lunes, 7 de enero de 2019

LA ADMINISTRACIÓN MADURO: aproximación a un balance general 2013/2018.


LA ADMINISTRACIÓN MADURO: aproximación a un balance general 2013/2018.
 EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


LOS ENTUSIASMOS Y LO VISTO EN VENEZUELA
Las sociedades avanzan, evolucionan o se problematizan en la medida en que las ilusiones y deseos –según sean convenientes o distorsionadas, de avanzada o de retroceso- se convierten en proyectos de desarrollo, se unen voluntades para la materialización de los mismos y esta última permite encontrar -en los casos de éxito- la llamada por los neo institucionalistas dependencia de ruta. A excepción de algunas décadas del siglo XX, como las del sesenta y setenta, no se encuentran en la historia nacional de las dos últimas centurias, períodos donde se anduviese cerca de tal encaminamiento hacia el desarrollo. En la actualidad, algunos dirigentes empresariales chilenos piensan que su meta es que Chile se convierta en 10 años en un país desarrollado, lo cual lo ha expresado también el presidente actual de esa nación Sebastian Piñera. Más allá de la factibilidad de ello, existe allí una propuesta que -de alguna manera- puede encontrar estímulos[1] en desempeños relativamente recientes de esa economía.

La revisión de la historia nacional de los últimos doscientos años, nos permite observar ilusiones y entusiasmos –aunque normativamente no siempre de los más adecuados- en determinados procesos económicos y políticos. Desde el punto de vista económico y político debe señalarse la importancia que tuvieron el café y el cacao hasta 1925, junto al sentido de paz relativa alcanzada por los gobiernos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez y, más o menos desde esa fecha, por alrededor de 90 años, el desplazamiento de aquellos bienes agrícolas por el petróleo como factor económico, que no se ha sembrado, usando inversamente la recomendación de Arturo Uslar Pietri[2]. Períodos de la independencia, del militarismo o del impulso de la democracia pueden recibir también distintas valoraciones, por otra parte.

Deben reconocerse diferentes logros en varios de los períodos mencionados. Independencia política, avance institucional, urbanización, alfabetización, eliminación de enfermedades, crecimiento económico y grados de desarrollo, oportunidades de avance para personas y familias, son solo parte de ellos. El presidente HC –y con él sus seguidores más destacados-, sin embargo, consideraba (afirmación realizada en varios de sus discursos) que en doscientos años el único episodio relevante, además de la independencia, era el de la llegada al poder de los grupos y basamentos de la administración bolivariana y su persona, en las elecciones de 1998. No reconocía el presidente HC, la importancia de la Constitución de 1961 (a la cual llamó moribunda en su toma de posesión), ni las instituciones que habían sido creadas en 40 años de democracia, de las cuales él también era resultado[3]. Contrario a eso, y entre otros tantos elementos, deben valorarse ideas sobre cómo, desde la colonia hasta la industrialización, se habrían presentado elementos positivos en el ordenamiento de la vida civil y social del venezolano, a través de variadas experiencias económico-políticas.

REFUNDAR LAS INSTITUCIONES O LA DESINSTITUCIONALIZACIÓN TÁCITA: BASE DE LA POLARIZACIÓN Y LAS FISURAS DE LAS NEGOCIACIONES.
En este contexto y evolución histórica, surge la idea de la refundación de las instituciones dentro de las iniciales ideas y ejecutorias de la administración bolivariana. Su paso inaugural fue desarrollar la Constituyente para elaborar la nueva constitución, la cual terminó siendo aprobada en el referéndum del 15 de diciembre de 1999. A partir de allí, el llamado proceso de refundación de la instituciones terminó significando aumento del número de ministerios, condicionamiento de la labor del funcionario público a las concepciones dominantes dentro de la administración bolivariana y, en general, un proceso de desinstitucionalización del país y apuntalamiento de la no diferenciación entre Estado y Gobierno, que se ha visto facilitado por desorden administrativo, aparición de numerosas instituciones y deterioro de otras. La parcialidad en los conflictos, la pérdida de autonomía de variados poderes públicos y, la específica de algunos organismos, como el Banco Central de Venezuela, también son elementos de desinstitucionalización y adaptación de un aparato estatal deficiente y deteriorado, a los intereses de la administración bolivariana.

La ideología colectivista/socialista, ha estado en la base del proceso de desinstitucionalización en curso, desde que comenzó la administración bolivariana, impidiendo -por otra parte- cualquier flexibilización o cambio de posiciones, más aun cuando esto último, al alterarse o preverse la continuidad del régimen, pone en ascuas la futura tranquilidad de los individuos que lo han dirigido, en razón de conflictos o acusaciones internacionales en los cuales pueden estar inmersos. La función de la segunda constituyente (iniciada y formalizada en 2017, después de una elección de miembros altamente cuestionada el 31 de julio de tal año), es permitir que la continuidad del régimen siga siendo posible, bajo cualesquiera procedimientos y en connivencia con los otros poderes que han perdido su autonomía.

Es ese, el marco institucional de resolución de numerosos conflictos políticos y económicos que, aunque han estado presentes durante toda la administración bolivariana  aumentaron y se agudizaron a partir de las complicaciones políticas y económicas desde 2012 –y las cuales se amplían y profundizan en 2013 al 2018-. No es estrictamente asociable esto último, a la desaparición física del presidente HC, pues en tiempos de sus gestiones se desarrollan numerosos conflictos, incluido el del intento de golpe de Estado de 2002. Pasó a coincidir, más bien, con el aumento de la problematización económica y social, que tuvo su punto mayor en las crisis –iniciadas en febrero- de 2014 y en su continuación en base a permanencia de presos políticos o aumento de acciones de corte represivo. Las mismas negociaciones económicas que se dieron a partir de 2014 con el sector privado, cayeron así, también, en frustración y en un muy bajo nivel de acercamiento para llegar a acuerdos. El panorama fue igualmente de fracaso, tanto en lo político como en lo económico, en las negociaciones iniciadas después de la pensada suspensión del referéndum revocatorio por parte de la administración de NM en 2016 (puede verse de manera ilustrativa As Venezuela crumbles, the regime digs in http://www.economist.com  Jan 28th 2017). No por casualidad, igualmente, terminaron dándose resultados de fracaso en las negociaciones de Republica Dominicana –entre gobierno y oposición-, iniciadas desde noviembre de 2017 y finalizadas en febrero 2018[4],  las cuales tuvieron de base todo el complejo escenario político-económico de 2017.

Obviamente, la conformación y los conflictos internos de los grupos políticos de oposición, su dinámica y fuerza de actuación se ve afectada negativamente en sus capacidades y efectividad de las actuaciones y, por otra parte, asimismo, contrariamente, se han visto beneficiadas en sus desempeños y gestiones los partidos y grupos de apoyo de la administración bolivariana dado el proceso de desinstitucionalización. Parte de esta problemática de la evolución política e institucional, debe señalarse que, crecientemente, va registrando manifestaciones, criticas, cambios o revelaciones dentro de la misma esfera del oficialismo o de quienes lo apoyaron o se sintieron identificados con sus planteamientos[5]. A partir de las elecciones del 6 de diciembre de 2015 este escenario tiene un cambio de importancia con el triunfo mayoritario (2/3 de representantes en la Asamblea Nacional) por parte de las fuerzas políticas de la oposición.

VIVIR DEL RENTISMO INERTE CON PRECIOS INESTABLES: CAMINO DIRECTO A LA CRISIS
Los procesos de ajuste y estabilización, llevados a cabo en la estructuración de la política económica antes de la administración bolivariana –en un periodo de cerca de 20 años-, que se ubica en el contexto de políticas de apertura y liberalización en América Latina, no implicaron correctivos estructurales y de permanencia para la economía y la sociedad venezolana. Parte de la explicación de esto radica en la profundización del fenómeno del rentismo, pues la mayoría de las administraciones de tal período–igual que la bolivariana-, hicieron el planteamiento de disminuir la dependencia petrolera y, contrariamente, la aumentaron. La administración del presidente NM declaró pomposa e irrealistamente  el año 2016 como el del fin del rentismo y el 2017 como el del inicio de un nuevo modelo. Si en el de peso del producto petrolero y no petrolero, así como en sus tasas de crecimiento, esto no es siempre evidenciable, en los mecanismos de difusión, encadenamientos o en la creación de economías externas y dinámica de la inversión privada, si es perceptible como el petróleo fue captando cada vez más espacios de la economía venezolana.

A la llegada del Presidente Chávez, las exportaciones no tradicionales, por ejemplo, apartando momentos de los inicios de los años noventa, nunca alcanzaron saltos estructurales –en cuanto a su crecimiento- contundentes y estables. Tampoco sucede durante la administración bolivariana. Contrariamente durante esta, caen en un estancamiento estructural y definitivamente alterador de cualquier posibilidad de impulso cómodo. La ausencia de una definida política de desarrollo de las exportaciones no tradicionales, ha sido la otra cara de un rentismo no solo no derrotado sino más bien apuntalado.

En general, es conocida la influencia que tienen la dinámica del rentismo y la elaboración de políticas de control (de precios y de la economía en general) y poco flexibles hacia la focalización en cuanto a la consecución del desarrollo económico, así como el contexto creado en relación a críticas hacia la economía de mercado y al régimen capitalista, como condicionantes de la propia dinámica seguida en variables como la inflación, el tipo de cambio y el endeudamiento. Todas estas variables estuvieron relativamente contenidas, a pesar de su tendencia a la inestabilidad dentro de la economía venezolana, debido a altos precios del petróleo de los cuales en -términos absolutos o relativos- ha dispuesto la administración bolivariana en buena parte de los más de 20 años de sus ejecutorias. El cambio abrupto en tales precios iniciado en julio 2014 –continuado en 2015, 2016 y 2017- y todavía manifiesto iniciado 2018 (de alrededor de 100$ el barril para la cesta venezolana a mediados de 2014, promedió 44,65$,  35,15$ y 46,66$ para 2015, 2016 y 2017, respectivamente/ http://www.menpet.gob.ve/  21 febrero 2018), pasó a catapultar un conjunto de problemas que habían venido arrancando desde 2012, entre ellos, el déficit fiscal, que ha pasado a rondar cerca de un 20% del producto, acarreando un conjunto de compromisos de parte de la nación, con agentes  externos y tenedores de bonos, entre otras figuras, con las correspondientes particularidades que ha tenido la acción gubernamental de la presidencia de NM en algunas de las operaciones de bonos de años como 2016.

El mercado cambiario, receptor inmediato del rentismo y de la concentración en exportaciones petroleras -y de la casi nula oferta de agentes privados en el mercado de divisas cuya acción inmediata, dado el contexto, siempre sería quedarse con la mayor porción de las mismas-, no ha podido ser contenido por los variados regímenes cambiarios creados en medidas tomadas y comunicadas en distintos anuncios a través del tiempo ni por la endilgación de la culpa -por parte de la administración bolivariana y según momentos y períodos- a páginas en internet, como Dólar Today, que son resultado del desorden, la escasa información y el férreo y creciente control de cambios. Entre noviembre/diciembre de 2016 y enero 2017 –por ilustrar con alguno de sus momentos- el mercado cambiario evolucionó desde los alcanzados alrededor de 4.500 Bs F por $ a 2.500 para subir nuevamente a 3.500, con los agravantes de las innecesarias tensiones e impertinencias de política monetaria en cuanto a retirar el billete de 100 bolívares del cono monetario del bolívar fuerte en el momento –medida inmediatamente modificada- y las acciones sobre las particulares casas de cambios (puede verse el trabajo de R. Balza ¿Por qué cayó (y volvió a subir) el paralelo? http://masterecointerucv.blogspot.com/2017/01/por-que-cayo-y-volvio-subir-el-paralelo.html)[6].

Por razones de coyuntura, confluencia o circunstancias, el período de la revolución sin Chávez o administración de NM, nos presenta un tiempo de complicación de estas variables y en particular del mercado cambiario. Los niveles del dólar paralelo o negro 2014/2019, superando numerosas veces a los niveles controlados, bajo sus distintas denominaciones, solo son entendibles con la aguda desvalorización del bolívar y la rápida descapitalización de los venezolanos. Los niveles controlados como el de protección de Bs 10 por $[7] o los mayores fueron entrando en una especie de caja negra y de exclusividad y privilegio para su acceso. Es así como hay sectores industriales que destacaron no tener casi ningún acceso a los dólares Simadi[8], el cual fue superando los 650 Bs F por $ desde su instauración. Estos niveles del $ se alteraron/desaparecieron/aumentaron según la evolución económica y de las medidas de la administración bolivariana, superando para finales de 2017 e inicios de 2018 los 200.000 Bs F por $, según los registros en el dólar paralelo (y para el cono monetario del llamado bolívar fuerte vigente en ese momento). En la dinámica institucional, los “cambios” se convirtieron en una costumbre con pocos resultados positivos a registrar[9].

En un contexto de desinversión,  inflación de dos dígitos altos para 2013 y 2014,  de tres dígitos para 2015 y 2016 (180,9 % 2015 según BCV; aproximaciones preliminares 2016 pudieron verse The economist ya citado) y cuatro dígitos para 2017 (más de 2600% según la Asamblea Nacional; y más dígitos para 2018), controles agudos de precios y escasez de divisas, se generó, así, el fenómeno de la escasez -primero de bienes básicos y a renglón seguido de buena parte de bienes y componentes y bienes de inversión-. Para 2014 y 2015, la distorsión de precios relativos y la escasez, se convirtieron en un fenómeno estructural, muy difícil de corregir pues –crecientemente- arrastró aspectos económicos, psicológicos, de costumbre y de política económica –a pesar de intentos de modulación como requisas de inventarios, Sistema Biométrico o compras según número de cédula-. Para 2016, 2017, 2018 y entrado 2019, puede afirmarse que ningún problema de escasez de productos variados se ha logrado solucionar, a no ser aquellos casos de productos nacionales o importados –de alimentación o no- cuyos niveles de precios los vuelven inaccesibles para la mayoría de la población. En la cifras que maneja Cavidea, en el año 2015 un venezolano promedio estaba consumiendo alrededor de 20kg de alimentos por mes, para enero-julio 2016 el volumen bajó a 13 kg (se estima que el volumen promedio mensual adecuado bordea los 30 kg mensuales).

La administración bolivariana, no habiendo solucionado problemas estructurales, macroeconómicos y sociales, pero si habiendo atendido a través de las misiones a grupos sociales de los menos favorecidos en la distribución del ingreso, pasó entonces a presentar el deterioro en las condiciones de vida de grandes grupos de la sociedad venezolana, dejando solo la satisfacción para los incondicionales como seguidores políticos y los acomodados, incluidos los beneficiarios de corrupción.  Este ha sido un proceso extensivo -y según los casos más o menos intensivos- desde los dólares hasta las bolsas y/o cajas de alimentos de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Debe reconocerse que a pesar de los mismos sesgos –y otros problemas arrastrados o generados- la construcción y distribución de viviendas ha tenido niveles relativamente altos a pesar de no satisfacer la magnitud de necesidades de las mismas y haberse presentado numerosos cuestionamientos a la calidad; con los matices correspondientes de toda la administración bolivariana y del presidente NM en particular.

Desde el punto de vista sectorial, como hemos indicado, la economía venezolana no habría logrado superar, por razones de dotación factorial, pero más aún por ausencia de estrategias de desarrollo de largo plazo, la vocación o adicción petrolera,  a pesar de que la administración bolivariana siempre ha profesado que si tiene estrategia y que quienes no la tienen son los grupos que se oponen a ella. La dinámica en otros sectores, habría estado signada por el estancamiento y perdida de importancia productiva, como es el caso del sector agrícola, ya de por si venido a menos  en décadas previas a la administración bolivariana. De haber, por lo menos acumulado experiencia y relativa importancia –aunque más no fuese que para el suministro de bienes a nivel nacional-, la nación, después de más de 20 años de gestión de la administración señalada, pasó a desarrollar una verdadera agricultura de puertos, importando bienes agrícolas y pecuarios de distinto tipo, y a ubicarse cada día más lejos de la idea del presidente HC –acogida, directa o indirectamente, por el presidente NM- de convertir a Venezuela en una potencia agrícola[10]. Son certeras las observaciones de Concheso en tales asuntos: “…en los 57 (desde 1941/EOR) años[11] hasta 1998 el país logró 100 % de autosuficiencia en rubros como maíz blanco, frutas, vegetales, café, cacao y arroz, 80 % en ganado, cerdos y aves, y 70 % en azúcar. En general, la autosuficiencia estaba en el orden de 75 a 80 %, con exportaciones que compensaban buena parte de la necesaria importación de rubros como trigo, maíz amarillo y leche en polvo. Se podía decir que había una balanza de pagos agrícola para efectos prácticos equilibrada. Por otra parte, la aplicación juiciosa de tecnología y administración cuidadosa de los fundos para mantener su rentabilidad, le había dado impulso a una clase empresarial de pequeños y medianos empresarios del campo, a veces agrupados en cooperativas de gran prestigio y eficiencia como COPOSA en el Estado Portuguesa, para mencionar una de las más emblemáticas” (ver Aurelio Concheso, La agricultura venezolana en terapia intensiva, www.es.panampost.com 19 febrero 2018).

