miércoles, 24 de septiembre de 2025

CAPITALISMO SIN DEMOCRACIA

 

CAPITALISMO SIN DEMOCRACIA

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ



Indudablemente que el capitalismo surgió con una opción de libertad, ante lo que habían sido numerosísimos episodios y concentraciones para la guerra y el lento progreso en el desarrollo de las fuerzas productivas durante alrededor de sobre 6.000 años. Previo a su nacimiento hubo imperios, guerras largas y reincidentes, abuso de unas zonas por otras y toda la historia ya conocida. Pero cuando ya fue claro su inevitable nacimiento a inicios del siglo XIX, los habitantes de la avanzada económica de inicios de ese siglo, que era indudablemente Inglaterra, muchos ciudadanos se sintieron estimulados por el avance de leyes y procedimientos que perfilaban el futuro de la Democracia, como se le llegó a conocer en el siglo XX para algunos países y a pesar de sus imperfecciones.

A inicios del siglo XX, y todavía a mediados del mismo, la economía mundo todavía estaba signada por países colonialistas, y colonias o neocolonias según los casos. Tal es el caso que a inicios de la segunda guerra mundial 4/5 partes de la humanidad se encontraban en condiciones de colonialismo. De seguidas, después de la guerra, vinieron los procesos de descolonización, pudiéndose hablar para los inicios de la segunda mitad del siglo señalado, de países ricos y países pobres, donde en muchos de estos últimos no eran plenamente dominantes las formas de producción capitalistas y esto, en parte, dio origen a estímulos para el impulso de la economía del desarrollo y las relaciones de la política económica con este último.

Así también, para los mismos momentos de inicios de la segunda mitad del siglo XX, se hizo evidente otra dicotomía o se le añadió otro elemento al espectro mundial de naciones: es el caso de la aparición de dos bloques de poder, con sus perfiles políticos, económicos y sociales, el Bloque capitalista y el Bloque socialista, con sus respectivas dinámicas y zonas de influencia  bajo el liderazgo de EE.UU. por una parte y la URSS por la otra, y con la lógica del equilibrio del terror que evitara una tercera guerra mundial.

El concierto mundial permitió así observar la conformación de organismos multilaterales, para tratar los temas de comercio, inversión, finanzas, Comisiones Económicas Regionales desde la ONU, entre otros, que si bien no funcionaban a la perfección y siempre estuvieron lideradas por los países más fuertes, dieron un espacio para intentar, lograr o impulsar el tratamiento de problemas particulares de países y regiones, mientras, en los contextos nacionales de países como los de América Latina se impulsaba el capitalismo y formas democráticas, aunque fuese solo en algunos casos y, en otros, se tuviesen otras lidias o tratamientos más difíciles como el caso de las dictaduras militares en varios países de la región en los años sesenta y setenta, por lo demás, apoyadas por los EE.UU no infrecuentemente.

Toda la teorización y evaluación política, técnica y económica ha permitido afirmar que el mundo y la humanidad avanzaron más desde mediados del siglo XX -incluso considerando solo las tres o cuatro primeras décadas- que todo lo que había avanzado en los milenios anteriores. Podría quizás afirmarse que la humanidad ante ello y para lo mismo, se entusiasmó o produjo tal progreso por la nueva organización de las fuerzas productivas, los avances técnicos, el desarrollo de la ciencia, la democracia en cualesquiera de sus formas y la posibilidad de que distintos pueblos y países pudiesen pasar a ser reconocidos en su autonomía y posibilidades de actuar.

Pueden destacarse tres puntos de inflexión que se habrían tornado como impulsores de transformaciones estructurales o impactantes desde el punto de vista de lo que ha sido la estructuración del sistema internacional que ha estado vigente en décadas recientes. Un punto de inflexión que debe resaltarse es como a finales de la cuarta década de la segunda mitad del siglo XX, se derrumba el Bloque Socialista con la caída del muro de Berlín y el traspaso de varias de sus naciones integrantes a las formas y matices del capitalismo tradicional, abandonando lo que había sido su funcionamiento en aquel Bloque. Esto dio pie o se interrelacionó con las ideas de algunos sobre el Fin de la Historia o la de que varios celebrasen una especie de triunfo del capitalismo[1]. Pero no. Todavía el capitalismo y los sistemas sociales, así como la propia humanidad, reservaban y reservan otras sorpresas, como indudablemente lo harán también los seres humanos y los políticos. Y es que el capitalismo, aun habiendo impactado al propio Carlos Marx, por el desarrollo de las fuerzas productivas que ha permitido, no ha satisfecho todas las expectativas que algunos han tenido.

Un segundo punto de inflexión habría tenido que ver con el cambio de participación de China en el contexto mundial y lo cual habría arrancado desde los cambios políticos observados en tal nación en los años setenta y ochenta del siglo XX[2], y que, hoy día se materializan en una economía de alto crecimiento en varias décadas, con un impulso tecnológico notable, mejoramientos en los niveles de vida de su numerosa población y con un avance en la inventiva y competitividad que es de reconocida evidencia y que es determinante en sus logros comerciales.

Y, un tercer punto de inflexión, que no se sabe hasta dónde llegará lo duradero de sus efectos, que es el del cambio de gobierno en los EE. UU. con la segunda presidencia de D. Trump, que ha venido a trastocar parte de los mecanismos de funcionamiento en lo interno de esa nación y en sus interrelaciones con otros países, vía control de migraciones, guerra  o litigio comercial basado en el uso discrecional de la política arancelaria, políticas de represión e irrespetos a mecanismos valorados en la perspectiva democrática de tal nación y que, están en la base de algunos de los elementos que hemos destacado. Además de lo resaltado en el notable escrito de Dani Rodrik[3] sobre el descreimiento que podrá tener ahora la Democracia, que no por imperfecciones presentes en USA no dejaba de inspirar, al igual que en Europa, a distintos ciudadanos sobre los valores de tal sistema. Pero peor aún, se trata de irrespetos y en nuestra opinión de verdaderos estímulos para señalar cómo si existe el imperialismo, el descaro, la altanería que algunos mandatarios se arrogan por ser presidentes de un país poderoso en recursos económicos y militares. Retrotrayéndose el mundo a episodios y altanerías imperiales. Peor aún, se irrespetan normas y procedimientos que han permitido tener una confianza relativa para quejas, procedimientos y reclamos.  Mas aun, con artimañas y excusas se amenaza a países y se apoya a otros, que han demostrado una agresividad abierta en la defensa de sus intereses y terquedades. Poco quedará para seguir creyendo en instituciones internacionales y en gobiernos de países que, con su poder económico y arrogancia en los procedimientos, dejan mucho que desear.

Ya veremos que depara el mundo.

 

24 septiembre 2025.

eortizramirez@gmail.com

 

 



[1] Eduardo Ortiz Ramírez, El auge del Capitalismo. Diario Economía Hoy 28-1-91.

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