VUELVE CON LO MISMO AMÉRICA
LATINA. LA CUMBRE EN BRASIL.
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Demasiado ambicioso e irreal es
hablar de la región como una zona homogénea. Demasiadas diferencia en logros económicos,
en institucionalidad y hasta en seriedad y/o disciplina tienen sus distintos países,
como para pretender sumirlos a todos en
un mismo paquete, como pretendió hacerlo el análisis antimperialista, dependentista y hasta la propia academia del
mundo desarrollado. Obvia y temerariamente podría afirmarse lo mismo para
el caso de África y Asia, que alguien trató, ilusoriamente, de globalizar en la idea de la tricontinental. En nuestro caso
regional, la raza cósmica, la del
realismo mágico presenta las circunstancias señaladas y otras tantas más.
No basta con el fracaso de UNASUR, PROSUR (terminaron convirtiéndose en
foros políticos) y otras tantas experiencias, recomposiciones y
restructuraciones. Pero más aún, no basta tampoco con un comercio intrarregional errático y de relativamente bajo nivel. No,
no basta. Un presidente venido de acusaciones, acciones y vueltas y vueltas (con
quien pudimos interactuar en una ocasión hace unos 40 años cuando visitaba el
mundo como dirigente político de humildad y estrategias), se le ocurre, en un contexto de invasiones y
agresiones de fuera de la región,
pero con las cuales ha mantenido simpatías
no escondidas hacia un lado, que dirige un país grande de la zona, con múltiples
problemas con vecinos, pero que además siempre ha sido un gran pragmático, se le ocurre nuevamente impulsar una moneda única y reactivar mecanismos y
propuestas como las señaladas y que no han sido más que un fracaso, así como
instituciones para alimentar la burocracia
internacional en la región y el manejo interesado de distintos políticos. Ese
es el caso de la participación de Brasil
en estas propuestas; pero, como sabemos, Brasil,
a diferencia de otros, tiene una institucionalidad fuerte en asuntos comerciales,
diplomacia y elaboración de propuestas y
políticas internacionales. No así el caso de Venezuela, que aprovechando el
rentismo y alegrías derivadas de los altos precios del petróleo en un periodo
de alrededor de 10 años (finalizado en 2014) ofreció dinero y creación de instituciones
a todo dar y que resultaron en lo que hemos señalado. Pero hoy día, también, le
ofrece en la figura de su Presidente Nicolás
Maduro, al mismo Brasil, combustible, aunque tal nación tenga avances en diversificación
del mismo. ¡Impresionante, visto de desde distintos lados![1]
Igualmente impresionante es que a
todo esto de las repeticiones, instituciones,
voluntades y entusiasmos, se le vuelve a embadurnar de la expresión integración, por una parte, pero, por
la otra, de la omisión de los descalabros institucionales y políticos que puedan presentar algunos países de la región (entre ellos, Cuba, Nicaragua,
Venezuela y hasta Colombia, por tan solo mencionar algunos). Y lo más dramático
es que políticos, difusores de información, analistas y hasta algún advenedizo
atrevido, son capaces de recordar la imagen
objetivo que puede brindar la Unión
Europea para la, en ocasiones Prospectiva
errática de algunos policy makers
latinoamericanos. Menos mal que los presidentes de dos países, hicieron
señalamientos de interés, sobre las realidades de algunos otros países de la región.
Ya veremos, pero por ahora es lo
mismo de otras veces. (“Otra cumbre más” hubiera dicho el fallecido Presidente Chávez,
pero él no faltaba a ninguna).
31 de mayo 2023.
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
En Venezuela, sigue habiendo problemas de combustible y el “aumento” (solo de algún
bono), del 1 de mayo, ni siquiera lo han
cobrado los educadores, por mencionar un caso.
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