jueves, 30 de octubre de 2014

Elecciones y continuidad en MERCOSUR

Prof. Angel Castillo
Cátedra de Relaciones Económicas Internacionales
Escuela de Estudios Internacionales


El domingo 26 de Octubre Dilma Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT) logró la reelección a la Presidencia de Brasil tras obtener 51,64% de los votos frente al 48,36% obtenidos por el senador Aécio Neves del Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB) en la segunda vuelta electoral. Este es el margen más ajustado para una elección presidencial en Brasil luego de una agria campaña electoral signada por acusaciones de corrupción en PETROBRAS y la desaceleración económica en el país. Dilma contará además con 304 de los 513 diputados, entre ellos 70 del PT, en la coalición de partidos presente en la Cámara de Diputados y con 52 senadores, 10 del PT, de los 81 que integran el Senado. 

Paralelamente se desarrolló la primera vuelta de las presidenciales en Uruguay. El expresidente Tabaré Vázquez, candidato del Frente Amplio (FA) obtuvo un sólido 47,9% frente al 30,96% de Luis Lacalle Pou del tradicional Partido Nacional (PN) y el 12,92% de Pedro Bordaberry, candidato del también histórico Partido Colorado (PC). Si bien el resultado cumple con la expectativa de que habría una segunda vuelta el próximo 30 de Noviembre, superó las previsiones de las encuestadoras locales que daban al FA alrededor de un 42% de la intención de voto, dejando en entredicho la posibilidad de que una coalición entre el PN y el PC permitiría un triunfo en el balotaje a Lacalle Pou. El FA habría logrado también mayoría legislativa en ambas cámaras con al menos 50 de 99 diputados y 15 de 30 senadores, por lo que una probable victoria  el 30 de noviembre le permitirá llegar a 15 años de gobierno con mayoría parlamentaria.

La continuidad del PT en Brasil y del FA en Uruguay ha sido impulsada por el éxito económico. En ambos casos, el viraje se originó en la crisis económica afrontada por sus gobiernos predecesores: Lula fue electo en 2002 luego de la gran devaluación y recesión en Brasil en 1999 y Vázquez ganó en 2004 luego que Uruguay sufriera los embates de la profunda crisis de Argentina en 2002. El buen desempeño económico, mezcla de planes sensatos y bien ejecutados apoyados por años de “vacas gordas” en la economía mundial (2004-2008) junto a altos precios en su cesta de exportación mayormente agropecuaria, permitieron a Brasil proyectarse junto a los BRICS como potencia emergente llamada a asumir el liderazgo regional, a promover activamente su Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA) y la UNASUR, aumento de sus reservas internacionales hasta llegar a 370 millardos de dólares y ser el principal destino de las inversiones extranjeras hacia la región; así como que Uruguay creciera sostenidamente en promedio alrededor de 5% anual en la última década, mantuviera su inflación estable en torno al 8% y redujera su desempleo a un mínimo histórico de 6%. Junto con otros logros sociales y políticos, en nivel de vida en ambos países mejoró creando capital político para la continuidad, posiblemente con más solidez en Uruguay que en Brasil.    


El gran reto para la continuidad del PT de cara al 2019 será retomar el crecimiento, estimado en 0,3% para 2014 y evitar que siga subiendo la inflación que ya supera el 6% anual, recobrar el éxito exportador perdido, la reforma política interna y la lucha contra la corrupción; en el próximo lustro, el FA deberá mantener el crecimiento que empieza a declinar, revisar los planes educativos y frenar el aumento de la inseguridad.  Con un entorno de desaceleración de la economía mundial y precios de exportación menos favorables, la eficiencia de gestión cobrará mayor relevancia en los años por venir. 

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