No han funcionado ni las ideas ni los 15 motores  del presidente NM, ni para la solución de sesgos o problemas estructurales ni para darle un mejor desempeño a Venezuela en el plano internacional o de la competitividad. Abastecimiento de productos e insumos, industrialización y desarrollo de exportaciones siguen siendo tareas pendientes que cada día requieren más recursos humanos que no están estrictamente consustanciados con la repetición de ideas del fanatismo y la demagogia. Por lo demás, nadie viene a desarrollar a nadie: también lo han demostrado rusos, chinos, brasileños e iraníes; por mencionar algunos de los que han sido de interés para la administración bolivariana, pues otros países (Argentina, Cuba, Nicaragua o Bolivia) han sido altamente beneficiarios directos de una especie de ineficiente o productivo -para los mismos- subsidio internacional que, asimétricamente, les ha venido dando Venezuela.

Al igual que el punto agrícola, existen las experiencias, procesos e ideas sobre el área industrial. Para 2015, Venezuela ya había acumulado una desindustrialización considerable, la cual -grosso modo- habría abatido alrededor de la mitad de los establecimientos industriales y el 50% de los empleos directos del sector industrial (300.000 empleos directos y 900.000 indirectos, según datos difundidos por CONINDUSTRIA)[12]. Ubicándose en una posición donde tendría que industrializarse aceleradamente –al tomar en cuenta determinados parámetros- para nivelarse y encaminarse por una ruta de desarrollo que implicase a este sector. Informes de Cavenez diciembre 2016 ubican como la industria automotriz vendió tan solo 3.008 unidades nuevas (Ford Motor, Toyota, Chrysler, Iveco, MMC, y General Motors) durante el año de los informes, lo cual ubica a tal industria en un estado de casi paralización. Por otra parte, representantes de la industria de autopartes –otrora área de importante dinamismo- también a finales de 2016 en actividades de Conindustria (perspectivas Conindustria 2017) destacaron como estaban produciendo a 30% de su capacidad con altos problemas en divisas, insumos y área laboral, y su situación general era cercana a un colapso. La discusión en la administración bolivariana -atinente a conceptos- y la operatividad en el área referida, ha sido bastante escasa a pesar de inclinaciones aparentemente favorables.

También desde el punto de vista sectorial y asociado al tamaño de las organizaciones empresariales y a formas de participación de la sociedad civil, es importante destacar los pocos avances que -en términos relativos a otros países de la región- se habrían presentado, en cuanto a desarrollo de la pequeña y mediana empresa en términos de gestión o facilidades de financiamiento, entre otros aspectos. Pero también, el bajo desarrollo del cooperativismo, a pesar de períodos donde se buscó desde la administración bolivariana aupar el desarrollo del mismo. La falta de precisión conceptual, así como lo itinerante de las políticas hacia esta área, permiten observar un abandono de la idea de estimular el cooperativismo, del lado de la administración bolivariana.

En zonas como Carabobo, las pequeñas y medianas industrias han venido siendo afectadas por el contexto económico señalado y de manera muy específica -como también está sucediendo en otros estados y regiones- por los compulsivos y frecuentes aumentos salariales[13] que mientras más ha avanzado la administración del presidente NM más conmueven a la población y a los pequeños empresarios, dado que con tales aumentos no pueden fácilmente trabajar, ocasionándose los correspondientes despidos y cierres de empresas. Esto último, se ha visto en la región, se convierte en un nutriente de la informalidad. Según la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales y Artesanos de Carabobo (Capemiac) más de 50% de los que salen de las empresas tienen tal destino.

Ante esta acumulación de políticas inestables, imprecisas o no bien enfocadas, el escenario 2013/2018 se tornó conflictivo, dramático, y con resultados significativamente preocupantes en cuanto a la estabilización del país y a sus efectos para 2018 y años siguientes. Más aún porque, a pesar de los altibajos, la mayoría de la proyecciones en cuanto a precios del barril de petróleo, desde el segundo semestre de 2014 hasta entrado 2015, apuntaron en líneas generales, en el mejor de los casos, a precios no superiores a 70 $ hasta finales de este último año, lo cual se cumplió; y a la posibilidad de nuevos precios altos -y no superiores a 100$- para 2016 o 2017, lo cual no se cumplió, observándose la continuidad de precios bajos. Ninguna de las proyecciones avanzado 2017 perfilaba sorpresas en cuanto a aumentos súbitos en los precios del barril En el plano real, los inicios de 2016 enfrentaron a la nación –por ejemplo- con precios del petróleo por debajo de 30$ el barril. A finales de 2017, si bien en el último trimestre los precios de la cesta venezolana superaron los 50$, durante todo el año se promedió 46,66$ el barril –tal cual se señaló más arriba- (ver http://www.menpet.gob.ve/). De manera intempestiva, sin embargo, en el mes de mayo de 2018, aumentaron los precios del petróleo ubicándose para las mejores calidades cerca de los 80$. Para algunos se observó que ello representaba el finiquito del periodo precios bajos; para otros no se presentaba fácilmente a partir de ello, prever que los aumentos fuesen a continuar, y para otros más, se trataba, en tal momento, de una fluctuación típica y con la correspondiente conformación de un nuevo periodo de precios altos, que podría convertirse más adelante en su contrario, esto es un nuevo periodo de precios bajos. Dentro de los factores que desde el inicio del aumento fueron considerados como determinantes se encontró, la disminución de inventarios por parte de algunos países, las posibles disminuciones de producción por parte de Irán, dada la variación para el momento de la actitud estadounidense en acuerdos/sanciones y la disminución de la producción de crudo por parte de Venezuela (para abril 2018 se ubicó en 1 ,4 millones de barriles diarios y algunos perfilaron su ubicación en 1 millón para fines de año) (ver https://www.bbva.com/es/esta-subiendo-precio-petroleo/ 29 de mayo 2018; www.bbc.com 28 de mayo 2018).

Dados los aumentos presenciados ya entrado 2018, debe señalarse que en julio del año señalado, el petróleo retomó un precio de 4 años antes, alcanzando -según cifras publicadas por el Minpet- el precio promedio del crudo venezolano durante la semana que finalizó el 6 de julio, a $ 69.65 (un aumento de $ 2.58 desde los $ 67.07 del cierre de la semana anterior). Llegando así a un precio promedio -en lo transcurrido del año 2018- de $60,03 (un máximo en los últimos cuatro años; www.lapatilla.com julio 9 2018). Contrariamente, al cierre de 2018 el petróleo ya había bajado el precio de la cesta petrolera venezolana retrocediendo por segunda semana consecutiva, al perder 2,85 dólares. En el periodo comprendido del 17 al 21 de diciembre del año en referencia se ubicó en 51,45 dólares (frente a los siete días previos donde cerró en 54,30 dólares el barril según datos del Ministerio de Petróleo; ver www.descifrado.com diciembre 21 2018). Por lo que respecta a 2019 los sondeos de Reuters para finales de 2018 nos bordean los 60 dólares para WTI (WTI 2019 = 61,05 USD por barril). El sondeo de Reuters a 32 economistas y analistas pronosticó que el precio del petróleo WTI en 2019 promediaría 61,05 dólares por barril (frente a los 67,45 dólares proyectados en la encuesta anterior; el precio del petróleo WTI en 2018 promedió 64,98 dólares el barril). (https://www.preciopetroleo.net/precio-petroleo-2019.html). Correspondientemente, a finales de 2018 no se presentaron perspectivas de aumentos sustanciales en los precios del barril como para acercarse a los altos ya señalados.

En este contexto y dada la importancia que el petróleo ha tenido para la publicidad -y apoyo a países simpatizantes- del proceso de más de 20 años llevado en Venezuela por la administración bolivariana, las acciones de esta última fueron implicando, desde 2014, la radicalización del discurso político[14] y la acciones en contra de personalidades y grupos de opositores, así como fortalecimiento de la actitud de desdén ante la crítica o ante la profundización de problemas económicos señalados o políticos y sociales como la corrupción y la inseguridad.

AMIGOS Y ENEMIGOS INTERNACIONALES: CONTEXTO DE LA POLARIZACION INTERNA
De esta manera, las gestiones internacionales de la administración bolivariana han implicado la búsqueda de adeptos y amigos -directa o indirectamente-  a través de la creación –por ejemplo- de un acuerdo altamente asimétrico entre sus miembros, como lo es el ALBA. También ha implicado la búsqueda de apoyo político y económico de parte de países como Cuba, China, Rusia e Irán. En el caso de Cuba y China, las relaciones han abarcado numerosos aspectos; en cuanto a la primera, se ha construido una relación de tutela desde los tiempos del presidente HC y se ha profundizado con el presidente NM, siendo, desde el punto de vista económico, muy beneficiosa para la isla del Caribe[15]; en el caso de la segunda, se trata de una relación bastante dependiente del lado de Venezuela a través del Fondo Chino u otras figuras que, ante los problemas de escasez de divisas, déficit fiscal y necesidades de financiamiento, las autoridades venezolanas han buscado recurrir a las mismas en diversas oportunidades. Pero también en el caso de China, los suministros petroleros como pago de deuda, las importaciones de autos, autobuses, alimentos y otros productos como satélites, hacen que la relación con tal nación se haya venido ampliando de manera considerable en lo visto hasta 2018 y en los perfiles abiertos para años siguientes a este último.

