EL DIA DE REYES EN
CAPACHO
EDUARDO ORTIZ RAMIREZ
Más que el análisis riguroso de
momentos o de un tema o contenido, esta pequeña nota tan solo rememora, con
emotividad y aprecio, mis recuerdos de hace alrededor de 60 años, en nuestros
viajes a Capacho que, junto a San Cristóbal, conformaban el destino
del viaje que, en varias ocasiones, hicimos con mis padres desde el Zulia en la
época decembrina y cuyo final anunciador del próximo retorno era el día de
reyes. Hoy, las luces de navidad que compré con mi hija Gaby me estimulan, y los
desasosiegos que se transitan, son compensados en algún grado, efectivamente,
por la fuerza del amor y la esperanza, así como por la valoración de los
recuerdos y las cosas vividas, pues efectivamente el hombre es un animal de
recuerdos.
Llegar a los Andes, a la bella San Cristóbal, al frio Capacho, al contacto con el pan andino
y al roce y sentir con la generosidad, suavidad y atención de muchos andinos,
solo se me asemeja, hoy, con la entrada
al reino de Narnia, como impacto, después de haber pasado y mirado desde arriba,
el imponente rio Chama, las navidades, las comidas y la leche de burra, para un
niño acostumbrado a la vida en mi recordada Cabimas y Ciudad Ojeda. Quizás,
mi amigo el profesor Oscar, oriundo
de aquellos lugares y plenamente idiosincrático, pueda entenderme. Lo conocí
precisamente hace un año, en la travesía que con Mary hice por Colombia y que significó pasar por Capacho, pudiendo comprar el pan de allí
y fotografiar la escalera cercana a la casa a de mi abuelo materno y que en mis
recuerdos de niño registro como la más grande del mundo.
No logro rememorar la secuencia y el
contenido completo del día de reyes en
Capacho, pero no olvido la significación que para mí tenía cada cosa que
observaba. Espadas, vestimentas, actos y personajes, donde todos guardaban para
los presentes una gran significación en lo que representa para los cristianos
el nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús, pasando claramente por la
llegada de los Reyes Magos. La preparación
del día, la secuencia de actos, el respeto de los asistentes, convertía aquel día
en un gran simbolismo de la fe y las creencias que guardo en mi mente con el
mayor respeto.
Después de ejecutadas las distintitas
actividades del día, se apreciaban los
restos de la jornada en una especie de día
interminable o donde las personas y los niños impactados como yo, deseábamos
o encontrar más o que el día no
terminara. Al ver aquellos señores vestidos de romanos o aquellos que
rememoraban el lado de los cristianos, no podían sino ser solemnes y respetuosos con
todas aquellas figuras que habían cumplido una gran misión y actividad, y para
la cual se habían preparado no sé por cuanto tiempo y detalles.
Cuando en diciembre pienso en mi
familia de origen, este día representa junto a la vida con los familiares de mi
madre, las visitas a las casas en los distintos momentos de la época decembrina
y las bellezas de distintos tonos de San
Cristóbal y Capacho, una ocasión
verdaderamente especial.
6 de enero de 2023.
Que increíble es recordar nuestro momentos de la infancia sana y con esas costumbres que se han desapareciendo con la tecnología del mundo moderno, nada comparable con nuestra infancia y tan excelente narración de todo un escritor de cualquier tema cómo
ResponderBorrarLo hace mi apreciado y querido amigo Eduardo!!
Gracias Marilyn por tus palabras. Una gran abrazo. EOR.
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