lunes, 22 de julio de 2024

Roles para la Venezuela potencia

 Roles para la Venezuela potencia




Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la producción de crudo venezolano registró 922.000 barriles para junio. Este hecho tiene gran relevancia para el análisis, dado el peso de esta actividad para la economía y la sociedad venezolana.

Recuperar la actividad petrolera constituye una tarea impostergable para consolidar la estabilidad macroeconómica, al tiempo que actúa como actividad dinamizadora del resto de la economía y garantía de sostenibilidad del crecimiento previsto para este año.

Ante la contracción estimada del producto interno bruto entre 2013-2021 del -75% recuperar todas esas capacidades destruidas exige décadas manteniendo una tasa de crecimiento anual igual o superior a 6%. No es poca cosa lo que ha hecho a nuestra economía la dinámica desestabilizadora promovida por los sectores internos y externos que adversan la gestión gubernamental del presidente Maduro con la guinda del pastel: las medidas coercitivas unilaterales (MCU)

De modo que nos enfrentamos a un reto que exige método y planificación, pero a la vez flexibilidad para asegurar adaptabilidad en el desarrollo de una economía sobre la cual pesan más de 927 MCU. Aquí la clave de la política económica: la política de consenso que se ha venido instrumentando, con énfasis en la escucha activa a todos los sectores, en el privado.

Un sector que ha cambiado notablemente, el mismo que hasta hace cinco años planteaba como principal demanda los dólares Cadivi, hoy día se enfoca en producir para exportar y con ello obtener ingresos en divisas para producir más.

Enhorabuena la aprobación de la Ley de Fomento a las Exportaciones no Petroleras, la derogación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras son resultados concretos del diálogo con los actores públicos y privados, evaluando en tiempo real el desempeño de las diversas actividades económicas.

Toda adversidad viene cargada de oportunidades. La respuesta al bloqueo de esta sociedad venezolana ha sido permanecer en el país y adaptarse a la nueva etapa de la economía, enfocada en producir para satisfacer la demanda interna y exportar parte de su producción. Una actividad que no es autónoma ante la necesidad de recuperar la actividad petrolera pero ya no la parasita, por el contrario, ejerce un rol activo y protagónico —el rol necesario— para la construcción de la Venezuela potencia.

Edmundo

 

Edmundo

Para González Urrutia, la política se hace entre adversarios que tienen posiciones diferentes y no con el aniquilamiento de quienes están del otro lado de la acera, tiene una visión política basada en el orden y con sentido de la responsabilidad


JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

18/07/2024 05:00 am

 





historia algunas veces presenta hechos por el azar, imponderables que son difíciles de manejar y pronosticar, intervienen fuerzas y eventos que hacen una figura o un hecho indetenible, hoy la historia de Venezuela, se juega entre un proyecto marxista-leninistas, desfasado, que ha traído en retraso todos los órdenes de la vida institucional, la modernización del país se detuvo en políticas públicas prehistóricas, la cooptación del estado y la unión estado y partido político sin falta de pudor es impresionante. Hoy en medio de una campaña asimétrica, no competitiva y libre, donde todos tiene igualdad de oportunidades, de acceso a los medios de comunicación social, es el signo, ante ello, surge la figura de un venezolano que, como él lo afirmado producto de la educación pública, con una familia honorable y una dilatada experiencia internacional al servicio del estado venezolano, en el mundo de la diplomacia, que lo acopiado de una experiencia política y diplomática. Se nos presenta como una real esperanza de cambio, el Embajador Edmundo González Urrutia, ante lo que hemos vivido estos últimos 25 años, el intento de instaurar un régimen totalitario en Venezuela, pero de esos azares que como afirmé antes, que tiene la historia hoy hay una ruta y un camino de cambio real, para mejora de todos y de manera inclusiva.

      Conozco a Urrutia, desde el año 1989, cuando González él, ejercía como ministro consejero en la Embajada del Reino Unido. En aquella época yo estaba en el proyecto de la revista Política Internacional y se le solicitó una colaboración académica y un análisis sobre la década del gobierno conservador en Gran Bretaña y escribió un artículo denso, bien argumentado para consulta de ayer y hoy permanente, para los interesados en las relaciones internacionales.

        Por otra parte, cuando el embajador fue trasladado al servicio interno, como Director de Secretaria de Gabinete de la oficina del canciller Reinaldo Figueredo, en que le todo coordinar el trabajo del gabinete del ministro; nos conocimos personalmente y entablamos una amistad y relación de trabajo desde ese momento. Incluso, se incorporó al proyecto de la revista, como parte de la junta directiva.

        Defino a González Urrutia, como un individuo ponderado y tranquilo, que sabe trabajar en equipo y sacar el potencial de cada funcionario que tuvo a su cargo. Trabajé con él en la cancillería, en dos momentos de mi carrera diplomática. En efecto, por una parte, el coordinó la parte protocolar y diplomática, de una cantidad innumerable de visitas presidenciales, entre los años 1994-96, como para citra dos casos, la visita de Su Santidad Juan Pablo II en enero de 1996, y la visita del presidente del Brasil Fernando Henrique Cardoso, a Caracas en julio de 1995, entre otras entre las cuales cabe resaltar. En ese orden de ideas, la parte protocolar y diplomática, la coordino y manejó, impecablemente con el equipo de la Dirección de Ceremonial, que era una dirección de línea de la Dirección General Sectorial de Protocolo. Impecable, en este caso, es la ubicación del cuerpo diplomático, saber qué funcionarios debían estar en cada área organizacional del protocolo, saco lo mejor de sí de cada uno de los funcionarios que trabajamos esos años, en un trabajo de equipo. Debo contar una anécdota gracias a él y al Canciller de entones el Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, en la visita, de su Santidad Juan Pablo II, pudimos saludar y conocer al sumo pontífice, y además, que nos bendijera a cada uno de los funcionarios de protocolo que estuvimos en el saludo a las altas autoridades del país y al cuerpo diplomático acreditado ante el gobierno nacional, y además, que nos obsequiara un rosario que hoy conservo con gran respeto y afecto. Supo colocar a cada funcionario en la mejor función, porque sabe trabajar en conjunto, sabe gerenciar, virtud importante para cualquier gobernante y el ejercicio de gobierno.


        Le correspondió, con Figueredo, como canciller, organizar una reunión de países consumidores y exportadores de petróleo, que calificó de exitosa. Igualmente, colaboró con un excelente trabajo para el proyecto de Reforma de la Política Exterior a inicios de los noventa de la COPRE e INVESP, con un estudio y ponencia sobre el perfil del funcionario diplomático venezolano hacia el siglo XXI, dedicado a la política exterior para el proyecto de reforma del Estado en aquellos años, que coordino el Dr. Carlos Romero, del cual, modestamente fui asistente de investigación.

 

Como superior inmediato, no fue un superior de dirección autoritaria. Nunca alzó la voz a un funcionario, aunque pudo ser muy firme y concreto si alguna cosa no salía bien. A lo largo de su carrera tuvo que compartir funciones con funcionarios de diferentes caracteres y visiones, y supo armonizar en un espíritu de cuerpo, de trabajo en grupo, por ello se desempeñó con eficiencia. Con igual talante se desempeñó, posteriormente en la Dirección Sectorial de Política Internacional, el tercer cargo en la jerarquía del ministerio en aquel entonces donde igualmente, con eficiencia y gran espíritu de cuerpo, donde laboró hasta que fue designado por el Presidente Rafael Caldera Embajador en la República de la Argentina y fue posteriormente ratificado por el Presidente Chávez en 1999, fue entonces un funcionario de estado y no una ficha de partido.



En el servicio exterior estuvo en Bélgica, Estados Unidos, Reino Unido, El Salvador, Argelia. En Argentina fue embajador de los presidentes Rafael Caldera y Hugo Chávez. Ingresó a la Cancillería en 1971, cuando era canciller el eximio venezolano Arístides Calvani, y sirvió al Estado venezolano en diferentes gobiernos de diferentes tonalidades, pero con el norte de una política exterior de estado y con las visiones de cada jefe de estado y la cancillería como ejecutante de la misma.

Al jubilarse de la Cancillería, el hoy candidato, colaboró con el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro. Manejó la parte del trabajo internacional de la Mesa de la Unidad Democrática y coordinó el libro Brasil cercano y lejano, donde me invitó a colaborar con un trabajo sobre la política exterior del Brasil Dictó además, clases en la Universidad Metropolitana y escribió la brillante biografía de Caracciolo Parra Pérez, uno de los cancilleres más excelsos de la Venezuela siglo XX.

          El suyo es un talante negociador, que busca el consenso, la conciliación y la negociación, lo que va a ser muy importante en los tiempos que se avecinan. No necesitamos el talante que hemos tenido en los 25 años de la exclusión, de ver al adversario como un enemigo a que hay que destruir y aplastar de manera inmisericorde. Para González Urrutia, la política se hace entre adversarios que tienen posiciones diferentes y no con el aniquilamiento de quienes están del otro lado de la acera, tiene una visión política basada en el orden y con sentido de la responsabilidad y de las proporciones. Como conocedor en fin, de la política exterior, le corresponderá una política pública, en esta materia de paz, concordia y de estado que busque reinsertar en un mundo globalizado, buscando nuevas oportunidades de inversión, tecnología y hacia sus aliados naturales de tipo histórico y no de carro chocón de estos años.



         Finalmente, González Urrutia, representa hacia el porvenir esa dosis de armonizador y negociador, importante para los tiempos por venir. Venezuela, está a las puertas del cambio y la esperanza.



jesusmazzei@gmail.com

 

jueves, 18 de julio de 2024

LEY DE EXPORTACIONES NO PETROLERAS

 

LEY DE EXPORTACIONES NO PETROLERAS

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ



Con un siglo de explotación petrolera no parece nada sorprendente hablar de la necesidad de impulsar las
exportaciones no petroleras, más aun con todo lo que ha sido el ir y venir del mundo en estos menesteres[1]. Sin embargo, siempre será provechoso para un país ponerse al día con los instrumentos, necesidades y discusiones atinentes a la necesidad de exportar algo distinto a aquel bien que produce el sabroso y disfrutado rentismo (producido por un bien no producido como señaló A Baptista) por parte de administradores variados en el tiempo de ese siglo.

