martes, 31 de julio de 2018

La OMC: nuevos retos

Tomado de www.talcualdigital.com


La OMC: nuevos retos, 

por Félix Arellano

felixarellano50@yahoo.com

Tiempos complejos pero interesantes e impredecibles está enfrentando la Organización Mundial del Comercio (OMC). Para algunos, el progresivo estancamiento, con una ronda de negociaciones, la Ronda Doha, que inició en el año 2001 y no está clara su culminación, más los ataques del Presidente de los Estados Unidos, se espera su paulatina extinción; empero, con las paradojas de la vida, la guerra comercial que ha iniciado el Presidente Trump, está permitiendo una reactivación de la organización, convirtiéndose en el epicentro para el manejo formal de la crisis, con las diversas demandas que están introduciendo las principales parte involucradas. Podría encontrarnos en una coyuntura favorable para cerrar, sin mayor espectáculo, la Ronda Doha y lograr la definición de un programa mínimo de trabajo que permita, con prudencia, redinamizar la OMC.
Para el 2001 resultaba prematuro lanzar una nueva ronda de negociaciones con una agenda ambiciosa, si consideramos los pocos años de existencia de la OMC (1995) y lo compleja y ardua que resultó la negociación para su creación, en la llamada Ronda Uruguay, que inició en 1986 y culminó en 1994, con la firma de los Acuerdos de Marrakech entre los que destaca la creación de la Organización Mundial del Comercio. Pero también es cierto que existía consciencia en la mayoría de los miembros sobre la necesidad de avanzar en diversos temas, en particular, superar las contradicciones que se habían generado en el sector agrícola, al permitir la existencia de subsidios directos a la exportación, rechazados en el resto de los sectores productivos por su carácter desleal en el comercio internacional.
Han transcurrido varios años desde el lanzamiento de la Ronda Doha y se han efectuado varias Conferencias Ministeriales (Cancún 2003, Hong Kong 2005, Ginebra 2009, Ginebra 2011, Bali 2013, Nairobi 2015, Buenos Aires 2017). En estos años en los que se han realizado esfuerzos importantes, pero infructuosos para culminar con la Ronda. El tema agrícola, que fue uno de los factores fundamentales para su convocatoria, se mantiene como uno de los temas sensibles y de mayor complejidad para alcanzar los acuerdos que permitan una culminación razonable de la Ronda.
El estancamiento de las negociaciones ha debilitado la organización, pero también debemos agregar el rechazo del Presidente Donald Trump al multilateralismo y sus ataques directos contra la OMC. Este ambiente adverso se pudo apreciar en la 11 reunión de la Conferencia Ministerial que se efectuó en Buenos Aires en diciembre del 2017, que no logró avanzar en los temas pendientes, sumándose como un nuevo fracaso para la organización.
Pero enfrentamos nuevos acontecimientos, frente a la irracional guerra comercial que está promoviendo el Presidente Trump, al castigar con el incrementos de los aranceles a buena parte de sus socios comerciales, la OMC se está convirtiendo en el espacio para dirimir los conflictos y explorar posibles soluciones, lo que podría significar su reposicionamiento y una oportunidad para superar la ronda de negociaciones e iniciar un proceso más limitado de reorganización y fortalecimiento.
El escenario de la guerra comercial hace evidente la importancia y conveniencia de la OMC. El comercio internacional representa una de las fuerzas fundamentales del mundo interdependiente y globalizado que, bien administrado, puede contribuir de forma efectiva en la generación de riqueza y bienestar social.
En efecto, buena parte de los países en desarrollo que han crecido en los últimos años, han desarrollado estrategias basadas en una inserción activa al comercio mundial. Destruir la organización podría generar mayores problemas para los países pobres que requieren fomentar sus exportaciones en un marco de reglas, certidumbre y seguridad jurídica
Los discursos radicales que satanizan el libre comercio y las instituciones como la OMC, le hacen un buen servicio a los poderosos, recordemos que la defensa de los débiles son las normas y las instituciones.

La reconversión monetaria anunciada por Maduro

La reconversión monetaria anunciada por Maduro

Por Luis Angarita Lazo.

En mensaje en cadena nacional, el presidente Maduro anunció una reconversión monetaria, cambiando lo anunciado y quitándole 5 ceros a la moneda nacional, con el fin de adaptar el nuevo cono monetario a los precios que hemos alcanzado en este proceso hiperinflacionario. 

También, como medidas conexas, señala el anclaje de la nueva moneda al Petro, criptomoneda lanzada por el gobierno en meses recientes, además de entregar al Banco Central de Venezuela (BCV) un bloque de reservas petroleras estimadas alrededor de 29 mil millones de barriles de petróleo. Sobre estos dos puntos caben algunas consideraciones.

La disposición de anclar una moneda a otro valor implica que se mantiene un Tipo de Cambio Fijo como política cambiaria en Venezuela, en este caso atada al valor de un activo que poco se conoce de su cotización en el mercado financiero. El Petro fue una estrategia financiera del gobierno para tartar de conseguir fuentes alternas de financiamiento en épocas de bloqueo financiero, y dificultades de adquirir nuevas deudas en el sistema internacional. Sobre el Petro no se conocen mayores operaciones, ni desde la publicación de su “libro blanco” ni desde la apertura de su Oferta Pública Inicial. La falta de credibilidad en el ente emisor condenó la aceptación de este activo en los mercados financieros digitales. Anclar el valor del “Bolívar Soberano” (BSS) al valor del Petro será, por ende, sólo una referencia arbitraria del valor del TDC del BSS en comparación con cualquier divisa.
La medida de entregar un bloque de reservas petroleras tiene la pretensión de imponer al sistema monetario internacional una nueva forma de activos de reservas, denominados como “recursos naturales no explotados” para procurar la impresión de que existe respaldo suficiente en el BCV para la emisión monetaria del país. Una similar intención buscaba asociar la emisión de la criptomoneda Petro con recursos de la faja Petrolífera del Orinoco y recursos del Arco Minero. Para ambos casos, el sistema financiero tradicional conoce como activos de reserva al Oro monetario, Divisas como el dólar estadounidense, el euro, el yen japonés y el yuan chino, y, a partir de la emisión de los Derechos Especiales de Giro (FMI), la aceptación de activos de reserva fiduciarios, basados en la confianza. 

La confianza a la cual busca hacer referencia el presidente Maduro, las reservas petroleras, están vinculadas a su capacidad de producción, y en estado actual de la industria petrolera venezolana, tal medida no parece ofrecer la mayor confianza para sostener la emisión y reconversión monetaria anunciada.

Más allá de estas consideraciones, el cambió de moneda no se ve acompañado con un cambio en la política monetaria, de equilibrio en el mercado monetario y de control de precios, o una intención de equilibrio fiscal y reducción de financiación monetaria de los déficits. Tampoco se observa las bases legales que soportarían esta nueva visión de activos de reserva, tanto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ni en los organismos internacionales. 

Por último, los anuncios emitidos sobre la reconversión monetaria lucen exclusivamente cosméticos y no resuelve los problemas económicos del país, sólo los continúa. Las medidas no muetran cambios en las políticas fiscales, monetarias ni cambiarias que están condicionando a la recesión más larga de nuestra era moderna, con 5 años de decrecimiento económico y con una caída del 50% de la producción nacional.

COLAS DEL HAMBRE, TRANSPORTE EN RUINAS, INSEGURIDAD PERMANENTE, SALUD DEPLORABLE. Una manera de descubrir la calle.


COLAS DEL HAMBRE, TRANSPORTE EN RUINAS, INSEGURIDAD PERMANENTE, SALUD DEPLORABLE. Una manera de descubrir la calle.

EDUARDO ORTIZ RAMIREZ


Adicionales problemas pueden mencionarse/analizarse, abundantes cifras pueden presentarse, variadas proyecciones pueden armarse, y todo ello será insuficiente para que la administración bolivariana reaccione en el sentido de sus no-logros, sus fracasos y su inventadera permanente de medidas efectistas, dislocadas e infructuosas. Basta para ello pensar en uno o dos problemas que haya solucionado la administración del caso (¿Cual ha solucionado es la pregunta subsecuente?). Por ello, y para no perder la capacidad de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo,  como expresó alguna vez uno de los iconos de la izquierda mundial[1], veamos cuatro problemas que persisten en su notable agudeza.

Las colas del hambre. Por políticas de controles, que persisten para mantener terquedades, ideas desviadas sobre el desarrollo e incluso privilegios en cadenas de enriquecimiento y corrupción, la escasez de bienes básicos y de variado tipo persiste; lo que aunado a la dolarización informal le presenta al ciudadano común el escenario  de que variados bienes si pueden estar a disposición, pero con precios dolarizados con los terribles niveles que presenta el portal madre[2] (Dólar Today) y los nuevos sitios de generación de niveles y promedios que afectan implacablemente al productor y al consumidor, y que -por lo demás- llevaron a la derrota de la administración al reconocer o permitir una tasa de cambio superior con creces a la no operativa –para la mayoría- tasa derivada del DICOM II para el cambio de remesas, ahora presentes en Venezuela por distintas vías.

La crisis humanitaria, las expresiones del hambre, la indiferencia estatal, la búsqueda de comida en los vertederos pequeños y grandes y la aparición de enfermedades, junto  a la disminución de tallas y pesos, son ya suficientemente difundidas nacional e internacionalmente en cuanto al actual escenario venezolano. A eso se le aúna, el desespero y la actividad complementaria para conseguir algo como medio de sustento o de vida y en ello es de destacar el grupo de personas que deambulan por las interioridades del Rio Guaire buscando alguna forma de riqueza o ingreso -también ante la indiferencia de la administración bolivariana-. Pero ante el deterioro económico y social creciente de la nación, siguen apareciendo nuevos inventos y soluciones. Es el caso ya no de las sempiternas colas del pan, o cuando aparece un producto -incluso a nuevo precio o una oferta que no lo es tal-, sino a dramáticas colas del hambre de la calle que se presentan ahora en plazas y lugares públicos. Se trata de colas donde alguien con un recipiente, por lo demás indescriptible, distribuye sopas para comensales en estado de alta miseria y desespero. Estas colas resumen sin mayores palabras, la regular crisis humanitaria que ha pasado a presentar la nación como resultado de la “revolución bonita”-

Transporte en ruinas. Un segundo problema, es el caso del transporte y que lo protege o “soluciona” la administración con la misión transporte. La administración ha entregado selectivamente taxis y otros medios de transporte y también ha pasado -en arreglos conjuntos- a producir/ensamblar autobuses -por ejemplo-; pero así como esto ha sucedido, el escenario productivo y económico general ha llevado a que numerosas unidades de transporte de propiedad privada -pero de servicio público- se encuentren paradas por falta de repuestos o excesivos costos; en el caso de unidades bajo manejo estatal basta ver el creciente cementerio de Las Adjuntas, en cuanto metrobuses y vagones del metro de caracas.

Claro, por asuntos de “solidaridad, sensibilidad y manejo de lo popular y lo sencillo”, la administración ha permitido -incluso estimulado- con sus propias unidades, que se desarrollen las “perreras”, “ruta chivo” y cualesquiera otra expresión que le dé “gracia” a una mala solución para un agudo problema. Unidades públicas y privadas transportan, así, gente en condiciones poco menos que desagradables, inhumanas y peligrosas. Indudablemente que ninguno de los dirigentes de la revolución necesita o usan estos transportes. Como tampoco al antiguamente motivo de orgullo, metro de caracas, que ahora francamente gratis se dirige cada día mas a formas no vistas de deterioro: desorden, escaleras eléctricas inutilizadas, aire acondicionado alterado, perdida y abandono de normas; lo cual presenta una distancia considerable con cualquier interpretación de la masificación en metros del mundo, cuando, ceteris paribus, pueda uno apreciar países con orden y aplicación de normas, buscando evaluar los resultados de esta última.

Un país con gasolina, ya literalmente regalada producto de políticas populistas y de la idea de que “somos un país petrolero”, se enfrenta ahora a la disminución de su capacidad productiva (bordeando 1.300.000 b/d para junio 2018), a la necesidad de comprar gasolina y a otras alteraciones colaterales. Pero –además- a una administración que con engaños populistas, invita a la compra de aceite de motor a precio justo a los ciudadanos, pero no haciéndolo, de todas maneras se recompone y promete poner orden en el consumo de la gasolina y hasta por qué no decirlo – pues se le puede ocurrir alguien- poderse convertir en un líder del control y la vigilancia del cambio climático global, en base a un censo de vehículos que terminaría en alguna forma de apoyo social y estatal a través de un carnet de la patria. ¡Impresionante!

Inseguridad permanente. Pero no todo puede ser negativo ¿¡!?. Hay cosas buenas. Un amigo estimado me decía como, ese fenómeno incontrolable y creciente de las migraciones desde Venezuela, cuando implica, como en parte se sabe que pasa, la salida de pobladores de distinto nivel, formación e intención como cuando se trata de pilluelos, trae y ha traído la disminución de la delincuencia en zonas del país. También puede uno ver como el recogimiento temprano de los habitantes de la ciudad de Caracas, por la permanente inseguridad y los altos costos del transporte, ligado al menor uso de los vehículos porque se evita la inseguridad o porque no se tienen repuestos o mecanismos para mantener un vehículo, ha llevado a la disminución de colas y atascos. Colas históricas en variadas zonas y puntos de Caracas han, así, desaparecido.

Pero la inseguridad en variadas zonas no ha desparecido. Las fuerzas del orden público se recogen temprano y en algunos casos “no se meten en problemas”. De ahí que en numerosos casos se ha estructurado la expresión “hacerse el policía de tal o cual lugar”, pues estos u otros funcionarios de otros cuerpos eluden la atención de solicitudes que les puedan presentar los ciudadanos.  Y –obviamente- la flexibilidad lleva en muchos casos a ser comprensibles con tal actitud, dado su relativo desguarnecimiento ante bandas y grupos delictivos.

Salud deplorable. La medicina se ha privatizado. ¿Cómo pudo lograr esto una administración que desde sus inicios con el presidente Chávez (1999) se planteó como justiciera y reivindicadora del derecho humano fundamental de atención a la salud? Barrio adentro/ barrio afuera, edificios adentro/edificios afuera, la salud presenta crecientes visos de deterioro y dificultades para su atención. Las instancias públicas de atención de la misma se descalabran cada día más, con exigencias a pacientes o usuarios en cuanto a lo que deben llevar para poder ser atendidos. Quirófanos en mal estado, servicios desaparecidos o grupos de niños que mueren por malnutrición o reaparición de enfermedades que se habían superado son el registro constante.

Más aun, se trata de un terreno donde la dolarización informal se introduce sin contención, para las actividades médicas, odontológicas, laboratorios o cirugía. Cualquier atención menor puede ser cobrada en pleno territorio venezolano en 300 o 400 dólares, que, en la republica con $ a 3 o 4 millones de bolívares, representa una cantidad de dinero considerable[3]. A estos costos para el ciudadano, a estos ingresos relativos en determinadas profesiones, se le deben acoplar adicionalmente para el contexto de la crisis del sector salud, la baja remuneración de enfermeras y personal de apoyo técnico  que recientemente ha removido algo del país, planteando muy validos reclamos salariales. 

La calle pasa a registrar la aguda crisis en malnutrición, deformaciones, alteraciones orgánicas, niños subalimentados, ancianos desatendidos y un sin número de expresiones del período deplorable que tiene el país en salud. En la capital es un drama agudo, pero en el interior del país es más terrible aun la situación de hospitales, geriátricos y sanatorios mentales.

La administración bolivariana no vive ni sufre la calle. Y a muchos de los grupos y dirigentes políticos de la llamada oposición, la calle les causa miedo y tampoco la viven.


@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com



[1] Aunque muchos de sus simpatizantes no resistirían vivir bajo su lacerante yugo, como en parte señalaba recientemente Yoani Sanchez.
[2] Termino que extrapolamos del concepto de masa madre.
[3] Por lo demás, estos dólares representan el salario mínimo en varias economías latinoamericana; pero muy lejos del venezolano.

