martes, 15 de enero de 2019

LAS MISMAS POLÍTICAS Y LAS MISMAS ESPERANZAS PARA LA ECONOMÍA VENEZOLANA: la conversión de la ilusión monetaria en realidad


LAS MISMAS POLÍTICAS Y LAS MISMAS ESPERANZAS PARA LA ECONOMÍA VENEZOLANA: la conversión de la ilusión monetaria en realidad


EDUARDO ORTIZ RAMIREZ


No es fácil llenarse de entusiasmo viendo la evolución en cifras de la economía venezolana que presenta la perspectiva oficialista –que es la que responsable y seriamente debería presentarlas- u oyendo  sobre lo que viene, menos aún al oír intenciones u objetivos del Plan de la Patria II o al ver el conjunto de medidas tomadas y comunicadas por el presidente y su equipo de gobierno. A pesar de lo visto, oído y palpado durante veinte años, no deja de impresionar la capacidad de la administración bolivariana para repetir la misma visión edulcorada de la realidad, las mismas esperanzas y un permanente relanzamiento de políticas y la economía, en una especie de ahora si es el momento y este si es ahora el verdadero y efectivo conjunto de medidas. Esto es, incluso haciendo abstracción del hecho mismo de que no es fácil discutir con los gobiernos, en cuanto a sus versiones y cifras y mucho menos con uno que le gusten las exageraciones, las distorsiones, y la ideología, falseando la realidad.

En cuanto a la evolución en cifras, la administración bolivariana se ha distinguido en los  cuatro años más recientes por no suministrar cifras en variables fundamentales y mucho menos regulares. Impresiona, con el panorama observable directamente o a través de otras fuentes o procesamientos, escuchar al presidente Maduro señalar –en la primera dimensión de su intervención- los éxitos en la reducción de la pobreza y  también de la pobreza extrema. Servicios públicos en franco deterioro y la administración bolivariana, en la figura del presidente, le señala al país y al mundo que se tienen grandes éxitos en áreas como la salud, alimentación y educación. Programas como el de barrio adentro no resisten comparación con la atención de la salud pública o a las mujeres embarazadas que en forma gratuita ofrece la nación chilena incluso a los inmigrantes por ejemplo con el programa Chile crece contigo.

En cuanto a la evolución de la estructura económica, el presidente, en la entrega de su memoria y cuenta a la Asamblea Nacional Constituyente el día 14 de enero de 2019, nos presenta una economía que tiene definidos sus 15 motores[1] y con pujante marcha, mientras conocidas son la quiebras, cierres y dependencias del resto del mundo que lo que sobrevive de la antigua estructura productiva ha venido conformando y presentando en una economía que acumuló su quinto año de recesión, incluida ya, marcadamente, en 2018, menor producción e ingresos petroleros. El país que dentro de poco –según la perspectiva oficialista- se convertirá en baluarte de las reservas y la minería mundial, se enfrenta –contrariamente- a la crítica dinámica que ha producido y sigue produciendo el extractivismo y la destrucción de espacios defendidos y observados con permanente vigilancia por parte de los ecologistas y defensores del ambiente. La administración –así- se ufana del extractivismo y por otro lado se presenta como defensora de la ecología y la naturaleza.

La segunda dimensión que brindó la presentación del día 14 ante la ANC, es concerniente  a la difusión de algunas de las ideas contenidas en el segundo Plan de la Patria, en este caso para el período 2019/2025. Sin ambages, sin dudas, sin reparos, ni comedimientos las proyecciones de la administración bolivarianas son contundentes, a pesar de la economía en franco proceso de alteración y destrucción que se ha observado por mayorías de la nación en tiempos recientes al vivir la escasez, las colas, el deterioro del bienestar y los servicios y la flagrante inseguridad.  El presidente planteó así la meta  de Miseria 0 para finales del sexenio. Por el lado del desempleo no se contuvo –o se contenta la programación- en la tasa natural de desempleo (4%), sino que trazó la meta de un 2% de desempleo, llegando a tener una cifra de unos 18 millones de venezolanos trabajando – ¡se sobreentiende que con buenos salarios!-, mientras unos 14 millones estarían estudiando en los distintos niveles. Pensando, en resumen y en abstracto, unos treinta y dos millones de venezolanos estarían bien ocupados por el año 2025 de los 34 que se espera poblarán la nación[2], y solo quedarían unos dos millones que imaginamos serian de entre 1 y tres años y que no estarían ni en edad de trabajar ni de estudiar. Un mundo feliz y eficiente, entonces.  El segundo plan de la patria se presenta así, como la máxima solución a todos los problemas de los socialismos fracasados y capitalismos problematizados de países en desarrollo latinoamericanos. Es esta economía, la que buena parte de los venezolanos observan, padecen y sufren, la que en un perfecto laboratorio que cuenta con asesores internacionales, dará esas soluciones.

