jueves, 17 de octubre de 2019

UNA VEZ MÁS AUMENTO DE SALARIO EN VENEZUELA: un contexto de declaraciones “llamativas”


UNA VEZ MÁS AUMENTO DE SALARIO EN VENEZUELA: un  contexto de declaraciones “llamativas”
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Con la acumulación de esperanzas y desesperanzas, a la par que de frustraciones e incumplimientos por el lado de la población y la administración bolivariana, según sean los casos, pero sobre todo ante el alto proceso de deterioro económico y social en la nación y en la vida diaria de comunidades y familias (en un contexto de abierta dolarización informal e hiperinflación manifiesta y solo atenuada en algunos meses de 2019, donde sus niveles no alcanzaron al 50% mensual de las mediciones de la hiperinflación tradicional), esta última volvió a optar por ejecutar nuevamente la acción de aumentar el salario mínimo y con ello las secuencias conocidas. Así, el día 14 de octubre, fue comunicada la medida con carácter retroactivo desde el 1 de octubre de 2019 según Gaceta Oficial.
El nuevo salario mínimo integral de Bs. 300 mil, anunciado el 14 de octubre por el miembro de la ANC Francisco Torrealba, estaría en vigencia, tal cual se señaló, desde el 1 de octubre, según la Gaceta Oficial Extraordinaria  número 6.484 del 11 de octubre. El anuncio del incremento del ingreso mínimo fue de un 361%, llevándolo al equivalente a unos 15 dólares mensuales según la convertibilidad del momento.
El salario básico pasó de 40.000 bolívares soberanos (poco menos de 2 dólares, según el tipo de cambio oficial fijado por el BCV) a 150.000 bolívares soberanos (7,6 dólares). El bono de alimentación que complementa el salario, subió de 25.000 bolívares (1,3 dólares) a 150.000 bolívares.  Tras este reajuste, el tercero del año, el ingreso mínimo se pudo cotejar con cuatro kilos de carne de res, en un contexto de uso extendido del dólar de manera informal, pero sin que buena  parte de los asalariados gane en dólares ni haya disponibilidad formal de la divisa en cuentas, bancos o cajeros.
La administración, habiendo conducido a la nación a la peor debacle en su historia contemporánea, con una economía reducida a la mitad en cinco años, al momento de este nuevo aumento optó por culpar a las sanciones de Estados Unidos, dada la evolución político institucional de Venezuela desde 2017 a 2019, entre otros elementos (incluyen embargo petrolero, fuente de 96% de los ingresos del país, pero cuya producción cayó en septiembre de 2019 por debajo de 800.000 barriles por día –con niveles inferiores en otros meses-, frente a 3,2 millones dos lustros atrás).
Este nuevo aumento salarial se da en un contexto de perdida de formalidad/institucionalidad del salario[1], implicando esto último que en variadas actividades económicas agentes privados para 2018 y 2019 remuneran a sus trabajadores en niveles superiores a los fijados y usando crecientemente la figura de los bonos, aunque el sector público ha continuado funcionando con el salario mínimo como referencia estructurándose escalas y salarios de altos efectos negativos para obreros, empleados y profesionales (ver https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Gaceta-Oficial-El-nuevo-salario-minimo-esta-en-vigencia-desde-el-1-de-octubre-20191014-0042.html 14/10/19). Este escenario vario pinto de ingresos salariales, permitió a algunos no apreciar efectos tan rotundos para la economía derivados del aumento del salario mínimo y sus secuencias o encender menos alarmas para la casuística productiva en relación a otros momentos
Visto así el aumento, y sin cotejarlo todavía con el costo de la canasta alimentaria y básica, que se ajustará con nuevos precios de bienes y servicios, queremos destacar tres declaraciones, para un contexto donde la administración bolivariana ya no tiene nada que hacer en cuanto a la economía, que no sean medidas infructuosas y bastante probadas y lo cual tiene “lógica”, dadas las ataduras y compromisos ideológicos de la administración del caso.
En primer lugar, la de Francisco Torrealba, presidente de la Comisión de Trabajadores y Trabajadoras de la asamblea nacional constituyente, quien afirmó el 15 de octubre que, con el aumento del salario mínimo, los venezolanos podrán adquirir todos los alimentos de los comités locales de abastecimiento y producción (cajas clap). Ante la pregunta sobre cuántos productos de la cesta básica podrían adquirir los venezolanos con el salario aprobado por la administración de NM señaló: «Si son los productos CLAP, los pueden adquirir todos. Si son otros, al menos podrán comprar más cosas que con el monto del salario anterior» (https://www.elnacional.com/venezuela/francisco-torrealba-con-el-aumento-salarial-se-pueden-adquirir-todos-los-productos-clap/ 15/10/2019).
En sus declaraciones estuvieron presentes dos elementos: el ya señalado y el que atañe a que con esta remuneración se puede estar o vivir mejor. Omitió el declarante el que la inflación en su versión de hiperinflación a ese momento de su afirmación no había arrancado a buscar sus nuevos niveles. Ante esto, la posición en las vocerías populares que pueden escucharse  en las calles, es la de que el gobierno debería congelar los precios y después aumentar. Conocidos son y bastante probados -en distintas economías- los efectos perniciosos de los controles, pero en el caso de la realidad venezolana reciente, se trata de un mercado pervertido que busca sus equilibrios ya dentro de la dolarización informal y la hiperinflación y la administración solo pone el punto de la inercia populista o de ilusión monetaria del aumento de salarios. Esto es, además de otras consideraciones que pueden esgrimirse sobre a quienes le llegan las cajas clap, con qué regularidad, con cuales  bienes y de que calidad, entre otros numerosos elementos.
