martes, 29 de mayo de 2018

MISERIA 2018. Ideas para no olvidar en la Venezuela con “ruta chivo”[1].


MISERIA 2018.
Ideas para no olvidar en la Venezuela con “ruta chivo”[1].

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

Algunos han señalado a veces que, en Venezuela, en grupos o personas -y para ciertas cosas- hay memoria corta. Tal asunto lo aprovechan sobre todo políticos y trepadores. No pasa así en otros lugares, donde las frases y las acciones, tienen sanciones sociales y políticas permanentes; eso, y el hecho de que hay ideas trascendentales o importantes que no deben olvidarse, inspiran esta nota que recoge de lo uno y de lo otro.

Se estima que las revoluciones, y con ellas la administración bolivariana, dado su proyecto político y sus acciones, necesitan de la pobreza, para beneficiarse de su permanencia. Al exministro Giordani se le atribuye una frase que recuerda el general Guaicaipuro Lameda -también funcionario en los inicios de la administración bolivariana- de una conversación –llevada a cabo en aquellos inicios- que se refiere en una entrevista con la periodista Carla Angola: “Mire, General, usted todavía no ha comprendido la revolución. Se lo explico: Esta revolución se propone hacer un cambio cultural en el país, cambiarle a la gente la forma de pensar y de vivir, y esos cambios sólo se pueden hacer desde el poder. Así que lo primero es mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el discurso de la defensa de los pobres. Así que, LOS POBRES TENDRÁN QUE SEGUIR SIENDO POBRES, LOS NECESITAMOS ASÍ, hasta que logremos hacer la transformación cultural. Luego podremos hablar de economía de generación y de distribución de riqueza. Entretanto, hay que mantenerlos pobres y con esperanza” (www.saladeinfo.wordpress.com. 2013/02/13).

Este elemento del manejo del problema de la pobreza se destaca bien en Pedro Palma (Revoluciones fatídicas. www.analitica.com 10 de septiembre 2014) donde se reseñan los aportes de Samuel Huntington en la retrospectiva de este fenómeno según distintas experiencias, haciendo referencias al caso venezolano: “…el éxito económico no es prioritario para las revoluciones. Por el contrario, las privaciones y penurias pueden ser muy útiles para consolidar los procesos revolucionarios. Eso puede explicar lo que para muchos nos resulta incomprensible, cuando hemos escuchado a altos voceros gubernamentales decir que la revolución necesita a los pobres para su consolidación, razón por la que hay que mantenerlos en esa condición, pero dándoles esperanzas de que superarán su precaria condición, objetivo para el cual está luchando denodadamente la revolución. En otras palabras, hay que mantener la miseria pues ella crea dependencia del Estado y abona el terreno para el clientelismo político, asegurándose el apoyo incondicional de una amplia masa poblacional a través de la manipulación informativa y de la explotación descarada de su ignorancia y buena fe. Eso, a su vez, facilita el logro de uno de los objetivos buscados, cual es la eliminación de la vieja oligarquía del anterior sistema político, para substituirla por otra, pero revolucionaria.” “…las revoluciones limitan la libertad, pero generan identidad de la masa con el nuevo sistema y una ilusión de igualdad, lo cual lleva a buena parte de la población, principalmente a la más desposeída, a aceptar la escasez y las cargas materiales propias de esos procesos políticos…[2](Palma, art citado).

Surgen siempre observaciones y preocupaciones, de hasta dónde llega el aguante de los seres humanos ante fenómenos como el hambre, la miseria, la falta de atención e irrespeto de los gobiernos para la solución de los problemas de la colectividad. En lo que a algunos contestatarios les gusta llamar vocerías, escuchábamos recientemente como ante la mala situación, la crisis humanitaria o el hambre, y resultados donde el gobierno siempre “gana” y tiene apoyo de las fuerzas militares se señalaba “la gente debe salir toda de la misma manera que no fueron a votar” –en las “elecciones” del 20 de mayo-. Ante ello y a pesar de los optimismos pueden tenerse reservas en base a dos elementos, pues el escenario de desespero, necesidad y angustia de muchos así como la continuación de las mismas actuaciones de parte de la administración producen -y seguirán produciendo- la bienvenida a cualquier solución, del tinte y por inconveniente que sea.

El hambre no produce sublevaciones. Ni las impulsó en la China –dictatorial, autoritaria y altamente centralizada- de Mao en los cincuenta o los sesenta del siglo XX, donde los chinos hasta tierra comían; ni en la India de la segunda mitad del siglo referido en adelante; ni en las agitadas y desesperadas regiones africanas de suma pobreza y escasa inversión, donde se esperan con desespero y violencia las bolsas de arroz de Naciones Unidas y organizaciones relacionadas. El ser humano es un animal de costumbre y pareciera que en tiempos y ocasiones puede acostumbrase a la escasez, el hambre y la pobreza, buscando alternativas variadas. Solo elementos como el resentimiento, la voluntad basada en esperanzas, nuevas ilusiones o coyunturas culturales, pueden remover a los seres humanos del letargo que produce el hambre (Directo al Marasmo, https://www.academia.edu/36367019/DIRECTO_AL_MARASMO._La_necesaria_lucha_contra_la_deserci%C3%B3n_nacional_en_Venezuela  EOR, 9 de abril 2018).

A comienzos de los noventa, observamos, cómo, producto de políticas y acumulación de problemas se comenzaba a desarrollar en Venezuela una especie de miseria violenta, agresiva y que no se observaba en la previa evolución de la nación. Podía  preverse que de ahí en adelante debía prepararse el país para prestar atención al regreso a tallas bajas, nuevas enfermedades y el resurgimiento de viejos padecimientos. Efectivamente, eso ha sucedido y hoy se presenta con una aguda aceleración, pues a los deterioros en el salario real se le suma la escasez y ausencia de medicamentos. El hambre y la escasez viajan en las personas, en el Metro y transportes variados -como los hoy llamados “ruta chivo” (también llamados “perreras”) en las ciudades y ya entre las ciudades- y se desplazan en las calles; en su delgadez, en la permanencia de enfermedades –que incluso deambulan en la calle, sin solución y atención estatal -por el agudo también deterioro de los servicios públicos[3]-, pero igualmente en las deformaciones físicas y la presencia de aspectos e imágenes desconocidas -o no tan manifiesta y agudamente presentes- en la vida urbana e incluso rural en la Venezuela anterior a décadas y lustros recientes. Se trata de una marginalidad más excluyente y extensiva y que ha aumentado en el período de la administración bolivariana. Tuvo entre sus determinantes iniciales el deterioro del salario real, la disminución de las oportunidades de empleo, la inmigración no planificada y otros elementos. Se trata de un tipo de miseria que produce en el afectado un comportamiento agresivo en cualquier dirección y que, por supuesto, es uno de los elementos de base para el tipo de delincuencia atinente a los grupos menos favorecidos en la distribución del ingreso.

El surgimiento de ciudades y el desarrollo de las que ya existían, permitieron, con la aparición del petróleo y el impulso de la industrialización, la promoción de la civilidad, la vida urbana, el orden y el aprovechamiento de servicios públicos en salud y educación. Por lo menos ya abiertamente desde los años cincuenta, la educación pasó a ser un claro mecanismo de ascenso social y mejoramiento de las familias. Las campañas públicas de vacunación, fumigación, construcción de carreteras –algunas iniciadas incluso décadas atrás de los años señalados-, permitieron que una economía de poca población y baja tasa en su crecimiento, viera mejorar sus condiciones de vida[4]. Finales de los cincuenta, años sesenta y parte de los setenta, permiten apreciar retrospectivamente una población nativa de mezcla con migraciones -sobre todo europeas-, que albergaba la idea de progreso y de posibilidades de desempeño. La izquierda política no lo creía así. Pero eso era desarrollo. Y hasta los menos favorecidos en la distribución del ingreso, podían albergar posibilidades de desempeñar trabajos o de mejorar.

A todo eso se le aunaba una difusión de valores, de orden y disciplina en la sociedad. Los elementos disonantes del equilibrio social eran pocos –entre otras razones por eso la izquierda política fracasó en tales años y décadas-, por y a pesar del rentismo,  el cual no había entrado todavía en sus mayores niveles de perversión o efectos estructurales. Estos comenzaron o se profundizaron con la Venezuela Saudita de mediados de los años setenta y se empezó a abandonar la idea e importancia del trabajo y el progreso y con ello -y con las terquedades y falta de previsión de administraciones de los años ochenta y noventa-, comenzó a ampliarse la inestabilidad en los manejos estatales, y a extenderse y a aparecer la pobreza y la miseria violenta, correspondientemente.

Visto así, los pobres de hoy se comenzaron a impulsar en los ochenta y los noventa, debido a las ejecutorias de políticas sin consenso, sectarias, no inclusivas y sin rostro humano, como se señaló en varias oportunidades. Pero lo que no se podía prever era que una administración que ya lleva más de 19 años, podía abonar el terreno y encaminar el país hacia mayor miseria, enfermedades y pobreza. La administración bolivariana no enrumbó con consenso al país por el camino del desarrollo y ha terminado revelando, ampliando y profundizando la pobreza y la miseria

El escenario, aunque siempre se puede empeorar, es ya bastante problemático. La administración bolivariana hoy día se presenta contraria al rentismo  pero es de las que más lo ha apuntalado y ha convertido el erario público en escenario de buscadores de renta y corrupción. No perfila ninguna posibilidad de cambio en política económica, por sus compromisos políticos nacionales e internacionales. Todo el cuadro descrito de fenómenos sociales de salud, hambre, problemas estructurales de rentismo, endeudamiento, continuidad de las políticas económicas y pérdida de valores se ha acentuado con el deterioro estatal –en instituciones, organismos, procedimientos- y la igualación del aparato del estado con el gobierno de la administración bolivariana, usufructuando el Estado y sus procedimientos en función de sus intereses políticos.

