Liderazgo, política y organización
Hay dos ideas que deseo
enfatizar, por un lado, el liderazgo es una función de dirección en un contexto
organizativo dirigido al logro mutuo. Por otro lado, el liderazgo actual debe
tener un carácter ético-moral
JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
11/05/2023 05:00 am
Este es un tema de permanente actualidad y más en la Venezuela hoy. Qué entendemos por liderazgo es una interrogante que nos solemos hacer muchas veces. Desde el punto de vista psicológico, su característica fundamental viene dada por la influencia que ejerce una persona sobre otra. Desde el punto de vista politológico es la conducción para el ejercicio del poder en búsqueda del bien común y la justicia. En términos comunes, se define como capacidad para conducir, dirigir, llevar adelante unos objetivos, un propósito. El liderazgo tiene dos bases fundamentales: es una función de dirección y de conducción. ¿Qué es ser líder? Esto nos lleva a analizar sus componentes.
En su último texto Henry Kissinger nos escribe sobre liderazgo, nos dice lo
siguiente “…Para que las estrategias inspiren a la sociedad, los líderes tienen
que ser didácticos: comunicar los objetivos, mitigar las dudas y movilizar
apoyos. Si bien el Estado tiene por definición el monopolio de la fuerza, la dependencia
de la coerción es síntoma de un liderazgo inadecuado; los buenos líderes
despiertan en el pueblo el deseo de caminar a su lado. Además, deben motivar a
su entorno inmediato para que traduzca sus ideas, de manera que estas guarden
relación con las cuestiones prácticas cotidianas. Ese equipo dinámico que le
rodea es el complemento visible de la vitalidad interior del líder; le
proporciona apoyo en su camino y hace más tolerables los dilemas de la toma de
decisiones. Los líderes pueden verse magnificados —o debilitados— por las
cualidades de quienes les rodean. Los atributos vitales que necesita un líder
para afrontar estas tareas, y el puente entre el pasado y el futuro, son la
valentía y el carácter: la valentía para elegir una dirección entre diversas
opciones complejas y difíciles, lo cual requiere voluntad para trascender la
rutina; y la fuerza de carácter para mantener un curso de acción cuyos
beneficios y peligros, en el momento de la elección, solo pueden vislumbrarse
de forma incompleta. El valor emplaza a la virtud en el momento de la decisión;
el carácter refuerza la fidelidad a los valores durante un periodo prolongado.
El liderazgo es aún más esencial durante las transiciones, cuando los valores y
las instituciones pierden relevancia, y el plan esbozado para un futuro digno
es objeto de disputa….”
Aspectos importantes a ser tomados en cuenta. En ese sentido, la influencia es
un elemento a ser tomado en cuenta. Ella se entiende como la habilidad social
que posee un líder, para captar la voluntad de otros para dejarse invadir en su
estructura personal, para cambiar en la dirección que sugiere el líder. Hay una
relación interpersonal y además, de persona-grupo, en ella se da lo que algunos
autores de acuerdo con Katz y Kahn, denominan influencia diferencial, es lo que
caracteriza al liderazgo en términos políticos. Aquí deben presentarse varios
aspectos que lo caracterizan: Carisma, es decir, que tengan capacidad de
entusiasmar a sus seguidores, de transmitir valores (lealtad, orgullo, fe en el
futuro, sentido de proyecto de sociedad, autoestima, entre otros). En esto el
liderazgo político con fallado.
Hay líderes que son transformacionales y otros de carácter transaccional, unos
inspiran, son carismáticos y visionarios, otros, buscan un acuerdo o gestionar
un negocio y en el caso del político tratar de gestionar la cuestión pública.
Por ejemplo, cuando es un sistema con varios actores con objetivos múltiples y
distintos niveles jerárquicos como liderar, es una organización compleja de
liderar y manejar.
El líder trabaja para sacar el máximo talento, y para ello debe haber respeto,
confianza y motivación”, explica José María Gasalla, codirector del programa de
coaching ejecutivo de Deusto Business School.
En el líder hay, además, una cierta consideración individual y personal. Esto
quiere decir, una inclinación personal del líder hacia sus seguidores. Él sabe
que su persona y figura son, en cierto sentido, un modelo para los suyos. Por
último, la estimulación intelectual está relacionada con la capacidad del líder
a pensar creativamente, a ser innovador en las ideas y a transmitir en los
colaboradores la conciencia de los problemas y el modo de cómo resolverlos.
El otro componente es la relación individuo-grupo; el liderazgo no puede
existir sin sensibilidad, sin conocimiento, comunicación y percepción de las
necesidades del grupo o la sociedad. Hay una influencia interpersonal, de
crecimiento mutuo y desarrollo personal. Indudablemente que para ejercer el
liderazgo hay centrase en los procesos de toma de decisión, la logística y los
detalles, aparte de tener cualidades de visionario y según algunos en lo
micromanagement. El líder debe saber manejarse y moverse tanto en grupos
pequeños como en grandes, la gestión de cada uno de ellos depende de la
naturaleza de los problemas, el ambiente que los rodea. El líder debe
desempeñarse bien en ambos contextos. Por ello se llega al elemental principio
de Peter. Formación en liderazgo y comunicación, mentoring o coaching son
algunas de las herramientas, que deben ser aprendidas por los líderes.
Deseo reiterar y subrayar una idea que quizás, la haya señalado antes la
relación del liderazgo con el poder. El Poder, en efecto, no solamente se
entiende como capacidad de influencia, sino como una relación. Todos los
líderes tienen poder, pero no todos los que detentan poder son líderes. El
poder es también algo que sobrepasa al puesto que ocupa al líder, porque es un
aspecto de él. Ya que el liderazgo sobre seres humanos se ejercita cuando
personas con ciertos motivos y objetivos movilizan recursos institucionales,
políticos, psicológicos y además, potencian y satisfacen los motivos de sus
seguidores. Aquí no nos referimos al poder como manipulación, opresión, sino
como una relación cualitativa, en cuanto es valiosa tanto para el líder como
para los seguidores. Hay decisiones en certidumbre como en riesgo y aquí se
ejerce unos tipos diferentes de liderazgo.
Hay dos ideas que deseo enfatizar, por un lado, el liderazgo es una función de
dirección en un contexto organizativo dirigido al logro mutuo. Por otro lado,
el liderazgo actual debe tener un carácter ético-moral.
El último elemento son los valores. Esto es esencial porque va asociado a toda
nuestra argumentación anterior, porque el liderazgo debe tener como marco unos
valores; por ejemplo, ¿qué tipo de sociedad desearía contribuir a crea y
potenciar? ¿Qué tipo de relaciones interorganizativas le interesa fomentar?, y
así se pueden hacer otras interrogantes. Lo importante de los valores es que,
en gran parte, el éxito de algunos líderes se basa en la existencia de
creencias, de muchos valores, marcos de referencia (lealtad, perseverancia,
fe). En fin, la base del líder es saber gestionarse. El liderazgo debe estar al
servicio de lograr unos objetivos, liderar para la transformación.
En política, esto es esencial, el politólogo Manual Alcantará lo resume en lo
siguiente “…La academia centra las explicaciones del éxito o, en estos casos,
del fracaso de la política, en hechos que ocurren en tres tipos de ámbitos. El
primero se relaciona con asuntos que están vinculados con el diseño
institucional. Aquí la forma de gobierno, presidencialista o parlamentaria, con
sus diferentes matices, tiene mucho que ver, sin olvidar aspectos que están
relacionados con los niveles de descentralización o con la legislación
electoral y partidista existente. El segundo se refiere a la capacidad que la
política tiene de afrontar (y de resolver) problemas que la gente considera
perentorios. Por último, existen condicionantes de naturaleza estructural en el
marco societal y cultural que pueden dificultar el ejercicio de la política por
la profunda carga de desigualdad que acarrean históricamente…” y añade con que
“…Resulta chocante que al tratar de entender las razones de un fracaso se ponga
el acento exclusivamente en factores de orden organizacional o procedimental,
con lo que se dejan de lado los que están relacionados con los que atañen a la
persona que lideró la acción. La experiencia, el conocimiento, las habilidades
comunicacionales, la empatía, el carácter, la integridad, la salud suponen un
hilo de elementos que configuran a quienes van a asumir la responsabilidad del
mando en la esfera pública…”
Finalmente, Alcantará en otro párrafo, lo resume así” … Todo ello establece un
conjunto de habilidades y de conocimiento. Son componentes que se requieren en
cualquier profesión, entendida como una tarea a la que se dedica tiempo y
esfuerzo con una remuneración como contrapartida y que en el ámbito de la
política supone, además, el manejo del poder con una determinada finalidad…”
afirmo, el ejerció de la justicia y el bien común, dentro de una sociedad
política plural, abierta y competitiva. Y de esto adolece hoy el país en la
presencia del liderazgo político de relevo generacional.
jesusmazzei@gmail.com
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