El impacto más inmediato de la globalización en el sentido común, es que
estamos en un nuevo proceso histórico central y cambio de época caracterizado
por profundas transformaciones estructurales
JESÚS E. MAZZEI
ALFONZO
30/09/2021 05:00 am
Tema inagotable, la
globalización; escribir en algunos momentos previos a la pandemia ya se hablaba
de la desglobalización, hoy se discute de una era re-globalización. Está
tendencia y proceso del desarrollo de las diferentes esferas pasa por un
proceso de reacomodo en su articulación e interdependencia asimétrica, que nos
lleva a abrir un debate de ideas, si estamos en esa circunstancia o en una
nueva fase del proceso de globalización, lo cual a mi modesto entender, estamos
por entrar en una nueva etapa, causada por las repercusiones de la pandemia del
COVID-19, en diferentes esferas de la vida humana. En ese sentido, para
ubicarnos en el concepto de globalización, vuelvo una vez más la definición que
nos ofreció también en forma lucida hace unos años el politólogo Luciano
Tomassini como: ”… un proceso de difusión de ideas, valores, formas de
producción y de comercio, procesos y productos, diseños organizativos y formas
de conducta, a través de las fronteras nacionales. Un proceso, por lo tanto,
que está conduciendo a una creciente articulación e interdependencia de todas
las sociedades…". Añadiría, asimismo, por las interconexiones e
interrelaciones que produce la globalización.
A mi modesto parecer, el paso
de una sociedad globalizada, como la del presente, a otra tiene una diferencia
sustancial con anteriores procesos globalizadores, el cual ha evolucionado
dentro del sistema capitalista industrial y es el componente diría fundamental
que caracteriza este sistema globalizado, es el conocimiento intensivo. También
esta su complejidad por la pluralidad de relaciones que se dan entre sus
componentes, por la pluralidad cuantitativa de sus diversos componentes, esto
es sus diversas dimensiones y las relaciones que se dan entre lo interno y
externo de las relaciones entre los estados, actores individuales,
corporaciones etc. Esta re-globalización está demostrando fragilidades, que no
son fáciles ni rápidas de subsanar. En todo caso llevará su tiempo, y
posiblemente implicará cambios profundos en algunas cadenas de suministros,
para asegurarse el nuevo mantra del just-in-case (“por si
acaso”). Será una globalización diferente, aunque el que no participe en ella
se quedará fuera de juego.
En tal sentido, el valor de
los productos simbólicos, la producción localizada en diferentes áreas, con una
integración horizontal de las diferentes organizaciones multinacionales y
complejos estatales y no estatales y empresariales, plantean un sistema
internacional con diferencias sustanciales y se entrelaza con proceso
anteriores que son similares, pero diferentes son ellos: la internalización y
la transnacionalización, hoy afectadas fundamentalmente las cadenas de valor.
El estudio resalta el espectacular crecimiento del componente de flujos
de información. La globalización, pues, sigue avanzando, pero los flujos
tradicionales de comercio, capitales y personas han sido sustituidos en su
dinamismo por la globalización de las ideas, datos y conocimiento.
En ese sentido, el impacto más
inmediato de la globalización en el sentido común, es que estamos en un nuevo
proceso histórico central y cambio de época caracterizado por profundas
transformaciones estructurales, en los presupuestos, criterios, y certezas
básicas, en los paradigmas a partir de las cuales organizamos nuestra
existencia individual y colectiva para actuar en el mundo, visualizando la
construcción de nuestra subjetividad individual y colectiva en un proceso de
interacción e interrelación compleja con los sistemas sociales y naturales que
conforman el planeta, es un proceso multidimensional. Los servicios jugarán aún
un papel más determinante, según McKinsey, el comercio de servicios crece
con un 60% más de intensidad más que el comercio de bienes (al menos,
antes de los trastornos causados por el coronavirus). Además, se destacan tres
tipos de servicios que hasta ahora no han sido contabilizados en las
estadísticas: los servicios incorporados en bienes. Representan un tercio del
valor de estos bienes, los intangibles enviados por empresas a sus filiales:
diseño, marca, software, los servicios digitales gratuitos: email, redes
sociales, Youtube, Facebook, WeChat, etc.
Por tal razón, la consideramos
efectivamente un proceso multidimensional caracterizado a mi entender por seis
vertientes principales interrelacionadas: La militar, económica con sus dos
subdivisiones: la financiera y la comercial, la comunicacional/cultural, la
científica,/tecnológica, la ecológica/ambiental y por última la política no por
ser la última la menos importante, pero determinante de las relaciones
internacionales actuales y el rol de los estados en la estructura internacional
y de los diversos actores políticos que la componen internamente y su relación
dialéctica con su pares en otros lados de esa estructura nacional y subnacional
(la sociedad civil y la política). ¿Qué es lo que está pasando para que varios
analistas afirmen que se está entrando en una suerte de “Re-globalización?
Depende de dónde se miren estos fenómenos. Para los fanáticos de la modernidad,
lo que resultó de hecho no es lo que se quería. Para aquellos apocalípticos que
advirtieron que el mundo no era redondo, se está entrando en un ciclo histórico
en donde predominan el caos y el proteccionismo. De igual modo, las empresas
multinacionales reportan tasas bajas de crecimiento, crecen los flujos
migratorios y el consumo se reduce…”Está es una perspectiva si se quiere, medía
entre las dos; estamos en una transición. Estamos en un intervalo de reacomodo.
jesusmazzei@gmail.com
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