Parte del escenario de inseguridad, violencia, miseria y pérdida de valores lo refleja Juan Carlos Méndez, novelista venezolano residenciado en España, recogiendo parte de esto en entrevista donde habla de su novela Los maletines (Juan Carlos Méndez Guédez, Los Maletines. Editorial Siruela, 9 Abril 2014): “…Los venezolanos nos juntamos y, en tres minutos, el tema de conversación es el último atraco, el último secuestro, la última andanada de tiros de los paramilitares chavistas. Y eso sucede no por azar o masoquismo, es que estamos hablando de un país donde asesinan a mucha más gente que en Gaza. La ferocidad de la violencia es lo que nos explica en este momento.” (www.informe21.com 25-08-14). En la evolución de la administración bolivariana, puede afirmarse que se ha apuntalado también por el odio y el resentimiento que ha venido animando el periodo gubernamental de más de diecinueve años de ejecutorias de la misma. Pero también por las migraciones internas, las invasiones y la sobrepoblación de zonas como Guarenas-Guatire, los Valles del Tuy y los Teques.

Enfermos y mendigos agresivos, adolescentes que deambulan por la ciudad y que en adelante serán adultos y hasta familias cuyos niños no estudian y son el instrumento de contacto con la gente en algunos casos.

Debe reconocerse que, en el caso de los niños de la calle estos se habían reducido en parte de los años dos mil, según se podía observar en la región capital. En esto hay efectos de la Misión Negra Hipólita cuya misión es: “Brindar protección social e integral asegurando el derecho a la vida, el trabajo, la cultura, educación, justicia social e igualdad sin discriminación alguna a los ciudadanos y ciudadanas en situación de calle, contando con la participación protagónica del Poder Popular” (Ver http://www.misionnegrahipolita.gob.ve). Pero con el aumento de la pobreza en los años recientes bien registrado y destacado por la Encuesta Encovi o encuesta de las Universidades UCAB, UCV y USB[5] los niños de la calle han regresado a las zonas urbanas incluso conformando bandas.

En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989/1993) algunos manejaron el planteamiento reconfortante,  de que la pobreza estaba ahí y las políticas de ajuste y estabilización lo que hicieron fue sacarla a la luz. Igual caso ha sido con la administración bolivariana, dado su señalamiento en cuanto a que fueron otros los que crearon la pobreza antes de 1999. Es indudable que hubo variados resultados producto de las opciones de políticas tomadas o de elementos como la inflación o el desempleo. El segundo gobierno de Caldera (1994/1999), invirtió tiempo en políticas económicas de considerable variación –entre otras la cambiaria- y en la justificación e impulso de la idea de la unidad nacional más que en abatir formas de pobreza que continuaban desarrollándose. En la administración bolivariana se dedicaron los primeros años sustituyendo -o buscando sustituir- los programas sociales de administraciones anteriores, por otros tan o más problemáticos, como el Banco del Pueblo, “los niños de la patria” y la “conversión de los invasores en constructores”, hasta que en el año 2004 se iniciaron las misiones en salud, educación y otras cuyos resultados están reflejados en la expansión de la pobreza y el panorama reseñado. Para la segunda década del siglo XXI, con claros fines sociales según las percepciones de política económica y social de la administración bolivariana, pero también dado el escenario político de los años 2012/2018, se acentuó la política de controles, supervisión y de enfrentamiento con el sector privado de la economía, entre otras razones por desarrollar este -en connivencia con factores políticos- según la administración referida, una guerra económica. En cualesquiera de los casos, la evolución económica fue derivando en aumento de la pobreza entre 2012 y 2013 así como en 2014 y años siguientes y en un escenario de escasez, desabastecimiento e inflación acentuada.

Para finales del primer semestre de 2014 la administración bolivariana ofreció aumentar en variados sentidos la atención de la pobreza. El 5 de octubre 2014 El Nacional presentó un reportaje de Dalila Itriago sobre los planes de atención de la pobreza y sus propuestas del momento. Debe señalarse que el presidente NM lanzó el 7 de junio de tal año el Plan para la Erradicación de la Miseria, que incluía la instalación de 1.500 bases de misiones sociales en 255 parroquias del país. El plan centralizaba los mismos programas sociales y misiones que alcanzaban ya una década. Varios analistas emiten su opinión en este reportaje señalando por variadas vías que esta iniciativa no ataca las causas de la pobreza y que se resumía o asociaba a una estrategia electoral para las elecciones parlamentarias de 2015; que gañó la oposición, por lo demás. Debe indicarse que las bases socialistas estaban compuestas por un módulo de formación, educación y coordinación de misiones; uno para consultas médicas y odontológicas y otro como la vivienda de los médicos cooperantes que prestarían servicio. La meta prometida por el presidente el 7 de junio fue la ya señalada y a cumplirse en tres meses, ubicándose las bases donde se detectaron índices altos de pobreza extrema.  En el reportaje se registra que Carmen Meléndez, ministra de Defensa, indicó el 10 de septiembre: "Hasta el día de ayer habíamos activado 22 bases de misiones, tienen que ser 1.500".  Pero igualmente se registra que el 1 de octubre el presidente NM señaló: "Ya instalamos 1.500 bases de misiones en lugares donde está la pobreza extrema y estamos atendiendo 2.200.000 compatriotas".  Obviamente dada la afirmación presidencial la información fue unificada en este último sentido (Ver La misión de drywall para acabar con la pobreza.  www.el-nacional.com 5 de octubre 2014 pg. Siete Días/1).

Y en 2018 después de las “elecciones” del 20 de mayo el presidente NM planteó en su juramentación ante la ANC “Tenemos todo el poder político de este país. No podemos tener excusas para atender los problemas del pueblo”. En el mismo acto también planteó el presidente NM, asumiendo de plano una votación ganadora y favorable, que el pueblo venezolano lo había elegido para que construyera el socialismo; afirmaba con esto entonces lo que él considera es la definición del pueblo venezolano por el socialismo y de su persona como el elegido para construirlo, después de casi 20 años de tenerse ejecutorias de parte de la administración bolivariana. Su expresión fue: “Han elegido ustedes un presidente para construir el socialismo. Han elegido ustedes un presidente para solucionar los problemas…”[6] Aplicando -sin embargo- los conceptos de eficacia y/o eficiencia que mencionó también en ese discurso, es altísimo el nivel de ineficacia que habría tenido la administración bolivariana para alcanzar esto último en casi dos décadas (https://www.academia.edu/36709093/MISMO_MUSI%C3%9A1_CON_IGUAL_CACHIMBA2._O_una_manera_de_entender_la_revoluci%C3%B3n_m%C3%A1s_larga_del_mundo EOR).  

@eortizramirez



[1] El día 28 de mayo 2018 en la mañana, fallecieron 12 personas en el estado Mérida, al volcarse un transporte de este tipo: “La mañana de este lunes se volcó un camión en el sector Los Azules de Lagunillas del estado Mérida y dejó al menos 12 muertos y 19 lesionados. El accidente ocurrió alrededor de las 6:00 am y minutos después se registró la muerte de seis personas, los heridos fueron trasladados al Instituto Autónomo Hospitalario de la Universidad de Los Andes (Iahula). Allí se confirmó la muerte de otras cinco personas que habrían llegado con heridas graves. La cuenta de Twitter de Emergencias Mérida informó que el camión que se volcó transportaba a al menos 40 personas” (www.rurun.es 28 mayo 2018).

[2] “Quizá esa sea la razón por la que el gobierno se niega obstinadamente a implementar los necesarios ajustes y reformas para afrontar los profundos desequilibrios y problemas que padece nuestra economía, prefiriendo no hacer nada para que nada cambie, o profundizar en sus erradas y fracasadas políticas del pasado, asegurando de esta forma la profundización de la crisis, sin importarle que esa irresponsable actitud a lo que llevará es a una mayor penuria y depauperación, particularmente de la población de menores ingresos” (Palma, art. citado)
[3] En el caso del Metro de Caracas dado el costo de los tickets, la desvalorización del dinero, la ineficiencia y el populismo, entre otros factores seguramente, ha llevado a que el servicio sea gratis; teniendo esto obviamente sus consecuencias para el presente y a futuro.
[4] Ver A Baptista “Más allá del optimismo y el pesimismo. Las transformaciones fundamentales”; En M. Naim y R. Piñango, El caso Venezuela. ¿Una ilusión de armonía? Ediciones IESA 1984.
[5] El nivel de pobreza para 2014, fue de 48,4% de la población -superior a la registrada en 1998, de 45%- así como que del total de pobres, uno de cada tres son nuevos. Para 2015 en cuanto a pobreza de ingreso se registra que 73% de los hogares y 76% de los venezolanos estaban en pobreza de ingresos;  demostrando las cifras que la miseria había aumentado con velocidad alta puesto que la Encovi 2014 había registrado 48,4% de hogares en penuria y 52,6% para las personas. Para inicios de 2017 se difundió la Encovi, abarcando años 2014/2016. De manera concordante con lo señalado se aprecia un continuado aumento de la pobreza. Así los registros de pobreza y pobreza extrema incluyen 24,8 y 23,6% para 2014, 23,1 y29,9 % para 2015 y 30,26 y 51,51% para 2016; lo cual da un total para pobres y pobres extremos de 48%, 73% y 81,8% respectivamente para los años señalados Para la encuesta presentada a inicios 2018 (registros en la encuesta para julio septiembre 2017) un 61% de la población no tendría para comprar los alimentos del día -pobreza extrema- y en pobreza total cerca de un 90% de la población no cubría la compra de alimentos más otros gastos en transporte o servicios. (Ver ENCOVI/Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela; años señalados).
[6] https://www.youtube.com/watch?v=zuGJymSmrV4 Discurso del presidente el 24 de mayo ante la ANC.

Colombia: ¿en el primer mundo?