A la par que ha sucedido con la evolución de las relaciones comentadas, crecientemente Venezuela, desde los inicios de la administración bolivariana, ha visto irse deteriorando las relaciones de distinto tipo con EEUU. En el campo comercial y su principal instrumento de vínculo, que son las exportaciones petroleras desde Venezuela hacia tal nación, se mantienen en porciones importantes; aunque, indudablemente, en la medida en que Venezuela ha visto aumentar sus colocaciones en Cuba por acuerdos vinculados a elementos señalados en el trabajo y a variados países del Caribe que son beneficiarios de los arreglos en Petrocaribe y, así también, a colocaciones diarias en barriles hacia China como medio de pago, los montos de  barriles o de ventas en dólares hacia EEUU han disminuido según períodos[16], aunque esto no represente una disminución radical de los mismos.

Contrariamente a lo sucedido con Venezuela, en el caso de las relaciones EEUU-Cuba, se buscó, desde finales de 2014 y comienzos 2015, poder establecer políticas de mejoramiento en turismo, remesas, establecimiento de embajadas, entre otros tantos elementos. Todos estos aspectos estuvieron presentes en la VII Cumbre de la Américas celebrada el 10 y 11 de abril 2015 en Panamá[17], donde a pesar del triunfalismo que siempre ha ejercido la administración bolivariana para distintas circunstancias, pudo observarse el pragmatismo de distintas naciones y la pérdida de apoyos que se han venido acumulando en relación a Venezuela. Terminó siendo una Cumbre más en relación a tratamientos diversos que se requieren en la región y Venezuela, junto a acciones sobre las cuales tampoco hubo decisiones, ni siquiera al nivel en que pueden acordarse en estas Cumbres.

Todo el conjunto de evoluciones referidas, tanto en el plano nacional como en el internacional, y específicamente en la relación con EEUU, produjeron, ya para el segundo trimestre de 2015, actitudes más violentas y agresivas de parte de la administración bolivariana, pero también se reforzó una actitud de critica antiimperialista, antiestadounidense y de disposición salvadora de la nación venezolana que, en el contexto de la administración bolivariana, ha asumido  la dimensión internacional como desahogo o intento de canalización de energías que permitiría desatender la solución de los problemas locales.  Si bien para 2016, 2017 y 2018 esa actitud ha continuado, en el contexto de la administración Trump se le han generado a Venezuela interrogantes y desafíos por aproximaciones y afirmaciones vistas en tal administración. Debe añadirse  el marco de complicaciones que, en las relaciones con EEUU, Canadá y la Unión Europea, se presentaron a partir del establecimiento de sanciones a funcionarios, derivado de los agudos y extendidos sucesos del año 2017, en razón de las ejecutorias de procesos represivos y alteradores de la democracia de parte de tales funcionarios, incluido el presidente de la república[18]. A pesar de las diferencias en la intensidad de los conflictos entre 2017 y 2018, durante este último año continuaron tales acciones y sanciones en cuanto a funcionarios venezolanos[19].

Por otra parte, se trata también de un escenario donde en un acuerdo -Mercosur- en el cual ingresó Venezuela en 2012 –tal cual fue precisado más arriba-, también ha acumulado problemas en sus desempeños, según todo lo visto con los impedimentos presentados por otros países del mismo para que Venezuela ejerciese la Secretaria pro tempore avanzado 2016. Esta circunstancia condujo a episodios relativos a los intentos de Venezuela de ejercer casi impositivamente la Secretaría en una reunión en Argentina, que terminó siendo fallida, durante el mes de diciembre (día 15) de este último año, dada su previa expulsión, en razón -según los otros miembros del Acuerdo- de no haber cumplido con todos los pasos y procedimientos asignados a la nación, desde su incorporación al mismo, decidiéndose el 2 de diciembre  el “cese del ejercicio de los derechos inherentes a la condición del Estado parte del Mercosur (miembro pleno)” y habiéndose agregado que la reincorporación de Venezuela conllevará renegociar las condiciones de adhesión (ver Sergio Meza, Mercosur. La quimera venezolana, http://masterecointerucv.blogspot.com/2017/02/mercosur-la-quimera-venezolana.html,  lunes, 6 de febrero de 2017; Félix Arellano, ¿Suspensión o expulsión? martes, 6 de diciembre de 2016, http://masterecointerucv.blogspot.com/2016/12/suspension-o-expulsion.html)[20].

LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO: AL FIN Y AL CABO LA POBREZA.
En toda esa evolución, si hasta los catorce años con HC en la presidencia, la administración bolivariana no había avanzado en la construcción de un socialismo distinto al socialismo rentista y sin rumbo precisable que se observaba, para lo que llamamos la revolución sin Chávez -o administración de NM-, como capítulo de la administración bolivariana, la economía y la sociedad se encuentran crecientemente problematizadas y desviadas de  todo lo que podrían ser las propuestas del socialismo contenidas en el Plan de la Patria[21] o en las ofertas iniciales de crear una sociedad más justa, equilibrada y encaminada hacia el crecimiento y desarrollo. La nación no se convirtió ni en potencia agrícola, ni en país de clase media, ni en país del primer mundo, que no son más que expresiones fáciles para ocultar fracasos y desaciertos.

Todo lo contrario, la nación, como nunca se vio desde 1958, se ha encontrado afectada por el hambre, la inseguridad, la falta de oportunidades, las condiciones difíciles para invertir, conseguir empleo o simplemente trabajar. Pero  tampoco se llegó a observar desde tal año, la aparición extensiva de la pobreza y un agudo deterioro de valores en instituciones y ciudadanos como el observable a partir de -alrededor de- 2012. La encuesta Encovi que ha venido desarrollándose (por parte de la UCAB, UCV y USB) desde 2014, ha destacado y alertado en distintas formas el aumento de la pobreza; histórico y nunca antes visto, al observar niveles como el de 2017. La última, presentada a inicios de 2018 (21 de febrero), destacó como la pobreza total abarca ya a cerca de un 90% de la población y la extrema –atinente a alimentos-, a alrededor de un 61%[22].

En tal contexto y en base a lo revisado y visto, pueden plantearse algunas líneas y bocetos de asuntos, problemas y dinámicas que haya que atender en el futuro de la sociedad y la economía venezolana, haciendo abstracción de lo que podrían ser precisiones temporales de corto, mediano y largo plazo.

AREAS Y LINEAMIENTOS DE ACCIÓN
Lo que deberá atenderse y reconstruirse después que finalice la administración bolivariana es significativamente amplio, pero puede enfocarse en asuntos inevitables o en algunos de los fundamentales. No es fácil arreglar un país. No es sencillo encontrarle a una nación un rumbo extraviado desde hace décadas[23], con resultados de empobrecimiento y deterioro económico de manera importante en los más de veinte años transcurridos desde que se inició tal administración. Es empedrado para caminar, el caso de una nación donde su administración del período 1999/2019 y sus simpatizantes, muestran una notable indiferencia –o dan explicaciones “convenientes”- en cuanto al destino de más de 1 billón (millón de millones) de $ ingresados por concepto de petróleo en alrededor de 20 años.

Las siguientes son –aproximativamente- algunas de las áreas donde deberá haber énfasis, detenimiento, trabajo, consenso y cambios importantes.

Rentismo y sectores.  Venezuela seguirá teniendo y disfrutando del petróleo. Al ser controlado por el Estado y gobierno de turno, se continuará presentando el rentismo que le indica a los buscadores de renta y a los buscadores de corrupción que en el área estatal es donde se encuentra la renta y el dinero. Es asunto viejo pensar que hay que darle impulso a otros sectores de la economía. Lo que en décadas se logró en desarrollo sectorial ha desaparecido o se ha visto alterado de manera importante, sobre todo durante la administración bolivariana. Productos de las áreas automotriz, metalmecánica, construcción o química, en los cuales se habían alcanzado logros de producción y de exportación, han vuelto a convertirse en objetivos a alcanzar o retomar. La administración señalada ha sido particularmente deformadora de la estructura productiva que se había alcanzado, colocando a variados sectores hoy día a punto del colapso. No hay instrumentos ni políticas que solucionen esto en días o semanas, se requerirán años y lustros. Así, la Venezuela Post-rentista es una temeridad o una oferta demagógica  –cuando se plantea para el corto o mediano plazo-  y lo que se debería buscar es que los efectos negativos del rentismo sean compensados por los positivos, que deriven de una más adecuada combinación de políticas y una mejor organización sectorial.

Instituciones. BCV y ministerios. El proceso atroz de desinstitucionalización, observado en los más de veinte años de administración bolivariana, ha producido el descalabro de variadas instituciones. El BCV se ha deteriorado grandemente en funciones, sentido y gestiones. Se expresó por parte del nuevo presidente del BCV –Ricardo Sanguino- nombrado a inicios de 2017: “Debemos decirle a nuestro pueblo que los bancos centrales fueron hechos por el sistema capitalista como un instrumento que lo pone por encima del gobierno y el Estado, pero recordemos que fue en la administración del presidente Chávez cuando esto se cambió y Venezuela empezó a desvincularse del modelo capitalista” (www.eluniversal.com 23 de enero de 2017). Se traduce en algo como que la autonomía de un Banco Central es una especie de invento malévolo del capitalismo. El antiguo Cordiplan y variadas Oficinas y ministerios están considerablemente deteriorados. PDVSA, de tener una caja negra pasó a convertirse en una caja de Pandora. La Cancillería, por su parte, ha acumulado ingentes problemas de funcionamiento y sentido. A finales de los noventa, Venezuela estaba necesitada de un impulso y desarrollo institucional considerable[24], para cualquier reestructuración futura habrá que recuperar las instituciones que se pueda e iniciar con otras desde cero.

Controles y formación de precios. Una amalgama impresionante acumuló Venezuela en los más de veinte años transcurridos de administración bolivariana, en la interrelación de controles de precios de bienes, servicios y mercado cambiario, que aunado a deformaciones estructurales de la producción, asociadas a la desindustrialización y a la ausencia de adecuadas políticas, crearon un contexto de dificultades para que al acentuarse/presentarse desde 2013 mayor inflación y una aguda escasez de bienes, efectivo (a partir de 2016)[25] y divisas, junto a complicaciones de endeudamiento por imposibilidad de pagos –como se vio en 2018- y necesidades coligadas a la baja en los precios del petróleo (desde 2014), se irradiara en efectos negativos hacia otras esferas como servicios sociales y en valores y comportamiento ciudadano (deteriorándose), en un movimiento totalmente contrario al concepto de desarrollo económico y social. Un verdadero proceso de descomposición nacional y de antidesarrollo. Esto no lo solucionará una idea extrema de libre mercado, ni el invento de controles adicionales a los –perniciosos- ya desarrollados por la administración señalada. Si bien la economía ha presentado una dolarización informal, el dólar paralelo no ha sido el único determinante de la inflación (un punto de vista favorable y discutible sobre la dolarización puede verse en César R. Gallo P. Dolarización y pobreza en Venezuela www.prodavinci.com;  10 de febrero, 2017). Venezuela en 2017/2018 –y ya desde 2016- se encontró claramente en hiperinflación[26], pues para ello no es necesario localizar los terribles cuatro dígitos, ni el que se alcance 50% mensual de aumento en los precios según una de las definiciones tradicionales en macroeconomía (Phillip Cagan/1956); la intensidad y velocidad de los aumentos de precios, la desvalorización del dinero y la actitud de distintos agentes económicos en la búsqueda de alternativas a esta última, lo permiten afirmar. Desmantelar el control de cambios, que ha sido un generador de alteraciones productivas, a la vez que de corrupción así como un arma de control político, puede hacerse de un día para otro, pero los efectos de ello serán notables en distorsión, confusiones y alteraciones productivas. Lo dramático es que va a tener que suceder. Igual que en otros precios, donde se deberán quitar controles, pero no siempre el mercado va a brindar los mejores o más rápidos equilibrios, según los casos. Los agentes económicos –empresarios, consumidores y gobierno- deberán reeducarse para canalizar la formación de precios relativos, 

Autonomía de poderes. Igual que en otros casos, la administración bolivariana ha convertido la autonomía de los distintos poderes en algo sin sentido. Simplemente -según su óptica- debe haber parcialidad y no hay nada más que discutir[27]. Viéndolo con un ejemplo particular es más o menos lo que los administradores cubanos decían y ejecutan sobre la prensa: los periodistas de los medios oficiales -que son los permitidos- deben estar parcializados hacia el gobierno y no hay nada más que plantear. Nombramientos adecuados a los cargos, misiones, respeto y sentido de autoridad será parte fundamental de lo que haya que retomar, recuperar o desarrollar en los lustros venideros, por parte de cualquier cambio de administración en Venezuela. Ello implicará regresar a nociones elementales de la autonomía de los poderes públicos, por los que ha transitado la humanidad en por lo menos los últimos doscientos años.

Educación. La administración bolivariana, ha buscado convertir la educación, en lo que en las ciencias sociales se ubicó alguna vez como un Aparato Ideológico de Estado. A desconsuelo de ello son previsibles resultados parecidos a los de Cuba, donde a pesar de habérsele asignado ese rol, ni surgió el hombre nuevo ni los ciudadanos dejaron -ni dejarán- de pensar en abandonar el país (de interés Yoani Sánchez, Medir la desesperanza www.14ymedio.com, La Habana | Febrero 12, 2017). Los esfuerzos de aquel intento no siempre han sido procesados, sea por el descaro o la resistencia de la sociedad civil. Pero desde el área primaria hasta la universitaria, se ha ido formando un sector dual en cuanto a lo que se enseña en unos y otros lugares y que -en los controlados por la administración bolivariana- tiene que ver en momentos o puntos con un claro proselitismo político. En docentes, alumnos e instituciones tendrán que haber cambios notables para retomar o desarrollar un verdadero sentido de la educación en pro del desarrollo del país. Es con recursos humanos preparados técnicamente, en distintos niveles y áreas, como se desarrolla una nación y esta gana el respeto a nivel internacional; no es con manuales de adoctrinamiento o proselitismo político.

Militarismo. Con la idea de la unión pueblo y ejército, los militares han pasado a ocupar y desempeñar en la actual Venezuela posiciones y actividades para las cuales no existe percepción que se acople a la idea de su sujeción al poder civil, ni a su razón de existencia. Privilegios y beneficios no siempre justificados están, además, permanentemente referidos y sentidos por la opinión pública y la comunidad. Esto deberá cambiar e incluso ejecutarse cambios a lo interno del organismo militar. No será un proceso fácil ni exento de discrepancias, pero es indudable que la nación deberá asumirlo. En los casos de las fuerzas asimiladas en su versión de milicianos, el presidente NM con definida significación política resaltó en su cadena del 31/12/2018, la alta significación de haber alcanzado estos últimos la cifra de cerca de 1,6 millones de venezolanos[28].

UN RESUMEN FUNDAMENTAL
Contrario a la importancia de estos elementos estructurales la administración Maduro persiste, a finales de 2018 e inicios de 2019, en señalar éxitos para las ejecutorias en el tiempo transcurrido y en insistir en la novedad y grandeza del Programa de recuperación económica… imperante desde el 20 de agosto de 2018[29]. Ni trascurrido lo restante de 2018 desde que empezó a ejecutarse, ni iniciado 2019, se ha visto resultados positivos o tangibles del mismo. Contrariamente, la economía y la sociedad con todos sus efectos, vieron presentarse una problemática que puede catalogarse como estructural/viciosa y que incorpora la ausencia de divisas y la hiperinflación.

Organismos como el Banco Mundial han estimado que, la recesión en Venezuela, entre 2018 y 2019, puede sumar más de 26 % de decrecimiento. Igualmente, hasta 2018, supera el 50% la recesión acumulada en 5 años desde 2014[30]. El desempleo abierto se ha estimado en alrededor del 30%, sumándole aumento de la informalidad e imprecisiones derivadas de la confusa situación de interconexiones en la producción que todavía subsiste.

Las difundidas proyecciones de The economist, aunque más bajas para Venezuela en 2018, no dejaron de ser alarmantes, al indicar que la crisis continuaría empeorando de acuerdo a las previsiones económicas que ponían a Venezuela como el líder en peor rendimiento económico de todo el mundo en el año señalado. La contracción de la economía venezolana, previó ser de -11,9 % para el 2018. A Venezuela solo la acompañaban otros tres países en la lista de crecimiento negativo: Puerto Rico con -8 %, Guinea Ecuatorial con -3.7 % y Corea Del Norte con -1 %. Así el medio señaló que “Las heridas en Venezuela, que probablemente sean las de peor desempeño con una pérdida del 11.9%, son autoinfligidas, ya que la gran mala administración ha llevado a la hiperinflación y al inminente incumplimiento de la deuda soberana”[31].

