Reforma, ajuste y costo social
En fin, lo que le dio viabilidad y eficacia política al segundo programa
de ajuste de la economía venezolana, conocido, como la Agenda Venezuela, fue
que se manejo con variables políticas...
JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
17/02/2022 05:00 am
Escudriñando en mi biblioteca, me
tope con un artículo de dos brillantes economistas del FMI de
hace treinta y ocho años, de Yukon Huang y Peter Nicholas, quienes escribieron
para la estupenda revista Finanzas y Desarrollo del FMI, que recomiendo
consultar por la web, de ese organismo de junio del año 1987 un artículo
intitulado “Los Costos Sociales del Ajuste”, donde
mencionaban los tres costos sociales que tenían los programas de ajuste y
reforma del FMI: las medidas del ajuste ideadas para equilibrar la demanda y la
oferta agregadas a menudo si no inevitablemente deprimen la producción, el
empleo y el consumo, generan una recesión, el segundo, es que, los cambios en
la estructura de incentivos estimulan la redistribución de recursos y por
tanto, de los beneficios entre sectores y actividades y el tercero, los
retardos y dificultades en el movimiento de recursos productivos en otros usos
en respuesta a cambios en los precios relativos pueden añadir costos
inicialmente, son los que ellos denomina costos de transición.
Es el efecto macro económico,
pero este tipo de medidas debe manejarse con criterios de viabilidad y eficacia
política, con articulación y coordinación estratégica con los se3ctores de la
sociedad política y civil, en economías en países en vías de desarrollo, como
el nuestro y otros de otras latitudes latinoamericanas, debido a que esta tiene
impacto sobre los sectores populares, el impacto que tiene alto nivel de endeudamiento,
como promover la equidad y la eficiencia en ciertas estructuras productivas,
sus costos sociales, cuando el crecimiento que se logra no es suficiente para
proteger a los más pobres, visualizar los objetivos de corto y largo plazo de
las reformas, el papel del financiamiento externo adecuado, son entre otros,
los factores; son los condicionantes de estas medidas, de su éxito total o
parcial, o de su fracaso como fue el caso del segundo gobierno de Pérez o en el
caso del segundo Gobierno de Caldera, que en perspectiva histórica, iba en
camino de lograr resultados positivos como los tuvo entre 1997-1998, si se
hubieran prolongado en el tiempo más allá de 1999, pero no fue el caso se
prefiero el camino del populismo de izquierda, que ha destruido a la economía
venezolana..
El país, se abría a un nuevo
período constitucional, con la toma de posesión del presidente Pérez, llegada
que estuvo precedida de grandes expectativas, por lo vivido en los años
1974-1979, que en buena parte fue el basamento de su oferta y su discurso
electoral, de las elecciones de 1988 (el tá barato dame dos y la borrachera de
petrodólares que le entro al país por primera vez en su historia). Solamente,
en diciembre de 1988, Pérez y su equipo de asesores económicos tienen acceso a
información oportuna y veraz, de primera mano de la situación real y concreta
del país (en sus variables macroeconómicas).
En efecto, el país entro en
shock (El Gran Viraje), con un programa de ajuste, de reformas
económicas que se aplicó en forma rápida y no gradual, el cual no fue negociado
y consultado, no se tuvo interlocución e información, previa con la sociedad
civil y la sociedad política y sus integrantes (partidos políticos, sindicatos,
etc), no sólo no se les comunico sino que falto y se adoleció de una política
informativa y formativa de la opinión pública previa, para llevar a cabo la
ejecución de medidas económicas, dada la magnitud de ellas en los días de
febrero luego de una majestuosa y dispendiosa toma de posesión. Se implementó
pues, un severo programa de ajuste económico que se aplicó sin anestesia, por
un equipo sí, bien muy meritorio, es verdad, desde el punto de vista académico,
sin embargo, carente de toda experiencia y pericia política en todo el sentido
de la palabra, sin el apoyo total del partido de gobierno (AD) y la enajenación
de su sector sindical. Aquí se cometió un grave error político. Hubo un pésimo
manejo político de lo económico, la economía política fallo.
Se requería en aquel entonces,
pues, a la hora de gobernar e implementar esas decisiones, tacto político,
capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, ver el margen de
maniobra que dan las decisiones, para llevar cabo no solamente las tareas
normales del día a día de gobierno, sino igualmente, negociar, conversar con
los diversos actores con los que se convive y la posible influencia del entorno
internacional que también repercute, porque Venezuela fue un país piloto,
debido a la porosidad manifiesta entre el ambiente interno y el externo. Se
trata de armonizar no sólo el conflicto sino el dilema o las opciones entre
decisiones complejas. El arte de dirigir y decidir, en un gobernante se basa en
ocasiones en un cálculo muchas veces basado, en forma racional, incremental o
burocrática de los costos y beneficios y el ejercicio, del equilibrio de una
decisión sobre políticas públicas y el gabinete económico del año 1989,
sobrestimo el liderazgo de Pérez y su capacidad de interlocución, articulación
y coordinación estratégica con la sociedad política. Caso contrario fue el
liderado por Caldera, y ejecutado por Teodoro Petkoff, Matos Azocar, Rojas
Parra, entre otros ministros del segundo gobierno de Caldera, que tenían
pericia y experiencia política y un competente manejo económico, tanto por su
preparación como conocimiento.
En fin, lo que le dio
viabilidad y eficacia política al segundo programa de ajuste de la economía
venezolana, conocido, como la Agenda Venezuela, fue que se manejó
con variables políticas de elaboración, construcción estratégica y no solamente
el éxito de las variables macroeconómicas, eh allí el quid de la cuestión. Es
equilibrar manejo político, con medidas de ajuste, con sentido de equidad y
estímulo social.
jesusmazzei@gmail.com
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