Irresponsabilidad criminal

Irresponsabilidad criminal

Humberto García Larralde, economista, profesor de la UCV, humgarl@gmail.com
El reciente anuncio de Nicolás Maduro de reducir cinco ceros a la moneda actual y respaldar la denominación resultante –el “bolívar soberano”—con el “petro”, representa una irresponsabilidad descomunal como respuesta a la hiperinflación. Más cuando, porfiando una vez más en la estúpida cantaleta de una “guerra económica” --¡hasta cuando!—, obvia deliberadamente la instrumentación de las medidas requeridas para acabar con tan terrible mal.
A estas alturas es imposible desconocer que la trágica hiperinflación que padecemos los venezolanos se asocia a la explosión de la liquidez monetaria, alimentada por la emisión vertiginosa de dinero sin respaldo por el Banco Central de Venezuela. Desde que Maduro asumió la presidencia el dinero en poder del público se ha incrementado unas 2.500 veces, pero la provisión de bienes y servicios se ha contraído en más de un 40%. Tan enorme brecha entre demanda y oferta se ha “nivelado” con el alza acelerada de los precios. Nadie puede ser tan bruto como para creer que dividiendo por 100.000 tanto a la oferta como la demanda --ambos lados de la ecuación–— este desequilibrio desaparecerá, dando lugar a la estabilidad de precios. En lo que va de 2018, la liquidez se ha expandido más de 21 veces, mientras sigue reduciéndose la producción e importación de bienes y servicios. 
¿Por qué Maduro no rectifica? Ya lo hemos comentado muchas veces. Poderosos intereses impiden desmontar los controles, las regulaciones y los mecanismos discrecionales de intervención facilitados por la destrucción del Estado de Derecho, pues constituyen la fuente de sus meteóricas fortunas. Esa vorágine de despilfarro, de expoliación de PdVSA y de la economía en general, de destrucción de las capacidades de sustento del país –en fin, de robo descarado--, impiden cuadrar las cuentas del Estado. Lejos de proceder a poner orden en la casa, acabar con las corruptelas y restablecer la supervisión de poderes autónomos que manda la Constitución, la oligarquía depredadora ha recurrido a la emisión monetaria del BCV para sostener su gasto desenfrenado y financiar aumentos salariales y bonos especiales que inmediatamente se hacen agua ante la hiperinflación para mantener la ficción de ser “revolucionarios” que defienden al pueblo.
En tales condiciones, el efecto del nuevo cono monetario “soberano” se verá anulado prontamente. El Fondo Monetario estima posible una inflación de 1.000.000% este año. La capacidad real de compra del billete de mayor denominación --500 Bs.S., equivalente a Bs. 50.000.000 de los actuales (¡fuertes!)-- quedará reducida 10.000 veces con relación a comienzos de año. Y, ante la inseguridad referente a la instrumentación del nuevo cono –¿cuántos billetes serán introducidos el 20 de agosto? ¿Cuál es el lapso para el reemplazo de los antiguos billetes? ¿Cómo quedará el pago de todos aquellos bienes y servicios cuyos precios hoy son inferiores a Bs. 100.000?—es de prever penurias aún mayores. La pretensión de evitar tal envilecimiento de la nueva emisión “anclándola” en el “petro” –una moneda inventada en la cual nadie confía, supuestamente respaldada en petróleo no producido--, es una cruel burla de Maduro.
Los desafueros del (des)gobierno militar civil están acabando literalmente con la vida de los venezolanos. Hasta comienzos de julio, el salario mínimo integral vio reducida su capacidad adquisitiva en más del 80% con respecto a diciembre de 2017. Son legión los relatos de muertes evitables por no conseguir los medicamentos requeridos, por la desnutrición extendida y por la inseguridad asociada a la anomia y la descomposición. La emigración de millones de Venezuela en búsqueda del sustento que Maduro les niega es la otra cara de semejante tragedia.
Lamentablemente, no basta con la denuncia.  No hay base alguna de “entendimiento” con el Madurismo para una salida consensuada a la misma, pues éste ha quemado sus naves al desconocer las atribuciones de la Asamblea Nacional, “elegir” tramposamente una “asamblea constituyente”, “relegir” a Maduro, y premiar a militares señalados de narcotráfico y de violación de derechos humanos con altos cargos en el estado, todo bajo la anuencia de un tsj abyecto: se ha colocado más allá de toda posibilidad de retorno.
Estamos bajo el poder de mafias, muchas provenientes de estamentos corruptos del mundo militar, bajo asesoría y complicidad cubana, atrincheradas detrás del terrorismo de Estado para evitar su desalojamiento del poder. Se “justifican”, en la más pura tradición fascista, construyendo falsas realidades con base en la repetición ad nauseam de clichés y simbolismos maniqueos que alimentan un espíritu de secta refractaria a todo razonamiento. El refugio en estas “verdades reveladas” sirve de ariete para reprimir a toda protesta y “legitimar” las mayores crueldades, absolviendo a los maduristas de todo sentimiento de culpa.  
Es menester destruir las bases de sustento de semejante horror. Las sanciones internacionales a los mafiosos más connotados ayudan, pero no son suficientes. La reconstrucción de una nueva unidad de las fuerzas democráticas en torno a un proyecto de país alternativo, que hagan suyo la inmensa mayoría de los venezolanos, y que se apoye en los reclamos que a diario hacen para garantizar su sobrevivencia, es imperioso para resquebrajar la complicidad militar en el régimen de expoliación implantado. Ello es imprescindible para liberarnos de esta tragedia.
¿Es que todos los militares son fascistas? ¡Hasta cuando!

jueves, 26 de julio de 2018

EL CASO DE JOSÉ IBARRA, PROFESOR DE LA UCV


EL CASO DE JOSÉ IBARRA, PROFESOR DE LA UCV
                                                                                       Enrique Viloria Vera

No sin cierto dolor de Patria, nos enteramos de lo acontecido con los zapatos de este profesor universitario (PU); su caso se ha hecho viral en las redes sociales, pero antes de comentar el inaudito asunto, leamos lo expresado por Eduardo Ortiz Ramírez, también profesor de la UCV:  

Es conocido que, en los años sesenta y setenta del siglo XX, los PU podían tener en Venezuela un nivel de vida comparable al de algunos otros países cercanos – e incluso superior-, contando con un escenario de escasa inflación (al menos hasta mediados de los setenta). La población -grosso modo- y los PU podían, entre otras cosas, comprar libros. Numerosas ediciones llegaban en esas décadas al país -y todavía en las dos siguientes-  y nutrían, junto a otros materiales, librerías dilectas que tenía la Caracas de entonces, así como otras ciudades del país. También, en esas décadas de los sesenta y setenta, los PU podían viajar a especializarse o participar en diversas actividades científicas. Además, podían pensar en vivienda, autos y buenas condiciones de alimentación. Pero, ya a finales de los setenta y en los ochenta comenzó el deterioro, que hasta hoy ha logrado conformarse como una recta de casi 45 grados con pendiente negativa que registre nivel de vida y tiempo. Pero incluso todavía a inicios de los ochenta, un Profesor Instructor a Dedicación exclusiva podía ganar sobre los 7.000 bolívares y ello representaba -sin haberse dado el 18 de febrero de 1983- cerca de 1700$. Pero el deterioro, en una administración tras otra, no dejó de pronunciarse, pues el contexto de inestabilidad cambiaria iniciado con el fatídico viernes negro y continuado con malas políticas y gobiernos que no fue siempre fácil -y/o los ciudadanos no quisieron- identificarlos como uno peor que otro, llevaron a la nación a formas de deterioro en las condiciones de vida de sus ciudadanos y en estos iban, con su -en muchos casos- espíritu de sacrificio y generación de esperanzas, los PU. Pero no se podía prever que llegase al poder una administración como la bolivariana, y que algunos pudiesen esperar que varios contestatarios y políticos de la izquierda de los tiempos de la guerra (como gustan en decir algunos), de la pacificación, de la vida de los partidos políticos y de los golpes de estado, anidaran parte de sus esperanzas para transformar en buenas líneas la sociedad y la economía (cosa que ya no hicieron) y –además- pasara a tener el sector universitario defensores como condotieros medievales que hicieran valer los reclamos históricos y fundamentales de los PU, según venia la evolución planteada previamente .Nada que ver, pura ilusión. Aquellos señores se olvidaron –apechugados ya en tal momento con el poder- de la vida contestataria. 

El profesor Ibarra mostró fotos de sus zapatos rotos y prácticamente inservibles por efecto del tiempo y las largas caminatas diarias que debía efectuar para legar a la universidad, en virtud de la ausencia de transporte público. Para tristeza de todos sus compatriotas informó que, con su menguado sueldo, no podía adquirir un nuevo par y para su infortunio tampoco tenía dinero suficiente, visto su menguado salario universitario, para pagar el arreglo de los viejos calzados.   

Prontamente la solidaridad del venezolano se puso en movimiento, el PU Ibarra recibió un lote de zapatos nuevos o de poco uso, se reservó unos cuantos pares para sí mismo, y el resto los repartió entre otros profesores tan necesitados como él. Asimismo, constituyó una asociación por los zapatos dignos, a fin de aglutinar el legítimo reclamo de los PU habida cuenta de su cada vez más precaria calidad de vida. En todo caso, es bueno tener presente lo afirmado por Locke:

Nuestros ingresos son como nuestros zapatos: si son demasiado pequeños, nos aprietan y nos pinchan; pero si son demasiado grandes, nos hacen tropezar y caer.


miércoles, 25 de julio de 2018

800 MILLONES DE BOLÍVARES. Una manera de entender el empobrecimiento del nivel de vida de un Profesor a partir de uno mismo.


800 MILLONES DE BOLÍVARES.  Una manera de entender el empobrecimiento del nivel de vida de un Profesor a partir de uno mismo.
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Aunque existen numerosos expertos y analistas de la problemática de la remuneración de los Profesores Universitarios (PU), esta nota solo persigue destacar algo del deterioro de sus condiciones de vida.

Es conocido que, en los años sesenta y setenta del siglo XX, los PU podían tener en Venezuela un nivel de vida comparable al de algunos otros países cercanos – e incluso superior-, contando con un escenario de escasa inflación (al menos hasta mediados de los setenta). La población  -grosso modo- y los PU podían, entre otras cosas, comprar libros. Numerosas ediciones llegaban en esas décadas al país -y todavía en las dos siguientes-  y nutrían, junto a otros materiales, librerías dilectas que tenía la Caracas de entonces así como otras ciudades del país. También, en esas décadas de los sesenta y setenta, los PU podían viajar a especializarse o participar en diversas actividades científicas. Además, podían pensar en vivienda, autos y buenas condiciones de alimentación.

Pero, ya a finales de los setenta y en los ochenta comenzó el deterioro, que hasta hoy ha logrado conformarse como una recta de casi 45 grados con pendiente negativa que registre nivel de vida y tiempo. Pero incluso todavía a inicios de los ochenta, un Profesor Instructor a Dedicación exclusiva podía ganar sobre los 7.000 bolívares y ello representaba -sin haberse dado el 18 de febrero de 1983- cerca de 1700$. Pero el deterioro, en una administración tras otra, no dejó de pronunciarse, pues el contexto de inestabilidad cambiaria iniciado con el fatídico viernes negro y continuado con malas políticas y gobiernos que no fue siempre fácil -y/o los ciudadanos no quisieron- identificarlos como uno peor que otro, llevaron a la nación a formas de deterioro en las condiciones de vida de sus ciudadanos y en estos iban, con su -en muchos casos- espíritu de sacrificio y generación de esperanzas, los PU[1].