Son variados los aspectos institucionales, estructurales, macroeconómicos, de sentido y elaboración de políticas implicados, pero es resaltante la ausencia de divisas que presenta la nación, después de haber dispuesto de un cuantioso excedente durante buena parte de los 20 años de las ejecutorias de la administración bolivariana (HC y NM)  y que no es evidente haya sido invertido en sus ¾ partes en Gasto social o que la corrupción haya estado lejos de ese más de 1,2 billones de $. El férreo y perjudicial control de cambios desde 2003, ha añadido su cuota parte así como también inversiones ineficientes y proyectos infructuosos. La disminución de los precios del petróleo desde 2014, solo en tiempo reciente ha sido compensada parcialmente con aumento de precios cuyo carácter relativo se ha destacado más arriba, y que se han enfrentado con la disminuida producción petrolera de la nación por falta de acciones preventivas, incluidas adecuadas inversiones.

En ese contexto la administración ha optado por tener el petro como una especie de última esperanza y al Arcominero como polémica inversión, colmada de numerosísimas criticas ambientales y de aquellas vinculadas al “aprovechamiento” del tradicional  -y criticado también por la izquierda en América latina- extractivismo.

Esa ausencia de divisas continuará en 2019 y el petro no brindará la solución ampliada que espera la administración. Pero también continuará avanzando la dolarización informal, que ha ido abarcando a la economía venezolana. Además de las expresiones tradicionales que ha venido implicando tal dolarización[32], ahora se le aúna y es previsible que se irá extendiendo en 2019, la oferta de bienes directamente en dólares. A pesar de las leyes, de las normas y de los esfuerzos de la administración bolivariana por facilitar el uso y registros en otras monedas, el dólar sigue imperando y extendiendo su uso informal.

Igualmente continuará en 2019 la hiperinflación desbordada, con límites en la destrucción de la salud, la vida, la estabilidad y el impulso a la migración de las personas y el recurso humano del país. Los ejecutores del poder ven todo estable y mejorando, pero la mayoría de la gente siente zozobra e inestabilidad profunda con un proceso hiperinflacionario no visto antes en Venezuela. La programación de la vida, la estabilidad de las familias y de las inversiones y empresarios se ve crecientemente horadada por la inflación en su versión extrema. Iniciando 2019 ya está, por otra parte, nuevamente oxidado el nuevo cono monetario vigente desde el 20 de agosto con el Programa… y seguramente la administración bolivariana en sus lides repetitivas volverá a verse tentada a quitarle ceros a la moneda.


07 de enero de 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com



[1] El nivel de ingreso p/c por paridad de poder adquisitivo que estipula el FMI para años próximos cercanos, todavía lo presenta algo distante del mundo desarrollado. Una opinión de referencia -o de interés polémico- en cuanto a estos asuntos, puede encontrarse en https://www.latercera.com/opinion/noticia/chile-desarrollado/109617/.
[2] Se le atribuye  a Uslar Pietri  (periodista, político y escritor) la popularización de la expresión “Sembrar el petróleo” quién, el 14 de Julio de 1936, publicó en el diario caraqueño Ahora, un editorial titulado “Sembrar el petróleo”. La frase, sin embargo quien la conceptualizó fue Alberto Adriani, antes de esa fecha y como parte de sus proyectos a ejecutar una vez desapareciese la dictadura de J. V. Gómez. Fue diplomático y periodista, con estudios de economía, y además fue funcionario en el gobierno de Eleazar López Contreras y murió muy joven (38 años, 1898/1936); varios de sus escritos fueron recopilados en el libro Labor venezolanista.
[3] La administración bolivariana, en expresiones del presidente Chávez y sus exégetas, ha ubicado desde sus inicios tales cuarenta años, como perdidos. Cosa no solo falsa, sino que cada día han pasado a ser más añorados, por una porción importante de la población (ver Eduardo Ortiz R. Ídem).
[5] Además de lo que en el trabajo se resalta en tal sentido, puede destacarse lo contenido en un artículo de R. Denis publicado en aporrea.org. Su artículo Adios al Chavismo representa, de manera oportuna, para finales de septiembre de 2015, una síntesis de numerosos problemas y reacciones observadas en este álgido año. Dice así Denis: “El chavismo como a todos le tocó también corromperse, reproduciéndose en un legado de digna manipulación maquiavélica donde a diferencia de tantas memorias revolucionarias pasadas no deja materialmente nada. No deja nada que suponga inteligencia, productividad, ciencia, organización colectiva, de lo cual podamos estar orgullosos a pesar de todo. Es un legado vacío y meramente simbólico, donde solo los pocos que han podido resistir al cerco violento y burocrático al que han condenado este país, quedan medrando un grito revolucionario y autogobernante posible: comunidades, comunas, órdenes de control obrero decaídos, sin posibilidad alguna de unificarse para despedazar esta infernal burla. Eso ahora es imposible, más tarde quizás pero los pasos de unión habrá que darlos, y son muchos y largos. El “adiós al chavismo” es el adiós a un extraordinario sueño que frente a nuestras caras se nos convirtió en una pesadilla, en una especie de maldición a la cual todas las tendencias que se dicen revolucionarias día a día le proponen una salida; unas más principistas, otras más pragmáticas, otras valientemente se despegan del comando político oficial. Pero así mismo, todos los días esto va perdiendo más y más sentido, ya que el chavismo dejó de tenerlo, siendo inútil proponerle salidas cuando su esencia quedó totalmente ahogada en el fichaje gansteril que gobierna el gobierno, gobierna sus bases, gobierna el saqueo monumental que han generado. Los afiches del recuerdo chavista y del mismo Chávez se desmoronan ante la indiferencia colectiva, para pasar a la nada, al símbolo sin contenido propio de los capitalismos informáticos, esa “estética del vacío” que inauguraron ya hace unos años nuestros espléndidos escuálidos. Y esa es precisamente la razón por la cual el chavismo muere condenando a todo un pueblo a la improductividad, fascinado por la capacidad de manipulación que le ha dejado su comandante-presidente y que se la arrebatan después de muerto, pero deshaciéndose a su vez en esta fascinación mediatizada. Se olvidaron de hacer el cálculo en el tiempo de cuánto funciona semejante imposición al subconsciente colectivo. Ya llegó su fin, ya llegó el adiós que millones le estamos dando.” (ver Roland Denis, Adiós al Chavismo. 28 de septiembre de 2015 www.aporrea.org). 
[6] Por razones diversas de este particular mercado, volvió a bajar el precio de la divisa alrededor de comienzos de marzo de 2017, para luego, a finales del mismo mes, en el contexto de la conflictividad política asociada a las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia, donde se alteraba el hilo constitucional, buscando afectar las posibilidades de desempeño de la Asamblea Nacional, volvió a subir a cerca de BS.F. 4000 por $ (Dólar Today).
[7] Desapareció a inicios de 2018.
[8] En el año 2017 se estableció el sistema Dicom, del cual se da una versión II en el  2018 y en base al cual se han establecido subastas de dólares. Ya iniciado 2019,  y según la evolución de la política económica y del propio contexto económico, pudo observarse la disminución de la distancia entre el $ paralelo y el dólar Dicom, alcanzando este último cerca de dos terceras partes de aquel. Desarrollos iniciales en tal sentido pueden verse en la nota siguiente.
[9] Pudo observarse como en el caso del DICOM -avanzado 2017- prácticamente entró en inactividad y a comienzos de 2018 se reactivó, convirtiéndose -por esa y otras razones- en un órgano e instrumento en permanente reestructuración y replanteo. Esto es, siempre se ha vuelto a lanzar como en un “ahora sí”. Siendo que su afectación ha sido estructural: no ha habido tantos dólares como antes, ni cercanamente. Los $ existentes han sido para el sector público, pago de deuda, la camarilla y las otras reparticiones discrecionales; el resto, para los agentes privados en porciones no trascendentales, como en la primera subasta del DICOM 2018 donde algunos empresarios obtuvieron 15.000 $ para sus actividades empresariales, lo cual para estos ámbitos no es propiamente abundante. La distancia entre sus niveles para el precio de la divisa (alrededor de 25.000 Bs por $ en esa subasta de enero 2018) y el dominante  de la  página Dólar Today, siguió siendo monumental. Las otras divisas, distintas al dólar, no han sido apetecidas con la misma fuerza -ni tampoco ha habido abundante disponibilidad de ellas-; adicionalmente, por tanto, las ofertas pasadas en este sentido tampoco se materializaron (ver Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/35947312/DICOM_CRIPTOMONEDAS_CAJAS_BONOS_CARNETS_ORGANIZACI%C3%93N_POPULAR_MOTORES_PAIS_POTENCIA_instrumentos_de_una_pol%C3%ADtica_econ%C3%B3mico_social_itinerante_y_de_efectismo.Venezuela febrero 2018). Deben resaltarse las devaluaciones tenidas por el bolívar en la secuencia de las tres primeras subastas del “nuevo” Dicom, pues el tipo de cambio resultante de la segunda y la tercera fue de 29.374,88 bolívares fuertes por $ y 35.941,86 Bs/$, a pesar de su considerable distancia con el dólar paralelo que, para los momentos del caso, bordeaba los 220.000 Bs por $ (www.el-nacional.com 22 de febrero y www.elimpulso.com 28 de febrero). 
[10] Ambición temprana expresada por el presidente Chávez en inicios de su gobierno y retomada por el presidente Maduro. Al momento actual Venezuela no se ha convertido ni en potencia agrícola, ni potencia industrial, ni potencia petrolera, ni mucho menos país potencia. La industria petrolera ha pasado por parecidas afirmaciones de exaltación en variadas administraciones, porque se tiene petróleo para 300 años. Petróleo bastante difícil de extraer, más aun en una economía que ha visto decaer su principal actividad y decaer su principal empresa. Una nación que ha desatendido el sector universitario, la ciencia y la tecnología, nunca será un país como el proyectado por aquellos presidentes. Todo lo contrario, la nación se encamina a un círculo vicioso de empobrecimiento, desinversión y decrecimiento dentro de un contexto hiperinflacionario (Eduardo Ortiz Ramírez, Ídem).
[11] A pesar del abandono y desatención de la agricultura y del campo en general, dada la aparición del petróleo señalada, hubo periodos, episodios y políticas implementadas que deben destacarse y, en este sentido “…a partir de 1941, gracias a la actividad de la Corporación Venezolana de Fomento, la agricultura venezolana experimentó un renacer, apuntalado en la inversión en mecanización, en tecnología, en genética, en infraestructura y en otras actividades que sustentan a una agricultura moderna. Para ello contaba con 35 millones de hectáreas de tierras agrícolas de las cuales 28 millones son aptas para rebaño y productos forestales y 7,2 millones para agricultura de diversa índole, mientras que sus abundantes recursos hídricos le permitieron una expansión significativa de la superficie bajo riego” (ver Aurelio Concheso, La agricultura venezolana en terapia intensiva, www.es.panampost.com 19 febrero 2018). Contrario a ello, las acciones de confiscación de y/o expropiación de 4 millones de hectáreas, sumidas después mayormente en el abandono, la eliminación de Agro isleña (comercializadora de insumos) y su sustitución por Agro patria, o la supuesta organización de campesinos y su conversión en productores, ha dado los resultados negativos destacados (Pedro Raúl Solórzano Peraza, Agricultores: hay que parir, busquen sus insumos; sábado, 9 de diciembre de 2017, http://masterecointerucv.blogspot.com/2017/12/agricultores-hay-que-parir-busquen-sus_9.html)..
[12] Para finales de 2017 la información suministrada por Conindustria es realmente alarmante. Según su presidente J. P. Olalquiaga las estadísticas indicaban que de 3.800 establecimientos industriales que quedaban en el país, 1.018 (27%) podrían cerrar sus puertas durante el año 2018 debido a las condiciones adversas de la economía. Esta información surgió de la Encuesta de Actualidad Económica realizada por Conindustria el 22 de noviembre de 2017 en su evento “Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta”, pero dado el impacto que esto representaba posteriormente se validó. De acuerdo con este sondeo, 27% de los industriales encuestados manifestó que bajo las actuales condiciones de caída de la producción y de controles, podrían garantizar su equilibrio económico y financiero menos de un año, lo cual representaba 1.018 empresas del total para el momento; mientras que 45,54% (1.731 empresas) de la muestra advirtió que podrían sobrevivir apenas dos años más en tales circunstancias (www.conindustria.org 6 de diciembre 2017). 
[13] Durante el año 2017 tales aumentos fueron hechos con una regularidad bimensual. En 2018 continuó la misma tendencia.
[14] Adriana Bolívar analiza la importancia de las estrategias de polarización para tiempos específicos dentro de la administración bolivariana y -en particular- para la campaña electoral de 2012, señalando así: ”… las estrategias de polarización y de manipulación que fueron clave en la campaña electoral de Hugo Chávez en 2012”; así como también que: “La campaña electoral presidencial del año 2012 mostró que, a pesar de los intentos de Henrique Capriles por despolarizar el escenario político durante su campaña, y de las declaraciones posteriores de Chávez llamando a la unión nacional, la polarización se intensificó a favor de Hugo Chávez fundamentalmente mediante la manipulación “ilegítima” del discurso (van Dijk, 2006). La manipulación forma parte de la comunicación en diferentes contextos de la vida cotidiana y es más evidente en el discurso político, pero es ilegítima cuando “favorece los intereses de los grupos y hablantes poderosos y perjudica los intereses de hablantes y grupos menos poderosos” y “transgrede los derechos humanos y sociales de aquellos que son manipulados” (van Dijk, 2006). La manipulación ilegítima contribuye a reforzar la desigualdad, pero su aspecto más negativo es que no permite ni favorece el tipo de diálogo democrático fundamentado en principios éticos del discurso y de la comunicación (Habermas, 1984) y, eventualmente, conduce a que los ciudadanos desconfíen cada vez más de la democracia y así se da paso a los regímenes autoritarios y totalitarios (Arendt, 1968)” (ADRIANA BOLÍVAR LA CONSTRUCCIÓN DISCURSIVA DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA. POLARIZACIÓN Y MANIPULACIÓN EN LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 2012 Temas de Coyuntura/67 (Enero 2013): pp. 131-163).
