“NEGOCIADORES”, SALARIOS E INFLACIÓN A INICIOS DE 2023 EN
VENEZUELA
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Se repite el ciclo entre salarios e inflación.
Mas agudamente incluso, que la vieja analogía de los primeros por la escalera y
la segunda por el ascensor. Nuevamente, se da en unas condiciones actuales de
una economía que presenta la opulencia sin haber alcanzado estabilidad
en el crecimiento, o impulsado
claramente niveles de desarrollo económico.
Junto a los grandes espacios de miseria y hambre, existen los privilegios gozosos de pequeños grupos
privados, en varios casos vinculados al pretendido equilibrador general, el Estado/gobierno.
Como se sabe, la administración bolivariana
ha exagerado y se ha ufanado de haber abierto –supuestamente- las puertas del
crecimiento en el año 2022. Realmente se ha tratado de pequeños vestigios de
crecimiento ante una gran pérdida del producto -en más del 80%- al comparar con
lustros recientes. También ha festejado junto a varios, de haber eliminado la hiperinflación, sin señalar la alta inflación
que continuó (sobre el 300% se estimó para 2022)[1]
y que se ha dado en un escenario de condiciones que se mantienen para que
resurja aquella, y con la ausencia de una rigurosa política antinflacionaria al estilo de otras experiencias
internacionales como la de Brasil. Mientras, el tiempo transcurre y transcurre.
Ante este escenario, ha aparecido la misión
de OIT. Como debe decirse siempre,
son buenas estas presencias y construcción de escenarios, pero quienes
solucionarán o no el problema del salario
y el nivel y calidad de vida son los
agentes económicos y políticos venezolanos, quienes deben definir estrategias y
acciones fundamentales para la solución de sus problemas económicos y sociales.
Tiempo e intensidad de la inflación, salario
y productividad son, entre otras variables, de las fundamentales. Pero de
manera diferente, una economía dolarizada
informalmente y con un gobierno
convertido en Estado, habiendo alterado las instituciones, que, a pesar de
todo, estaban en crecimiento y en evolución relativamente aceptable en varios
casos, termina concentrándose en el salario
mínimo. Y ello no es casual, dado el alto deterioro de este último y su
influencia en grandes grupos poblacionales, que lo devengan como referencia inmediata;
o con un sistema de pensiones sin evolución, o alterado en casos, y que tiene
de referencia el salario mínimo[2].
Más compleja aun la situación, al ubicarse el que trabajadores diversos puedan,
aun recibiendo más remuneración que el salario mínimo, no tener asegurada
mayor pensión, que la que brinda aquel salario. Y es que el salario mínimo no alcanza hoy día ni
para medio kg de café. Bonos y alimentos entregados, muchos saben sus
particularidades y temporalidad (el aumento de precios en diciembre 2022 fue considerable
por variadas razones y se transmitió para enero y febrero 2023).
Las negociaciones sobre el salario mínimo en Venezuela, tienen algunas
veces dos perspectivas preocupantes: o los negociadores sindicalistas
asumen una posición igual a la del
gobierno pues forman parte de él o no ha sido infrecuente que tengan una posición
populista como se entiende este término
en economía. Por el lado de una parte del empresariado, la posición generalmente
es pacata o no quieren aumentar y/o se cobijan en el recurso de la productividad por conveniencia, más allá
de su importancia como lo hemos señalado. La administración bolivariana, por su
parte, tiene, en las “negociaciones” actuales, la gran excusa de la necesidad
de que le eliminen las sanciones internacionales,
para poder aumentar el salario mínimo
o que necesita los dos mil o tres mil millones de $ que no le permiten administrar
o que le represan, etc. etc., mientras tuvo en su manos durante más de 23 años más
de 1 billón de dólares (1.000.000.000.000 $), del cual, supuestamente, administró
una parte relevante en obras sociales. Una gran paradoja, incluso si hubiese
sido cierto, dados los altos niveles de miseria, ineficiencia de la infraestructura
y los servicios, obras no continuadas y de mala calidad, entre otros tantos
elementos.
En fin, ante la ausencia de
decisiones y el tiempo de meses de
espera que pareciera tendrá el nuevo aumento, desde Margarita surgieron los
consuelos de estos casos: ¡Por fin nos reunimos! ¡Encontraremos el camino!
Mientras, trabajadores de la salud y de la educación y del sector público en
general, incluidos jubilados y pensionados, viven con sueldos y pensiones de
miseria, sin seguro para sí mismos y sus familias. Y ello es la base de las justificadas
protestas y reclamos de inicios de 2023.
En cualquier caso, y más allá de
necesidades específicas, la discusión sobre el salario mínimo, requiere tomar algún día una verdadera estrategia
de crecimiento y desarrollo con consideraciones sobre sectores, financiamientos
y las capacidades de competir para el país, una vez se vaya recuperando de la
atroz pobreza que lo embarga. Pero eso no está presente ahorita, ni lo estuvo
en 2018, donde se perfilaron varios elementos cuya inspiración se mantiene[3].
6 enero 2023
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1] https://www.criptonoticias.com/mercados/venezuela-3-paises-registraron-mayor-inflacion-latinoamerica-esperar-2023/
; https://www.bloomberglinea.com/2023/02/03/inflacion-enero-2023-en-cuanto-arranco-el-ano-segun-los-analistas-que-consulta-el-bcra/.
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