Tomado de www.talcualdigital.com


Colombia: ¿en el primer mundo?, 

por Félix Arellano

El gobierno de Colombia ha impactado la región con dos noticias trascendentes, haber concluido su proceso de incorporación en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que inició en el año 2013; y la suscripción del acuerdo de socio global con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dos instituciones emblemáticas del llamado primer mundo. Si bien cada una de ellas tiene sus especificidades, las dos se suman para fortalecer el papel de Colombia en el contexto internacional. Ahora bien, para algunos, se pudiera estar avanzando en la conformación de dos Colombias contradictorias; una, que se moderniza significativamente y, otra que se empobrece y excluye. Para el vecino proceso bolivariano son noticias preocupantes que evidencian aún más sus fracasos y debilidades.
La incorporación en la OCDE, sumándose a México (1994) y Chile (2010), resulta interesante y compleja. Sobre la OCDE encontramos opiniones contradictorias; por una parte, los que la definen como una institución de excelencia, que fortalece las buenas prácticas de gobierno y apoya, asiste, asesora en la construcción de las políticas públicas orientadas a la eficiencia, la competitividad, la modernización y el bienestar social.Desde esta perspectiva, la OCDE es un importante soporte para avanzar en una eficiente labor de gobierno, una garantía para la continuidad y estabilidad de las políticas públicas, fundamental para generar confianza y estimular la atracción de inversiones extranjeras; lo que contribuye en una eficiente inserción en la economía global.
Por otra parte, los críticos la caracterizan como un “club de ricos”, que definen reglas para economías hiperdesarrolladas, con un sesgo comercialista, marcadamente economicista y muy baja sensibilidad social; poco atenta de los graves problemas que genera exclusión social en sus diversas manifestaciones; temas presentes y sensibles en Colombia, que aún tiene muy fresco un conflicto armado, que no se ha resuelto completamente y otros serios problemas sociales, que el Presidente Santos poco aborda y que la OCDE pudiera obviar y, en el peor de los casos, agravar.
Pero estamos conscientes de las positivas implicaciones que tiene la incorporación en la OCDE para la economía colombiana y, por otra parte, el reto que significa para la OCDE la presencia de un nuevo miembro tan complejo como Colombia. La organización deberá profundizar en temas posiblemente novedosos para ella e importantes en Colombia, entre otros, la presencia de grupos armados disidentes de los acuerdos de paz con la FARC y el ELN, las tendencias crecientes de pobreza, en particular en el sector rural, la enfermedad holandesa que caracteriza a la economía; las históricas desigual distribución de la riqueza y exclusión de sectores sociales.
Más recientemente, para hacer más compleja la situación, se debe incorporar el “efecto Venezuela”, particularmente en lo que respecta a la masiva migración de población pobre que altera todos los planes, proyectos y políticas públicas colombianas y que se agudizará en la medida que el proceso bolivariano se perpetua en el poder..
Como se puede apreciar el reto para la OCDE es grande; pero, afortunadamente, se trata de una institución con años de experiencia, creada en 1961; con una poderosa organización, tanto de recursos humanos especializados, como financieros; que durante varios años evaluó la petición colombiana y la trabajó arduamente en 23 grupos especializados. Estamos seguros que esto representa un enorme aporte para la capacidad de análisis y de innovación de soluciones para el gobierno colombiano y debería representar potenciales beneficios para su población, en particular para los más pobres.
Por otra parte, el acuerdo de socio global o alianza estratégica con la OTAN, representa menores compromisos de carácter funcional, pero fortalecer significativamente la posición colombiana en la región, en particular frente a su complejo vecindario (Venezuela, Ecuador y Nicaragua). Tal asociación estratégica, además de apoyar la modernización y eficiencia de sus fuerzas armadas, debería representar una garantía de apoyo ante cualquier posible amenaza externa. La otra lectura de este tema tiene que ver con las preocupaciones y desequilibrios que genera para la región, en particular, para sus vecinos. Pero estamos seguros que la OTAN no promoverá ni apoyará ningún escenario de acción expansiva o agresora de Colombia frente en la región.
En lo que respecta al proceso bolivariano, ya imaginamos la agresividad del discurso oficial para descalificar tales decisiones, seguramente la repetida expresión “lacayos del imperio” será lo mínimo que escucharemos. Desde una perspectiva estratégica, las dos decisiones ilustran claramente el fracaso del modelo bolivariano. En el plano económico, la destrucción de la economía venezolana, promovida por el proceso para controlar la población, nos ubica en años luz de los estándares de la OCDE y, en lo que respecta al tema de la OTAN, no es la decisión colombiana lo que plantea el desequilibrio de seguridad con Venezuela, tal desequilibrio lo ha generado el gobierno bolivariano al destruir las fuerzas armadas, para contralarlas y transformarlas en una tropa pretoriana de apoyo incondicional al régimen

domingo, 27 de mayo de 2018

Pautas básicas para encarar a las primas de riesgo.



 Pautas básicas para encarar a las primas de riesgo.

Prof. Dr. Carlos Eduardo Daly Gimón

La prima de riesgo es una variable característica de los mercados financieros contemporáneos.

Los negocios financieros de hoy en día marcan con absoluta claridad la relación entre rendimiento y riesgo. Los activos son, desde el ángulo de los inversores, muy riesgosos pero de alto rendimiento como las acciones u otros títulos valores; o bien seguros y estables pero de rendimientos muy limitados como las obligaciones o los bonos del tesoro, por ejemplo.

La formación de precios en este tipo de mercado, para plantearlo de manera directa, se traduce en una prima que refleja los intereses y/o rendimientos de esos activos.

La prima de riesgo, riesgo país o riesgo soberano, conceptualmente, es un diferencial de intereses entre la tasa de un país libre de riesgo, y la tasa de interés una economía que requiere financiamiento externo, refiriéndose siempre a un mismo período de vencimiento.