Además de ese primer reconocimiento, podría uno –en segundo lugar- buscar o conseguir algún tipo de sesgo que invalidase o disminuyese una propuesta de ley o ley ya aprobada. Esta ley, la observamos bastante neutra en tal sentido. En tercer lugar, en nuestra rápida observación de la misma, parece recoger experiencias y propuestas de alrededor de 50 años desde difundido  el famoso Informe Merhaw, sobre exportaciones no tradicionales (que como indico D.F. Maza Zavala en articulo remoto, debía abarcar todo lo que no era petróleo).

No incorpora la Ley, sin embargo, algún tipo de instrumentos como la consideración de la admisión temporal para perfeccionamiento activo y no activo que ha sido muy usada en zonas o países de Asia y que son la base del desarrollo de reexportaciones. Igualmente y aunque quienes la proponen y tramitaron puedes tener consideraciones al respecto, no se consideran los sistemas de almacenamiento y sobre todo enfriamiento, que son fundamentales para el desarrollo de exportaciones. Igualmente los sistemas de puertos y facilidades de embarque y desembarque que no surgen, por lo demás, de la noche a la mañana.

La ley considera la producción de estadísticas e información tocante a las exportaciones no petroleras, pero de lo visto en la economía mundial esto debe convertirse y articularse a rápidos sistemas de producción y manejo de información para consumidores, productores y exportadores.

La formación de recursos humanos calificados es elemento relevante, pero pensar en procesos de formación para todos los participantes en los procesos de desarrollo de exportaciones podría ser o muy ambicioso  o no operativo, según fuesen los casos.

En fin, si algo está claro en estos menesteres es que leyes y organismos pueden ser tan importantes como adecuadas políticas y equilibrios en precios relativos, dinámica cambiaria y tasas de interés, que puedan estar equilibradas a su vez en adecuados desempeños macroeconómicos y de equilibrios y voluntades sociales que hagan de las exportaciones una tarea nacional.

18 de julio 2024 @eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

 

 

 



[1] Eduardo Ortiz Ramírez. Las exportaciones no tradicionales, el crecimiento y el contexto macroeconómico. https://www.academia.edu/resource/work/34943889

Economías emergentes: Eclipse de una hegemonía

 Economías emergentes: Eclipse de una hegemonía


Bajo la óptica del pensamiento dominante se ha dado un peso sobredimensionado a la economía de los Estados Unidos en términos del escenario mundial. Hoy, su economía representa un 25% del Producto Interno Bruto Mundial y su moneda aglutina buena parte de las transacciones mundiales.

A pesar del crecimiento promedio del 6% del Producto Interno Bruto desde 1960 hasta el 2024 que registra dicha economía, una revisión de las últimas décadas refleja un claro proceso de desaceleración en el crecimiento que se acentúa significativamente con la crisis financiera de Wall Street a finales del 2007 y principios del 2008. 

Según el Banco Mundial, el saldo en cuenta corriente que registra los EEUU registra valores negativos durante los últimos 40 años, convirtiéndose en un problema estructural inherente al modelo de acumulación capitalista imperante en esa economía, donde de forma progresiva y sostenida los bienes manufacturados que satisfacen la demanda del mercado interno provienen del resto del mundo afectando la producción nacional.

En la década de los 90 -con el auge y desarrollo del dogma neoliberal- inicia un conjunto de transformaciones en la economía mundial donde se dejan atrás muchos procesos productivos manufacturados que se realizaban en los EEUU, bajo la lógica de máxima ganancia trasladándoles a otras latitudes, la gran mayoría en el sudeste asiático.

El clásico símbolo de calidad y prestigio “made in USA” de un producto manufacturado (carro, camisa, zapatos, teléfonos, entre otros) ha quedado definitivamente en el pasado ante la incapacidad de adaptarse bajo las reglas de juego que se imponen en la globalización.

El escenario mundial de postguerra que le permitió a los EEUU erigirse como epicentro global del actual Orden Mundial está cambiando aceleradamente. De tal forma que, es necesario dejar de glorificar el desempeño económico de los EEUU analizando objetivamente las variables que determinan los rasgos de agotamiento y dieron paso al ocaso de su hegemonía.

Dos grandes fuerzas mueven esta economía: 1) el capital financiero, agotado como fuente de crecimiento a raíz de la crisis financiera del 2007. 2) El negocio de la guerra. Vientos de desesperanza acechan el tablero de la geopolítica mundial de la que sin duda echa mano EEUU sin escrúpulo alguno para postergar el ocaso de su hegemonía. No hay salida, el mundo cambió, en el horizonte se erigen destellos que le eclipsan: las economías emergentes.

Globalización nueva era: Un análisis

 

Globalización nueva era: Un análisis

El impacto más inmediato de la globalización en el sentido común, es que estamos en un nuevo proceso histórico central y cambio de época caracterizado por profundas transformaciones estructurales.


JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

11/07/2024 05:00 am




El tema de la globalización es recurrente y apasionante, recientemente tres acontecimientos me permiten compartir con los amigos lectores algunas ideas ya vertidas en este diario sobre este tema. Un escenario para el debate de ideas, si estamos en esa circunstancia o en una nueva fase del proceso de globalización, esto viene como consecuencia de los que ha significado la pandemia del COVID-19, que ha sido una crisis sanitaria de dimensiones globales y por la otra, un hecho político-militar, la invasión rusa a territorio ucraniano, la Guerra de Israel contra el grupo terrorista de Hamás, que supone un cambio en las reglas en el orden geopolítico mundial y graves repercusiones en el mundo militar y de carácter estratégico y no menos importante la decisión de FED de los Estados Unidos de mantener las tasas de interés, tendrán un impacto significativo en la economía mundial: incremento del pago servicio de la deuda, reflujo de dólares a la economía norteamericana y una desaceleración de la economía estadounidense en el corto plazo y sus efectos en las elecciones de midtearm en noviembre, entre otros efectos a mediano y largo plazo .

Estamos en mi modesta opinión; en lo que Carlota Pérez definió un intervalo de reacomodo desde todas las dimensiones posibles desde lo económico, lo financiero, lo comercial, lo social lo político, en fin; en un momento de cambios que definirán las próximas oleadas de la globalización en las décadas por venir. El nuevo ciclo que aquí se abre da lugar a un debate en curso sobre la crisis de la globalización, el desarrollo de una post-globalización (es decir una globalización que sigue en desarrollo, pero con nuevas características que hacen a una nueva fase posterior), o una desglobalización, de una post-globalización con rasgos diferentes, de una globalización alternativa a la asociada al orden internacional liberal con la emergencia de nuevos focos de dinamismo económico en diversas regiones, de globalizaciones alternativas (la irrupción de líderes populistas antiglobalizadores, una derecha pos-liberal).

En ese sentido, cobra siempre actualidad para ubicarnos en el concepto de globalización, la definición que nos ofreció en forma lucida hace unos veinticinco años el politólogo Luciano Tomassini que goza de una sólida perspectiva, y estimo, es una de las que tiene mayor consenso en la comunidad académica y enmarca un carácter dinámico de la tendencia y proceso; el cual lo refirió como: “… un proceso de difusión de ideas, valores, formas de producción y de comercio, procesos y productos, diseños organizativos y formas de conducta, a través de las fronteras nacionales. Un proceso, por lo tanto, que está conduciendo a una creciente articulación e interdependencia de todas las sociedades…”. Añadiría, aún más, por las interconexiones e interrelaciones que produce la globalización.

Además de lo anterior, el paso a una sociedad globalizada, como la del presente, tiene una diferencia sustancial con anteriores procesos globalizadores, el cual ha evolucionado dentro del sistema capitalista industrial y el componente actual diría fundamental, que caracteriza este sistema globalizado, es el conocimiento intensivo. También está su complejidad y multidimensionalidad, por la pluralidad de relaciones que se dan entre sus componentes, por la pluralidad cuantitativa de sus diversos componentes, esto es sus diversas dimensiones y las relaciones que se dan entre lo interno y externo de las relaciones entre los estados, actores individuales, corporaciones etc.

Aún más, la pandemia, ha puesto en la palestra la dimensión de salubridad y la fragilidad que tiene la condición humana desde el punto de vista de lo sanitario y el poder de contención al contagio masivo del virus originario desde China y en otro orden de ideas, desde el punto de vista militar, las consecuencias del apoyo logístico, de equipamiento y de soporte de inteligencia que tiene el ejército ucraniano, por parte de occidente tiene como consecuencia en la no conclusión del conflicto militar, que junto con la propia naturaleza de qué guerra están haciendo, los ucranianos está reconduciendo globalmente el hacer la guerra en el futuro y su impacto en los estudios militares y estratégicos del futuro.

En tal sentido, el ritmo de crecimiento de sus PIB, el valor de los productos simbólicos, la producción localizada en diferentes áreas, con una integración horizontal de las diferentes organizaciones multinacionales y complejos estatales y no estatales y empresariales, plantean un sistema internacional con diferencias sustanciales y se entrelaza con proceso anteriores que son diferentes son ellos: la internalización y la transnacionalización y una probable deslocalización de industrias y cadenas de suministro y de valor. Hay tres tendencias en lo político, en el aumento de la comercialización de los servicios punta de lanza de un nuevo capitalismo y la reconfiguración de las cadenas de valor.


En ese sentido, el impacto más inmediato de la globalización en el sentido común, es que estamos en un nuevo proceso histórico central y cambio de época caracterizado por profundas transformaciones estructurales, en los presupuestos, criterios, y certezas básicas, en los paradigmas a partir de las cuales organizamos nuestra existencia individual y colectiva para actuar en el mundo, visualizando la construcción de nuestra subjetividad individual y colectiva en un proceso de interacción e interrelación compleja con los sistemas sociales y naturales que conforman el planeta, es un proceso multidimensional.

Por tal razón, consideramos a la globalización, efectivamente un proceso multidimensional caracterizado a mi entender por seis vertientes principales interrelacionadas: La militar, económica con sus dos subdivisiones: la financiera y la comercial, la comunicacional/cultural, la científica,/tecnológica, la ecológica/ambiental, la sanitaria y por última, la política que por ser la última no es la menos importante, es sí la determinante de las relaciones internacionales actuales y el rol de los estados en la estructura internacional y de los diversos actores políticos que la componen internamente y su relación dialéctica con su pares en otros lados de esa estructura nacional y subnacional (la sociedad civil y la política).

Para algunos estudiosos de la globalización, ella surge en el siglo XV, por lo cual no es nuevo, hoy en la era contemporánea ha cambiado la distribución del poder, las reglas de su funcionamiento, el carácter de frecuencia, complejidad y dimensión de las interacciones, y por último, la capacidad relativa de orientar los procesos, ejemplo de ello, el rol de los diversos actores transnacionales que muchas veces poseen mayor capacidad que algunos Estados, en orientar en su beneficio las acciones estratégicas emprendidas. Para los estudiosos ha habido cinco procesos globalizadores.

De hecho, algunos autores hablan del paso de una sociedad globalizada segmentada a una sociedad global integradora y más equitativa, que está por verse. Se ha abierto pues, el debate de hacia dónde vamos, por esta doble crisis: la pandemia y la guerra de Rusia-Ucrania y la situación en el Medio Oriente. La interrogante, está la globalización en un ocaso, creo que no.

La globalización postpandemia adquiere un carácter más duro, con mayor importancia de la dimensión económica y particularmente de la militar y un retroceso de la dimensión blanda. En el último año crece notablemente la presencia de Rusia, China y la India, y cae la de Estados Unidos (EEUU) y la de los principales países europeos. El valor agregado de presencia global de los países del denominado sur global ha crecido en los últimos años, mientras que el de los países del norte se ha estancado o incluso descendido. Pero la brecha entre ambas agrupaciones es todavía considerable y similar a la existente a mediados de los años 90, como lo afirman los analistas expertos en globalización, Alejandro Álvarez Tobón y Manuel García santos del Instítuto Real Elcano, y reafirman,” Esta recuperación se produce por el fuerte crecimiento de la dimensión militar, muy condicionado por el despliegue de tropas rusas en Ucrania y la tendencia de remilitarización de países asiáticos. En el contexto inflacionario de la energía y bienes primarios crece también la dimensión económica y sólo muy tímidamente la dimensión blanda. Hay que tener en cuenta que, con los datos considerados para esta edición, no se registra todavía la recuperación del turismo internacional, limitando notablemente el crecimiento de la dimensión blanda. Aun con ello, entre 2022 y 2023 todos los países incrementan el número de turistas recibidos, a excepción de China, Ucrania y Camerún, aunque todavía mantienen niveles inferiores al estallido de la pandemia…”. Hoy la Globalización se ha tornado más dura y la dimensión predominante es la militar

Finalmente, de acuerdo al estudio de Presencia Global del año 2023, Venezuela, ocupa el puesto 75, con un porcentaje del 16,8%, muy inferior al logrado en los años 90, variables gracias a la fortaleza de su industria petrolera e inversiones en el exterior desde el punto de vista financiero y comercial que la ubicaba entre las primeras 5 economías latinoamericanas y otras como cultura ciencia, turismo, migración. Estamos en un momento de reacomodo, veremos cómo inciden al mediano y largo plazo estas tendencias de la Presencia Global, por cierto, para los que hablan del Declive de los Estados Unidos, ocupa un primer lugar, muy lejos de China y entre las primeras 20 países, la mayoría son economías capitalistas desarrolladas, muy lejos de las visiones apocalípticas de los marxistas desubicados histórica y analíticamente.

jesusmazzei@gmail.com

 

miércoles, 10 de julio de 2024

BOLIVIA, ESPEJO Y REFLEJO DESDE 2024.

BOLIVIA, ESPEJO Y REFLEJO DESDE 2024.

Eduardo Ortiz Ramírez

 


Hace un poco más de 30 años, Bolivia, como otros acasos de países se ponía de ejemplo de casos a seguir según se veía en los resultados de ejecutorias de políticas. Claro, por esos lados andaba un asesor estadounidense de estos que, no por su nacionalidad, recomendaba las mismas políticas para distintos países. Pero sucede que los éxitos o fracasos y trayectorias de las economías de la región, no son asuntos de dos días ni de modas o voluntarismos.

Se puede así observar que, en balances variados que se hacen sobre tal economía, surgen y se mantienen problemas y secuencias que tienen su tiempo y su dinámica para que sean resueltas. Es así como en tales balances, se vuelven a encontrar viejos problemas con viejas o adicionales preocupaciones. Se encuentra así, el agudo tema y problema de la Calidad de Vida (bastante baja en Bolivia[1]), al cual Amartya Sen le ha brindado detenidos análisis, lo cual termina reflejándose en distintos indicadores del desarrollo (viejos o nuevos); la diversificación de las exportaciones  con sus repercusiones en la generación de divisas; o el caso de los déficits fiscales y sus articulaciones con el endeudamiento; en fin, todos aquellos elementos que hacen pensar y volver a pensar sobre el modelo económico seguido. Pensemos además que esto sobrepasó los gobiernos de Evo Morales de casi tres lustros, muy cercano por lo demás a la Administración Bolivariana en Venezuela, con sus resultados bastante conocidos.

Así las cosas, hoy día se la adicionan, como fenómenos multivariados, la escasez de dólares y el financiamiento de los combustibles y el hecho de que esto último termina beneficiando a los sectores más acomodados en la distribución del ingreso. Más aun, las políticas recomendadas terminan siendo bastante conocidas desde mucho antes del  Consenso de Washington, durante la moda de este o más recientemente en distintas propuestas: diversificar la economía,  mejorar los equilibrios fiscales o lo señalado desde hace 70 o 80 años en cuanto a atraer inversión extranjera. Ni que decir de fijación del tipo de cambio, flotación sucia o cualquier otro elemento relacionado. Se estima por ejemplo que Bolivia solo tiene hoy día 139 millones de $ como componente en efectivo de sus reservas internacionales[2]. Por lo demás, continúan existiendo las necesidades asociadas a la Reforma del Estado y a la elaboración de políticas de Estado o perdurables  y a mejores equilibrios en Gobernanza y Gobernabilidad.

Datos variados sobre Bolivia permiten contrastar su realidad con cualesquiera entusiasmo, como los que dan los presidentes de variados países. Economía nro. 95 por volumen de PIB, con una deuda pública para 2022 de 33.642 millones de Euros, representando el 80,01 % de  este último, lo cual siempre es un peso y compromiso considerable. Teniendo para 2023, 3.536 Euros como producto per cápita y ocupando el puesto129 de 196 países  cuando se ranquea el PIB per cápita.[3]

Es realmente impresionante el conjunto de resultados y panorama, después de haber pasado la nación Boliviana por 13 años de gobierno del Presidente Evo Morales  con todas las esperanzas que se fijaron en tal gobierno, sobre los pobres y la pobreza, así como sobre los pobladores de origen indígena. Pero más aún, cuando ello se relaciona con el llamado surgimiento o figuración de distintos gobiernos de izquierda en la región, con la figura, para algunos fulgurante de varios de ellos, y centelleante y con ingentes recursos la Administración Bolivariana en Venezuela que, por lo menos en una década contó con abundantes recursos, pero con resultados bastante conocidos como se indicó. Repitiéndose en varios de ellos la necesidad del crecimiento y el desarrollo.

Por último y no menos importante que otros asuntos, Bolivia ha decidido Adherirse a Mercosur con un plazo de 4 años para medidas de adaptación. Como en el caso de Venezuela, actualmente en condición de suspendida, hubo mucho entusiasmo el reciente finalizado fin de semana y se elevaron así las mejores esperanzas sobre el acto mismo. Los Presidentes cuando se reúnen son muy entusiastas y hablan en los mejores términos. Evidentemente no puede ser de otra manera y ello volvió a ser así con la ausencia del particular Presidente argentino Milei, a pesar o quizás por eso, de ser Argentina uno de los dos países fundamentales del acuerdo. El Presidente Milei estuvo reunido en Brasil con grupos de ultraderecha.

Arrastra, de tiempo atrás, numerosos problemas el acuerdo de Mercosur. Basta revisar las posiciones de Paraguay y Uruguay, los dos miembros más pequeños del Mercosur, o la problemática económica, cambiaria y sectorial entre Argentina y Brasil, los dos miembros más fuertes y que impulsaron el Acuerdo de 1991 teniendo de base el PICE, que venía desde 1989. ¿Que podrá conseguir Bolivia en Mercosur con su estructura sectorial y su dinámica política?: se verá. ¿Que consiguió Venezuela desde y con su incorporación?: se ha visto afectada por su propia dinámica indudablemente. ¿Quiénes son los elementos fuertes para que se pudiese formalizar el arreglo con la Unión Europea?: eso se sabe. ¿Es cierto que esto puede representar para todos un gran avance, para atraer y negociar con la gigante y particular nación China en sus relaciones internacionales?[4]: está por verse.  

Es curioso que habiendo tenido tantos problemas al interior de sus participantes, para llegar a estadios avanzados de integración, en cuanto a arancel externo común, coordinar políticas macroeconómicas, exigencias particulares de las economías más débiles y habiendo llegado solo aun estadio de “Unión Aduanera imperfecta”, las reseñas de la reunión en Paraguay de días recientes, presenten una especie de programación para Bolivia en cuanto a su incorporación al Acuerdo, como que este fuera un modelo a seguir en los cumplimientos de los requerimientos para ser miembro del mismo, tipo exigencias para la Europa de 1992. Se sabe, además de los elementos que se relacionan con un contexto bien resumido por el Canciller Uruguayo Paganini, en cuanto a que la agenda externa en materia comercial es “numerosa” pero “limitada en cuanto a resultados”[5].

En fin, son dinámicas que están por verse, pero lo que si debe resaltarse es la aguda problemática económica y social que presenta Bolivia, al igual que otras naciones de la región, incluida Venezuela.

 

10 de julio de 2024

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com.



[1] Bolivia junto a Perú tienen la más alta participación de adultos mayores en el total de la fuerza laboral; 56,5 y 48,5%, respectivamente. Ver Mariaelena Álvarez, Calidad de Vida del personal administrativo jubilado de  la UCV, Trabajo de Grado presentado para optar al título de MSc en Seguridad Social UCV 2024; y https://www.bloomberglinea.com/2024/03/12/por-que-no-es-tan-buena-noticia-que-uno-de-cada-tres-mayores-de-65-anos-aun-trabaje-en-america-latina/

lunes, 8 de julio de 2024

La corrupción intrínseca al socialismo chavo-madurista. Inexorable el cambio.

 La corrupción intrínseca al socialismo chavo-madurista. Inexorable el cambio

 

Humberto García Larralde, economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

 





La modernización de Venezuela a lo largo del siglo XX se debe en buena parte al influjo de enormes rentas por la venta de nuestro petróleo en los mercados internacionales. Su aprovechamiento ocurrió durante décadas, felizmente, bajo un liderazgo político democrático comprometido con la dotación de servicios a la población y la inversión en la infraestructura que los sustentan, en un marco de libertades y garantías a los derechos individuales que redituaron en la mejora de su bienestar.

 

Desde luego, su gestión no fue impecable ni estuvo exenta de errores. De haber sido así, no habríamos caído tan fácilmente bajo el hechizo de un populista que pregonase la redención de un Pueblo (con mayúscula) que, según él, había sido despreciado en este proceso. Particularmente vulnerable a esa prédica fue la creciente discrecionalidad con que los gobiernos gastaban esas rentas, sobre todo en los años de bonanza. Si bien privó un Estado de derecho que obligaba al control presupuestario por parte del Congreso y medios de comunicación perspicaces aireaban abiertamente los asuntos de gobierno, se fue asentando un manejo paternalista y clientelar de los recursos petroleros. Contribuyó con la creencia de que las mejoras continuas en el bienestar de los venezolanos eran un derecho, por lo que toda insuficiencia o falla reflejaría la indolencia, falta de voluntad y/o corruptelas del gobierno de turno.

 

Esa sensación de “pueblo traicionado” en un país rico se exacerbó cuando la renta dejó de crecer y Venezuela entró en una década de estancamiento, controles y regulaciones, la “década perdida” de los ’80. “¡Las élites se estaban quedando con mi parte!”, sería una forma algo caricaturesca, pero no tan alejada de la realidad, de lo que, probablemente, pensarían muchos venezolanos. Y, de hecho, los controles ampliaron las oportunidades para la corrupción y los favoritismos. Se resquebrajaron las bases del contrato social asociado a la “Siembra del Petróleo”. Las reformas de CAP II se estrellaron, como se recordará, contra los intereses creados en torno a tal arreglo, ya inviable. Pero lejos de apoyar un cambio de modelo, basado en la apertura, la competitividad y el desmantelamiento de los controles, muchos prefirieron buscar culpables. Sabemos a lo que condujo. El recuento permite resaltar la impronta moralista del imaginario con que Hugo Chávez pudo ganar las elecciones en 1998. Las cúpulas podridas no sólo habían privado al Pueblo de su legítimo derecho a disfrutar del bienestar que prometía la riqueza petrolera, sino que, con su corrupción, habían traicionado también los sueños de Bolívar. 

 

La respuesta “revolucionaria” fue una ofensiva, alimentada con una simbología épica de batallas, para ir desmantelando las instituciones que impedían al Pueblo el acceso directo al usufructo de la riqueza que le pertenecía. Se pasó por encima o se neutralizaron las normas y procedimientos de la democracia representativa que intermediaban en la forma en que esa renta debía ser aprovechada. Ahora sería Chávez, “hijo del Libertador”, quien se encargaría directamente de hacerle llegar al Pueblo oprimido lo que era suyo. Se instaló una economía de reparto a través de una variada gama de misiones, que también comprendía todas aquellas operaciones que afianzaban el control sobre la economía, clave para viabilizar tal programa. Quienes se oponían a estas conquistas populares eran enemigos del Pueblo por lo que era legítimo reprimirlos y/o negarles sus derechos.

 

No tiene porqué dudarse de la sinceridad de esta propuesta. No olvidemos que, entre quienes militaron en la gesta chavista en sus comienzos, había un contingente de la vieja izquierda irredenta, de formación marxista, para la cual el Estado burgués era instrumento de la explotación capitalista. Por lo demás, Chávez prometía hacer realidad las promesas que la “partidocracia corrupta” no había cumplido. No hay duda de que, en sus comienzos, muchos creyeron en esta bandera.

 

Lo cierto es que, una vez suplantadas las normas de la institucionalidad democrática y acorraladas las fuerzas de mercado por la intervención estatal, los asuntos económicos pasaron a depender de los criterios personales del máximo representante de los intereses del Pueblo: el comandante en jefe. La destrucción de contrapoderes, de salvaguardas institucionales y de la prensa crítica, inexorablemente plasmó la máxima de Lord Acton: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

 

El Chávez resabiado por las artimañas que rápidamente aprendió para ampliar su poder, aprovechó las oportunidades de corrupción que abría el uso discrecional de recursos, sin controles, para forjar alianzas con factores de poder. “Siempre que profeses lealtad hacia mí y me apoyes, voltearé a otro lado”. Nicolás Maduro, desprovisto del carisma de su “padre putativo” y de su auctoritas entre los “revolucionarios”, hizo de este tipo de arreglos la piedra angular para la configuración particular de su poder, sobre todo con los integrantes de la cúpula militar, del poder judicial y con sus aliados internacionales.

 

Ahora bien, la corrupción deliberada de magistrados, generales y demás enchufados no contradijo los cánones de moralidad que inspiraba a la “revolución”. Porque la corrupción fue integral; no se plasmó solo en los asuntos económicos. Subvirtió o corroyó igualmente los criterios con que se evalúa la justeza de actos y procederes “revolucionarios”, edificando una falsa realidad que absuelve todos los desmanes cometidos a favor de “la Causa”. “¡Dentro de la Revolución, todo, fuera de la Revolución, nada!”, como sentenció Fidel Castro. Milovan Djilas, quien ocupó la vicepresidencia en Yugoslavia al triunfar la revolución conducida por el mariscal Tito, describe luego, desencantado, como el enriquecimiento y los privilegios de una “Nueva Clase” encontraba justificación alegando su protagonismo en las conquistas revolucionarias que se habían logrado en beneficio del Pueblo. Es la perversión total que describió Orwell, que pone los valores y los conceptos de cabeza en aras del control totalitario. En Venezuela, las irregularidades que forjaron la actual aristocracia militar – civil son absueltas y reivindicadas en el marco de la lucha contra la “agresión imperialista y la defensa de la soberanía nacional”. Se llama fascismo.

 

En un video reciente, aparece Nicolás Maduro con un reloj Hublot, valorado (supuestamente) en USD 43 mil. Recordemos la cena de lujo que disfrutó hace años en el restaurante del famoso chef, Salt Bae, en Turquía, mientras la hiperinflación en Venezuela arreciaba, condenando a millones a niveles de hambre nunca antes vistos. ¿Cargos de conciencia, propósitos de enmienda? ¿Acaso los hubo cuando se hizo filmar bailando mientras sus esbirros mataban manifestantes en la calle? Los determinantes morales de la conducta, lo que es “correcto” e “incorrecto”, se definen con relación a su funcionalidad para con el poder “revolucionario”. También los criterios de verdad. Tarek el Aissami no cometió delito alguno hasta que se descubrió que la fortuna que birló al fisco formaba parte de un plan para reemplazar a Maduro. Porque en ese pulso, resultó que el poder “revolucionario” lo representaba él, no Tarek.

 

La devastación y la ruina de las bases de sustento de los venezolanos no ha sido ninguna casualidad. El socialismo chavo-madurista, lejos de la visión productivista que pregonó Carlos Marx, ha hecho de la expoliación de la economía su leitmotiv. Ahora, como candidato a la reelección, Maduro ofrece solucionar los graves problemas que él mismo acentuó. Empeña su palabra (¡!) a potenciales inversionistas en el sector petrolero. Pero su discurso emite un tañido hueco, a pesar de controlar todos los medios formales. Las penurias y miserias de los venezolanos terminaron con la ruptura de la burbuja ideológica del “socialismo del siglo XXI” para todos menos el grupito de fanáticos que siguen engatusados en la prédica “revolucionaria” del fascismo chavo-madurista. Su misión (única) es conservar el poder, no mejorar el bienestar de los venezolanos. La corrupción es consustancial a ello, porque pervierte los valores, la ética en la conducción de los asuntos de Estado, la moralidad pública, la consideración por los derechos humanos. ¿Cómo restaurar libertades, sus garantías, el Estado de derecho, de bienestar social, una prosperidad creciente, en una situación de anomia como la que impera en el régimen chavo-madurista?

 

Para terminar con la corrupción integral que lo imposibilita, el cambio democrático es imperativo.