Pero no se podía prever que llegase al poder una administración como la bolivariana, y que algunos pudiesen esperar que varios contestatarios y políticos de la izquierda de los tiempos de la guerra (como gustan en decir algunos), de la pacificación, de la vida de los partidos políticos y de los golpes de estado, anidaran parte de sus esperanzas para transformar en buenas líneas la sociedad y la economía (cosa que ya no hicieron) y –además- pasara a tener el sector universitario defensores como condotieros medievales que hicieran valer los reclamos históricos y fundamentales de los PU, según venia la evolución planteada previamente.

Nada que ver, pura ilusión. Aquellos señores se olvidaron –apechugados ya en tal momento con el poder- de la vida contestataria. Y como al igual que a Caracas (estos días de cumpleaños) y a La Guaira para quererlas, recuperarlas y protegerlas hay que haberlas vivido y sentido, el sector universitario pasó en la mayoría de las ejecutorias tenidas por la administración bolivariana, a encontrarse desatendido por falta de políticas adecuadas o de funcionarios sensibles a sus penurias y evolución. Más aún, se encuentra asediado por la hiperinflación que afecta a todos, pero que para el sector de lo PU se le debe añadir el que no se dolariza, para los efectos del tema de interés de esta nota, como pasa con profesiones liberales en el actual escenario de dolarización informal. Se ha conformado así como una actividad de un profundo empobrecimiento absoluto y relativo (cuando se le compara con las remuneraciones de sector militar, por ejemplo, o con las profesiones liberales).

Cifras bastan y sobran: canasta alimentaria en más de 160 millones de bolívares para junio 2018[2], canasta básica en más de 300 millones de bolívares según los registros de CENDA (puede verse www.analitica.com 27 de junio 2018) y con lo relativo de la medición en servicios, que están todos dolarizados.  Para el caso de la canasta alimentaria en su informe mensual, CENDA manifestó que la canasta para el grupo familiar (que contiene 60 productos de consumo básico) valió en el sexto mes del año sobre los 164 millones de bolívares, registrando una variación intermensual de 125,5% lo que representa 91.358.282,03 de bolívares. “Esta variación es más alta que la registrada en el mes de mayo que fue de 83,7%, representa 33.160.119,41 de bolívares. Y es la más alta registrada en nuestros históricos” (www.eluniversal.com 14 de julio 2018).

Llegados a acá y con lo relativo de los registros sistemáticos y dedicados desde hace décadas de parte de CENDA, dado el volátil , rápido y dinámico escenario de hiperinflación y ante el cual la administración denota indiferencia y ninguna respuesta alternativa a lo que ha hecho hasta ahora en política económica y en donde cree y expresa que lo está haciendo muy bien, es de destacar nuevamente el profundo deterioro de las condiciones de vida de los PU, como mínimo conjunto de condiciones de lo que puede ser su producción científica e intelectual. Nuestra apreciación es que un PU para recuperar parte – no mayoritaria – de las condiciones de vida existentes antes de esta administración debería recibir un ingreso adicional al actual (ceteris paribus, eliminándose la hiperinflación) de entre 500 y ochocientos millones de bolívares. ¿Si esto que pensamos tiene algo de verdad donde quedan las tres cuatro tablas (se pierde fácilmente la cuenta de las existentes) que norman las remuneraciones de los PU actualmente? Entendiéndose que una de ellas, la vigente, a lo sumo alcanza para un Profesor Titular a cerca de 50 millones de bolívares. La carrera académica así, pierde atractivo y condiciones y serán, en parte quijotes de la academia quienes se esmeren en desarrollarla. Una autentica destrucción de la academia por las condiciones creadas y mantenidas por la “revolución bonita”

Ni que decir de actividades académicas que en todas las universidades del mundo pueden desarrollarlas profesionales de prestigio a tiempo parcial, pues las condiciones para las mismas son más deprimentes aun. Es esta la realidad del país en cuanto a sus PU.

@eortizramirez
eortizramirez@gmail,com



[1] Esto, por lo demás, ha sido también atributo de docentes de distintos niveles. Y sabido es que lejos se ha estado de aquellas referencias y detalles sobre como en Japón –por  poner un caso- siempre eran consideradas como fundamentales las remuneraciones de jueces, policías y maestros, entre otros.
[2] BS. 164.157.722,66 cifra exacta de CENDA (http://cenda.org.ve/noticia.asp?id=171).

martes, 24 de julio de 2018

¿Destruyendo el multilateralismo?


Tomado de www.talcualdigital.com


¿Destruyendo el multilateralismo?,

 por Félix Arellano

felixarellano50@yahoo.com

Teniendo en cuenta la complejidad de las relaciones internacionales, por su heterogeneidad debido a la diversidad de actores y temas que participan; el dinamismo, el cambio es lo permanente y su naturaleza descentralizada, la ausencia de una autoridad mundial; la construcción de espacios de convivencia depende de la capacidad de los actores, particularmente de los gobiernos, para negociar y definir reglas y condiciones que deben ser respetadas, sin la presencia de un fiscal que supervise o sancione los incumplimientos.
La descentralización y la ausencia de autoridad legítima con capacidad del uso de fuerza, con excepciones de las limitadas atribuciones que al respecto cuenta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hace de la negociación y la voluntad de cumplimiento elementos fundamentales del orden internacional y, debemos reconocer que se han realizado avances importantes, entre los que destacan los regímenes internacionales de los derechos humanos, del comercio y la integración con el epicentro en la Organización Mundial del Comercio (OMC), del medio ambiente, de la salud con epicentro en la Organización Mundial de la Salud (OMS), del uso de la energía atómica (OIEA), de los refugiados (Acnur) y migraciones (OIM) y muchos más temas.
Frente a tal institucionalidad los gobiernos populistas autoritarios tienden a promover un falso discurso manipulador y un rechazo, especialmente si pueden representar límites o controles a sus arbitrariedades. Para tales gobiernos el multilateralismo debe ejercer un papel limitado, complaciente y totalmente controlado por los gobiernos; empero, las organizaciones van logrando autonomías funcionales, capacidad de evaluación y de crítica frente al comportamiento de los gobiernos, lo que resulta inaceptable para los autoritarios que se atrincheran en una visión anacrónica de la soberanía absoluta y pretenden mantenerla por encima de nuevos y fundamentales compromisos; en especial, la defensa de los derechos humanos y la institucionalidad democrática; rechazando la visión flexible de la soberanía que se corresponde con un mundo de interdependencias complejas.

