jueves, 8 de febrero de 2018

EL ESCENARIO 2018 Y EL FRACASO DE LAS NEGOCIACIONES EN VENEZUELA


EDUARDO ORTIZ RAMIREZ

A Venezuela le quedó, como resultado del año 2017[1], en primer lugar, la desembocadura –dada la intensidad que asumió la problemática económica, social y política- de un proceso de más de diecinueve años -llamado revolución bolivariana- con muy pocos logros que blandir. Que no alteró el rentismo sino que lo fortaleció. Que no ejecutó ningún modelo alterno de desarrollo, a pesar de los señalamientos y criticas al modelo desarrollado en los cuarenta años previos a 1999. Que no logró con su propagandeadas misiones disminuir la pobreza, sino aumentarla (como se palpa en lo inmediato, en las principales ciudades del país y en el campo), destruyendo, desatendiendo y abandonando las instituciones y los servicios atinentes a las áreas de salud, seguridad, educación, transporte[2] y justicia.  En segundo lugar, la alteración de los procedimientos, hábitos, costumbres y esperanzas democráticas, que fueron las que precisamente llevaron y permitieron el ascenso al poder de los que habían liderado los golpes de estado de 1992[3], acompañados de la derrotada, fracasada y frustrada izquierda de las décadas y lustros previos a este último año, que había luchado contra la democracia desde 1958 y sus alcances en cuanto al desarrollo.  En tales sentidos, las conversaciones y avances hacia negociaciones, iniciadas en noviembre de 2017, con reuniones formales el 1 y 2 de diciembre; así como la del 15 de diciembre; y la del 11, 12 y 13 de enero de 2018[4] (y las preparatorias según los casos), saltaron numerosos asuntos atinentes a la vida en democracia y focalizaron, de manera fundamental, en la estructura y papel del CNE[5] en unas posibles elecciones presidenciales para 2018 (o en el ansiado y solicitado reconocimiento de su Asamblea Nacional Constituyente, de parte del oficialismo), a pesar de haberse recordado o señalado -del lado de la oposición- lo atinente al respeto a la constitución, la ayuda humanitaria y los presos políticos[6] (desapareciendo de tonos y momentos, el tema de los crímenes de lesa humanidad y los más de 130 muertos[7] de los meses de abril a julio de 2017)[8]. En tercer lugar, se encuentran los efectos de todo lo transitado en 2017 en el ámbito político, sobre un factor fundamental en el futuro de la nación: sus pobladores y sus votantes. Estos, además de las cargas atinentes al deterioro en las condiciones de vida, han acumulado los efectos de la alteración de procedimientos, trampas, marramuncias y probables fraudes, en lo que atañe a su resistencia, empuje y capacidad de lucha. Después de numerosas marchas, fallecidos, gases, alteraciones de viviendas, violaciones de hogares y de la privacidad, dadas las acciones gubernamentales, se encontraron al finalizar los meses de protesta, con una dirigencia opositora, caracterizada, por varios actores y analistas, con agendas ocultas, personalismos y actitudes oportunistas[9].

EL ESCENARIO 2018

Si el año 2017 tuvo sucesos, secuencias y detalles como los ya señalados y los heredados o transmitidos a 2018, este por tales razones y su dinámica de comienzo e intensidad inició con grandes cargas y perspectivas de complicaciones. La muerte/asesinato de Oscar Pérez, el poco o casi irrelevante avance en las negociaciones llevadas a cabo en República Dominicana y el aumento de sanciones internacionales (dadas las actuaciones de EE.UU. y UE en fechas del mes de enero) llevaron a revelar o estructurar acciones del lado gubernamental en cuanto a convocar a las elecciones presidenciales para realizarlas antes del 30 de abril del año 2018.

Las alarmas y las preocupaciones llevaron también al pronunciamiento del llamado Grupo de Lima (12 países liderados por Perú) -que se reunió el martes 23 de enero en Santiago de Chile-  sobre el llamado a elecciones por parte de la ANC[10]. En esta reunión del Grupo de Lima, México se retiró de las negociaciones en su papel de Garante, dado el poco avance de las mismas. Por su parte, todo el conjunto de países reunidos rechazaron la convocatoria de elecciones en Venezuela por la Asamblea Constituyente, controlada por el chavismo por considerar que la celebración de comicios antes de mayo impedía que estos fueran “transparentes y creíbles” y carecían de “legitimidad y credibilidad”[11]

Además de las acciones señaladas, la administración del presidente Maduro a través de las instituciones que controla, desautorizó la participación de la MUD y Voluntad Popular en los comicios presidenciales convocados e insistió en el proceso de validación de los distintos partidos políticos. Todas consideradas -por agentes opositores y analistas- trabas e impedimentos para facilitar más sus condiciones ventajosas en la elección indicada.

De cualquier manera, esto afectó la propia marcha lenta de las negociaciones en República Dominicana. Así, Voluntad Popular no asistió a la reunión del 29/30 de enero en Santo Domingo. El contexto internacional, por su parte, se vio más propenso a la crítica a la administración bolivariana, a partir de la expulsión del embajador español  por supuestas intromisiones según la administración bolivariana[12]. Esta medida fue seguida con la correspondiente del lado del gobierno español en relación al embajador venezolano.

De un salto y con el mayor optimismo y entusiasmo el jefe de la delegación del gobierno en el diálogo, Jorge Rodríguez, anunció el 5 de febrero que los representantes del Ejecutivo ya estaban  listos para concretar y firmar ese mismo día el acuerdo de paz y convivencia con la oposición; indicó además, en una rueda de prensa a medios internacionales que el 99,9% de los puntos ya habían sido acordados afirmando incluso que la oposición también estaba “casi lista para firmar”; “Con tinta en el tintero, con pluma lista y en las condiciones óptimas para firmar el acuerdo de paz y convivencia. Vamos a firmar hoy (5 de febrero) y vamos también a elecciones. ¿Quién dijo miedo? ¿Van a arrugar ahora?”, dijo Rodríguez directo y con alta emoción (www.quepsaenvenezuela.com 5 de febrero 2018). Contradiciendo estas afirmaciones y pasado un día adicional, el vocero por la oposición en la mesa del dialogo, Julio Borges, desmintió que todo estuviese listo para firmar un acuerdo el martes 6 de febrero. Negó que se hubiesen reunido la noche del 5 de febrero con los representantes del gobierno, y señaló “Puede haber mesa y bolígrafo pero falta que haya la verdad, que no es otra cosa que los derechos de Venezuela” (www.el-nacional.com 6 de febrero).

El 23 y el 31 de enero de 2018 se retiraron de las negociaciones el canciller mexicano y el chileno, respectivamente, de las llamadas negociaciones de República Dominicana, en razón del poco avance, vicios y/o particularidades observadas en las posiciones e intereses de la administración bolivariana y sus representantes, según los casos. Todo esto y los otros elementos señalados llevaron a los resultados plasmados el 7 de enero. Con las posiciones expresadas, el oficialismo estuvo definido por que ya todo estaba listo y había que firmar. Durante rueda de prensa Jorge Rodríguez firmó el documento y manifestó que ellos “cumplirán su palabra. Vamos a elecciones”, así como que “En el momento correspondiente enseñaremos el pre acuerdo del 31 de enero y cuáles fueron los acuerdos de hoy”  (www.epmundo.com, 7 de febrero 2018). Por su parte, julio Borges señaló en su cuenta de twitter “Informo al país que no hemos firmado, ni firmaremos, ningún acuerdo que no sea digno ni esté a la altura del pueblo venezolano”; “Los venezolanos de verdad no recibimos órdenes ni de Estados Unidos ni de Cuba. Les garantizo que hasta que no haya un acuerdo digno no firmaremos nada”; “Nunca vamos firmar nada que signifique menos derechos y que confisque los valores democráticos de la población venezolana” (ver www.epmundo.com 7 de enero de 2018; @JulioBorges 7 de febrero de 2018).

Preparado así todo el terreno por la administración bolivariana, el mismo 7 de febrero en la noche la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, convocó a las elecciones presidenciales para el 22 de abril del 2018. El mismo CNE, cuestionado y observado internacionalmente, convocó así a las elecciones adelantadas y llenas de todas las conveniencias e inhabilitaciones del interés de los actores oficialistas, que indicó/solicitó/convocó la ANC. Para ello, señaló Lucena, que en todo el proceso existían las garantías para una elección “transparente y confiable, para que los venezolanos expresen su voluntad”; así como que “a pesar de que no se firmó el acuerdo” de Dominicana,  “la paz es el camino” y la ruta “para que el pueblo de Venezuela decida su destino libremente”, algo que debe suceder “sin injerencias”.

Varias cosas podían decirse sobre estos resultados; un balance preliminar nos permite compartir la afirmación de Luis Vicente León para el momento en cuanto a que “Es un drama que una elección en Venezuela, lejos de resolver el problema, fortalecer la democracia y legitimar las instituciones vaya directo a generar exactamente lo contrario.” (@luisvicenteleon 7 de febrero de 2018).

No era fácil encontrar indicios de que la administración bolivariana fuese a acceder a cambiar ese CNE y convertir una elección nacional, en un episodio limpio y lleno de libertades y derechos ciudadanos. Por otra parte, lo que la administración había entendido como su camino de la paz, pasó a ser interpretado y visto por muchos interna e internacionalmente[13], como el súmmum de las triquiñuelas y el camino directo para la perpetuación del autoritarismo bolivariano, heredero de un pastiche donde lo más resaltado en sus tiempos más recientes es la vía al socialismo, la cual se  convirtió en la vía al fracaso, destrucción económica, descomposición nacional, sobrevivencia como única estrategia de vida ante la crisis humanitaria, el hambre y la escasez, junto a la desintegración que produce –crecientemente- la diáspora, y que todos ellos no son más que componentes naturales de una revolución petrolera que terminó en fracaso y corrupción, junto a un escenario hiperinflacionario que se alimenta con los propios errores y permanencia del populismo y políticas económicas erradas.

Las cartas están echadas y el oficialismo seguirá su marcha para “ganar” las elecciones presidenciales adelantadas en 2018.

@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com




[2] Servicios otrora exitosos como el Metro de Caracas hoy día se encuentran en franco deterioro, en base al desorden, la improvisación, la politización y la política populista de congelación de tarifas.
[3] Hugo Chávez, otros personajes del área militar y líderes, conductores y grupos de la izquierda tradicional.  
[4] A pesar del entusiasmo y optimismo expresado por varios –sobre todo oficialistas-, estos días de reunión no fueron fructíferos. A lo sumo, puede destacarse la afirmación de Jorge Roig, expresidente de Fedecamaras y Asesor del lado de la oposición, al señalar “Termina  larga y dura jornada sin acuerdo. La oposición no cedió en los derechos  de los venezolanos que son innegociables. Como debe ser!” (https://twitter.com/jorgeroig/status/952346955514032128?s=03). La ronda de conversaciones en Santo Domingo del 11 al 13 implicó la siguiente delegación por la oposiciónSimón Calzadilla, Vicente Díaz, Gustavo Velásquez, Manuel Rosales, Eudoro González, Luis Aquiles Moreno, Luis Florido, Enrique Márquez, Julio Borges; y por el gobierno: Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez, Elías Jaua, Roy Chaderton. La reunión del día 11 fue preparatoria para definir los puntos de discusión que serían abordados entre las partes, con la presencia de los acompañantes internacionales. De allí se pasó al día viernes, con retrasos del caso, sin lograrse acuerdos. En correspondencia con esto se incorporó también el día sábado para los diálogos y negociaciones sin tampoco lograrse acuerdos (www.impactocna.com 13 de enero de 2018). Se terminó definiendo volverse a reunir el 18 de enero ante el único resultado de afirmar que se lograron acuerdos parciales o el cobijo que en algunas circunstancias permite la frase "de que nada está acordado hasta que todo este acordado"  (www.eluniversal.com 14 de enero). Esta reunión del 18 de enero no se llevó a efecto, pues la oposición rechazó las afirmaciones del ministro de relaciones interiores Néstor Reverol, en el sentido de que para la captura y muerte de Oscar Pérez el 15 de enero, tal cual se señala más adelante, se había contado con información obtenida en estas negociaciones; también se protestó la ausencia de varios de los cancilleres de apoyo para las negociaciones y la lentitud que se le observaba al gobierno para llegar a acuerdos (puede verse www.800noticias.com 18 enero 2018).
[5] A pesar de poder plantearlo así, numerosas fisuras, sesgos, personalismos y descuidos existentes en la parte de la oposición que se inclinó a este dialogo, facilitan destacar el planteamiento de Antonio Ledezma (quien huyó del país), líder de la plataforma Soy Venezuela (sector de la oposición que rechaza el nuevo intento de diálogo con el gobierno iniciado en noviembre/diciembre 2017) y que comenzó formalmente el viernes 1-2 de diciembre en República Dominicana, señaló: “Una cosa es intentar una elección con todas las de la ley y otra intentar un fraude, lo que se quiere es intentar un nuevo fraude, porque si vamos a unas elecciones con el mismo aparato electoral con el que forjaron el fraude de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), eso no es una elección, es un asalto al poder”; “(Y lo hace el Gobierno) apoyándose en una elite militar que lo respalda porque están comprometidos con hechos de corrupción que ya no pueden ocultar, contra eso se va a rebelar el pueblo, estoy seguro de que el pueblo va a protestar contra cualquier intento de perpetuar el fraude”;  “Si se va (al diálogo) sin condiciones, sin términos… cuando hemos ido a dialogar, el Gobierno se lleva todos los trofeos y nosotros salimos trasquilados” (ver www.elpitazo.com 29 de noviembre 2017). Por su parte, María Corina Machado, dirigente de Vente Venezuela, desde inicios de noviembre, alertó sobre lo inviable de este dialogo, asunto que ratificó el 29 de noviembre en la reunión de dirigentes de la oposición con el político español Adolfo Suarez (ver www.anlitica.com 10 de noviembre 2017 y www.el-nacional.com 29 de noviembre 2017). En el campo internacional el Secretario general de OEA, Luis Almagro, expresó serias críticas o dudas al dialogo (“la política no es un juego florentino, no es mover piezas en el tablero de las élites”; lo calificó como “no inclusivo” pues “no dio las condiciones para que pueda sumarse”); igual lo hizo el canciller peruano, Ricardo Luna, miembro del grupo de Lima (“Yo no me siento en condiciones de recomendar nada a la oposición, pero si yo fuera venezolano, no iría al diálogo”). Debe señalarse que el día 30 de noviembre se formalizó que el canciller Paraguayo no asistiría a Republica Dominicana, lo cual implicaba que la oposición tuviese un canciller menos como garante (quedándole México y Chile), mientras del lado del gobierno de NM se habría añadido San Vicente y las Granadinas (sumándose a Nicaragua y Bolivia). Esto fue interpretado por algunos como un mal comienzo, pero al fin y al cabo se siguió con el encuentro programado (ver www.es.panampost.com 29 de noviembre 2017;  www.elunivrsal.com 30 de noviembre 2017).
[6] Al momento de acercarse las reuniones del 1y 2 de diciembre de 2017, el Foro Penal Venezolano, organización fundamental en la defensa de los presos políticos y denuncia de asesinatos y abusos en manifestaciones diversas y muy activa en las de 2017, hizo una serie de planteamientos sobre las propias negociaciones y las actitudes de la llamada oposición: “Rechazamos que, en lo que se refiere a la situación de los presos políticos, perseguidos y exiliados, no se conozcan aún los objetivos precisos, o las condiciones ni exigencias previas que han sido o serán planteadas”; en el mismo comunicado, presentado en el contexto de cercanía de esas conversaciones/negociaciones la organización puntualizó que se prefirió  “no asistir a las reuniones realizadas por una Comisión Especial de la Asamblea Nacional dirigida por el diputado Stalin González, en vista de que dicha claridad de propósitos y objetivos no existían ni existen actualmente”; y así también “Nuestra obligación es no legitimar ni otorgar potestades a ciegas que sirvan para realizar planteamientos no acordes con nuestros objetivos de libertad y justicia” y, en tal razón, aun no estando en contra de dialogar, toda negociación tiene que ser “honesta y sincera”. Posición y palabras categóricas, firmes y acordes con el respeto que para ciertos sectores o grupos sociales y políticos merece el conjunto de actividades de esta organización (puede verse www.es.panampost.com, Noviembre 27 2017).
[7] El 15 de enero de 2018, días posteriores y cercanos a las reuniones de negociación en República dominicana el 11, 12 y 13 del mismo mes, fue muerto Oscar Pérez, antiguo funcionario del CICPC, quien había pasado a la clandestinidad después de haberse pronunciado en contra de la administración bolivariana, luego de un vuelo en helicóptero por la ciudad de Caracas. Según sus propios mensajes por las redes sociales, estaba dispuesto a rendirse, pero afirmó lo querían asesinar (http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42696495 15 de enero 2018).
[8] Un resumen importante de todas las propuestas presentes hasta febrero de 2018 (la de los Cancilleres, la de Rodríguez Zapatero y la de la oposición en sus distintos momentos, puede verse en: Eugenio Martínez, ¿Qué propuestas discutieron el gobierno y la oposición en República Dominicana?, www.prodavinci.com 7 febrero 2018).
[9] De los episodios más bochornosos y asociados a algunas de esta actitudes, están las juramentaciones ante la ANC o las dudas o pronunciamientos sobre lo no problemático de hacerlo. “La ANC (…) es una realidad política, si queremos que en Venezuela haya un cambio, debemos asumir esa convocatoria de juramentación” (Manuel Rosales, www.elestimulo.com 17/11/17; ex gobernador del Zulia, excandidato presidencial y candidato a la gobernación del Zulia para elecciones diciembre 2017).
[10] Este llamado lo hizo la ANC el día 23 de enero de 2018 (www.el-nacional.com 24 de enero 2018).
[11]En tales sentidos expresaron en el comunicado: “Exigimos que las elecciones presidenciales sean convocadas con una adecuada anticipación, con la participación de todos los actores políticos venezolanos y con todas las garantías que corresponda, incluida la participación de observadores internacionales independientes. Unas elecciones que no cumplan estas condiciones carecerán de legitimidad y credibilidad” (http://americanuestra.com/los-principales-paises-de-america-latina-rechazan-las-elecciones-en-venezuela-antes-de-mayo/#). De la misma manera, y ya en el ámbito nacional, la Conferencia Episcopal Venezolana expresó su rechazo en un documento fechado 29 enero 2018; entre los ocho puntos de ese documento están los dos siguientes: “2.- En primer lugar, ratificamos lo dicho en la Exhortación Pastoral ´Dios consolará a su Pueblo´, del pasado 12 de enero 2018: ´La Asamblea Nacional Constituyente es inconstitucional e ilegítima en su origen y en su desempeño. En vez de limitarse a redactar una nueva Constitución pretende erigirse en un supra poder con funciones ejecutivas y judiciales´ (n.4). Demostración de esto es el mandato dado al CNE por parte de la ANC para que convoque elecciones presidenciales adelantadas, contraviniendo el marco legal vigente. 3.-En segundo lugar, estamos ante un hecho de extralimitación y desnaturalización de las funciones de la ANC. Tenemos una Constitución Nacional y unas leyes que estipulan claramente el procedimiento de las elecciones. Sencillamente, se desconocen y omiten estas disposiciones, para legislar según los intereses propios del poder” (ver www.800noticias.com  29 de enero 2018).
[12] Esta acción recibió respuesta de la UE en el sentido de que: “La UE condena firmemente la decisión de las autoridades venezolanas de declarar al embajador español persona non grata. Expresamos plena solidaridad con España y llamamos a revertir la decisión, ya que va contra la necesidad de mantener abiertos los canales diplomáticos” (Comisión Europea -CE-, Catherine Ray). Venezuela declaró el jueves 25 de enero de 2018 persona no grata a Silva Fernández por “continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia” del Gobierno español en los asuntos de Venezuela (www.globovisión.com 26 de enero 2018).

[13] La información del mismo 8 de febrero es categórica del lado del Parlamento europeo: “Aprobada en plenario del Parlamento Europeo la resolución sobre la situación en Venezuela con una amplísima mayoría. Europa no es neutral: está con la democracia y con los venezolanos. No a las elecciones fraudulentas de Maduro”, indicó Beatriz Becerra, vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. La resolución de la Eurocámara fue aprobada por 480 votos a favor, 51 en contra y 70 abstenciones. Los parlamentarios, además.  solicitaron más sanciones para el gobierno de Nicolás Maduro (ver www.el-nacional.com 8 de febrero 2018).



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