martes, 29 de mayo de 2018

MISERIA 2018. Ideas para no olvidar en la Venezuela con “ruta chivo”[1].


MISERIA 2018.
Ideas para no olvidar en la Venezuela con “ruta chivo”[1].

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

Algunos han señalado a veces que, en Venezuela, en grupos o personas -y para ciertas cosas- hay memoria corta. Tal asunto lo aprovechan sobre todo políticos y trepadores. No pasa así en otros lugares, donde las frases y las acciones, tienen sanciones sociales y políticas permanentes; eso, y el hecho de que hay ideas trascendentales o importantes que no deben olvidarse, inspiran esta nota que recoge de lo uno y de lo otro.

Se estima que las revoluciones, y con ellas la administración bolivariana, dado su proyecto político y sus acciones, necesitan de la pobreza, para beneficiarse de su permanencia. Al exministro Giordani se le atribuye una frase que recuerda el general Guaicaipuro Lameda -también funcionario en los inicios de la administración bolivariana- de una conversación –llevada a cabo en aquellos inicios- que se refiere en una entrevista con la periodista Carla Angola: “Mire, General, usted todavía no ha comprendido la revolución. Se lo explico: Esta revolución se propone hacer un cambio cultural en el país, cambiarle a la gente la forma de pensar y de vivir, y esos cambios sólo se pueden hacer desde el poder. Así que lo primero es mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el discurso de la defensa de los pobres. Así que, LOS POBRES TENDRÁN QUE SEGUIR SIENDO POBRES, LOS NECESITAMOS ASÍ, hasta que logremos hacer la transformación cultural. Luego podremos hablar de economía de generación y de distribución de riqueza. Entretanto, hay que mantenerlos pobres y con esperanza” (www.saladeinfo.wordpress.com. 2013/02/13).

Este elemento del manejo del problema de la pobreza se destaca bien en Pedro Palma (Revoluciones fatídicas. www.analitica.com 10 de septiembre 2014) donde se reseñan los aportes de Samuel Huntington en la retrospectiva de este fenómeno según distintas experiencias, haciendo referencias al caso venezolano: “…el éxito económico no es prioritario para las revoluciones. Por el contrario, las privaciones y penurias pueden ser muy útiles para consolidar los procesos revolucionarios. Eso puede explicar lo que para muchos nos resulta incomprensible, cuando hemos escuchado a altos voceros gubernamentales decir que la revolución necesita a los pobres para su consolidación, razón por la que hay que mantenerlos en esa condición, pero dándoles esperanzas de que superarán su precaria condición, objetivo para el cual está luchando denodadamente la revolución. En otras palabras, hay que mantener la miseria pues ella crea dependencia del Estado y abona el terreno para el clientelismo político, asegurándose el apoyo incondicional de una amplia masa poblacional a través de la manipulación informativa y de la explotación descarada de su ignorancia y buena fe. Eso, a su vez, facilita el logro de uno de los objetivos buscados, cual es la eliminación de la vieja oligarquía del anterior sistema político, para substituirla por otra, pero revolucionaria.” “…las revoluciones limitan la libertad, pero generan identidad de la masa con el nuevo sistema y una ilusión de igualdad, lo cual lleva a buena parte de la población, principalmente a la más desposeída, a aceptar la escasez y las cargas materiales propias de esos procesos políticos…[2](Palma, art citado).

Surgen siempre observaciones y preocupaciones, de hasta dónde llega el aguante de los seres humanos ante fenómenos como el hambre, la miseria, la falta de atención e irrespeto de los gobiernos para la solución de los problemas de la colectividad. En lo que a algunos contestatarios les gusta llamar vocerías, escuchábamos recientemente como ante la mala situación, la crisis humanitaria o el hambre, y resultados donde el gobierno siempre “gana” y tiene apoyo de las fuerzas militares se señalaba “la gente debe salir toda de la misma manera que no fueron a votar” –en las “elecciones” del 20 de mayo-. Ante ello y a pesar de los optimismos pueden tenerse reservas en base a dos elementos, pues el escenario de desespero, necesidad y angustia de muchos así como la continuación de las mismas actuaciones de parte de la administración producen -y seguirán produciendo- la bienvenida a cualquier solución, del tinte y por inconveniente que sea.

El hambre no produce sublevaciones. Ni las impulsó en la China –dictatorial, autoritaria y altamente centralizada- de Mao en los cincuenta o los sesenta del siglo XX, donde los chinos hasta tierra comían; ni en la India de la segunda mitad del siglo referido en adelante; ni en las agitadas y desesperadas regiones africanas de suma pobreza y escasa inversión, donde se esperan con desespero y violencia las bolsas de arroz de Naciones Unidas y organizaciones relacionadas. El ser humano es un animal de costumbre y pareciera que en tiempos y ocasiones puede acostumbrase a la escasez, el hambre y la pobreza, buscando alternativas variadas. Solo elementos como el resentimiento, la voluntad basada en esperanzas, nuevas ilusiones o coyunturas culturales, pueden remover a los seres humanos del letargo que produce el hambre (Directo al Marasmo, https://www.academia.edu/36367019/DIRECTO_AL_MARASMO._La_necesaria_lucha_contra_la_deserci%C3%B3n_nacional_en_Venezuela  EOR, 9 de abril 2018).

A comienzos de los noventa, observamos, cómo, producto de políticas y acumulación de problemas se comenzaba a desarrollar en Venezuela una especie de miseria violenta, agresiva y que no se observaba en la previa evolución de la nación. Podía  preverse que de ahí en adelante debía prepararse el país para prestar atención al regreso a tallas bajas, nuevas enfermedades y el resurgimiento de viejos padecimientos. Efectivamente, eso ha sucedido y hoy se presenta con una aguda aceleración, pues a los deterioros en el salario real se le suma la escasez y ausencia de medicamentos. El hambre y la escasez viajan en las personas, en el Metro y transportes variados -como los hoy llamados “ruta chivo” (también llamados “perreras”) en las ciudades y ya entre las ciudades- y se desplazan en las calles; en su delgadez, en la permanencia de enfermedades –que incluso deambulan en la calle, sin solución y atención estatal -por el agudo también deterioro de los servicios públicos[3]-, pero igualmente en las deformaciones físicas y la presencia de aspectos e imágenes desconocidas -o no tan manifiesta y agudamente presentes- en la vida urbana e incluso rural en la Venezuela anterior a décadas y lustros recientes. Se trata de una marginalidad más excluyente y extensiva y que ha aumentado en el período de la administración bolivariana. Tuvo entre sus determinantes iniciales el deterioro del salario real, la disminución de las oportunidades de empleo, la inmigración no planificada y otros elementos. Se trata de un tipo de miseria que produce en el afectado un comportamiento agresivo en cualquier dirección y que, por supuesto, es uno de los elementos de base para el tipo de delincuencia atinente a los grupos menos favorecidos en la distribución del ingreso.

El surgimiento de ciudades y el desarrollo de las que ya existían, permitieron, con la aparición del petróleo y el impulso de la industrialización, la promoción de la civilidad, la vida urbana, el orden y el aprovechamiento de servicios públicos en salud y educación. Por lo menos ya abiertamente desde los años cincuenta, la educación pasó a ser un claro mecanismo de ascenso social y mejoramiento de las familias. Las campañas públicas de vacunación, fumigación, construcción de carreteras –algunas iniciadas incluso décadas atrás de los años señalados-, permitieron que una economía de poca población y baja tasa en su crecimiento, viera mejorar sus condiciones de vida[4]. Finales de los cincuenta, años sesenta y parte de los setenta, permiten apreciar retrospectivamente una población nativa de mezcla con migraciones -sobre todo europeas-, que albergaba la idea de progreso y de posibilidades de desempeño. La izquierda política no lo creía así. Pero eso era desarrollo. Y hasta los menos favorecidos en la distribución del ingreso, podían albergar posibilidades de desempeñar trabajos o de mejorar.