La segunda declaración es la de Ricardo Sanguino, ex presidente del BCV, durante la propia administración de NM. “La inflación que estamos observando, es producto del bloqueo económico, de la guerra económica y el que no quiera aceptarlo así, es porque está apoyando al imperialismo norteamericano”, señaló. Primeramente,  aseguró que como el país está en guerra no puede hacerse uso de los mecanismos habituales para manejar la economía. “No se puede aplicar los análisis derivados de situaciones normales a lo que se vive aquí en Venezuela, no lo puedes aplicar estamos en una guerra, buscas los mecanismos y tratas de aplicarlo para resolver el problema”. Ante una pregunta sobre la emisión de dinero inorgánico por parte del BCV validó dicha emisión bien sea que el país disponga de divisas o no: “Diputado: usted fue presidente del Banco Central de Venezuela quería saber qué postura tenía sobre la emisión de dinero inorgánico” “¿Tu sabes que es el dinero inorgánico?, si sé lo que es, dinero que no tiene producción, respondió el periodista, ¿tú sabes cómo se crea el dinero en Venezuela? se crea con el ingreso de divisas y si tú tienes divisas tu emites, y si tú tienes un bloqueo petrolero porque no puedes vender petróleo ¿Qué quieres tu que no se emita dinero?” (http://www.noticierodigital.com/2019/10/sanguino-la-inflacion-bloqueo-eeuu-quien-no-quiera-verlo-asi-esta/ 15/10/19).
Para el ex presidente del BCV, pues, simplemente hay que emitir el dinero por las necesidades del mismo y, en el contexto venezolano de años recientes, debe entenderse que dadas la anulación, depreciación o agotamiento de los conos monetarios y la persistencia de las distorsiones de precios y salarios relativos, debe procederse a tales emisiones. De base se sabe la problemática situación fiscal de un Estado endeudado y con pocos oferentes de préstamos y con 4,5 millones de pensionados y cerca de 3 millones de empleados públicos[2].
La tercera declaración es la de Diosdado Cabello, figura política de importancia en la administración bolivariana y en su versión NM, quien recientemente se encuentra de visita en China. En otras declaraciones, indicó que otro de los objetivos de su visita a China es consolidar los vínculos para la formación de cuadros políticos. En pro de ello ha habido reuniones sostenidas con autoridades de la Escuela del Comité Central del Partido Comunista de China y de la Academia de Gobernanza para la valoración de un convenio de cooperación para la formación de jóvenes de Venezuela.  En los encuentros se expresó el interés del Gobierno Bolivariano en cuanto a que "instructores, académicos y profesionales puedan ayudarnos a darle forma y sentido a un gran plan que vaya más allá de lo inmediato, sino que sea a largo plazo para que Venezuela siga siendo ejemplo, no solo en lo político, sino también en lo económico en todo el continente americano".  Destacando los avances de la revolución china "que continúa con su plan de atención al pueblo y que fueron capaces de sacar de la pobreza a 800 millones de personas". La visita busca "estrechar lazos y contribuir a que en Venezuela podamos tener un modelo alternativo al modelo capitalista". Ha señalado también cómo, recientemente, han arribado a China varias delegaciones "para conversar sobre relaciones en materia petrolera, militar". De la misma manera se le ha planteado al país asiático la apertura de empresas en Venezuela, beneficiándose de ventajas por cercanía al Mar Caribe y Centroamérica (http://www.eluniversal.com/politica/53231/china-acordara-con-diosdado-cabello-transferir-tecnologia-militar-a-venezuela 15/10/19). 
Realmente impresionante que más de veinte años de gobierno ejercido y con condiciones inusuales para otros gobiernos venezolanos y/o latinoamericanos (diez años de ingreso petrolero alto -grosso modo 2004/2014- y un total de alrededor de 1,2 billones de $ de ingresos petroleros para alrededor de veinte años), la administración bolivariana se plantee hoy formar recursos para pensar o programar el desarrollo o el futuro de la nación misma. No menos ilustre es que se lo plantee con esa fuerza,  con una nación como China que a pesar de sus éxitos y poderío es harto compleja, tanto en su evolución económico-política (así como la presencia de numerosos problemas económicos, sociales y de género) como en acciones y en su dimensión geopolítica.
No estamos ahora en un punto de inflexión. Se encuentra la nación en las posiciones de avanzada de un proceso de destrucción económica, de desequilibrios sociales  y alteración del escenario político y ciudadano, por la desinstitucionalización que continúa avanzando. Pero, igualmente, de una ida y salida de los talentos y capacidades productivas del país dada la diáspora y la migración que no cesa. Y, dentro de muchas especificidades, se ha instaurado una notable distorsión de salarios y precios relativos y en ello han estado permanentemente influyendo, entre otros factores, las políticas de aumentos salariales de la administración bolivariana.

17 de octubre 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com





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