Claro, el presidente, de todas maneras, tuvo en su intervención -de más de cuatro horas- la oportunidad de repasar un conjunto de instrumentos que a pesar de los “éxitos y logros” actuales deben aplicarse. Son varios los sistemas en los que piensa la administración bolivariana  e imaginamos que los asesores económicos chinos y rusos (y de otros lugares que dice la administración bolivariana tener). Un nuevo sistema monetario, ya en proceso de construcción donde el petro -teniéndole la paciencia y colaboración necesaria- será un  elemento fundamental. Un nuevo sistema cambiario para derrotar al dólar criminal y farsante, pues no es que el dólar suba por acciones de mercado, inestabilidad y desconfianza tenida u observada por parte de los agentes económicos: ¡no!, el asunto es que le dólar sube por las indicaciones del imperialismo y el interés de agentes externos en sabotear la economía venezolana. En esta perspectiva no existen variables económicas, sociales, de búsqueda de renta y corrupción y sosiego ante la inestabilidad e incertidumbre de los efectos perniciosos de políticas económicas fracasadas: ¡no!, lo que existe es pura conspiración. Apartando Simadi, Dicom I y II, subastas,  control de cambios de 16 años, el presidente y los que aplauden ofrecen un nuevo sistema cambiario. Pero también el presidente ofreció más, al detectar las necesidades de un nuevo Sistema tributario que debería reencontrarse con la justicia y con toda seguridad aterrizar en los grandes patrimonios. Todo esto, embadurnado de la idea del país potencia, potencia agrícola, potencia minera y cualquier otro cognomento con el que alguien pueda congraciarse.

La tercera dimensión es la de las lides repetitivas y nos remite a la hiperinflación – no controlada sino aumentada-,  la metamorfosis de la reconversión monetaria en dinero depreciado, sin valor o aprecio de parte de los agentes económicos. Y allí se volvió a –nuevamente- aumentar el salario incrementándose el salario mínimo en tres veces el existente –alcanzando ahora un nivel de 18.000 bolívares soberanos-, afectando todas las tablas de remuneraciones y siendo el combustible del  mantenimiento y ampliación de la hiperinflación, cuyo límite se encuentra en todos los intersticios de las condiciones de vida crecientemente depauperadas de la población. Dada la fórmula mágica de haber fijado el salario al petro, esto implicó previamente fijar a 36.000 bolívares soberanos al precio de aquel, siendo su mitad el salario mínimo. Otra de las medidas acordadas, consistió en ratificar la continuidad de la política y manejo de precios acordados, que en el plano real es una de las grades ficciones en cuanto al escenario hiperinflacionario; así como lo concerniente a aumentar el encaje legal a 60%, buscando restringir con ello presiones hacia el mercado  cambiario; y, el impuesto a los grandes patrimonios. Debe añadirse que en diciembre se había renovado por dos años más, el decreto de inamovilidad laboral (GACETA OFICIAL N° 6.419, Extraordinario AÑO CXLVI - MES III; viernes 28 de diciembre de 2018).

Atrás quedaron las afirmaciones de que en agosto se había conseguido un verdadero Programa para la economía y, correspondientemente, para el aumento del nivel de vida de los trabajadores en base a un proceso de salarización del ingreso[3], y de que los precios acordados eran también instrumento adecuado para los controles de precios; pero también quedo atrás el que precio del barril/precio del petro/precio del dólar era la fórmula mágica para poder vivir bien con el salario mínimo, que se aumentó  en un número de veces considerable también en las medidas de agosto del 2018[4]. Quedó atrás igual para el presidente y también para sus ad-lateres, a pesar de que lo impresionante en estos casos es que estas políticas, que se vuelven un círculo vicioso y afectan y condicionan  la vida de millones de personas habitantes de un país, que oyen y oyen como se les vuelve a decir y a prometer lo mismo, en una especie de ahora sí. Debe reconocérsele a la administración bolivariana que, al menos de palabra, dice quiere acabar con la indolencia, el minimalismo (¡!???) y la corrupción. No es una exageración, sin embargo, sorprenderse ante tan envalentonada afirmación, mientras en veinte años es realmente irrelevante lo que ha hecho al respecto.

Caso notorio es el de las empresas del estado, que son historia bastante trajinada en Venezuela[5] y resulta que, un país que quiere ser potencia en todo, plantea que sus empresas publicas deben ser productivas cuando varias de ellas, en los veinte años transcurridos, han transitado por un proceso de agudo deterioro, facilitado y cohonestado por la propia administración central que, en la figura del presidente y en su intervención del día 14 de enero, se plantea también querer tener una nueva clase obrera.



15  de enero de 2019
@eortizramirez
eortizramirezqgmail.com

                                                                                                                  



[1] Definición y actuaciones sobre sectores económicos –señalados ya abiertamente en 2017- que no ha impedido el derrumbe de la economía venezolana https://www.barriotricolor.gob.ve/index.php/sala-prensa/875-a-un-ano-de-su-activacion-15-motores-productivos-potencian-la-economia-del-pais.
[2] Este planteamiento omite -de primera entrada- los migrantes que ha habido y los que habrá.
[3] Esto, pues, como es sabido el bono alimenticio ha pasado a ser algo meramente simbólico

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