Alberto Adriani: Político y Estadista
Alberto Adriani Mazzei, no cabe
duda, es a mi modesto parecer el más brillante ministro de Hacienda luego de
Santos Michelena, a pesar del poco tiempo que estuvo en el ejercicio del cargo
JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
04/05/2023 05:00 am
Alberto
Adriani, significativamente, fue un político en el estricto sentido de la
palabra, busco en todas las iniciativas que llevó a cabo tratar de crear un
orden (finanzas y hacendistico) y como poseedor de una sólida auctoritas, pudo
emprender las diferentes tareas que llevo a cabo. En efecto, primero cuando
colaboró en la creación del Movimiento de Organización Revolucionaria
Venezolana (ORVE), a inicios de 1936, junto con Rómulo Betancourt, Mariano
Picón Salas, Juan Pablo Pérez Alfonzo entre otros, luego donde se le encarga la
comisión que estudiará el tema de las primas a la exportación, primera
iniciativas del Estado venezolano para promover las exportaciones de dos de sus
productos tradicionales: el café y el cacao y después, que el Presidente López
Contreras lo nombra para formar parte de la comisión que elaborará el Programa
de Febrero, da una muestra más, de las dotes del hombre político, que será, en
ese breve plazo, del año 1936 fructifero.
En efecto, luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, López Contreras, lo nombra
como parte de una Comisión que él preside que estudiará el problema de las
primas de exportación (para los productos agropecuarios compuesta e integrada
además, por Alfredo Jahn, Luis Monsanto, y Ramón León), se da el paso
fundamental de inicio al funcionamiento del nuevo Despacho Ejecutivo: el
Ministerio de Agricultura y Cría dando a la luz este novísimo Ministerio en una
reorganización ministerial importante (sugiero a los amigos lectores consultar
la Gaceta Oficial N° 18.894 del 2 de marzo de 1936) que va a regir
las políticas públicas en materia agrícola y pecuaria del país. Nos es de
extrañar que Adriani, asuma Agricultura y Cría, ya que viene de tener una rica
experiencia internacional y gerencial, en la Organización Panamericana, como
Primer jefe de la División de Cooperación Agrícola, desde 1928 hasta enero de
1930 y en el manejo de las empresas agrícolas cafeteras de la familia
Adriani-Mazzei.
Posteriormente, en una jugada maestra del presidente López Contreras,
reorganiza el Gabinete y lo nombra al cargo que estaba hecho a su medida:
Ministro de Hacienda el 29 de abril 1936, hace 87 años, va con experiencia en
la gestión pública. En efecto, viene ya con la experticia de pasar por un
Despacho Ejecutivo que le permitió tener una visión de algunos de los problemas
económicos del país, que, por otra parte, le permite conocer el tamaño y la
dimensión del estado venezolano de aquel año de 1936, sus complejidades,
organización, formas de interrelación y de toma de decisiones, ahora le tocará
manejar, formular y decidir sobre las políticas de las finanzas públicas del
país. En la época del chavomadurismo, desde el año 2000, no sea sentado nadie
con la sapiencia, conocimiento, y mesura un conocedor de las finanzas públicas
venezolana como Adriani, digno sucesor de Santos Michelena.
Para ello, lleva adelante en la corta permanencia en el cargo una revisión a
fondo del sistema tributario y designa una sub-comisión de estudios de
Legislación Fiscal, para entre otras cosas, presentar reformas a la Ley de
Aduanas y varios proyectos de ley sobre varios ramos de la Renta Nacional.
Funda con su dilecto amigo Manuel R. Egaña, la Revista de Hacienda. Muestra
dosis de buen negociador, conciliador en los proyectos de ley que presenta al
Congreso de aquél entonces irradia auctoritas como pocos venezolanos. Alberto
Adriani Mazzei, no cabe duda, es a mi modesto parecer el más brillante ministro
de Hacienda luego de Santos Michelena, a pesar del poco tiempo que estuvo en el
ejercicio del cargo. Está en el momento cúspide de su vida intelectual y
profesional y con un gran futuro político por delante. La auctoritas alcanza su
más plena expresión cuando se sigue a alguien no tanto por lo que dice, sino
por quién lo dice.
En definitiva, la auctoritas no necesita razonar, ni convencer a cada momento:
hay o hubo un convencimiento previo derivado de la certeza del argumento o de
la eficiencia de los actos, a partir del cual opera la confianza, en cuya
virtud se presume la razonabilidad o la eficiencia del portador de la
auctoritas.
Como nos interesa el individuo, añadiremos qué tipo de auctoritas se basa en el
reconocimiento de la posesión por una persona (testimoniada por sus actos) de
cualidades excepcionales para enjuiciar situaciones difíciles, para decidir lo
que se puede hacer ante ellas y para hacerlo efectivamente con éxito. Es decir,
tiene auctoritas de esta última especie quien sabiendo qué hay que hacer,
cuándo hay que hacerlo y cómo hay que hacerlo, lo hace efectivamente. De aquí
se derivan la idea en torno a la política, al tipo de líder y cuál es la visión
de la política. De aquí se entiende que la auctoritas deriva la capacidad
efectiva y moral para dirigir, orientar o aconsejar. Y esto lo alcanzó Adriani,
en un intervalo de poco de tiempo, fue un venezolano adelantado a su momento
histórico.
Es probable que Alberto Adriani, sí hubiera vivido en los años 40, se habría
vinculado a varios acontecimientos importantes de esa década: por una parte, la
creación del Banco Central donde fue un pionero en la realización de los
primeros estudios para crear una Banca Central, por otra parte, en la fundación
de la escuela de economía de la Universidad Central de Venezuela y porque
además, hubiera sido un actor político de primer línea, en la transición
venezolana de 1945, gracias a varias condiciones que se reunnían alrededor de
él: era andino (importante activo socio-político para la Venezuela de aquél
entonces), bien formado intelectualmente y conocía y había tratado a los
emergentes líderes de aquel momento encabezados por Rómulo Betancourt, y tenía
experiencia de gobierno, lamentablemente el destino fue otro, pero su legado
esta allí. Si se quiere era un puente entre dos élites políticas de aquel
momento.
jesusmazzei@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario