DOUGLAS BECERRA
En Venezuela se está pasando hambre. Quien tenga ojos que vea a las personas escarbando en la basura, comiendo en las calles en las peores condiciones que uno se puede imaginar a un ser humano. Hombre, mujeres y NIÑOS realizan cotidianamente está dantesca escena de la miseria humana en “los 5 puntos cardinales” del país.
El país parece un espectro de lo que fue; flaco, cansado y agotado; se ven claramente las profundas heridas que se han producidos en estos últimos 10 años. Ya el Proyecto Nacional Simón Bolívar -Primer Plan Socialista- (IV.- Modelo Productivo Socialista - pág. 24) y el Plan de la Patria -Segundo Plan Socialista (Continuar Construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI; Objetivo Histórico No. 2 - Nuevo Metabolismo para la Transición al Socialismo -pág. 63-65) están obteniendo su objetivo económico de reducir sustancialmente el sector privado de la economía para afianzar el crecimiento del sector público y comunal. En estos dos Planes se infiere la disminución del Sector Privado de la economía como la base de sustento del crecimiento del sector comunal y público, sin señalar los costos económicos y sociales que acarrea la destrucción sistemática de la estructura económica que tenía el país.
Ha estado planificado por el Gobierno que el logro de alcanzar el socialismo se se cimientacimiente por el derrumbe de la actividad económica (PIB), tal como lo expresó el presidente Chávez en varias ocasiones al hacer una peculiar interpretación del pensamiento de Gramsci: “para que nazca el nuevo orden del socialismo se tiene que morir el capitalismo” o “no aparece lo nuevo sin destruir lo viejo”. Como diría Cantiflas, “ahí está el detalle”, porque la caída de la actividad económica conlleva una disminución del ingreso y los salarios reales de los trabajadores como consecuencias de una menor actividad económica del sector privado.
Una menor producción va de la mano de una menor capacidad adquisitiva de bienes y servicios por parte de la mayoría de la población. Desde el punto de la Teoría Económica, la caída de la producción condiciona un incremento en el desempleo y una presión para la disminución del salario real (Ley de Okun). Precisamente el logro económico más palpable de los últimos años es “El Desplome del Salario Real” del trabajador venezolano, que está siendo como un agujero negro que se traga al país.
La interpretación del socialismo por parte del Gobierno va condicionada a la pauperización de la sociedad como paso previo para llegar a esta meta. Esto es lo que se puede inferir del Plan Simón Bolívar y el Plan Patria, en su objetivo sobre la transformación al socialismo, se plantea claramente la disminución del sector privado de la economía. Según CONINDUSTRIA, se han expropiado desde el año 2002 más de 5.000 empresas productivas, muchas de ellas expropiadas en actos teatrales donde destaca la bota militar y el autoritarismo, poniéndonos como un país bananero, carente de toda institucionalidad (va caminando el presidente y levanta la mano con lentitud, y se dice: “EXPROPIESE”, y un montón de adlatere que después aplauden diciendo “así es que se gobierna”).
El derrumbe de la economía ha sido tan acelerado y la caída del salario real del trabajador venezolano es tan marcada, que solo ha podido ser enfrentada desde la política económica con un proceso hiperinflacionario, debido a la imposibilidad del Gobierno de seguir obteniendo financiamiento externo para seguir disimulando la debacle económica que ha producido a ex profeso en la estructura económica. La inflación y ahora Hiperinflación es un vaso comunicante entre el sector real de la economía y la política económica (Fiscal y Monetaria).
Lo que estamos viendo y sintiendo es el “Agotamiento del Modelo Rentista Petrolero” y la incapacidad de seguir sosteniendo el populismo que fue definido por Chávez como Socialismo del SXXI. Durante el período 2007-2017, no ha habido transformación económica, sino destrucción sistemática y a ex profeso de nuestra estructura productiva; la destrucción ha sido de tal magnitud que es equivalente a una Guerra Real en nuestro territorio. El estado de Venezuela hoy en día es comparable a un país que ha estado en una guerra y que ha sido derrotado y conquistado. Lo que se ve es ruina y pauperización por “los 5 puntos cardinales” de nuestra tierra.
La destrucción de la estructura económica ha llevado a una caída de salario real en Venezuela, tanto del sector público como del privado. Está caída tiene que ser definida como una “Desplome del Salario Real”. La inflación y ahora la hiperinflación es la herramienta de política económica que ha elegido el Estado Venezolano para provocar la disminución del salario real, antes la imposibilidad legal de bajar los salarios nominales y el desempleo ha sido absorbido por el sector informal o por la migración por hambre de una parte importante de la población (actualmente se estiman que pueden haber más de 4 millones de venezolanos en el exterior).
Una de las ventajas políticas de la inflación como herramienta de disminución de los salarios nominales, es que se puede transferir las responsabilidad a los “empresarios malvados, que incrementan continuamente sus márgenes de ganancias a costa de las penurias del pueblo”, debido a que las personas tienen criterios cortos en materia económica y no están al tanto de que para que haya inflación se requiere de un incremento de la base monetaria y sus fuentes de financiamiento por partidas inorgánicas de la economía por parte del Banco Central.
La base monetaria se ha incrementado fundamentalmente a través del financiamiento a PDVSA (Dinero Inorganico), y ha alcanzado poco más de 19.000% desde enero 2014 a dic. 2017; en el último año hemos tenido un incremento promedio mensual de este agregado monetario de casi el 30%, lo que produciría una inflación anual no menor al 1.000%. Con el sólo hecho que el BCV dejase de emitir dinero o de incrementar la base monetaria se acabaría la inflación, pero las consecuencias políticas es que no se podría seguir financiando el Populismo del SXXI.
La caída casi perpendicular de la actividad económica, producto de la destrucción de la estructura económica en Venezuela para alcanzar el Socialismo del SXXI (Populismo del SXXI), ha llevado a una caída similar en la productividad del trabajo, que nos coloca a niveles de sociedades muy atrasadas o elementales. De acuerdo a la Teoría Microeconómica, el salario real está en función de la productividad, es la razón por la cual la mayoría de los trabajadores pueden estar obteniendo ingresos promedios inferiores a los 10 dólares mensuales. Esto es lo que se transforma en el “NÚCLEO DEL HAMBRE EN VENEZUELA”.
El salario y el ingreso es el puente formal entre la ciencia económica y la sociedad, debido a que las relaciones sociales se fundamenta en las estructuras de ingreso de los diferentes estratos sociales. El Banco Mundial ha cuantificado la pobreza extrema como aquellas personas que no pueden alcanzar 2 dólares diarios, por lo que se hace imposible la adquisición de una Canasta Alimentaria Básica, equivalente a 2.000 kilocalorías diarias. Esta definición de pobreza sitúa a no menos del 70% de la población en estado de pobreza extrema o en situación de vulnerabilidad alimentaria inminente en Venezuela.
A pesar de las potencialidades económicas de nuestro país, la mayoría de su población (aprox. 70%) está pasando algún nivel de hambre , por lo que se puede calificar que en el país se está empezando a vivir una HAMBRUNA, que tienen su origen en la caída vertical del salario real (Desplome del Salario Real), que ha provocado los dos últimos Planes de Desarrollo Económico y Social del Estado Venezolano. El Desplome del Salario Real es la causa fundamental del hambre que se vive en Venezuela.
Con los ingresos que tiene la mayoría de la población sencillamente se le hace imposible adquirir una canasta alimentaria decente. El Gobierno literalmente arruinó al país y lo endeudo más allá de sus capacidades y ahora no cuenta con los recursos suficientes para importar alimentos en las cantidades que se requieren para atender adecuadamente los requerimientos alimenticios de la población. Esto es alarmante, en particular para la infancia por los efectos de por vida que produce hambre.
Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la infancia son los más lamentables para una sociedad por el estigma que deja de por vida en una generación. Esto es debido a que a que el mayor impacto de la desnutrición infantil lo sufre el cerebro de los infantes por las alteraciones metabólicas y estructurales que sufre, que son irreversibles. Crea taras mentales en una porción de la porción de la población.
El cerebro es el órgano que más rápidamente crece: en los primeros meses, pesa aproximadamente 350 g cuando nace el ser humano y llega a los 900 g en 14 meses. Este peso equivale al 80% del peso del cerebro de un adulto. Cuando hay desnutrición infantil no sólo se detiene el crecimiento cerebral, sino que, además, hay una atrofia del cerebro y el espacio es ocupado por líquido cefalorraquídeo. Las personas tendrán atrofi cerebral por el resto de su vida.
No es que no se puedan conseguir alimentos, es simplemente que para la mayoría de la población le resulta imposible adquirirlos con su nivel de ingreso. El Gobierno dejó de emitir cifras socioeconómicas desde el 2015 por lo que solo se puede estimar que proporción de la población se ve severamente afectada por la disminución del ingreso y la malnutrición. Lo que es común ver a familias enteras con NIÑOS deambulando en los basureros para conseguir alimentos.
La escasez es siempre un problema relativo, y depende del precio de los productos, mientras más elevados sean los precios, menor será la demanda de los mismos ceteris paribus los demás factores y viceversa para la oferta de los productos. La disminución del ingreso de los venezolanos ha ido desplazando la curva de demanda y oferta de alimentos y simplemente no se pueden adquirir en las cantidades necesarias dado el salario real de las personas y los precios de los mismos.
La gente normalmente dice en las calles que los precios están dolarizados y los salarios bolivarizados, pero realmente el dólar USA se ha transformado en la medida del valor que comúnmente utilizan las personas, ya que el bolívar pierde valor continuamente, debido a la emisión descontrolada y sin respaldo de la base monetaria (dinero). Actualmente la moneda nacional tiene una pérdida de valor estimada en 30% mensual, lo que representa una pérdida de su valor en aproximadamente 98% anual. Bajo las circunstancias que está atravesando el país actualmente, en un año el bolívar apenas vale 2% de lo que valia a principios del año.
Debemos tener el salario más bajo de América y posiblemente uno de los 20 salarios más bajos del mundo calculados a dólares USA. El nivel de empobrecimiento que se ha tenido la sociedad venezolana es sencillamente espeluznantes. Creo que no existe en la historia económica un caso de un país que se haya depauperado tan rápido como Venezuela sin un conflicto bélico.
Para Amartya Sen (Premio Nobel de Economía 2007) las hambrunas no se producen en en los regímenes democráticos, sino en colonias imperiales o dictaduras militares o en Estados de Partidos Únicos; porque sería difícil para cualquier gobierno democrático soportar la crítica popular cuando ocurre una hambruna, debido al riesgo de perder una elecciones y producirse un cambio de gobierno.
Tenemos una estructura política que sencillamente se aferra al poder mediante una estrategia de distribución asimétrica de la riqueza nacional para un reducido grupo de sus partidarios, y la amenaza y represión contra la mayoría de la población que no consigue vías institucionales para revertir el desastre en que se encuentra el país. Esto nos lleva a inferir que la Estructura Política en Poder desea mantener el estado de pauperización de la población con el objetivo riesgoso de mantener lealtades políticas por necesidad y esta literalmente echando por hambre a una parte importante de la población de venezolana y así disminuir la presión política.
Hoy Venezuela es decimonónica. Nos encontramos atrapados en los mismos elementos que llevaron a la Guerra Federal y a la inestabilidad política que se dio en ese siglo. El Agotamiento del Modelo Rentista Petrolero sin el diseño de un Modelo Productivo e Industrializado nos está llevando a una Economía del Bachaqueo y el Rebusque, donde se vive día a día y sin un porvenir claro.
Amartya Sen tiene razón al afirmar que las hambrunas no se producen en democracias y sólo son de regímenes autoritarios. En su libro el Valor de la Democracia nos plantea de llano que el crecimiento y desarrollo sólo se pueden alcanzar con la libertad, la democracia y el fortalecimiento institucional. Hoy en día tenemos un gobierno, sordo y ciego que se aferra al poder y nos ve como sus ciervos, donde ha creado un esquema de socialismo donde el líder tiene que ser considerado impoluto y exento de críticas.
Como primer paso para revertir la actual situación del país, se requieren cambios políticos importantes, donde se replante un orden verdaderamente institucional y democrático consciente de los muchos errores que se ha cometido en nuestro proceso democrático al confundir la ayuda social por populismo. Va ser un largo y penoso camino pero sólo tenemos un país en donde seremos ciudadanos que es Venezuela.
Prof. Douglas BECERRA S.
Constructor de Pensamientos.