A todo eso se le aunaba una difusión de valores, de orden y disciplina en la sociedad. Los elementos disonantes del equilibrio social eran pocos –entre otras razones por eso la izquierda política fracasó en tales años y décadas-, por y a pesar del rentismo,  el cual no había entrado todavía en sus mayores niveles de perversión o efectos estructurales. Estos comenzaron o se profundizaron con la Venezuela Saudita de mediados de los años setenta y se empezó a abandonar la idea e importancia del trabajo y el progreso y con ello -y con las terquedades y falta de previsión de administraciones de los años ochenta y noventa-, comenzó a ampliarse la inestabilidad en los manejos estatales, y a extenderse y a aparecer la pobreza y la miseria violenta, correspondientemente.

Visto así, los pobres de hoy se comenzaron a impulsar en los ochenta y los noventa, debido a las ejecutorias de políticas sin consenso, sectarias, no inclusivas y sin rostro humano, como se señaló en varias oportunidades. Pero lo que no se podía prever era que una administración que ya lleva más de 19 años, podía abonar el terreno y encaminar el país hacia mayor miseria, enfermedades y pobreza. La administración bolivariana no enrumbó con consenso al país por el camino del desarrollo y ha terminado revelando, ampliando y profundizando la pobreza y la miseria

El escenario, aunque siempre se puede empeorar, es ya bastante problemático. La administración bolivariana hoy día se presenta contraria al rentismo  pero es de las que más lo ha apuntalado y ha convertido el erario público en escenario de buscadores de renta y corrupción. No perfila ninguna posibilidad de cambio en política económica, por sus compromisos políticos nacionales e internacionales. Todo el cuadro descrito de fenómenos sociales de salud, hambre, problemas estructurales de rentismo, endeudamiento, continuidad de las políticas económicas y pérdida de valores se ha acentuado con el deterioro estatal –en instituciones, organismos, procedimientos- y la igualación del aparato del estado con el gobierno de la administración bolivariana, usufructuando el Estado y sus procedimientos en función de sus intereses políticos.

Parte del escenario de inseguridad, violencia, miseria y pérdida de valores lo refleja Juan Carlos Méndez, novelista venezolano residenciado en España, recogiendo parte de esto en entrevista donde habla de su novela Los maletines (Juan Carlos Méndez Guédez, Los Maletines. Editorial Siruela, 9 Abril 2014): “…Los venezolanos nos juntamos y, en tres minutos, el tema de conversación es el último atraco, el último secuestro, la última andanada de tiros de los paramilitares chavistas. Y eso sucede no por azar o masoquismo, es que estamos hablando de un país donde asesinan a mucha más gente que en Gaza. La ferocidad de la violencia es lo que nos explica en este momento.” (www.informe21.com 25-08-14). En la evolución de la administración bolivariana, puede afirmarse que se ha apuntalado también por el odio y el resentimiento que ha venido animando el periodo gubernamental de más de diecinueve años de ejecutorias de la misma. Pero también por las migraciones internas, las invasiones y la sobrepoblación de zonas como Guarenas-Guatire, los Valles del Tuy y los Teques.

Enfermos y mendigos agresivos, adolescentes que deambulan por la ciudad y que en adelante serán adultos y hasta familias cuyos niños no estudian y son el instrumento de contacto con la gente en algunos casos.

Debe reconocerse que, en el caso de los niños de la calle estos se habían reducido en parte de los años dos mil, según se podía observar en la región capital. En esto hay efectos de la Misión Negra Hipólita cuya misión es: “Brindar protección social e integral asegurando el derecho a la vida, el trabajo, la cultura, educación, justicia social e igualdad sin discriminación alguna a los ciudadanos y ciudadanas en situación de calle, contando con la participación protagónica del Poder Popular” (Ver http://www.misionnegrahipolita.gob.ve). Pero con el aumento de la pobreza en los años recientes bien registrado y destacado por la Encuesta Encovi o encuesta de las Universidades UCAB, UCV y USB[5] los niños de la calle han regresado a las zonas urbanas incluso conformando bandas.