Ese diferencial viene a ser un rendimiento más elevado para el inversor que adquiere títulos de mayor riesgo, y, desde luego, para el Estado emisor mayores montos a cancelar por sus colocaciones en los mercados a los que acude. La situación inversa refleja un panorama conveniente para el Estado deudor. El diferencial se reduce y, consecuentemente, disminuyen los intereses a cancelar sobre la deuda externa.

Dadas las confusiones que suelen presentarse, es necesario precisar ciertos criterios frecuentemente utilizados en esta materia.  La noción de prima de riesgo se emplea, a veces indistintamente, tanto en las operaciones de los mercados de valores como en el ámbito del endeudamiento gubernamental (Estados).

Sobre las transacciones bursátiles, P. Fernandez identifica cuatro (4) tipos de primas de riesgo: “ La Prima de Riesgo del Mercado Histórica (PRMH) que se refiere a la diferencia entre la rentabilidad histórica de la Bolsa y la renta Fija. La Prima de Riesgo del Mercado Esperada (PRME), que es la diferencia del valor esperado de la rentabilidad futura de la bolsa por encima de la de la renta fija. La Prima de Riesgo del Mercado Exigida (PRMX) entendida como la rentabilidad  incremental que un inversor exige al mercado bursátil por encima de la Renta Fija sin riesgo. Y la Prima de Riesgo del Mercado Implícita (PRMI) que es la Prima de Riesgo exigida que surge de suponer que los precios del mercado son correctos” [1].

En el campo de las emisiones de deuda, las primas de riesgo se refieren, más que todo, a una tasa de remuneración de activos públicos, y por tanto muy distantes de las primas de riesgo propias de los mercados bursátiles.

En la prima de riesgo de instrumentos emitidos por los gobiernos, el diferencial de intereses toma como referencia a un Estado de condiciones óptimas, como ocurre cuando se elige a la economía Alemana como patrón de correlación, y se le compara con ciertos países europeos altamente endeudados. En este caso, el TIR (tasa interna de rentabilidad), desde la perspectiva del inversor, tiene como resultado el valor que le será devuelto al momento de su vencimiento con respecto al precio de compra, expresado en términos porcentuales. Eso quiere decir que si se adquiere un bono con un valor de 85$ y al cabo de un período de un año le será reembolsado ese instrumento por la cantidad de 110 $, el TIR al momento de su vencimiento será de (110-85) /85= 29.4%.

Si nos detenemos en los escenarios en los que se desarrollan las negociaciones de deuda, los llamados mercados secundarios [2], allí se convocan subastas con cierta periodicidad para la colocación de emisiones (Obligaciones, Letras del Tesoro y otros títulos) a las que suele identificárseles como deuda pública soberana[3]. Dos variables son fundamentales en esas operaciones: las tasas de interés que se determinarán de acuerdo al riesgo que los inversores están dispuestos a asumir en una coyuntura determinada, y el plazo de la emisión, cuyos parámetros dependerán de las proyecciones macroeconómicas del ofertante.

En cuanto a los actores fundamentales que participan en los mercados financieros, tenemos que destacar a los muy ponderados Inversores Institucionales, junto a Fondos de Venture & Capital Private Equity, Fondos de Capital Privado,  Bancos de Inversión y otras  entidades de financiación internacional. Entre ellos destacan por su capacidad los Inversionistas Institucionales, cuya composición es bastante amplia ya que involucran a bancos, sociedades financieras, compañías de seguros, entidades de reaseguro, fondos de inversión y otras corporaciones cuya participación en los mercados sea realmente significativa.

Otro agente principal en el análisis de las alternativas disponibles en instrumentos de riesgo soberano y deuda pública, y sus diversas contingencias,  son las Agencias de Calificación de Riesgos.

Las Agencias especializadas en clasificar los diferentes tipos de inversión son empresas que se encargan de elaborar análisis de riesgo crediticio para la toma de decisiones. Se supone que en esos estudios predominan los criterios técnicos y de probabilidad estadística, referidos a una serie de parámetros orientados a la determinación, con las especificidades del caso, del cumplimiento de las obligaciones contraídas  por parte del Estado emisor.

Sobresalen, entre las Agencias de Calificación de Riesgos más importantes, Standard & Poor's Corporation (1906), Fitch Group (1913) y Moody's Investor Service Inc. (1909) [4]. Su función principal consiste en establecer la consistencia del emisor en el pago de anteriores colocaciones, las proyecciones que pueden permitir la formulación de pronósticos fiables en su comportamiento económico, y  las contingencias que eventualmente le tocará enfrentar a ese ente emisor en los mercados financieros. El nivel más alto de esa calificación es la muy conocida AAA, la cual representa una evaluación muy positiva acerca de la seguridad de las inversiones. Es bien sabido que acreditados inversores como los Fondos de Pensiones solo apuestan por ese rating AAA, aunque mal puede reconocérsele absoluta objetividad en los criterios de las Agencias de Calificación de Riesgos pues, para mencionar un ejemplo relativamente reciente, las muy renombradas hipotecas sub-prime recibieron calificación AAA a  principios de la crisis financiera de 2008, y ya todos sabemos de las deplorables consecuencias que esas “hipotecas basura”[5] tuvieron en el derrumbe del sector bancario norteamericano.

El Raiting elaborado por las Agencias Calificadoras de Riesgo es una combinación de opiniones de equipos técnicos, juicios de valor, experiencia profesional en evaluación de mercados y una metodología desarrollada por la propia institución que emite la calificación.             

La tabla que presentamos a continuación es representativa de los Ratings que las Agencias de Calificación de Riesgo suelen asignar en sus recomendaciones.

                Calificaciones de Ratings a largo plazo

   Moddy’s
    S&P
    Fitch

Grado de Inversión
          Aaaa
       AAA
      AAA
La más alta calidad crediticia. Capacidad de pago alta aún en condiciones adversas.

          Aa
       AA
      AA
Muy alta calidad crediticia. Esta capacidad de pago no es significativamente vulnerable en condiciones adversas.

          A



        A



      A



Alta calidad crediticia. Fuerte capacidad actual de pago.
En el futuro puede ser algo más vulnerable que las
anteriores ante situaciones adversas.

        Baa

       BBB

       BBB

Buena calidad crediticia. Ante situaciones adversas no presenta alta protección. Es la categoría más baja de inversión.

Grado Especulativo
    
        Ba
  
       BB

       BB
Grado especulativo. En el futuro no está asegurada. Ante
situaciones adversas carece de protección.


         B
        B
        B
Altamente especulativa. Escasa garantía de pago. Ante
situaciones adversas fuerte vulnerabilidad.


     Caa
      Ca
      CCC
       Cc
      CCC
        CC
         C
Alta probabilidad de incumplimiento. Sólo con
condiciones muy favorables puede asegurarse la
continuidad de los cumplimientos. CC indica que algún
tipo de incumplimiento parece muy probable, C significa
incumplimiento inminente.



  
        SD
         D

        DDD
Default. La diferencia entre DDD, DD y D está en la
probabilidad de recuperación. SD: Default selectivo

Fuente: El papel de las agencias de calificación... (PDF Download Available). Available from: https://www.researchgate.net/publication/275334025_El_papel_de_las_agencias_de_calificacion_en_la_crisis_de_la_deuda [accessed May 21 2018].

Más allá de las inconsistencias del Rating, de los cambios en su valoración en razón de eventos coyunturales, o de convertirse, en ciertas circunstancias, en factores de desestabilización financiera, los Ratings de las Agencias de Calificación de Riesgo se recogen en estudios elaborados por empresas multinacionales norteamericanas[6] que emiten criterios fundamentales para asegurar el manejo de los intereses de inversionistas, mercados y gobiernos [7], y a veces ni siquiera ese objetivo se logra a cabalidad.

En su dinámica específica, los mercados primarios y secundarios tienen estrechos vínculos entre sí, como es el caso cuando las tasas de interés de uno se trasladan al otro, o, con respecto a los precios convenidos en las subastas que adelanta un Estado emisor determinado.

Conviene asimismo precisar que en las colocaciones de deuda soberana también se ve involucrado, por vía indirecta, el sistema bancario del país emisor. Ello se materializa más que todo en las transacciones que se llevan a cabo entre los mismos bancos para financiarse entre sí. Allí se fijan tasas de interés que se corresponden con los niveles de las primas de riesgo que el país tiene que cancelar en los mercados. Si el sistema bancario interno enfrenta dificultades para captar fondos, elevará los intereses a los créditos, lo cual redundará en dinero cada vez más caro para el financiamiento de las empresas y el consumo de las familias, trasladándose así a la dinámica económica nacional las primas de riesgo dispuestas en los mercados financieros.

Puede igualmente impactar a la economía emisora un menor crecimiento del PIB o su eventual decrecimiento, pues los efectos fiscales de un crecimiento económico problematizado  alimentarán los desajustes del sector público, y afectarán la capacidad de pago del Estado emisor, colocando en entredicho no solamente su disponibilidad de fondos sino la solvencia necesaria para alcanzar la prosperidad y el bienestar.

En términos de las puntuaciones sobre el comportamiento de las primas de riesgo en 2018[8], tomando siempre como referencia a Alemania, las evaluaciones actualizadas destacan en las posiciones de avanzada a países como India (727 puntos), México (724 puntos), Grecia (386 puntos), Estados Unidos (252 puntos), Australia (232 puntos) y Nueva Zelandia (230 puntos).

Como puede observarse, lejos estamos de las vicisitudes que caracterizaron la crisis de la deuda soberana europea (2010-2016) y la crisis financiera en general. Salvo Grecia, que sigue teniendo niveles muy altos de prima de riesgo en razón de su todavía elevado endeudamiento – a raíz de la asistencia crediticia del Banco Central Europeo; así como en lo que tiene que ver con sus propias decisiones de política económica-, y de las dificultades que se derivan de su limitado crecimiento económico, numerosas naciones de la Unión Europea han ido disminuyendo significativamente sus parámetros de riesgo país, y restituyendo así a niveles más que razonables su calificación crediticia internacional. España (93 puntos) ya dejó atrás los 600 y tantos puntos de 2012 con los que las calificadoras de riesgo castigaron sus desarreglos fiscales, bancarios, y de manejo macroeconómico; Italia (180 puntos) pareciera que se encamina hacia la estabilidad, y, Portugal (142 puntos) ya encontró la ruta hacia la expansión económica sostenible y competitiva.

Estados Unidos, con 252 puntos de prima de riesgo es la economía más endeudada del mundo, y su calificación frente a Alemania refleja esa especificidad propia del aparato productivo más poderoso del planeta. Es la cuarta prima de riesgo más elevada en la actualidad.

México es otro país muy sancionado en su manejo financiero de la deuda, con 724 puntos muy cercanos a los de India, ubicándose, según el Ranking en consideración, como los dos países con mayores dificultades en la colocación de deuda en los mercados financieros.

Si tomamos como referencia el índice EMBI (2015), creado por JP MORGAN, en América Latina el Riesgo País más elevado correspondió a Venezuela (2.883 puntos), seguido por Ecuador (1.270 puntos), El Salvador (635 puntos) y Brasil (542 puntos). Desde entonces, los escenarios económicos de la región han experimentado, en general, mejoras sustanciales. Se ha retomado la vía del crecimiento económico, exceptuando a Venezuela, la inflación luce bajo control, salvo la hiperinflación venezolana de los últimos años, y los precios de los commodities mejoran cada vez más en los mercados internacionales. Quedan tres interrogantes sobre los que no nos detendremos en este trabajo, pero que, a no dudarlo, tendrán importantes repercusiones en la contextualidad regional : el default parcial de Venezuela, las dudas sobre la permanencia de México en el TCLAN y los muy recientes requerimientos de asistencia crediticia de parte de Argentina ante Fondo Monetario Internacional. Nubarrones en el panorama latinoamericano que eclipsan la macroeconomía generalizada y exultante del 2018.


[1] Fernandez, P. “La prima de riesgo del mercado según 100 libros”. IESE Bussines School. https://www.iese.edu/research/pdfs/di-0823.pdf  Consultada el 09/05/2018.
[2] “Los mercados primarios, también llamados mercados de emisión de activos financieros, son lugares físicos o virtuales-electrónicos donde se efectúa la venta al público de activos o instrumentos financieros que han sido recién emitidos y que se ofrecen a los inversores por primera vez. Se puede deducir que los activos financieros que se intercambian son de nueva creación y, por esta razón, cada título puede ser negociado una sola vez en el momento de su emisión. Las siguientes negociaciones que ocurran después de la emisión se realizarán en el mercado secundario, donde se negocian títulos ya emitidos y en circulación. El mercado primario tiene razón de ser porque existen unos demandantes de financiación, lo emisores de los títulos, que requieren capital y que pueden tratar de obtenerlo a través de la emisión de valores. Estos valores podrán ser de capital (renta variable) o de deuda (renta fija)” Ropero Moriones, Eva. http://www.expansion.com/diccionario-economico/mercados-primarios Consultado el 15/05/2018
[3] La deuda soberana  es la deuda que mantiene un país frente a sus acreedores. Es deuda contraída por el Estado con el fin de atender sus requerimientos financieros internos . Para ello lleva a cabo emisiones de títulos de renta fija en los mercados financieros. Al respecto  está disponible una amplia bibliografía, entre las que pueden resaltarse: Cosentino, A. “Crisis y reestructuración de la deuda soberana”. Ediciones Eudeba. Buenos Aires.2017. Calvo Vérgez, E.”La crisis de la deuda soberana en la Eurozona (2010-2015)”. Editorial Dykinson.Madrid.2017. Ocaña Pérez de Tudela, C.” La crisis de la deuda soberana”. Ediciones Funcas. Madrid. 2012.

[4] Veáse:  Pérez E. “Gobernanza y supervisión de ciertos “controladores” del riesgo de inversión. El caso de la Agencias de Calificación de Riesgos”. Ediciones Ecorfan. 2012. Igualmente el texto de Hernández Muñoz, L. “ Los riesgos y su cobertura en el comercio internacional”. FC Editorial. 2003.
[5] Veáse: Torres Lopez, J. “La crisis de las hipotecas basura”. Ediciones Sequitur. Madrid.2010.

[6] Hoy día no resulta sencillo determinar el origen y la nacionalidad de una empresa internacional, en razón de que sus accionistas tienden a evolucionar en cuanto al control corporativo se refiere. FITCH RATINGS, subsidiaria de FITCH GROUP, es desde 1997 propiedad mayoritaria de FIMALAC, una Sociedad Holding francesa, aunque desde el año 2000 adquirió adquirió Duff & Phelps Credit Rating Co. (abril) y Thomson Financial BankWatch (diciembre) ambas con sede en Chicago, según afirma Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Fitch_Group Consultada el 21/05/2018.
[7] Referimos al lector que quiera profundizar sobre este punto, al trabajo de Nuria Alonso y David Trillo, “ El papel de las Agencias de Calificación en las Crisis de la Deuda”, publicado en la Revista Relaciones Internacionales, núm. 21, octubre 2012, Madrid. https://www.researchgate.net/publication/275334025 Consultado el 19/05/2018.
[8] Tomado de https://www.datosmacro.com/prima-riesgo Consultada el 22/05/2018.