viernes, 19 de enero de 2018

¡UN PAÍS PARA SAQUEAR!


 Enrique Viloria Vera

El saqueo, el expolio, el desvalijamiento, el despojo, el latrocinio, parece ser un elemento característico de la historia de Venezuela. Desde nuestros inicios mismos como nación – y no como país –, ya fuimos convenientemente saqueados por los conquistadores y colonizadores que vinieron en carabelas, bergantines y galeones ávidos de oro, plata y todo tipo de riquezas.

De este saqueo inicial y a mansalva dan buena fe las extintas perlas de la Margarita, el azúcar y, en especial, la sal, que obligó a los españoles a construir un castillo fortificado para proteger las extraordinarias salinas de Araya de los filibusteros holandeses, necesitados del precioso grano para preservar el arenque suyo de cada día, siempre en demanda de adecuada salmuera.

Durante la guerra independentista el saqueo estuvo – de parte y parte, de patriotas y realistas -, a la orden del día. Luego de la cruenta conflagración los generales montoneros y sus familiares tuvieron patente de corso para hacer de las suyas, y embolsillarse como merecido botín de guerra las haciendas y las tierras que los convertirían prontamente en boyantes latifundistas.

El siglo XX venezolano - además de las bellaquerías del Benemérito y sus acólitos -, Venezuela conoció un nuevo tipo de saqueo – esta vez foráneo -, efectuado por las compañías multinacionales que, en barcos y tanqueros, extrajeron el petróleo y el hierro de la tierra venezolana. Posteriormente, los militares golpistas y sus jalabotas también disfrutaron de su parte de la rapiña nacional.

El siglo XXI venezolano viene conociendo un nuevo saqueo llevado a cabo por los socialistas del siglo XXI y sus aliados cubanos, rusos, iraníes, chinos y los socios del Alba y de PETROCARIBE; esta vez además del apetecido petróleo, el expolio se ha extendido al uranio, al coltan, el oro, la bauxita, a todo aquello que genere pingues ganancias para la cúpula bolivariana y sus enchufados de ocasión: las cuentas en Andorra, las empresas off shore y de maletín, la sobrefacturación y las jugosas comisiones recibidas por la nomenklatura socialista, sus familiares, amigos y allegados han dejado exangüe el Tesoro Nacional y las reservas internacionales.

Fruto de la brutal e inhumana depredación del socialismo del siglo XXI, el venezolano de a pie, el pueblo llano, se ha visto obligado a recurrir también al saqueo para poder comer y subsistir. Como consecuencia de esta tragedia nacional, el verbo más conjugado en la infeliz y paupérrima Venezuela bolivariana, castro - madurista, antimperialista, antes chavista, pero siempre cacareadamente socialista es saquear: Yo saqueo, tú saqueas, él o ella saquea, nosotros saquemos, vosotros saqueáis si sois originario de la Tierra del sol amada, zulianos pues, ustedes saquean, ellos saquean.

Lo que fue un país para querer, ahora con dolor de patria socialista es:
¡Un país para saquear!
      



     

  

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