En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989/1993) algunos manejaron el planteamiento reconfortante,  de que la pobreza estaba ahí y las políticas de ajuste y estabilización lo que hicieron fue sacarla a la luz. Igual caso ha sido con la administración bolivariana, dado su señalamiento en cuanto a que fueron otros los que crearon la pobreza antes de 1999. Es indudable que hubo variados resultados producto de las opciones de políticas tomadas o de elementos como la inflación o el desempleo. El segundo gobierno de Caldera (1994/1999), invirtió tiempo en políticas económicas de considerable variación –entre otras la cambiaria- y en la justificación e impulso de la idea de la unidad nacional más que en abatir formas de pobreza que continuaban desarrollándose. En la administración bolivariana se dedicaron los primeros años sustituyendo -o buscando sustituir- los programas sociales de administraciones anteriores, por otros tan o más problemáticos, como el Banco del Pueblo, “los niños de la patria” y la “conversión de los invasores en constructores”, hasta que en el año 2004 se iniciaron las misiones en salud, educación y otras cuyos resultados están reflejados en la expansión de la pobreza y el panorama reseñado. Para la segunda década del siglo XXI, con claros fines sociales según las percepciones de política económica y social de la administración bolivariana, pero también dado el escenario político de los años 2012/2018, se acentuó la política de controles, supervisión y de enfrentamiento con el sector privado de la economía, entre otras razones por desarrollar este -en connivencia con factores políticos- según la administración referida, una guerra económica. En cualesquiera de los casos, la evolución económica fue derivando en aumento de la pobreza entre 2012 y 2013 así como en 2014 y años siguientes y en un escenario de escasez, desabastecimiento e inflación acentuada.

Para finales del primer semestre de 2014 la administración bolivariana ofreció aumentar en variados sentidos la atención de la pobreza. El 5 de octubre 2014 El Nacional presentó un reportaje de Dalila Itriago sobre los planes de atención de la pobreza y sus propuestas del momento. Debe señalarse que el presidente NM lanzó el 7 de junio de tal año el Plan para la Erradicación de la Miseria, que incluía la instalación de 1.500 bases de misiones sociales en 255 parroquias del país. El plan centralizaba los mismos programas sociales y misiones que alcanzaban ya una década. Varios analistas emiten su opinión en este reportaje señalando por variadas vías que esta iniciativa no ataca las causas de la pobreza y que se resumía o asociaba a una estrategia electoral para las elecciones parlamentarias de 2015; que gañó la oposición, por lo demás. Debe indicarse que las bases socialistas estaban compuestas por un módulo de formación, educación y coordinación de misiones; uno para consultas médicas y odontológicas y otro como la vivienda de los médicos cooperantes que prestarían servicio. La meta prometida por el presidente el 7 de junio fue la ya señalada y a cumplirse en tres meses, ubicándose las bases donde se detectaron índices altos de pobreza extrema.  En el reportaje se registra que Carmen Meléndez, ministra de Defensa, indicó el 10 de septiembre: "Hasta el día de ayer habíamos activado 22 bases de misiones, tienen que ser 1.500".  Pero igualmente se registra que el 1 de octubre el presidente NM señaló: "Ya instalamos 1.500 bases de misiones en lugares donde está la pobreza extrema y estamos atendiendo 2.200.000 compatriotas".  Obviamente dada la afirmación presidencial la información fue unificada en este último sentido (Ver La misión de drywall para acabar con la pobreza.  www.el-nacional.com 5 de octubre 2014 pg. Siete Días/1).

