viernes, 30 de abril de 2021

José Gregorio Hernández el beato

 

José Gregorio Hernández el beato

José Gregorio, encarna muy positivamente la síntesis, de la fe y la ciencia, la fe, que según la RAE, es la primera de las virtudes teologales: luz y conocimiento sobrenatural

 


 

JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

30/04/2021 05:01 am

 

  

         Hoy se beatifica a José Gregorio Hernández, el año pasado, los venezolanos recibimos esta anhelada y esperada noticia desde el año de 1949, y gracias a los diferentes cardenales, arzobispos, que llevaron su postulación a través de los años, lo llevan hoy a las puertas del santoral católico.



            En mi familia materna, desde mi tataratío el Dr. Francisco Antonio Rísquez, que fue su contemporáneo, tio de mi bisabuela materna Vita Niochet Rísquez de Martínez, mi tio abuelo Dr. Arminio Martínez Niochet, su hijo Edgar Martínez, y su hijo mayor también médico, Dr. Edgar Martínez jr, Imelda Campo Martínez, el esposo de prima Gleydes Rubio Martínez, que para mí fue una persona muy especial el Dr. Ramón Arrivillaga, el cual me vio nacer. Hoy, un hijo de primo hermano Edward de Veer Alfonzo, en la Facultad de Medicina de la UCV, sigue esa tradición. Mi padre Dr. Jesús E. Mazzei Berti y mis primos por parte paterna, el Dr. Francisco González Berti y su Hijo el Dr. José Gregorio González y la Dra. Silene Mazzei, en todos ellos, valoró en su dimensión exacta que es la medicina en mi familia como vocación y oficio.

            José Gregorio, encarna muy positivamente la síntesis, de la fe y la ciencia, la fe, que según la RAE, es la primera de las virtudes teologales: luz y conocimiento sobrenatural con que sin ver se cree en lo que Dios dice y la iglesia propone y además, el conjunto de creencias de alguien y ciencia, conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas, es un cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado, que constituye un ramo del saber humano. Fue un hombre de fe, que la defendió ante sus pares, por ejemplo con Luís Razetti, quién le practica la autopsia de ley en su fallecimiento, los debates que tuvo con su colega y otros contemporáneos como Rafael Villavicencio, que estaban influenciados por las corrientes positivistas tan de boga en la Venezuela de finales del siglo XIX y e inicios del XX, que influenció las diversas ramas del saber y a las escasas élites ilustradas del país, José Gregorio se mantuvo firme en sus creencias, convicciones y además, compatibilizarlas con un trabajo solidario y cristiano del ejercicio de la medicina como docente, investigador y médico de familia.



            Se doctoró en Medicina en la Universidad Central de Venezuela el 29 de junio de 1888; en esos días en presencia del Rector, como era costumbre sacó dos temas o ponencias que luego debía de desarrollar ante un jurado examinador, estos fueron 1º) La doctrina de Laennec, que asienta la unidad del tubérculo, frente a la escuela de Virchow, que sostiene la dualidad; y 2º) La fiebre tifoidea típica de presentarse en Caracas, campo en el cual se verá centrada su profesión médica ulteriormente, ya que es considerado el fundador de la bacteriología en Venezuela y América Latina.



            Al graduarse se va a su tierra natal y allí recibe el llamado de uno de sus profesores, Calixto González, quien mucho lo distinguía y apreciaba, para que regrese de inmediato a Caracas, pues lo había recomendado al gobierno para una beca de estudios en Europa. El presidente Rojas Paúl, por falta de médicos especialmente dedicados a la experimentación en 1889, decreta que, por cuenta del gobierno, se nombre al joven médico venezolano, de buena conducta y reconocidas aptitudes, para que se traslade a Francia, a estudiar teoría y práctica en las especialidades de microscopia, histología normal y patológica, bacteriología y fisiología experimental, con la asignación de seiscientos bolívares mensuales. Trabajó en los laboratorios de Charles Richet, (Premio Nobel 1913), fisiología experimental en la Escuela de Medicina de París que había sido colaborador de Etienne Jules Marey y a la vez discípulo del sabio Claude Bernard máximo exponente de la medicina experimental en Francia; con Mathias Duval histología y embriología y con el eminente Isidor Strauss que había sido discípulo de Emile Roux y Charles Chamberland quienes lo fueron a la vez de Louis Pasteur, bacteriología. Hoy en la entrada, de la Facultad de Medicina de la UCV, su escultura preside el ingreso del Instituto de Medicina Experimental, desde 1950, gracias a la escultura de Francisco Narváez, es considerado el último tomista.



