Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2017
En la
agricultura se debe aplicar un grupo de insumos básicos para poder llevar a
feliz término un cultivo, lo que en Venezuela, en los años recientes, ha sido
un permanente reclamo de los agricultores por la ausencia de semillas,
fertilizantes, herbicidas, insecticidas y otros, además de maquinarias y
equipos en buenas condiciones, que se han ido deteriorando por la falta de
repuestos y materiales para hacerles un adecuado servicio de mantenimiento.
El problema
del suministro de insumos a nuestros productores agrícolas se inició el año
2010, cuando injustificadamente fue expoliada, y no expropiada, la empresa
Agroisleña, C.A., en la cual se fabricaba y formulaba buena parte de los
plaguicidas, estimulantes del crecimiento, fertilizantes foliares,
fertilizantes hidrosolubles para fertirrigar, se generaban cultivares de
cereales y se producía y procesaba semilla de excelente calidad, se elaboraban
mezclas físicas de fertilizantes y se distribuía, en todo el territorio
nacional, un buen porcentaje de los fertilizantes convencionales y maquinarias
y equipos de uso agrícola. Además, se ofrecía una moderna infraestructura para
la recepción, acondicionamiento y almacenamiento de cereales y otros granos; facilidades
de transporte para la distribución de insumos y de la cosecha hacia los sitios
de recepción; y un permanente servicio de asistencia técnica al productor a
puerta de finca, complementado con actividades divulgativas tales como cursos,
días de campo y seminarios, para el mejoramiento de productores y técnicos del
agro.
Actualmente en
el país, con el control de cambio y el control de todas las actividades productivas,
lógicamente el “Papá Estado” tiene la obligación de suministrar los insumos
necesarios para la agricultura, que actualmente son casi 100% importados porque
no hay producción nacional, debido a que los
ciudadanos no tienen acceso a divisas para importar materia prima o
productos terminados, y además, cualquier importación tiene que ser autorizada
por el gobierno. Recordemos que en Venezuela el único con injerencia sobre el
manejo de los medios de producción es el Estado.
Qué quiere
decir el señor Nicolás Maduro, según lo señalan recientes reportes de prensa, con
su mensaje a los productores: “Papá Estado no les puede proveer de todo; tienen
que buscar sus insumos”, y remata diciendo: “hay que parir compadre”. Es decir,
con la estructura económica que tenemos, el presidente de la república en lugar
de cumplir con sus obligaciones, motiva a los agricultores a buscar sus propios
recursos para la producción, lo que tiene que ser realizado a dólar libre o
paralelo ya que no hay divisas preferenciales para la agricultura, ni siquiera
es posible adquirir las divisas por el sistema DICOM. Para entender esto veamos
el siguiente ejemplo:
Cultivar una
hectárea de maíz en el país, incluyendo todas las labores y todos los insumos
hasta la entrega del grano en las plantas receptoras ronda los US$ 1.000,00. El
precio internacional del maíz varía entre US$ 150,00 y US$ 200,00/tonelada. Si
escogemos precio de US$ 200,00 para fines de este ejemplo, el punto de
equilibrio se logra con un rendimiento de 5 toneladas/ha. Por lo tanto, para
que el agricultor cubra sus gastos de producción ejecutados a dólar paralelo,
le deben pagar el kilogramo de maíz a US$ 0,20, ya que el cambio paralelo es de
cien mil bolívares (Bs. 100.000,00)/US$, resultando en un precio de Bs.
20.000,00/kg de maiz. Debemos añadir que para que un agricultor obtenga una
ganancia modesta del orden de 10% sobre esos costos directos de producción, que
equivaldría a recibir US$ 1.100,00/ha, tiene que alcanzar un rendimiento de
5.500 kg/ha. Por lo tanto señor Maduro, para compensar el parto de los
agricultores, debido a que el “Papá Estado” también controla los precios de
venta de los productos, tiene que regular el precio del maíz a Bs. 20.000,00/kg
y hacer los ajustes diarios que la hiperinflación que nos está devorando
reclama.
Vociferar
estos asuntos con fines demagógicos es
muy fácil, lo cual ha sido una costumbre del gobierno del socialismo del siglo
XXI que finalmente nos ha llevado a la ruina. Por eso insisto en recomendar a
las instancias oficiales que se asesoren adecuadamente, y que en los niveles
directivos, quienes deben ejecutar las políticas agrícolas y dictar las
directrices a seguir para la recuperación de nuestra agricultura, sean personas
cabalmente preparadas.
Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de
alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon
está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la
agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de
fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor
trato a los suelos y al ambiente en general,
https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2017
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