El final del nudo gordiano venezolano.
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Enero de 2023.
Venezuela necesita un nuevo gobernante, porque lo contempla
la constitución una vez que finaliza un período presidencial, lo cual ocurrirá con
el actual período, en el año 2024. Como consecuencia del desacuerdo existente
en la oposición venezolana, para tomar tan importante decisión los líderes
opositores, al igual que los habitantes de la región de Frigia por allá por los
años 300 a.C., consultaron el oráculo. La respuesta del oráculo, el cual no era
más que el pueblo desesperado por tantas carencias, fue que para tal
responsabilidad se debe seleccionar una persona por medio de elecciones
primarias, y que se respeten los resultados sin que ocurran fisuras en el bloque
opositor que puedan debilitar la fuerza arrolladora de esa gran mayoría de
venezolanos que anhelamos un nuevo rumbo en el futuro, para mejorar, entre
otras, las condiciones sociales y económicas de los ciudadanos. Al poco tiempo,
después de las primarias, apareció una persona que cumplía con la descripción
del oráculo, había sido seleccionado por abrumadora mayoría y trasmitía la
seguridad de tener la capacidad de emprender tan ardua tarea, con la
colaboración de los venezolanos más destacados en las diferentes áreas del
quehacer nacional. Esto era suficiente credencial para optar a tan alto cargo.
La población, la enfebrecida con el carisma del candidato seleccionado,
obedeció al oráculo y eligió a aquel ciudadano como su nuevo presidente.
En los meses siguientes a la toma de posesión, el
mandatario ya había liberado a Venezuela del colonialismo que imponían Cuba,
Rusia, China, Irán y otros países, explotadores de nuestro territorio y sus
riquezas. Ya había tomado y encaminado las medidas para mejorar los servicios
públicos que como la electricidad y el suministro de agua potable eran
irregulares y escasos. Para mejorar la educación desde los primeros niveles
hasta la universidad con la revisión de los programas, especialmente en
primaria e inicio de secundaria, y con la dotación de una infraestructura
adecuada y justas mejoras sociales y económicas para los docentes. Para mejorar
la salud con el rescate de hospitales y otros centros de atención primaria,
recuperando su infraestructura y dotándolos con suficientes equipos y productos
médicos que aseguren una atención adecuada a los pacientes, y con la justa
mejora de las condiciones sociales y económicas de médicos, enfermeros y de
todo el personal que labora en estos centros de salud. Para mejorar la agricultura
recuperando la infraestructura de apoyo a esta actividad que sea
responsabilidad de los entes oficiales, retomando programas de financiamiento
suficiente y oportuno, y tomar las medidas para que el productor cuente con su
seguridad personal y jurídica, al combatirse eficientemente los delitos que se
cometen contra las personas y sus bienes. Para hacer respetar el ordenamiento
territorial y la conservación de nuestros recursos naturales, tan afectados
últimamente con las explotaciones mineras especialmente en la región de Guayana
que promueve la destrucción de la mayor riqueza acuífera del país, que además
es fundamental para la generación de
energía eléctrica limpia. Para recuperar el prestigio y la honorabilidad de la
Fuerza Armada Nacional y de todos los organismos que tienen responsabilidad en
la defensa y protección del territorio y de sus ciudadanos. Para mejorar la
economía, la industria, el comercio, en fin, para mejorar todo lo que afecte
las condiciones de vida de los venezolanos y nos lleve a un ambiente de paz y
bienestar.
En fin, este nuevo mandatario tiene que luchar contra
todos esos obstáculos que frenan el desarrollo y engrandecimiento del país, que
han ido apareciendo y estableciéndose progresivamente, los cuales son difíciles
pero no imposibles de salvar. Esos obstáculos son un Nudo Gordiano que nos han
colocado en el camino y representa un freno para la felicidad de nuestro
pueblo.
Es impostergable eliminar ese complicado nudo, quien
acabe con él abrirá las puertas para la reconstrucción de Venezuela. Allá en
Gordios, Frigia, el Nudo Gordiano fue un reto para Alejandro Magno, dispuesto a
conquistar el mundo pero según las leyendas, eso lo lograría quien desatara
aquel nudo imposible de eliminar. Por supuesto, Alejandro aceptó el reto y
luego de analizar el nudo, sacó su espada y con ella cortó las amarras
diciendo: “Tanto monta cortarlo que desatarlo” significando que era lo
mismo cortarlo que desatarlo. Nosotros no tenemos un nuevo Alejandro Magno,
pero sí tenemos un pueblo cansado de tanta miseria que debe ser reunido, y como
un solo hombre, enfrentar el reto de nuestro nudo, nuestro obstáculo, y
eliminarlo para que se abran las puertas al desarrollo del país y a la
felicidad de nuestra gente. Alejandro somos todos juntos, todo el pueblo de Venezuela
agrupado y conducido por nuevos gobernantes, quienes sin egoísmo y sin
apetencias personales trabajaremos unidos hasta lograr y consolidar un amplio
camino hacia el desarrollo integral del país.
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Enero de 2023.
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