            Un trió de eminentes médicos de la época, trata la gripe española: Razetti, Rísquez y Hernandez.

            La Junta de Socorros de 1918, no obstante, tenía muy clara la situación, especialmente ante un virus que ya había demostrado su eficacia en otras latitudes. Aun así, las medidas tomadas apuntaban a impedir el contagio y propagación. Lamentablemente, José Gregorio, no vivió la evolución y tratamiento de la pandemia, por su repentina muerte.

            Su beatificación, nos recuerda que no es incompatible la fe y el ejercicio de una profesión científica, porque ella se refuerza en valores y principios religiosos, éticos y morales, que dan la madera, en el ejercicio de nuestras profesiones, el fue una muestra viviente, sincera, honesta y solidaria, de sus creencias en el ejercicio de su profesión y es uno, de los paradigmas hoy aun más, en su Facultad de Medicina de la UCV y ejemplo, para los jóvenes que se gradúan en esta noble y sacrificada profesión. Es un testimonio de fe y ciencia.





jesusmazzei@gmail.com

 

martes, 27 de abril de 2021

ANDRÉS STAMBOULI

  ANDRÉS STAMBOULI  


                                                                                                       Enrique Viloria Vera                                                                       




Borges, el único, afirmaba que se sentía más orgulloso por los libros que había leído que por los que había escrito. En mi caso, puedo decir que siento particular orgullo de las realizaciones de aquellos que han formado parte de los equipos de trabajo que me ha tocado configurar y dirigir, como ha sido el caso del profesor Andrés Stambouli.

 

Con Andrés me unen lazos de genuina amistad y sincero afecto. Tuve el acierto, no por amigo sino por reconocimiento a sus méritos, de haberlo convencido para que formara parte del excelente equipo que creamos en la Universidad Metropolitana de Caracas durante mi gestión como Decano de Estudios de Postgrado.

 

En uno de los recientes actos de graduación de los egresados de los diferentes postgrados que ofrece la Unimet, el Prof. Stambouli escribió y pronunció un discurso llamado a hacer historia. Sólo a los efectos de despertar la curiosidad y el apetito mental (Padre Olaso dixit) de los lectores, me he permitido transcribir algunos párrafos de esa importante pieza del pensamiento académico venezolano contemporáneo:

 

·       “Desinteresarse de los asuntos públicos sólo le facilita su trabajo al autócrata amenazante, al charlatán que se hace pasar por profeta, o al demagogo calificado de carismático. Cuando el autócrata es demagogo y charlatán al mismo tiempo, el historiador que lo toma por un jefe carismático se equivoca. Mahatma Ghandi y Martin Luther King fueron personajes carismáticos del bien…otros lo fueron del mal absoluto…pero ni unos ni otros eran charlatanes o demagogos. No les facilitemos las cosas, a estos personajes en cualquier ámbito en el que estén. Y miren que no están solamente donde uno cree. No están monopolizados por ningún sector en particular. La activación y participación de la sociedad civil es el signo del tiempo actual para reclamar o proponer. Pero también es el tiempo del resurgimiento, en el mundo, del dogma, del fundamentalismo y de las autocracias. Interesarse por los asuntos públicos hoy es vital, es el primer paso para frenar al despotismo moderno”.

·       “De las primeras lecciones que un sociólogo debe transmitir a sus alumnos es la de que jamás ha existido, ni existirá, un régimen perfecto; ni político, ni social, ni empresarial o universitario. Buscar la perfección sólo conduce a los más nefastos, y frecuentemente criminales, de los despotismos. Buscar la excelencia es otra cosa, sin dejarse amedrentar por los epítetos y etiquetas, rescatando el valor de los conceptos. Así por ejemplo, resulta chocante a primera vista afirmar que el gobierno, la conducción de toda organización es siempre oligárquica: es que siempre gobiernan pocos, pero deben hacerlo  en nombre de todos y para todos, en consulta con todos y no de espaldas a muchos”.

