La reconversión monetaria anunciada por Maduro
Por Luis Angarita Lazo.
En mensaje en cadena nacional, el presidente Maduro anunció una reconversión monetaria, cambiando lo anunciado y quitándole 5 ceros a la moneda nacional, con el fin de adaptar el nuevo cono monetario a los precios que hemos alcanzado en este proceso hiperinflacionario.
También, como medidas conexas, señala el anclaje de la nueva moneda al Petro, criptomoneda lanzada por el gobierno en meses recientes, además de entregar al Banco Central de Venezuela (BCV) un bloque de reservas petroleras estimadas alrededor de 29 mil millones de barriles de petróleo. Sobre estos dos puntos caben algunas consideraciones.
La disposición de anclar una moneda a otro valor implica que se mantiene un Tipo de Cambio Fijo como política cambiaria en Venezuela, en este caso atada al valor de un activo que poco se conoce de su cotización en el mercado financiero. El Petro fue una estrategia financiera del gobierno para tartar de conseguir fuentes alternas de financiamiento en épocas de bloqueo financiero, y dificultades de adquirir nuevas deudas en el sistema internacional. Sobre el Petro no se conocen mayores operaciones, ni desde la publicación de su “libro blanco” ni desde la apertura de su Oferta Pública Inicial. La falta de credibilidad en el ente emisor condenó la aceptación de este activo en los mercados financieros digitales. Anclar el valor del “Bolívar Soberano” (BSS) al valor del Petro será, por ende, sólo una referencia arbitraria del valor del TDC del BSS en comparación con cualquier divisa.
La medida de entregar un bloque de reservas petroleras tiene la pretensión de imponer al sistema monetario internacional una nueva forma de activos de reservas, denominados como “recursos naturales no explotados” para procurar la impresión de que existe respaldo suficiente en el BCV para la emisión monetaria del país. Una similar intención buscaba asociar la emisión de la criptomoneda Petro con recursos de la faja Petrolífera del Orinoco y recursos del Arco Minero. Para ambos casos, el sistema financiero tradicional conoce como activos de reserva al Oro monetario, Divisas como el dólar estadounidense, el euro, el yen japonés y el yuan chino, y, a partir de la emisión de los Derechos Especiales de Giro (FMI), la aceptación de activos de reserva fiduciarios, basados en la confianza.
La confianza a la cual busca hacer referencia el presidente Maduro, las reservas petroleras, están vinculadas a su capacidad de producción, y en estado actual de la industria petrolera venezolana, tal medida no parece ofrecer la mayor confianza para sostener la emisión y reconversión monetaria anunciada.
Más allá de estas consideraciones, el cambió de moneda no se ve acompañado con un cambio en la política monetaria, de equilibrio en el mercado monetario y de control de precios, o una intención de equilibrio fiscal y reducción de financiación monetaria de los déficits. Tampoco se observa las bases legales que soportarían esta nueva visión de activos de reserva, tanto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ni en los organismos internacionales.
Por último, los anuncios emitidos sobre la reconversión monetaria lucen exclusivamente cosméticos y no resuelve los problemas económicos del país, sólo los continúa. Las medidas no muetran cambios en las políticas fiscales, monetarias ni cambiarias que están condicionando a la recesión más larga de nuestra era moderna, con 5 años de decrecimiento económico y con una caída del 50% de la producción nacional.
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