[15] Se ha estimado (con todas las restricciones que podrían conseguirse, indudablemente puede ser prudente esta cifra) que en alrededor diecisiete años de relación, Venezuela podría haber transferido/pagado cerca  de 40.000 millones de $ hacia Cuba, mientras en la relación con la antigua Unión Soviética, en cerca de 30 años, se habrían desembolsado, por la forma de apoyo económico entre los dos países, cerca de cálculos 18.000 millones -según unos cálculos- y, en otros, 30.000 millones de $ (puede verse www.es.panampost.com 26 de febrero 2018; y, https://konzapata.com/2018/02/cuba-recibio-de-venezuela-en-petroleo-y-dolares-40-000-millones-en-17-anos/ 20 febrero 2018).
[16] Así por ejemplo y según la información estadística del Departamento de Energía de Estados Unidos, entre enero y mayo de 2015 la exportación petrolera de Venezuela hacia EE.UU. se incrementó registrando un aumento de 34,2% en los cinco meses. En enero los envíos de crudo y combustibles al mercado estadounidense estuvieron en promedio en 668.000 barriles por día, y para mayo los suministros se colocaron en 897.000 barriles diarios, de los cuales 95% (850.000 barriles) se corresponde a crudo mientras que el remanente 5% -que representa 46.000b barriles diarios- eran combustibles. Observando las informaciones manejadas por Venamcham, por otra parte, puede observarse como Las ventas petroleras a EE.UU. que representaron 94,06% de las exportaciones totales a tal nación, registraron 15,10 millardos de dólares entre enero y junio de 2014, mientras en el primer semestre de 2015 se contrajeron a 7,9 millardos, implicando así una caída de 47,57% o 7,18 millardos de dólares. Debe considerarse que entre los dos períodos existe una variación importante en los precios de barril. (ver www.el-nacional.com 8 de agosto 2015 y www.petroguia.com 2 de agosto 2015). Se corrobora la tendencia en información complementaria para el mismo año 2015. Así, los envíos de petróleo de Venezuela a Estados Unidos estuvieron en 935.000 barriles diarios durante el mes de agosto (volumen que no se alcanzaba desde el año 2012; cifras del Departamento de Energía, Estados Unidos). Tales envíos mantuvieron una tendencia creciente hasta el mes de junio cuando cayeron de 897.000 a 757.000 barriles diarios. Sin embargo, se recuperó en julio y agosto con un alza de 24%. El  promedio  de exportaciones petroleras de Venezuela en 2015, entre enero y agosto, se ubicó así en 820.000 barriles diarios (un aumento de 19.000 barriles en relación a la media durante el mismo período de 2014) (ver www.petroguia.com noviembre 3 2015). Visto desde 2017, a partir de informes de la AIE, debe señalarse que  en dos años la producción petrolera cayó 20%, y  la caída alcanzó un volumen sobre 210.000 barriles diarios  (comparando 2017 con respecto a 2016), debido a problemas operacionales y no al cumplimiento al acuerdo de recorte de producción entre la OPEP y países no OPEP. También señaló la AIE que, la caída en las ventas hacia Estados Unidos e India, acumulan un desplome de 90.000 barriles diarios para el año en referencia. Las afirmaciones de la AIE en su informe de agosto 2017 son bastante relevantes en cuanto a la dinámica nacional en el petróleo y a la continuada participación de la demanda de EE.UU.:  “La producción se ha reducido a aproximadamente 2 millones de barriles diarios, cerca del mínimo en tres décadas, y los descensos pueden incluso acelerarse porque cada vez resulta más difícil de importar con urgencia el diluyente necesario para procesar el crudo extra pesado de la Faja del Orinoco, pagar los bienes y servicios necesarios para las operaciones diarias y reembolsar a las compañías petroleras internacionales”; así como que: “Las exportaciones de crudo, que generan casi toda la moneda extranjera de Venezuela, se desaceleraron a apenas 1,7 millones de barriles por día, un descenso de 160.000 con respecto a hace un año porque las ventas a Estados Unidos e India, los mayores clientes que pagan en efectivo, se han sumergido respectivamente a 560.000 barriles (una disminución de 20.000 barriles) y 350.000 barriles diarios, una baja de 70 barriles” (www.petroguia.com, setiembre 20 2017). Sin tener mucha diferencia con las cifras manejadas por la AIE debe señalarse que las de producción petrolera de Venezuela entregadas por las propias autoridades de Venezuela a la OPEP señalan que en diciembre 2017 la caída superó los 216.000 barriles diarios (durante todo el año alcanzó 649.000 barriles diarios); las cifras del Ministerio de Petróleo venezolano reconocieron que en cinco años de gobierno del presidente NM la reducción alcanzó 1 millón 148.000 barriles, equivalente a una disminución de 41% en términos relativos (www.petroguia.com enero 18 2018).
[17] Para la Cumbre (VIII) del 13/14 de abril del 2018  en Lima, se tenía un escenario problemático y difícil para Venezuela, en cuanto al rechazo del Perú (con el apoyo del Grupo de Lima), a la asistencia del presidente NM, dado el retiro de la invitación que se ejecutó. Todo ello derivado de la situación y evolución política de Venezuela y el llamado a elecciones presidenciales, en condiciones no acordes a los parámetros democráticos, que se dio para mayo de 2018. 
[20] A finales de 2016, Venezuela terminó entregando la secretaria pro tempore del Mercosur, esbozando la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, ideas muy particulares. En su cuenta Twiiter señaló la canciller: “Venezuela, una vez finalizada su gestión y en apego a los tratados constitutivos, entrega la Presidencia pro témpore de Mercosur a Argentina”.  Agregando una parte de la comunicación dirigida a los restantes países del Mercosur: "Hemos ejercido legítimamente la presidencia Mercosur durante el semestre que corresponde, resaltando la dimensión social y de derechos humanos del bloque" (ver www.el-nacional.com 30 de diciembre de 2016). Por otra parte, veamos cómo se percibe parte de la problemática venezolana dentro de Instituciones regionales vinculadas a la misma: ”El respectivo Protocolo de Adhesión (PAV) fue suscripto en 2006, entrando en vigor recién en julio 2012 (Dec. CMC 26/12).Venezuela tendría el status de miembro pleno del MERCOSUR, con todos los derechos y obligaciones, treinta días después de depositado el instrumento de ratificación del PAV y, en efecto, se convirtió en EP a partir del 12 de agosto de 2012. El PAV estableció una serie de compromisos que Venezuela se obligaba a cumplimentar en un plazo máximo de cuatro años contados a partir de la entrada en vigencia del Protocolo, es decir antes del 12 de agosto de 2016. Esos compromisos se refieren a la liberalización del comercio de bienes con los demás EP del MERCOSUR; a la adopción y puesta en vigor del AEC en el país; a la incorporación del acervo normativo del bloque a la legislación nacional; y a definir la situación de Venezuela respecto de los acuerdos del MERCOSUR con terceros países. Con respecto a la liberalización del comercio de bienes, Venezuela firmó una serie de Acuerdos de Alcance Parcial en el marco de la ALADI con cada uno de los socios. En lo que concierne a la incorporación del AEC, Venezuela se comprometió a una entrada en vigencia progresiva del mismo en el plazo de cuatro años. En cuanto al acervo normativo vigente del MERCOSUR, se dispuso a adoptarlo en forma gradual y progresiva, también en un plazo máximo de cuatro años. En 2016 el grado de incorporación era el siguiente: 1. Normativa de organismos de decisión (Decisiones del CMC, Resoluciones del GMC y Directivas de la CCM): Venezuela comunicó que incorporó 939 de las 1.600 normas que debía haber internalizado, generando un nivel de incumplimiento de 41%. 2. Acuerdos firmados en el marco del Tratado de Asunción y acuerdos internacionales: existe un total de 133 acuerdos de este tipo, de los cuales Venezuela ratificó apenas 15; es decir que el nivel de incumplimiento asciende a 88%. Vencido el plazo de adecuación, el 12 agosto de 2016, el país se encontraba en una situación de incumplimiento de las obligaciones asumidas para adherirse al MERCOSUR. A este respecto, un Comunicado de los Cancilleres de los firmantes del Tratado de Asunción (13 de setiembre de 2016) da cuenta de este atraso y estipula una nueva fecha para evaluar la situación, el 1 de diciembre de 2016. Cumplido ese plazo, se decidió suspender a Venezuela de sus derechos en el bloque” (ver INTAL, Los futuros del MERCOSUR/Nuevos rumbos de la integración regional; NOTA TÉCNICA N° IDB-TN-1263, Marzo 2017; pg. 29).
[21]Se trata del 2013/2019. El segundo plan dela patria, 2019/2025, aunque fue planteado desde comienzo de 2018 para ser discutido y desarrollado en los predios gubernamentales, comenzando el 2019 todavía no había sido difundido y/o conocido. Pueden verse referencias de sus inicios en http://www.vicepresidencia.gob.ve/index.php/tag/plan-de-la-patria-2019-2025/.
[22] Resultados fundamentales de la misma pueden verse en entrevista a Marino González http://unionradio.net/marino-gonzalez-hizo-un-analisis-de-la-encovi-2017/.
[23] La administración bolivariana, sobre todo en expresiones del presidente Chávez, quiso catalogar desde sus inicios los cuarenta años previos a ella –desde 1959- como perdidos, tal cual se señaló más arriba. Cosa no solo falsa, sino que cada día han pasado a ser más recordados y valorados, por una porción importante de la población. Las Cinco administraciones que se dieron en los 25 años, antes de 1999 (tres de acción democrática, uno de Copei y el variopinto gobierno de Rafael Caldera de 1994 a 1999) tuvieron en distinto grado y modo, responsabilidades en la pérdida de rumbo hacia el desarrollo en Venezuela. En los otros gobiernos (dos de Acción Democrática y uno de Copei) de 1959 a 1974 la nación estuvo mejor encaminada en este sentido. 
[24] “…desde un principio este régimen obedeció a dictados y lógicas que tienen poco que ver con el asunto de la democracia, entendido como control democrático de las mayorías, y sí, mucho, con el quiebre catastrófico de la representación política en el país durante la última década del siglo pasado y con la enorme inestabilidad que este colapso desencadenó. Para decirlo otra vez, es la necesidad de operar en el terreno social altamente volátil y fracturado que caracteriza a Venezuela desde la década de los noventa lo que, a fin de cuentas, explica la naturaleza íntima del populismo chavista y su proyecto de erigir una máquina de guerra ideológicamente en función de un sujeto político –el ‘pueblo’ chavista– cada vez más tribalizado” (Rafael Sánchez, Los ojos de Chávez. Post-verdad y populismo en Venezuela,  http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/02/los-ojos-de-chavez-post-verdad-y.html 25 de febrero 2018).
[25] Eduardo Ortiz Ramírez, La escasez de efectivo, http://masterecointerucv.blogspot.com/2017/09/la-escasez-de-efectivo.html 3 de septiembre 2017.
[26] Una perspectiva de la hiperinflación desde los sectores productivos puede verse en Enrique González Porras, Hiperinflación en Venezuela y el sector industrial, www.opinionynoticias.com, 16 agosto 2017.
[27] En general, una dimensión en la cual la administración bolivariana es exitosa, sobre todo consigo misma, es en la de pensar que las cosas están muy bien y que, correspondientemente, lo está haciendo muy bien. Esto ha sido fundamental para la intransigencia en el cambio de políticas y enfoque que guían o están presentes en sus ejecutorias. De alguna manera relacionado, está la propia definición de términos o el entendimiento de lo que debe ser lo correcto. Algunos analistas han utilizado o graficado, para describir parte de esto, o algunos elementos relacionados, la “…lógica de Humpty Dumpty –“una palabra significa solo aquello que yo elijo que signifique”, le dice Humpty Dumpty a Alicia en Alicia a través del espejo–“ (ver Rafael Sánchez, Ídem; y Eduardo Ortiz Ramírez, https://www.academia.edu/35947312/DICOM_CRIPTOMONEDAS_....). 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario