Prof.
Dr. Carlos E. Daly Gimón
1. Un país bien ubicado en las listas.
Hoy
en día resulta más o menos complicado determinar cuales países deben
considerarse desarrollados desde el punto de vista económico y cuales no. Los registros abundan y son
dispares. Las categorías, comparaciones, disponibilidad de recursos naturales o
de trabajadores calificados también.
La
OCDE, el Foro Económico Mundial, Unctad, Banco Mundial, Naciones Unidas, Fondo
Monetario Internacional, CEPAL, Universidades y Centros de Investigación de
Economía Internacional, junto a publicaciones de inferior categoría y
consistencia científica (Revistas, Diarios, Páginas Webs), vuelcan sobre el
mundo moderno Rankings, Clasificaciones, Listados y Registros que aspiran a
rendir cuentan de tan difícil tarea.
No
obstante, es posible resaltarlo, en todas, o, no exageremos, en casi todas
aparece Singapur entre las naciones más cotizadas, de mejores resultados
cualitativos y cuantitativos en el siglo XXI. A veces en posición estelar, en
ocasiones se le detecta en planos intermedios pero, en cualquier caso, es el
país más destacado de Asia Oriental y el que dejó desde hace ya décadas de figurar
en los extensos catálogos de los países no desarrollados.
Ciertamente,
los países no desarrollados se distinguen porque no solamente son la amplísima
mayoría de las 196 (aproximadamente) naciones que configuran el mundo actual
sino porque son muy pocos, demasiado pocos, los que han logrado abandonar en
época reciente su presencia en ese amplio universo de sociedades en demora.
Superar el no desarrollo es cuestión de estrategia, tenacidad, visión,
probablemente de liderazgo, y, con toda seguridad, de la determinación de todo
un pueblo a respecto a un propósito colectivo. Habrá que agregar a ello las
relaciones del entorno internacional, las que van más allá del afán ideológico,
de la circunstancia coyuntural. Y, a lo mejor, falta algún requerimiento por
ahí de los tantos que cada día los expertos suman al acervo histórico de la
teoría del desarrollo, o del no desarrollo.
Pero,
más allá de la figuración conveniente, parcial, que pueda asignársele a la hora
de fijar jerarquías, Singapur es hoy en día una nación de bienestar y
prosperidad en el concierto de las naciones avanzadas del sistema económico
global. Eso está fuera de toda discusión.
2.
Acerca de los alcances económicos de la
ciudad-estado.
Para apreciar los alcances
de este caso, conviene detenerse en determinadas magnitudes económicas que nos permitirán comprender la dinámica de
su particular desenvolvimiento.
Ciertas
referencias de Singapur dicen mucho y, desde luego, no dicen nada. 707 Km2 de
territorio incluyendo 63 islas, 5.604.000 millones de habitantes y un
crecimiento económico de 2,01% para 2015 son, en realidad, variables que
esconden una contextualidad más bien
compleja y específica. Veamos.
El
comportamiento económico de los diez años anteriores difiere bastante de ese
modesto 2,01% que acabamos de mencionar. Las cifras de la UNCTAD son
bastante elocuentes: el PIB a precios corrientes de Singapur en 2005 alcanzó un
monto de 127.418 millones de $, el PIB per cápita de ese mismo año se elevó a
28.343 $, y la variación porcentual del producto de 2005 representó un 7,49%,
lo cual revela de por sí un significativo logro en materia de política
económica.
En
2010, esa magnitud se elevó a 236.420 millones de $, el PIB por habitante aumentó hasta la cantidad de
46.549 $, y en términos porcentuales, la
economía creció en 15.24%, más del doble del producto del quinquenio anterior.
Cuatro
años después, en 2014, el PIB a precios corrientes se elevó a 307.420 millones de $, el PIB per
cápita representó 55.910 $, aunque el crecimiento del PIB con respecto al 2013
solo alcanzó 2.92%. La economía viene decayendo en los últimos dos años si nos
atenemos a la variación porcentual, aunque los 287.919 millones de $ del PIB de
2015 permiten deducir que con una tasa inflacionaria muy baja, el crecimiento
económico de Singapur sigue siendo muy consistente, pues la cifra del PIB a
precios corrientes del 2015 está bastante por encima del PIB de 2010, y el PIB
por habitante ese mismo año es de 51.380 $, muy cerca de lo determinado para el
año 2014.
Ese
comportamiento del producto interior bruto de Singapur tiene como sustento un
conjunto de características muy particulares.
Ante
todo, es una economía muy competitiva, con una capacidad exportadora creciente.
La exportación de bienes representó 229.649 millones de $ en 2005, y diez años
después esa cifra alcanzó los 350.506 millones de $. El año anterior (2014),
esas mismas exportaciones significaron 409.787 millones de $.
La
importación de bienes pasó de 200.047 millones de $ en 2005 a 296.745 millones
de $ en 2015. Lo cual arroja un saldo comercial superavitario de 29.605
millones de $ en 2005, y 53.761 millones de $ en 2015.
En esa
capacidad exportadora del país asiático se verifica un destacado predominio de la manufactura, la
cual representa, de acuerdo a la Unctad, 81% de bienes exportados, principalmente
hacia China, Hong Kong, Malasia, Indonesia y Estados Unidos, en ese mismo orden
de preferencia .
También
resaltan las cifras sobre exportación de servicios, renglón en el que Singapur
sobresale en lo que va del siglo XXI. En 2005, exportó 46.426 millones de $,
100.832 millones de $ en 2010 y 139.611 millones de $ en 2015. En la última década, la economía de Singapur
ha mostrado un empuje relevante en
cuanto a las ventas en el mercado internacional de Transporte, Turismos y otros
servicios se refiere.
También
nos interesa destacar la importancia que para el comportamiento económico de
Singapur tiene la economía de la información (TIC).
Este sector ocupa un rol predominante en sus logros, en el desenvolvimiento de
su aparato productivo, en su posicionamiento internacional .
Para formarse un criterio apropiado, en el marco de sus principales
indicadores, los bienes TIC representaron el 45.46% de sus exportaciones
totales en 2005, y aunque recientemente han experimentado un descenso respecto
a ese año, en 2010 fueron el 34,33% de todas sus ventas al exterior, y 29.95%
en 2014, de acuerdo a los datos disponibles.
3. Las
inversiones extranjeras como factor decisivo del sostenido crecimiento de
Singapur.
El
tratamiento a la inversión extranjera directa (IED) representa una variable
decisiva para el sustento del sistema económico de Singapur, y su inserción en
la economía internacional.
En
términos directos se sostiene que en ese país en muy fácil hacer negocios, y
ese parece ser la enunciación más explícita para vincularse activamente con los
capitales foráneos y sumarlos a sus propias estrategias de crecimiento y
desarrollo. Para el Banco Mundial, los países de mejores condiciones para el
“business” son : Nueva Zelandia, Singapur, Dinamarca, Hong Kong, República de
Corea, Noruega, Reino Unido, Estados Unidos, Suecia, Macedonia, Taiwán y
Estonia .
Por
su parte, los datos de IED de UNCTAD revelan que en 2005 ingresaron a la
economía de Singapur 18.090.300 millones de $, y salieron hacia la economía
global 12.552.510 millones de $, lo cual arroja un saldo positivo muy relevante
a favor del país asiático. Cinco años después, el monto de IED se elevó a
55.075.800 millones de $ y los egresos de IED representaron 35.407.150 millones
de $, lo cual reafirma la tendencia ya presente en la década anterior. En 2014,
la magnitud de ingresos de IED
continuaron aumentando hasta alcanzar 68.495.560 millones de $, y las salidas
de IED se ubicaron en 39.131.290 millones de $, afianzando así un innegable resultado a favor de la economía de
Singapur en términos de empresarios extranjeros incorporados a los procesos productivos
locales. En 2015 se observa un cierto descenso en el ingreso de la IED hasta
alcanzar los 65.262.400 millones de $, y también se reducen los egresos los
cuales llegan a sumar los 35.485.040 millones de $. Aún cuando estos últimos
resultados reflejan una caída con respecto a los datos de 2014, es evidente que los montos de IED siguen siendo
muy elevados si lo comparamos con los de la década pasada, y, además, resulta muy
revelador el número de empresas foráneas que acuden a invertir a Singapur con
respecto a aquellas que se desplazan hacia el exterior.
Más
allá de las cantidades referidas, entre los factores explicativos que han
contribuido de manera decisiva a impulsar y fortalecer los flujos de inversión
extranjera hacia Singapur, resaltan, su ubicación estratégica en las rutas
marítimas y acceso a importantes mercados, la calidad de sus infraestructuras,
los atractivos fiscales promovidos por las políticas gubernamentales, las
acciones públicas reiteradas y sostenidas para combatir y castigar la
corrupción, el pragmatismo y la planificación a largo plazo, la estabilidad
política y la apertura hacia los mercados internacionales .
Esto
hace que desde el contexto regional, los
atractivos de la Ciudad-Estado
para el ingreso y permanencia de las firmas extranjeras sean tan determinantes,
así como su condición de centro financiero y comercial del sudeste asiático.
Hay,
desde luego, aspectos que corregir en el trato a las empresas extranjeras, como
es el caso de la prioridad que se otorga por parte de la Administración en
determinados sectores a las empresas con propiedad pública parcial, el hecho de
que la moneda local, el dólar de Singapur, no esté internacionalizado, que no
haya protección arancelaria para las empresas industriales, o inclusive, el
monopolio del sector público en determinadas actividades (servicios financieros
y profesionales, medios de comunicación, telecomunicaciones) del sistema
económico. No obstante, las inversiones internacionales son, a no dudar, un
agente histórico y mancomunado con el sólido crecimiento de la economía de
Singapur.
4. La
perspectiva socio-demográfica.
La
alta densidad poblacional de Singapur de 7.740 h/km2, es
demostrativa de la concentración de sus habitantes en áreas espaciales bastante
delimitadas, lo cual se traduce en una fuerte aglomeración de pobladores en su
centro urbano por excelencia; la capital de la ciudad-estado. Sin embargo, su
tasa de crecimiento demográfico actual se ubica alrededor de 1.3%, lo que puede
considerarse como moderada y a su vez muy en sintonía con los inconfundibles
caracteres demográficos de la región. La esperanza de vida del país asiático es
alta, 82,6 años, siendo posible clasificarla entre mejores resultados del mundo
occidental en esta materia.
En
el plano social, las informaciones resultan muy interesantes. El desempleo
ronda el 2.0%, lo que es realmente impactante con respecto a la gran mayoría de
los países no desarrollados, e, inclusive para los economías más desarrolladas.
Para no citar sino algunas naciones occidentales, en 2016, España registró un
desempleo de 19,2%, Francia 9,5% e Italia 11,9%. Por su parte, Estados Unidos
tuvo como resultado en materia de desempleo un 4.6% en ese mismo año, y el
desempleo en Japón rozó el 3,4%, todos muy por encima de la tasa de paro de
Singapur. Como puede fácilmente deducirse, los datos estadísticos de Singapur
en materia de empleo/desempleo tienen aún más significación cuando observamos
que la economía globalizada, en lo que va del siglo XXI, tiene una tarea
pendiente en materia de generación de empleo decente; para adherir al criterio que la OIT insiste en
recalcar .
Junto
a esas valoraciones, la educación juega un papel decisivo entre las variables
que le dan mayor sustentabilidad al modelo de Singapur.
El
Informe PISA 2015, para citar un ejemplo de amplia divulgación en el mundo
entero, aplicado a estudiantes de secundaria de 73 países con prioridad en el
área de ciencias y empleo de
ordenadores, arrojó como resultado que Singapur es el país mejor clasificado en
Ciencias, Habilidad Lectora y Matemáticas a nivel internacional, superando
inclusive a naciones tradicionalmente más avanzadas en ciencia y tecnología.
Pero eso no es nuevo, porque ya en 2013 Singapur ocupaba el segundo lugar en
esa misma prueba, detrás de Shangai.
