lunes, 19 de febrero de 2018

LA AMARGA YUCA SOCIALISTA DEL SIGLO XXI



  Enrique Viloria Vera



La yuca, también llamada mandioca, guacamota o casava, de nombre científico Manihot esculenta, es el tubérculo de un arbusto perenne de la familia de las Euforbiaceas. La yuca se cultiva principalmente en América, Asia y África, donde la utilizan en su gastronomía tradicional para preparar multitud de platillos locales.  Nutricionalmente la yuca es un alimento beneficioso para introducir en la dieta, ya que cuenta con propiedades nutricionales similares a la patata o papa,  a la chufa y a la batata o camote, siendo muy rica en hidratos de carbono complejos, es decir, que aporta considerable energía.

En la conquista y colonización de América, la yuca tuvo una importancia particular. En efecto, Juan Ponce de León y Figueroa (Santervás de Campos (Valladolid), se cree que nació el 8 de abril de 1460 (La Habana, Cuba, julio de 1521), adelantado, fue un conquistador español, primer gobernador de Puerto Rico y descubridor de La Florida. Existen dos versiones de la llegada de Ponce de León a La Española. Una dice que hizo su primer viaje a América con Cristóbal Colón en su Segundo Viaje en 1493, mientras la otra asume que lo hizo con Nicolás de Ovando en 1502, y colaboró con este para frenar una rebelión de los taínos en la zona oriental de La Española. Por dicha actuación fue recompensado con el cargo de gobernador de la recién creada provincia de Higüey. En ese cargo, alquilaba indios para buscar oro y los que no, trabajaban en los abundantes cultivos de yuca. Ponce de León se hizo rico sirviendo como gobernador, sobre todo gracias a ese cultivo. El puerto de Higüey, en el Paso de la Mona, era parada obligada para los barcos españoles que regresaban a Europa, ya que el pan que se hacía con la yuca se conservaba bien con la humedad, era nutritivo y sabía muy bien. Debido a esta prosperidad, Ponce construyó una casa en Higüey, que llamó Salva León, y mandó traer a su esposa e hijos.

En la Venezuela bolivariana, castro -madurista, ex chavista, revolucionaria y antiimperialista, la historia reciente de la yuca – amarga, muy amarga -, es otra …es condumio para la muerte y no para la vida; muchos son los fallecidos por haber consumido- en la imperante hambruna socialista - ese tubérculo, en vano intento de apostar por la subsistencia. Las estadísticas – de ser confiables -, ilustrarían la magnitud de esta otra forma de morir en socialismo.

En fin, el muy exclusivo club de los genocidas tiene nuevos miembros bolivarianos, socialistas del siglo XXI, como lo afirma  Jean-François Revel:


El club con más socios del mundo es el de los enemigos de los genocidios pasados. Sólo tiene el mismo número de miembros el club de los amigos de los genocidios en curso.

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