Y en 2018 después de las “elecciones” del 20 de mayo el presidente NM planteó en su juramentación ante la ANC “Tenemos todo el poder político de este país. No podemos tener excusas para atender los problemas del pueblo”. En el mismo acto también planteó el presidente NM, asumiendo de plano una votación ganadora y favorable, que el pueblo venezolano lo había elegido para que construyera el socialismo; afirmaba con esto entonces lo que él considera es la definición del pueblo venezolano por el socialismo y de su persona como el elegido para construirlo, después de casi 20 años de tenerse ejecutorias de parte de la administración bolivariana. Su expresión fue: “Han elegido ustedes un presidente para construir el socialismo. Han elegido ustedes un presidente para solucionar los problemas…”[6] Aplicando -sin embargo- los conceptos de eficacia y/o eficiencia que mencionó también en ese discurso, es altísimo el nivel de ineficacia que habría tenido la administración bolivariana para alcanzar esto último en casi dos décadas (https://www.academia.edu/36709093/MISMO_MUSI%C3%9A1_CON_IGUAL_CACHIMBA2._O_una_manera_de_entender_la_revoluci%C3%B3n_m%C3%A1s_larga_del_mundo EOR).  

@eortizramirez



[1] El día 28 de mayo 2018 en la mañana, fallecieron 12 personas en el estado Mérida, al volcarse un transporte de este tipo: “La mañana de este lunes se volcó un camión en el sector Los Azules de Lagunillas del estado Mérida y dejó al menos 12 muertos y 19 lesionados. El accidente ocurrió alrededor de las 6:00 am y minutos después se registró la muerte de seis personas, los heridos fueron trasladados al Instituto Autónomo Hospitalario de la Universidad de Los Andes (Iahula). Allí se confirmó la muerte de otras cinco personas que habrían llegado con heridas graves. La cuenta de Twitter de Emergencias Mérida informó que el camión que se volcó transportaba a al menos 40 personas” (www.rurun.es 28 mayo 2018).

[2] “Quizá esa sea la razón por la que el gobierno se niega obstinadamente a implementar los necesarios ajustes y reformas para afrontar los profundos desequilibrios y problemas que padece nuestra economía, prefiriendo no hacer nada para que nada cambie, o profundizar en sus erradas y fracasadas políticas del pasado, asegurando de esta forma la profundización de la crisis, sin importarle que esa irresponsable actitud a lo que llevará es a una mayor penuria y depauperación, particularmente de la población de menores ingresos” (Palma, art. citado)
[3] En el caso del Metro de Caracas dado el costo de los tickets, la desvalorización del dinero, la ineficiencia y el populismo, entre otros factores seguramente, ha llevado a que el servicio sea gratis; teniendo esto obviamente sus consecuencias para el presente y a futuro.
[4] Ver A Baptista “Más allá del optimismo y el pesimismo. Las transformaciones fundamentales”; En M. Naim y R. Piñango, El caso Venezuela. ¿Una ilusión de armonía? Ediciones IESA 1984.
[5] El nivel de pobreza para 2014, fue de 48,4% de la población -superior a la registrada en 1998, de 45%- así como que del total de pobres, uno de cada tres son nuevos. Para 2015 en cuanto a pobreza de ingreso se registra que 73% de los hogares y 76% de los venezolanos estaban en pobreza de ingresos;  demostrando las cifras que la miseria había aumentado con velocidad alta puesto que la Encovi 2014 había registrado 48,4% de hogares en penuria y 52,6% para las personas. Para inicios de 2017 se difundió la Encovi, abarcando años 2014/2016. De manera concordante con lo señalado se aprecia un continuado aumento de la pobreza. Así los registros de pobreza y pobreza extrema incluyen 24,8 y 23,6% para 2014, 23,1 y29,9 % para 2015 y 30,26 y 51,51% para 2016; lo cual da un total para pobres y pobres extremos de 48%, 73% y 81,8% respectivamente para los años señalados Para la encuesta presentada a inicios 2018 (registros en la encuesta para julio septiembre 2017) un 61% de la población no tendría para comprar los alimentos del día -pobreza extrema- y en pobreza total cerca de un 90% de la población no cubría la compra de alimentos más otros gastos en transporte o servicios. (Ver ENCOVI/Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela; años señalados).
[6] https://www.youtube.com/watch?v=zuGJymSmrV4 Discurso del presidente el 24 de mayo ante la ANC.

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