Estos
y otros parámetros llevaron a Moreno León, a afirmar en un artículo publicado
en la página Web de Americaeconomía, que ello corresponde “a los requerimientos
de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, evidenciada en la promoción
de empresas manufactureras intensivas en tecnología, como la electrónica,
mecánica, química y biomédica, para lo cual el gobierno ha impulsado un sistema
educativo de excelencia que le ha valido reconocimiento mundial por su
orientación a desarrollar, desde la escuela primaria, aptitudes, carácter y
valores en los estudiantes para motivarlos a la investigación, la creatividad y
el emprendimiento”.
5. Dificultades
en el contexto global y otros pormenores.
El patrón que sigue Singapur tiene sus
contingencias, además de ciertos dilemas que están presentes en su propio acontecer.
Es
bien sabido que la ciudad-estado apenas consiguió su independencia definitiva
en 1965, pero que además, su evolución histórica ha estado plagada de una
estrategia sustentada en un solo partido político, el People’s Action Party,
que va para los 52 años en el poder. Casi o ninguna alternabilidad democrática
da la impresión de que su modo de gobernar se construyó, y sigue funcionando,
sobre la base de un monopartidismo caracterizado por una acción personalista y
anclada en la visión del líder carismático y omnipresente en todos los ámbitos del
desempeño nacional de ese país. Lee Kuan
Yew gobernó el país desde 1959 hasta 1990, y aún cuando se alejó, relativamente,
de las más altas posiciones del gobierno en los años siguientes ,
nadie duda de que a pesar de sus logros determinantes como conductor y
estratega del éxito de Singapur, se caracterizó por diseñar y aplicar un estilo
absoluto y personalista, muy alejado de los regímenes democráticos
contemporáneos que se sustentan en una sólida institucionalidad, junto a las más
amplias libertades civiles de sus ciudadanos.
En
la perspectiva de sus lazos con el mercado mundial, Singapur se ha ligado de
manera directa, estrecha, inmediata, con el contexto económico globalizado.
Digámoslo así: depende del sistema global. Más aún, los altibajos y
circunstancias que afectan los flujos de bienes, servicios y capitales internacionales también impactan su sistema productivo. En ello
reside su vulnerabilidad.
Por
lo tanto, el comportamiento de sus
variables económicas no está sujeto únicamente a las directrices nacionales, a
las decisiones del sector público interno, a las estrategias empresariales
locales, sino, también, a la demanda agregada mundial, al crecimiento global, al
liderazgo internacional, a los hechos y eventos que sacuden el contexto de
países socios o afines, enfin, a las crisis cíclicas y sobrevenidas que cada
cierto tiempo sacuden los intercambios de bienes y servicios con el país
asiático.
Otro
elemento que es llamativo en el contexto de los factores adversos a Singapur es la particular
composición de la mano de obra, y, consecuentemente, la participación de
inmigrantes en su proceso productivo, es decir, la importación de trabajadores
extranjeros.
De
acuerdo a informaciones de 2015, en
Singapur viven 2.543.638 inmigrantes, lo que supone un 45,96% de la población
total del país. Distribuida por sexo, la inmigración femenina es bastante
superior a la de hombres inmigrantes pues las mujeres representan el 55.85%(1.420.652)
del total y el componente masculino alcanza el 44.14%(1.122.986); para un total
de 2.543.638 inmigrantes.
Es
manifiesta la subordinación de la economía de Singapur de la mano de obra
importada, con las respectivas implicaciones con respecto a la calificación,
productividad, adaptación cultural y de otra naturaleza, para asegurar la
continuidad y expansión de sus planes a mediano y largo plazo.
Por
último, a pesar de que los dirigentes de Singapur han comprendido desde hace ya
tiempo la importancia de vincularse con su entorno internacional, no podemos
afirmar que se haya comprometido con procesos integracionistas diversos y
focalizados. Es miembro fundador de la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático (ASEAN); pertenece al Foro Asia Pacífico de Cooperación Económica
(APEC), y en materia de Acuerdos Regionales se pueden referir el ASEM (Acuerdos
de la Reunión Asia Europa), los Tratados Bilaterales de Libre Comercio y los
Tratados Bilaterales de Inversión ya mencionados.
