23 de enero de 1958: 65 años después
El primer detonante del quiebre de los elementos que le daban apoyo y
sustento, fue la posición y acción de la iglesia y la crítica a la situación
social
·
JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
19/01/2023 05:00 am
El próximo lunes se cumplirán 65 años de la caída de la última dictadura
militar que tuvo el país a lo largo de su historia, el 23 de enero se cumplirá
pues, un año más de esta fecha, en la reinstauración de la democracia
venezolana luego de una década militar, la autocracia pérezjimenista que fue
parte de la oleada de los gobiernos militares de derecha que azolaron a América
Latina, en esa década que fueron los años 50, tan oscura, llegaba a su feliz
término. Llegar aquí costó mucho (en términos de exilio, muertos, costo social)
y esperamos que las nuevas generaciones valoren en su justa medida este gran
acontecimiento histórico. Claro fue un proceso con altibajos y que empezó a
cristalizarse en el año 1957, sobre todo luego que, a mediados de ese año, con una
conjunción de factores que propiciaron la caída del régimen militar, que se
pensaba eterno y sólido. El primer detonante del quiebre de los elementos que
le daban apoyo y sustento, fue la posición y acción de la iglesia y la crítica,
a la situación social, con la pastoral de Monseñor Arias, y luego, los
acontecimientos post-plebiscito espurio que se organizó en diciembre del 1957.
Lo primero que oí del 23 de enero, fue por mi abuelo materno Agustín Alfonzo
Bolaños, además, de mi tío abuelo materno el Dr. Arminio Martínez Niochet, fue
de los médicos firmantes del manifiesto de los galenos a inicios del año 1958,
luego también con mi tío Regulo Campo Martínez, en varias conversaciones. En
ese orden de ideas, mi padre vivió esos acontecimientos en España, exiliado por
la autocracia militar y donde se gradúa de médico en la Universidad de
Zaragoza, pero con la expectativa de esa gran colonia de venezolanos que había
en aquel entonces en España y que actuaba desde afuera, con la expectativa de
regreso al país que lo hace efectivamente en 1959, a los pocos días de acceder
a la primera magistratura Rómulo Betancourt, apoyado por los partidos COPEI y
URD, producto del Pacto de Punto Fijo (pacto de gobernabilidad ejemplar para
los actores políticos de hoy). En ese sentido, luego con los años, en mis
estudios universitarios de ciencia política en la UCV, entre 1978-1983, con mis
maestros Andrés Stambouli y Humberto Njaim, entre otros, en un excelente curso
de una de las materias obligatorias en sexto semestre sobre el sistema político
venezolano y luego durante toda la trayectoria de la carrera me permitieron
valorar y aprimorar la fecha en su justa dimensión y medida.
Esta fecha, asimismo, me hace robustecer mis valores democráticos. El 23 de
enero sucedió, porque hubo una conjunción de elementos y (la huelga del día 21)
de factores que llevó al colapso de la autocracia militar ese día. Dos libros
aproximaron aún más la idea y el conocimiento más exacto de la fecha, uno, del
diplomático colombiano que vivió los acontecimientos y que fue testigo clave
José Umaña Bernal, y el otro, un texto, de la prestigiosa historiadora Elena
Plaza, sobre el 23 de enero, entre otros.
Fueron veintidós días de vértigo, donde hubo escaramuzas de calle, manifiestos
abiertos de la sociedad civil de la época (los intelectuales, los médicos,
ingenieros, abogados), el rol jugado por el exilio venezolano, la importante
reunión de New York, entre Rómulo, Jóvito y Caldera, el rol importante jugado
por la Junta Patriótica, quién coordino el trabajo político desde la
clandestinidad lo largo del año 1957, el logrado quiebre del consenso militar
al interno de la FF.AA, que se nota no más el 1° de enero, con el alzamiento de
la Fuerza Aérea, con el Coronel Hugo Trejo, a la cabeza, los vaivenes que dio
los estertores de la autocracia militar primero con el nombramiento General
Rómulo Fernández y luego con su destitución del cargo de Ministro de la Defensa
en un proceso no muy claro, pero que manifestaba que había un sector o facción
de las FF. AA, que quería mantener el proyecto militar, pero sin Marcos Pérez
Jiménez. El rol jugado por la Iglesia y en particular por figuras claves de la
época como Monseñor Arias Blanco y el padre Jesús Hernández Chapellín, amigo de
mi padre, fueron claves en la caída de la autocracia militar.
El rol jugado por el Contraalmirante Wolfgang Larrazábal, que con serenidad,
tacto e inteligencia condujo el proceso y el papel clave de la Marina el día 22
de enero y el posterior alzamiento de la Escuela Militar y como el resto de los
componentes se unen en la jugada que dará al traste con la última dictadura
militar en Venezuela. Los acontecimientos que llevaron a como se formó la Junta
cívico-militar y como los coroneles Abel Romero Villate, junto Roberto
Casanova, fichas del perezjimenismo se quisieron colar en la junta con cierta
astucia, pero fueron destituidos rápidamente. Quedó conformada con Wolfgang
Larrazábal, los coroneles Luís Araque y Pedro José Quevedo y los civiles Blas
Lamberti, en una reorganización de la junta el 18 de mayo la junta incorporó a
los Doctores Arturo Sosa hijo y Edgar Sanabria, por los otros civiles, que
conformaron la primera junta. Por cierto, el secretario de la junta es Héctor
Santaella, que tendrá destacada actuación en esos años, entre otras cosas
porque será de los fundadores de la AVEX en 1962, y Edecio La Riva Araujo como
director de secretaria de la Junta.
En el libro de José Umaña, que invito a los jóvenes a leer están los dos
gabinetes de la época, los gobernadores por entidad federal, y en fin, un texto
inolvidable para mí, que trae entre otras cosas el papel de la FF. AA, el rol
jugado por la Junta Patriótica, la Iglesia, la Prensa,( hay por cierto un
interesante artículo de Gabriel García Márquez, sobre el papel de la iglesia),
los distintos manifiestos se pueden leer, los líderes ante la Dictadura, los
intelectuales como Arturo Uslar Pietri, Mario Briceño Iragorry, Miguel Otero
Silva, Lucila Palacios, entre otros, además como, reseño la prensa extranjera
lo eventos de Venezuela están allí para la lectura, también como fueron esos
primeros 180 días de gobierno de la junta, el intento de Golpe de Jesús María
Castro León, están perfectamente reseñados en los libros en cuestión; que
recomiendo a los jóvenes leer y en particular el de Umaña. Este es un día no
sólo para conmemorar sino para analizarlo y estudiarlo, con la seriedad que
merece un evento de esa naturaleza. Un acontecimiento muy importante dentro de
la historiografía y política venezolana.
jesusmazzei@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario