuestra independencia de ese yugo secular.

En pocos días tendremos una nueva oportunidad de demostrar nuestra disposición a cambiar este régimen actual por un gobierno democrático, al celebrarse las elecciones regionales. Esto es algo constitucional que hemos pedido con vehemencia, por lo que es nuestro deber cumplir esta cita, a la cual pueden asistir todos los venezolanos que no han podido salir a manifestaciones de calle por razones de edad, exigencias laborales, controles gubernamentales y otros. Hagamos que esta nueva oportunidad electoral sea la movilización popular más multitudinaria de nuestra historia.

Así como esa gran luchadora por la democracia que es María Corina Machado, con gran coincidencia con la MUD ha planteado desde Soy Venezuela la “necesidad de retomar las movilizaciones, hacer visible el enorme descontento que prevalece en el país, hacerle saber a la comunidad internacional que no deseamos que las negociaciones del régimen con la MUD terminen facilitándole el acceso a fuentes de financiamiento y dejar claro que no reconocemos a la ANC de Maduro”, además de señalar que “no discriminan a quienes deseen votar en estas elecciones regionales”; los demás grupos organizados o no, que mantengan actitud discordante con la MUD y deseos abstencionistas, deberían meditar muy bien su decisión que solo beneficia al gobierno y su intención de permanencia infinita en el poder.

La unidad nos dio ayer la victoria en Carabobo, esperamos que los venezolanos de hoy, liderados por los que representan a la MUD y a otros movimientos, nos mantengamos unidos, tolerantes, sin fisuras, ante un adversario que se está desmembrando pero que tiene que ser enfrentado con todas las fuerzas de nuestra unión para lograr una nueva victoria. Estamos a las puertas de la palingenesia de nuestra independencia y libertad. No desperdiciemos esta oportunidad. Unidos venceremos el 15 de octubre de 2017.

Pedro Raúl Solórzano Peraza



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