miércoles, 12 de febrero de 2020

EL METRO DE CARACAS: COLAPSO SIN RECUPERACIÓN


EL METRO DE CARACAS: COLAPSO SIN RECUPERACIÓN

EDUARDO ORTIZ RAMIREZ


Pensar las cosas que se han destruido, alterado o modificado negativamente, en los más de 21 años de administración bolivariana, significa enlistar un largo conjunto de empresas o instituciones. Produce desazón comparar las actuales empresas estatales de telefonía, con sus previas presentaciones; las de electricidad[1]; o igualmente sucede con las empresas básicas de Guayana; el BCV y organismos diversos de servicios y ni que decir las Universidades, con sus particulares evoluciones y problemas. El caso particular del Metro de Caracas lo referimos anteriormente en otra nota, cuando se inició el proceso de reforma o recuperación del mismo[2] del año 2019. Las expresiones populares de los propios usuarios son lapidarias “el metro ya colapsó”, “…el metro…, que era el mejor del mundo…”, “claro, si no cobran” o “¿Cuándo volveremos a tener el metro que teníamos?”.
Varios elementos permiten avizorar lo que planteamos en el título de esta nota, sobre la imposibilidad de la recuperación bajo la administración nacional de NM que sigue en curso.
En primer lugar, la crisis continuada del sector eléctrico que es contexto fundamental para el sistema Metro de Caracas cuya fuente de energía es la electricidad. La crisis de este sector continúa y nada permite afirmar la desaparición de apagones, cortos o largos, o amenazas de los mismos cuando los usuarios perciben los llamados “bajones de luz”. Son de recordar las palabras de aquel funcionario sobre que resolvería la situación del sector eléctrico en 3 meses[3]. El malestar del sistema metro pues, es directamente proporcional al del sistema  eléctrico.
En segundo lugar, la administración bolivariana ha optado por funcionar con un claro contexto populista. El pueblo, en su noción, debería tener así un contexto donde los servicios públicos sean gratis –sin implicar esto preocupación por la calidad de los mismos. En tales sentidos, todo lo que suene a cobro, fijación de tarifas u orden, se toma como restricción al desarrollo de los agradecimientos y niveles de bienestar popular. Se trata del tejido populista de “empoderar” a los ciudadanos por la vía de la distribución y el otorgamiento de dádivas.
En tercer lugar, se trata de un derivado del punto anterior y que remite al acto mismo de no cobrar, o decir que se va a ejecutar un cobro, pero en la práctica no hacerlo o no procurar las condiciones para que se ejecute. En resumen, así el sistema puede continuar como un sistema con ajuste de tarifa, pero que termina no pagándose. Más aun, la fijación de la tarifa se torna una verdadera disyuntiva, pues colocarla al nivel recomendado internacionalmente, que es bordear un dólar, genera verdaderas dificultades dado el alto deterioro de los ingresos y las condiciones de vida de buena parte de los habitantes del país y de la Gran Caracas en particular. Por otra parte, cualquier fijación/aumento de la tarifa del Metro de Caracas es considerada inmediatamente por transportistas privados, que prestan servicio público, para los propios pasajes de sus unidades, además de las razones permanentemente esgrimidas para realizar recurrentes aumentos.
En cuarto lugar, existe un escenario donde el contexto presenta menos disponibilidad de divisas y recursos por parte del gobierno de NM, para ejecutar inversiones y reposiciones y más aún debe destacarse para el caso de una empresa cuyo componente importado es alto, por trabajar con instrumentos, vagones, cámaras, sistemas de luces, rieles, escaleras mecánicas, entre otros, donde el país es poco lo que puede ofrecer dado el alto grado de desindustrialización y la especificidad de los repuestos e implementos de sustitución para distintos componentes[4].
En quinto lugar, debe señalarse, la ausencia de organización y personal que se observa presenta el Metro de Caracas, para llevar a cabo procesos de reformas, incluidos los cobros de tarifas. Muchas irregularidades se observan en la regularidad de la empresa: ausencia de personal en las casetas, o presencia del mismo sin disposición de colaborar o supervisar a los usuarios, irregularidad en los procedimientos de cobro de tarifas o mecanismos no definidos para lo mismo, tardanza en la llegada y salida de los vagones, falta de atención o indiferencia ante quejas que puedan presentar los usuarios, falta de atención de minusválidos e invidentes, situaciones de desinformación al usuario sobre procedimientos que se puedan estar ejecutando o sobre la situación de los equipos como vagones fuera de servicio o puertas de los mismos que no funcionan[5]. Todo proceso de reforma en una empresa con tal nivel de deterioro abarca más  que el cobro de tarifas  y, al Metro de Caracas, no se le observa infraestructura, ni personal[6], ni funcionalidad para llevarlo a cabo.
En sexto lugar, debe resaltarse el mal comportamiento ciudadano como obstáculo a las reformas señaladas. La población de la Gran Caracas ha pasado en condiciones de crisis económica y social a requerir profusamente los servicios del Metro, pero se ha dado paralelo al propio deterioro de la empresa y a la imposibilidad de ejecutarse una adecuada actuación del proceso de reforma y de supervisión de una parte importante de los usuarios que parecieran no querer cumplir sino muy pocas normas y, en algunos casos ninguna. Problemas grandes y multifactoriales parecieran generarse en el área educativa, familiar y en la vida ciudadana y que trascienden la esfera del poco control que ejecuta la empresa pero que terminan afectándola.
No derivan pues, de lo señalado, muy buenas perspectivas del proceso de cambios iniciado en 2019 y reimpulsado recientemente, para mejorar el funcionamiento del Metro de Caracas.

12 de febrero 2020
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com



[3] Reseña en 2015: “Prometió renunciar de no estabilizar el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en tan solo 100 días, pero 24 meses después se mantiene en el cargo aún sin solucionar los problemas. Jesse Chacón cumple esta semana dos años al frente del Ministerio de Energía Eléctrica, justo cuando se evidencia el regreso de los racionamientos en diferentes regiones del país. Solo en Zulia se registran interrupciones del servicio desde el miércoles, sin que la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), liderada por Chacón, ofrezca a los usuarios explicaciones al respecto” http://www.laverdad.com/economia/73903-jesse-chacon-es-el-ministro-con-mas-racionamientos.html 25 de abril de 2015.

[4] Se pueden encontrar tan solo afirmaciones como esta: “El presidente de la Compañía Anónima Metro de Caracas, César Vega resaltó este viernes que el sistema de transporte subterráneo se encuentra en un proceso de elaboración de piezas y repuestos, de manera de avanzar en la sustitución de partes y repuestos importados.  Durante el programa Al Aire que se transmite por Venezolana de Televisión (VTV), Vega expresó que se tiene previsto que más de 3000 piezas se elaboren para hacerle mantenimiento a los trenes y a las escaleras mecánicas, a fin de tener un ahorro de divisas. “Se están haciendo una serie de piezas y repuestos para no tener que buscar exportarla, además se van a cambiar una serie de equipos entre ellas las escaleras mecánicas. Tenemos pensado innovar, crear y dar un paso agigantado elaborando nuestras propias piezas”, dijo Vega”. Ver https://www.vtv.gob.ve/metro-caracas-avanza-partes/ 13 de septiembre 2019.

[6]El año pasado se registraron tres renuncias diarias. Solo en octubre tuvieron casi 650, sin contar los casos de personal que se ausenta de sus puestos de trabajo por las condiciones del servicio, y otros tantos que simplemente no fueron más nunca. Calculan una nómina activa que no pasa de los 5000 trabajadores” (Ídem).


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