En estos momentos estamos enfrentando fuertes presiones contra diversas instituciones multilaterales, promovidas fundamentalmente por gobiernos de orientación autoritaria. Por su relevancia en el contexto internacional tendríamos que mencionar en primer lugar la agresiva actitud del Presidente Donald Trump contra varias instituciones multilaterales cabe destacar, su rechazo tanto al acuerdo de Paris sobre el cambio climático, como al acuerdo de libre comercio Transpacífico (TPP); pero también su retiro de la Unesco y sus constantes ataques a diversos acuerdos multilaterales como el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá (TLC), la OTAN y contra la integración europea.
En esta misma línea y con un mayor nivel de agresividad y falta de transparencia, debemos destacar al gobierno ruso del Presidente Vladimir Putin, que con mecanismos novedosos, como los ataques cibernéticos que se han resumido en la llamada conexión rusa, está atacando la integración europea para debilitar su capacidad de acción en el contexto internacional; estimulando conflictos y divisiones, como es el caso del apoyo al separatismo catalán y a las tendencias xenofóbicas, ultranacionalista en Europa; destaca también el apoyo a los movimientos populistas autoritarios en nuestra región.
Un lugar privilegiado en la presión contra el multilateralismo lo ocupa el proceso bolivariano venezolano, que desde sus primeros años inició una campaña de manipulación y trasformación del contexto internacional, a los fines de construir un entorno favorable y complaciente, lo que ha significado ataques agresivos contra instituciones multilaterales hemisféricas y regionales. La primera embestida se orientó a las organizaciones regionales: el retiro de la Comunidad Andina, el debilitamiento de la Aladi y el SELA y la promoción de nuevas instituciones fundamentalmente ideológicas: ALBA, Unasur, Celac.
Un capítulo especial corresponde a la Organización de Estados Americanos (OEA), pues varios gobiernos autoritarios de la región, liderizados por el proceso bolivariano, se han planteado su eliminación, en particular sus importantes avances en materia de derechos humanos y defensa de la democracia. No podemos desconocer la capacidad de acción de tales gobiernos, que bajo la egida de la chequera petrolera y, en particular con petrocaribe, llegaron casi a paralizar la organización.
Pero los tiempos han cambiado, la chequera se ha empobrecido, el proyecto resultó una farsa y un fracaso y ahora nos encontramos con una OEA fortalecida que gracias, entre otros, a su activo y creativo Secretario General Luis Almagro, constituye uno de los epicentros de la dinámica hemisférica. Paradójicamente también estamos observando que el retiro de los Estados Unidos de varias organizaciones no ha significado su desaparición y que los proyectos ideológicos de los gobiernos autoritarios de la región se están desvaneciendo.
Nos corresponde a los defensores de los derechos humanos y la democracia mantener nuestra capacidad creativa para fortalecer el multilateralismo, como camino cierto para la construcción de la paz y la convivencia

lunes, 23 de julio de 2018

¿El multilateralismo puede sobrevivir?

 Tomado de https://www.project-syndicate.org

¿El multilateralismo puede sobrevivir?

Jul 20, 2018 KEMAL DERVIŞ

WASHINGTON, DC – Se suele decir que el orden mundial unipolar, dominado por Estados Unidos, que surgió al final de la Guerra Fría últimamente ha pasado a ser un acuerdo “multipolar”, debido al creciente “peso” geopolítico de países como China, así como de muchas economías emergentes. Pero el verdadero parámetro con el cual pesamos a las potencias globales, si se lo discute, normalmente es sólo en términos vagos.
No hay una escala acordada con la cual medir el peso internacional de un país en relación a otros. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial utilizan métricas económicas, como el PIB y los volúmenes comerciales, que no están estandarizadas en otras instituciones. Las Naciones Unidas ni siquiera utilizan la misma métrica en todas sus agencias: en la Asamblea General, todos los países se pesan de la misma manera y no existen derechos de veto; en el Consejo de Seguridad, los cinco miembros permanentes (China, Francia, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos) tienen derechos de veto.
En un momento en el que el multilateralismo está bajo una tensión cada vez mayor, resulta útil entender el cambio subyacente en los pesos esenciales e intentar evaluar cuánto de lo que estamos experimentando refleja cambios estructurales en esos pesos y cuánto simplemente se debe a cambios de políticas independientes.
Son tres las métricas de peso internacional de los países que se destacan: el tamaño de la población; el tamaño de la economía, medido por PIB a precios de mercado (el PIB en términos de paridad de poder adquisitivo es más útil para medir el bienestar), y poder militar, medido de manera imperfecta por el gasto en defensa. Si consideramos que las tres métricas son igualmente o comparablemente importantes, las potencias más “importantes” del mundo parecerían ser Estados Unidos, China, la Unión Europea, Japón, India, Rusia y Brasil.
Por supuesto, existen muchas cuestiones, empezando por si la UE –que negocia acuerdos comerciales como una sola entidad, pero está conformada por miembros con soberanía en muchas áreas- debería ser considerada o no un actor unificado en asuntos globales. Es más, no resulta para nada evidente que las tres métricas, en verdad, deban considerarse igual de importantes.
En cualquier caso, estas tres métricas representan un punto de partida útil para comparar la configuración de los pesos globales en 1990, cuando estaba surgiendo el llamado orden unipolar, y 2017, cuando deberían ser visibles los contornos de un orden multipolar.
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PIB, población y gasto militar (porcentaje del total mundial)
PIB, precios actuales
Población
Gasto military
1990
2017
1990
2017
1990
2017
Brasil
1,9
2,6
3,0
2,8
1,0
1,6
China
1,7
15,0
23,1
18,8
1,6
13,8
Unión Europea
31,5
21,7
9,6
6,9
20,8
15,3
India
1,4
3,3
17,1
17,9
1,4
3,6
Japón
13,4
6,1
2,5
1,7
3,1
2,8
Rusia
n/a
1,9
n/a
2,0
n/a
3,3
Estados Unidos
25,5
24,3
5,1
4,4
41,8
36,1
Fuentes: Perspectivas de la Economía Mundial del FMI, abril 2018; Base de datos del gasto militar de SIPRI

Estas cifras destacan, antes que nada, el ascenso de China, cuyos porcentajes tanto del PIB como del gasto militar han aumentado considerablemente (de 1,7% a 15% y de 1,6% a 13,8%, respectivamente). India también ha aumentado su porcentaje en ambas áreas, pero partiendo de una base mucho menor (de 1,4% a 3,3% y de 1,4% a 3,6%, respectivamente). Ninguna otra potencia ha alcanzado un incremento similar en “tamaño”. Estados Unidos ha perdido un poco en términos de PIB y población, pero sigue siendo la mayor potencia por lejos cuando se tiene en cuenta el poder militar. Con una población (que declina) y un PIB de apenas el 2% de los totales mundiales, Rusia es muy “pequeña”, aunque su posesión de armas nucleares es un factor que se debe tomar en consideración.
A juzgar por estas métricas, el mundo está ingresando en la próxima década en una suerte de estado bipolar, fuertemente dominado por Estados Unidos y China. Si se trata a la UE como una potencia única –inclusive por parte de sus propios miembros (digamos, cuando se buscan políticas comunes)-, podría representar un tercer polo. India, cuyo PIB hoy está creciendo a casi el 8% anual, llegado el caso podría conformar un cuarto polo, pero todavía tiene un buen camino por delante.
Un orden internacional que descansa en tres patas y media en verdad no está a la altura de la expectativa multipolar. Esto tiene implicancias importantes para los esfuerzos por revivir el multilateralismo. En particular, como el mundo no es en absoluto multipolar, no es estructuralmente tan conductivo hacia un multilateralismo multipolar como muchos suponían. Para sobrevivir, el multilateralismo necesitará el respaldo de los grandes jugadores.
Muchos han estado esperando que China ponga su peso detrás de un orden mundial multilateral, pero los líderes de China parecen dispuestos a utilizar estructuras multilaterales sólo cuando les conviene. La UE, por su parte, claramente tiene una fuerte inclinación multilateral, pero está debilitada por divisiones internas. Si las superara, podría ser el defensor del multilateralismo que necesitamos; por ahora, sin embargo, está demasiado dividida. India podría convertirse en un importante defensor del multilateralismo, pero hoy en día implementa políticas unilaterales y todavía carece de la influencia internacional necesaria.
Esto sigue dejando a Estados Unidos como la pieza clave de la cooperación global. Se pueden crear coaliciones para encarar determinadas cuestiones, o sobre una base regional; pero preservar –ya no hablemos de profundizar- el sistema existente de gobernancia global será imposible sin el respaldo de Estados Unidos.
En un momento en el que Estados Unidos cada vez resiste más y hasta socava activamente la cooperación internacional, esto es motivo fuerte de preocupación. Después de todo, como señaló recientemente Robert Kagan, en el mundo profundamente interconectado de hoy, necesitamos más que nunca reglas e instituciones para gobernar los mercados y la actividad económica. Esto cada vez se tornará más obvio en tanto las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la ingeniería genética plantean cuestiones políticas y éticas que se deben abordar a nivel internacional.
Por supuesto, Estados Unidos dista mucho de estar unido en su oposición al multilateralismo, y el país tiene tanto para ganar de la apertura y la cooperación que tal vez vuelva a abrazar su papel anterior en pocos años. Mientras tanto, sin embargo, es esencial que otros actores sigan utilizando y alentando el multilateralismo en cada oportunidad. Una cooperación sectorial o geográfica limitada es alcanzable y se la debería promover cada vez que fuera posible.
En términos más generales, la batalla ideológica más amplia para un sistema internacional basado en reglas se debe librar utilizando una buena dosis de cívica global como antídoto contra el neo-nacionalismo. Las derrotas tácticas que se sufren actualmente se pueden revertir si se gana la batalla ideológica. Dada la necesidad de una cooperación inclusiva, adaptar y fortalecer un sistema de gobernancia global ético y basado en reglas es crucial para garantizar una paz y un progreso a largo plazo. Dado el continuo “tamaño” de Estados Unidos, es crítico para el mundo en su totalidad que Estados Unidos esté plenamente comprometido y vuelva a convertirse en un líder de gobernancia global para la era digital.


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Kemal Derviş, former Minister of Economic Affairs of Turkey and former Administrator for the United Nations Development Program (UNDP), is Senior Fellow at the Brookings Institution.