Pareciera
pues que el multilateralismo que tanto se asocia con el necesario
impulso a la economía desregulada y fluida requerida por la
globalización, tiene poca resonancia por los lados de la ciudad-estado, más
allá de su apoyo e interrelación con el
sistema multilateral de comercio encabezado por la Organización Mundial del
Comercio (OMC).
6. Los
vientos que soplan por Singapur (a título de conclusión).
Históricamente,
Singapur significa la Ciudad del León en sánscrito,
y con el imponente desarrollo industrial, tecnológico, comercial y financiero
que presenta, es la Ciudad-Laboratorio que deslumbra a oriente y occidente.
Pero, además, por su progreso urbanístico de ritmo vertiginoso e inconfundible
originalidad, se convertirá en los próximos años en una Ciudad-Jardín, capaz de
juntar en un solo escenario el equilibro medioambiental con la autosuficiencia
alimentaria de sus habitantes.
En
noviembre de 2014, Lee Hsien Loong,
actual primer ministro de Singapur presentó al país su SmartNation, un modelo
de ciudad hiperconectada y portadora de bienestar para sus ciudadanos. También,
vanguardia del desarrollo tecnológico urbano, necesario para su concepción de
innovación intensiva y eficiencia que hoy asoma en cada rincón de esa nación, pudiéramos
llamarla una economía intensiva en innovación.
Y,
ciertamente, la economía globalizada no tiene espacio para los países que
desdeñan el desarrollo tecnológico, o, inclusive, para aquellos que sabiendo de
su carácter primordial poco hacen por montarse en el empuje de las startups, de
la calificación de los jóvenes en materia de ciencia y tecnología, de las
políticas públicas eficientes, de impacto directo y práctico sobre los niveles
de prosperidad de todos sus pobladores. Porque de eso es de lo que se trata. No
de disponer de instrumentos a la moda o de fácil consumo. Es que el desarrollo
económico del siglo XXI es necesariamente desarrollo de la ciencia y la
tecnología en todos sus vertientes, en todas sus circunstancias.
Y
por allí nos tropezamos con el papel del Estado.
De
ello depende el éxito de un proyecto de nación.
Y
cerramos con las expresiones atrevidas del intelectual que es M. Vargas Llosa,
cuando dice con terminante convicción:
“….Probablemente
por primera vez en la historia, en nuestra época, la prosperidad o la pobreza
de un país no están determinadas por la geografía, ni la fuerza, sino dependen
exclusivamente de las políticas que sigan los Gobiernos. Mientras tantos países
del mundo subdesarrollado, enajenados por el populismo, elegían lo peor, esta
pequeña islita del Asia optó por la opción contraria y hoy en ella nadie se
muere de hambre, ni está en el paro forzoso, ni se ve impedido de recibir ayuda
médica si la necesita, casi todos son dueños de la casa donde viven y, no
importa a cuánto asciendan los ingresos de su familia, cualquiera que se
esfuerce puede recibir una formación profesional y técnica del más alto nivel.
Vale la pena que los países pobres y atrasados tengan en cuenta esta lección”.
La actividad de
reexportación de Singapur desempeña un papel relevante en su comercio
internacional, representando más del 46% del total de las exportaciones. Este importante volumen de productos reexportados
se explica en parte debido a su localización estratégica, y, también, a sus
extraordinarias instalaciones portuarias. El puerto de Singapur dispone de 6
zonas de libre comercio, es el segundo a nivel mundial en el tráfico de
contenedores y es el centro con más trasbordos a nivel mundial (Veáse ttps://es.portal.santandertrade.com/gestionar-embarques/singapur/exportacion-de-productos),
consultado el 12/01/2017.
A su vez, el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), define a las TIC como el universo
de dos conjuntos, representados por las tradicionales Tecnologías de la
Comunicación (TC) - constituidas principalmente por la radio, la televisión y
la telefonía convencional - y por las Tecnologías
de la Información (TI)
caracterizadas por la digitalización de las tecnologías de registros de
contenidos (informática, de las comunicaciones, telemática y de las
interfases). Veáse: www.UNDP.org.es. Consultado el 10/17/2017.