LOS
TAMAKÚN BOLIVARIANOS
Enrique Viloria Vera
Yo no
hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único
perdón.
El polen salmantino,
verdadero general ganador de cualquier guerra asimétrica por su capacidad para
dejar sin energía a sus enemigos, me tumbó en cama por unos días y retrasó esta
entrega.
Recordemos que Tamakún, el vengador errante, es un personaje surgido de la radionovela cubana en
diciembre de 1941. La radionovela pronto se extiende a otros países
latinoamericanos, como México, Venezuela, Colombia, Chile y Perú. Fue creado
por el escritor cubano Armando Couto
Tamakún era un príncipe hindú que debía luchar contra su malvado
tío Sakiri el Negro, quien había asesinado a los padres de Tamakún para
apoderarse del Reino de Saracardi. Luego de recuperar el Reino, este decide
luchar contra el crimen y es solicitado por gente de diferentes partes del
mundo. Así junto con sus amigos, Ali Yabor y Zorka, recorren el mundo en donde
tienen aventuras y peligros.
Nuestra Revolución Bolivariana no es menos que Cuba, y cuenta
con dos Tamakún, hijos del mismo padre y madre, quienes han decidido también
vengar la muerte de su padre por la policía política de la IV República. El
inocente padre fue uno de los responsables del
secuestro del empresario Niehous, quien era estadounidense y para ese entonces,
era el presidente de la Owen Illinois en Venezuela. El 27 de febrero de 1976,
durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, un comando armado de varios
hombres entró a la residencia de la familia Niehous en Prados del Este y
sometieron a su esposa e hijos. Luego se llevaron al padre. Fue una gran
sorpresa para el país porque Venezuela estaba todavía bajo la política de pacificación
que comenzó en 1969, y se suponía que la guerrilla estaba replegada. La
guerrilla mantuvo al norteamericano en cautiverio en la selva venezolana y fue
rescatado por la PTJ, 3 años después. Niehous fue señalado por grupos de
izquierda como agente de la CIA, y por tener estrechas relaciones con el
embajador de Estados Unidos en Venezuela para ese entonces.
Sus
hijos decidieron vengar su muerte y se propusieron deliberadamente exterminar
la IV República. Sin rubor alguno, reconocen que esa ha sido unas de sus
motivaciones fundamentales y lo han hecho muy bien. Su justiciera venganza se ha traducido en que 87%
de la población venezolana se ve afectada por la pobreza, con una pobreza
extrema del 61,2%; la mortalidad materna se ha incrementado en un 60%, la
mortalidad infantil hasta en un 30%.
En todo caso a
nuestros vengadores hermanitos es bueno recordarles lo afirmado por Confucio:
Antes de
empezar un viaje de venganza cava dos tumbas.
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