·       “Gobernarse a si mismo, para que no nos gobiernen otros a su antojo, comienza por interesarse por lo público, informarse y, cuando las circunstancias lo requieren, expresarse y participar. Estos son tiempos de formidables cambios mundiales, impensables hace una década. En Asia, Europa, Norteamérica y en nuestra Latinoamérica se está demostrando, una vez más, que las sociedades humanas no marchan hacia donde la historia o el destino las conducen inevitablemente. No existe tal cosa como el porvenir; existe el por hacer. No nos preguntemos, como suelen hacerlo muchos, por lo que pasará o podrá pasar. Preguntémonos más bien por lo que queremos que pase y que hacer para alcanzarlo. Esta es la diferencia fundamental entre la actitud pasiva y la activa”.

·       “Se dice que un teólogo formula respuestas que ni pueden ni deben ser cuestionadas; el filósofo, en cambio, más bien se dedica a formular preguntas que no pueden ser respondidas, o que en todo caso no admiten respuestas únicas. Claro que los universitarios tenemos respuestas, pero siempre admiten discusión, incluso aquellas de las ciencias más exactas. Pero nos distinguimos por la calidad de las preguntas que formulamos, más que por las respuestas que proporcionamos”.

·       “La modernidad también puede encerrar peligrosamente la irracionalidad y la sin razón. La modernidad mal entendida y peor practicada suele llevar al hombre y a las organizaciones a los mismos o peores resultados que la tradición, pero eso si, con procedimientos más complicados, más costosos y más empobrecedores del espíritu humano. La civilización científico tecnológica, la sociedad del conocimiento y sus herramientas, las tecnologías de la información y comunicación, son sólo eso, herramientas. Los sistemas los concibe el hombre para que sean sus servidores y no para someterlo. El sistema al servicio del hombre y no al revés”.

·       “También es el tiempo de la preocupación y la inversión en la hoy llamada Responsabilidad Social Empresarial. Pero, ¿en verdad se cree en ella y se la practica? ¿Existe un interés real por la responsabilidad social? Es indudable que el conocimiento y las tecnologías contribuyen a producir más, a vender más y a consumir más, más de lo que sea. Pero ello ocurre a menudo y en buena medida en detrimento de la calidad de vida social e individual, vulnerando el principio ético que fundamenta la responsabilidad social”.

 

Buenas y certeras son las reflexiones de Andrés Stambouli, de ese académico integral que tiene el ojo puesto tanto en las ideas como en la realidad. Permítansenos estas líneas de personal orgullo, o como en buen mexicano se diría: “¡Andrés ya te presumí con mis lectores!

Ajuste externo, dolarización y sueldos miserables

 Ajuste externo, dolarización y sueldos miserables

 

Humberto García Larralde, economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

 




Al igual que ocurre con el agua, las fuerzas económicas “buscan su nivel” al interactuar con el extranjero. Los bienes y servicios comprados del resto del mundo deben poderse pagar en el tiempo. El pivote de este ajuste suele ser el tipo de cambio, es decir, el precio a que se transa la divisa, en moneda nacional. Como en toda mercancía, está sujeto a la puja entre demanda y oferta, modificándose el tipo de cambio en respuesta, siempre que el mercado sea de libre concurrencia. Ello altera la relación de precios entre bienes y servicios domésticos con respecto a los extranjeros, afectando la competitividad del aparato productivo y las expectativas sobre la sostenibilidad del tipo de cambio en el tiempo. Influye, a su vez, en el flujo de capitales hacia o desde el país. Pero, si se intenta mantener fijo el precio de la divisa, se impide este ajuste, obligando a la economía a responder por otras vías.

 

En principio, una nación puede pedir prestado o atraer inversiones para financiar sus déficits con el resto del mundo. Pero, con el tiempo, estos préstamos deben pagarse y la inversión devuelta a través del rendimiento que se espera de ella. Luego están las reservas internacionales, es decir, un colchón de divisas para cuando su demanda supera a la oferta. Ahora bien, si el objetivo de política es mantener el tipo de cambio fijo, las reservas internacionales se agotarán si no son corregidos los factores que ocasionan este desequilibrio. Expectativas adversas respecto a su sostenibilidad impulsarán una demanda por divisas todavía mayor, en previsión de que el gobierno aumente su precio. Esto suele precipitar la devaluación predicha, produciéndose lo que se llama una “profecía autocumplida”.

 

Ha habido gobiernos –como los de Chávez y el de Maduro-- que se creen capaces de acotar permanentemente la demanda por divisas, suprimiendo la acción de las fuerzas económicas. Instrumentan un régimen de controles para intervenir directamente en el mercado de divisas y prohibir su libre cambio, buscando mantener su precio fijo. Ocurre, sobre todo, si, como en Venezuela, el Estado controla la oferta de divisas y raciona su venta al tipo de cambio establecido, con base en criterios fijados según sus objetivos de política. Chávez sobrevaluó, así, al bolívar, elevando el poder adquisitivo de los venezolanos, gracias al alza espectacular en los precios del crudo en los mercados mundiales. Junto a sus programas de reparto, aseguró el apoyo de muchos. A la par, minaba la productividad de la economía, acorralando al sector privado. En fin de cuentas, la fabulosa renta petrolera captada le permitía importar de todo con un dólar artificialmente barato y sin pagar los impuestos correspondientes.

 

Pero al racionar la divisa “oficial”, apareció, inmediatamente, un mercado negro, donde se transaba a un precio superior ante la presencia de una demanda insatisfecha dispuesta a pagarlo. Como evidencia la historia –no sola la de Venezuela—, estimuló operaciones especulativas, comprando divisas al precio “barato” del mercado regulado, para revenderlas al precio superior del mercado negro. Esto ocasionó todo tipo de distorsiones, aupando cualquier mecanismo –no importa si fuese ilícito—para ponerse en la divisa barata. En la Venezuela de Chávez y Maduro, tales irregularidades fueron asistidas por la ausencia de transparencia y de rendición de cuentas, un sistema judicial abyecto, y por la anulación de la función contralora y supervisora de la Asamblea Nacional y de los medios de comunicación libres. Se crearon, así, fuentes de lucro inusitadas para quien tuviese acceso al dólar controlado. Al eliminarse el tipo de cambio de Bs. 10 por dólar, el 26 de enero de 2018, éste se cotizaba en más de 260.000 bolívares en el mercado paralelo. Pueden imaginarse las fortunas amasadas a través de su reventa.

 

Pero el control de cambio no sólo propició la corrupción. Las distorsiones provocadas tuvieron un costo económico creciente, desalentando la inversión productiva y estimulando una fuga de capitales para poner a salvo ahorros y activos. Chávez se endeudó significativamente con el extranjero para compensar estas salidas. Pero, ante la destrucción de la industria petrolera y el retorno de sus precios, después de 2014, a niveles más acordes con las tendencias de largo plazo del mercado energético internacional, sobrevino, en 2017, el default del Estado venezolano sobre su deuda externa. Encima, la caída en los precios del crudo desnudó el clásico doble déficit –fiscal y externo, tan reseñado en la literatura económica sobre América Latina--, al pretender el gobierno mantener sus niveles de gasto. Ante la imposibilidad de acudir a los mercados financieros internacionales y la merma en los ingresos provenientes del petróleo y de la economía doméstica, el gobierno de Maduro recurrió al financiamiento monetario –la “maquinita” del BCV—para financiar sus déficits. Instaló, así, un terrible motor inflacionario, que terminó de arruinar la economía, destruyó puestos de trabajo, sepultó el poder adquisitivo de la población y disparó a niveles estratosféricos la cotización de la divisa en el mercado paralelo.

 

Ante tal cúmulo de distorsiones, desaciertos y negligencias de política, Maduro no tuvo más remedio que desmontar el control de cambio, permitir la dolarización de las transacciones domésticas y aliviar significativamente los controles de precio. Esto, sin duda, fue un paso en la dirección correcta, pero apenas un paso. Lamentablemente, ante las arbitrariedades y disparates del chavismo en el poder, la economía ya había tenido que ajustar su interacción con el mundo por otras vías: contrayendo en forma drástica el consumo doméstico, eliminando la inversión, deprimiendo el salario real y alentando la salida de casi seis millones de compatriotas, que ahora transfieren divisas desde el extranjero a sus familiares. En este proceso, se liquidó al bolívar como medio de pago, depositario de valor y unidad de cuenta.

 

La dolarización evidenciada en absoluto resuelve esta tragedia. Tampoco restituye el intercambio externo a lo que era antes del desastre. Ni siquiera provee el ansiado remedio a la hiperinflación, pues el régimen no puede dolarizar su propia gestión, ya que sus ingresos en divisas son muy inferiores a sus compromisos de gasto. Se vería obligado a reducirlos brutalmente, despidiendo empleados y dejando sin recursos a los servicios públicos y a otras dependencias. Con la destrucción de PdVSA, de las empresas básicas y la ruina de la economía privada, la economía genera muy pocos dólares. El saqueo de las riquezas minerales de Guayana, las transferencias de familiares expatriados y, claro está, los proventos del tráfico de drogas y de otros ilícitos, proveen divisas, pero lo que ingresa por estos conceptos está lejos de lo requerido para recuperar los niveles de consumo deseados. Salvo las empresas que han podido dolarizar los salarios, éstos, en general, continúan en niveles miserables.

 

La única solución –y estamos cansados de repetirlo-- es la mejora acelerada de la productividad y de la competitividad de nuestra economía. Pero no ocurrirá sin un programa de estabilización y de ajuste económico creíble que abata la inflación y eche las bases de un marco institucional capaz de transmitir seguridad y previsibilidad. Ello permitirá contraer un generoso empréstito de los organismos financieros multilaterales para encarar las numerosas necesidades derivadas del colapso del Estado, y atraer inversiones productivas en petróleo y en otras áreas. Inversiones en infraestructura, el rescate de los servicios y la modernización de la administración pública, serán imprescindibles para bajar los costos de transacción e incrementar la productividad y, con ello, el nivel general de salarios.

 

Pero lo anterior es totalmente contrario al régimen de expoliación del que viven las mafias que se han atrincherado en el poder. La mejor muestra de tan perversa dinámica es el intento de uno de sus mayores capos de despojar aEl Nacional de sus instalaciones, valiéndose de la bochornosa complicidad de un tribunal. Más que nunca, hay que forzar un cambio político para salvar a Venezuela y a su gente. 

Foro Boao: puesta en escena


Foro Boao: puesta en escena,

 por Félix Arellano




Foro Boao: puesta en escena
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Se ha efectuado la XX edición del Foro Boao para Asia, durante los días 18 al 21 de abril, sin mayor trascendencia, toda vez que con el tiempo, tal institución ha resultado una copia deficiente del Foro Económico Mundial, que desde 1971 se celebra, al inicio del año, en la cuidad de Davos en Suiza. En todo caso, Boao ha cumplido su objetivo: servir de propaganda política y manipulación ideológica, como una tribuna al discurso oficial del Partido Comunista chino, en esta oportunidad cargado de mayores contradicciones.

El Foro Boao fue inaugurado formalmente en el 2001 y realizó su primera conferencia en abril del 2002. Un proyecto que inicialmente generó expectativas, por la importancia estratégica que fue logrando Asia en el mundo global, empero, en la medida que el gobierno chino ha controlado su organización, la capacidad creativa del Foro se ha limitado a los intereses y conveniencias de la potencia emergente.

La influencia del gobierno chino se puede apreciar, entre otros, por el hecho de que las conferencias anuales se efectúan en Boao, Hainan China y las oficinas técnicas del Foro están ubicadas en Pekín. Pero lo más relevante es que los presidentes chinos han utilizado el foro para exponer su exitosa política de cooperación internacional; es decir, de expansión geopolítica a escala mundial, frente a un importante número de participantes, particularmente empresarios y, en esta vigésima edición, según los organizadores, se han conectado 2.600 participantes procedentes de unos 60 países.

La conferencia de este año ha sido definida como «Futuro compartido, acción concertada y desarrollo». Entre los temas de la agenda destacan la importancia del multilateralismo, la cooperación internacional, los riesgos del unilateralismo y el medio ambiente. En la instalación del evento, el presidente Xi Jinping desarrolló ampliamente la agenda cooperativa del gobierno chino, fortalecida en apoyo a los efectos de la pandemia y, en el marco de la llamada ruta de la seda, el gran proyecto de dominación a escala mundial.


Naturalmente que el discurso oficial enfatizó en la cara amable, que por varios años caracterizó la política expansiva china, el llamado soft power que, desde la llegada de Xi Jinping al poder, está cambiando y la actuación internacional se ha radicalizado; incluso, luego de la pandemia del covid-19, se ha tornado más agresiva, incluyendo posturas coercitivas y manifestaciones de carácter militar en varios frentes.

Tradicionalmente, el foro ha resaltado las bondades de la cooperación china, en particular con los países en desarrollo; pero, ante el rigor del autoritarismo, no se aprecia en el Foro expresiones de reflexión crítica sobre sus debilidades, contradicciones y efectos negativos.

No son tema de discusión, entre otros, la asimétrica estructura del comercio con esos países que exportan materias primas e importan productos manufacturados y, progresivamente, alta tecnología. Tampoco se debate sobre la dinámica de inversión china, caracterizada por contratos llave en mano que, en la mayoría de los casos, se acompañan de la mano de obra china, sin mayores beneficios para los países receptores.

Otro tema que se está agudizando, pero no entra en la agenda, tiene que ver con los procesos de refinación de las deudas. China se ha transformado en uno de los principales acreedores de los países en desarrollo y, en su cuestionamiento a las instituciones del orden liberal, rechaza el esquema del Club de París; en consecuencia, el proceso de renegociación resulta discrecional y, en algunos casos, arbitrario, como lo ha experimentado recientemente el gobierno de Kenia.

En su discurso, el presidente chino resaltó las bondades de la diplomacia de las mascarillas y de las vacunas que privilegian a los países en desarrollo, pero el foro no debatió sobre las posturas agresivas que viene desarrollando el gobierno chino. Por ejemplo, la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional, orientada a destruir las libertades internas en Hong Kong; las amenazas militares a los países costeros en el mar del Sur de China, que reclaman sus legítimos derechos; el constante hostigamiento a Taiwán «la isla rebelde» o los choques militares en la frontera con la India.

Si los participantes en el Foro, originarios de diversos países, hacen silencio ante los conflictos internacionales de China, mucho menos se atreven a debatir sobre los problemas que se presentan al interior del imperio, como por ejemplo la persecución de las minorías étnicas y religiosas, como los casos de los uigur y del Tíbet.

Otro tema de alta sensibilidad vetado en las discusiones tiene que ver con las recientes sanciones aplicadas por el gobierno chino contra el emporio económico Alibaba, en particular, contra su propietario Jack Ma, con una multa que sobrepasa los 2.800 millones de dólares. Esto llega luego de una tímida crítica del empresario a la situación financiera del país. China ha dejado muy claro que el juego económico y la seguridad jurídica llegan al punto que el partido comunista lo permita.

En el Foro, el gobierno chino se presentó como el gran ganador de la pandemia del covid-19. Según los voceros oficiales, la economía ha crecido en los primeros meses de este año; al respecto, ha debido reinar el silencio, pues es público el profundo cuestionamiento que está enfrentando China por la opacidad en el manejo de los orígenes del virus, y la actitud desafiante que ha asumido ante la investigación que fue aprobada en la Asamblea de la Organización Mundial de Salud (OMS); en particular, la amenaza de sanciones contra Australia por promover tal investigación.

Podría resultar exagerado, pero se aprecian factores disruptivos que, por su diversidad e intensidad, podrían interpretarse como el inicio del declive de la exitosa expansión geopolítica de China en el mundo. Son muchos los factores de conflicto que se presentan y que están erosionando su liderazgo y capacidad de acción.

Félix Arellano es internacionalista y Doctor en Ciencias Políticas-UCV.

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

viernes, 23 de abril de 2021

EL DECLIVE DE LA OPEP

 EL DECLIVE DE LA OPEP

José Rafael Zanoni




La convulsión que ya el mundo había venido experimentando se acelero con la llegada de la pandemia, que ha colocado en situaciones de grandes dificultades a toda la humanidad; pero que ha puesto en evidencia por una parte las grandes desigualdades y ha obligado a tomar medidas que permitan abordar la nueva situación, una vez detenido y controlado el virus,  el mundo energético debe ser analizado en el nuevo  contexto.
En esta dirección las consideraciones más importantes que creemos para poner de  relieve los cambios, son los siguientes.:

 El mundo energético se ha transformado ,es ahora un mercado competitivo en el cual confluyen diversas fuentes de allí que entonces los problemas de costos, competitividad, suministro y demanda se deben valorar con gran exactitud de manera tal de poder determinar las tendencias y la importancia y el rol en la economía global .El análisis del mercado petrolero hoy debe hacerse de manera específico atendiendo a éstas nuevas condiciones  y agregando la influencia que el petróleo tendrá en ese mercado global.
El desarrollo de ese mercado determinará la necesidad de un precio marcador de la energía que conduzca a valorar la participación de las diversas fuentes.
 Trataremos ahora de precisar algunas de las condiciones en que se desarrolla actualmente el mercado  petrolero;  desde el punto de vista de la oferta se está bastante abastecido, la oferta está garantizada, los almacenamientos son altos y las posibilidades de escazes no existen. Hay descenso en las reservas estratégicas de la mayoría de los grandes países, Estados Unidos los países europeos y China. Los chinos quieren seguir garantizando su almacenamiento para situaciones de contingencia bien por sanciones o por el estallido de guerra locales o de mayor alcance.
En Estados Unidos las cosas marchan diferente por el impulso que ha tomado la política del presidente Biden  de sustitución energética de los combustibles fósiles por los renovables. Al tomar en cuenta todos esos factores es claro que el poder de mercado de la OPEP-PLUS a declinado y disminuido su influencia en el conjunto del mercado global y su porvenir lava las declaraciones de la propia OPEP indican que tendrán una valoración prudente del mercado y contribuirán a la recuperación económica mantenimiento precios bajos. En la  declaración del 7 de abril 2021 los ministros saludan con entusiasmo la conversión de la Arabia Saudita, del rey del oro negro al rey del oro verde.
El desarrollo de todos los acontecimientos va a estar estrechamente ligado a cómo aumente la transición energética, su ritmo, desarrollo.

EL PORVENIR DE LA OPEP, VA CUESTA ABAJO EN LA RODAJA
Abril ,2021

¿En qué consiste el índice global de competitividad?

 

¿En qué consiste el índice global de competitividad?

23 de abril de 2021

Por César Andrea Pérez

Economista

MSc. en economía internacional

cesar.andrea49@gmail.com

 


El Índice Global de Competitividad (IGC) mide la capacidad de un país de generar oportunidades de desarrollo económico a los ciudadanos. El mismo es desarrollado por el Foro Económico Global y está diseñado para medir los fundamentos micro y macroeconómicos de la competitividad, medida como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país.

 

Es un criterio anual para que los responsables públicos vean más allá de las medidas a corto plazo y evalúen el progreso al conjunto completo de factores que determinan la productividad. Este indicador es una de las referencias más utilizadas para medir la competitividad y de las más amplias por el número de países que incluye. La edición del informe del año 2019, cubrió 141 economías que representan 99% del producto interno bruto mundial.

 

Este índice se evalúa a través de los siguientes doce pilares:




                                        Fuente: The Global Gender Gap Report 2018

 

El desempeño de un país en los resultados generales del ICG, así como en cada uno de sus componentes, es el efecto del puntaje del progreso en una escala de 0 a 100, donde 100 representa la frontera. Cada país debe apuntar a acelerarse a la frontera en cada componente del índice. Cada uno de los pilares: 1) entorno habilitante, 2) capital humano, 3) mercados y 4) ecosistema de innovación, agrupa otros sub pilares, dando como resultado, mediante ponderaciones y pesos, el ICG.

 

A partir del ICG se pueden identificar fortalezas y debilidades para estimular el crecimiento económico, así como las diferencias en el ingreso per cápita de los países y presentar un análisis de los factores que generan una mayor competitividad y productividad. De hecho, es útil para la elaboración de nuevas políticas públicas que promuevan un ambiente de inversión más propicio para dicho desarrollo.

 

Con una puntuación de IGC de 84,8 sobre 100 en 2019, Singapur es el país más cercano a la frontera de competitividad. El país ocupó el primer lugar en términos de infraestructura, salud, funcionamiento del mercado laboral y sistema financiero desarrollado.

 

Liderada por Singapur, la región de Asia Oriental y el Pacífico es la más competitiva del mundo, seguida de Europa y América del Norte (los Estados Unidos y Canadá ocupan los lugares 2° y 14°). Hong Kong (3°) y Japón (6°) también figuran entre los primeros. Vietnam (67°) es el país cuya puntuación mejora más a nivel mundial, pero la región de Asia también alberga economías con importantes déficits de competitividad, como Camboya (106°) y Laos PDR (113°).

 

En América Latina y el Caribe, Chile (33°) es la economía más competitiva gracias a un contexto macroeconómico estable y mercados abiertos. Le siguen México (48°), Uruguay (54°) y Colombia (57°). Brasil, a pesar de ser la economía más grande de la región, ocupa el puesto 71°. Venezuela ocupa el puesto 133° y Haití 138°.

 

En el año 2006, llamado Índice de Brecha de Genero, los países que ocuparon las primeras posiciones fueron Suecia (1°), Noruega (2°), Finlandia (3°), Islandia (4°), Alemania (5°), Filipinas (6°), Nueva Zelanda (7°), Dinamarca (8°), Reino Unido (9°), Irlanda (10°).

 

El foro Económico Global llama la atención sobre una agenda ambiental, social y económica donde no pueden perseguirse objetivos por separado; al contrario, deben ser inclusivos y fusionarse en una única agenda de crecimiento sostenible e integrador. Los temas ambientales, así como los retos de reducir la desigualdad mediante un crecimiento inclusivo y el incremento en la igualdad de oportunidades son temas en la agenda global.

 

Asimismo, el fomento de la competencia leal; las políticas fiscales que mejoren la productividad en infraestructura, educación e innovación, podrían reactivar el crecimiento de la productividad.

 

En una reciente entrevista realizada a Esther Duflo, señala que el crecimiento económico como objetivo de los gobiernos en “engañoso”. Asegura Duflo, lo primero es apostar por una medida general de bienestar, donde se garantice educación, servicios de salud y se contemplen otros factores como el medio ambiente y los desafíos que presenta el cambio climático. Afirma que los gobiernos no controlan mucho el crecimiento económico, por lo que cuando se utiliza como objetivo, los resultados se pierden de control.

 

En síntesis, el ICG, es una poderosa herramienta para evaluar el progreso completo de los factores que determinan la productividad, pues recoge variables micro y macroeconómicas que afectan la productividad de una economía. Los resultados de este indicador, evidencian una marcada desigualdad en la productividad mundial, traduciéndose en un déficit global de productividad y una concentración en las regiones de Asia Oriental y Europa.


El Reporte de competitividad global del año 2019 llama la atención sobre el crecimiento económico equitativo, y la armonización de la agenda económica, ambiental y social. Asimismo, reclama por acceso a oportunidades para todos.

 

Referencias:

 

1.    https://es.weforum.org

 

2.    https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/11170347/04/21/Duflo-Nobel-de-Economia-Los-estimulos-fiscales-son-un-ahorro-si-la-alternativa-es-la-depresion-economica.html

jueves, 22 de abril de 2021

EL PODER DE LAS MASCOTAS

 

EL PODER DE LAS MASCOTAS

                                                                                           Enrique Viloria Vera

 



De pequeño en un viejo televisor en blanco y negro, me solazaba con las aventuras – más bien con las proezas - de Lassie, Furia o Rin Tin Tin, eran verdaderas mascotas al servicio de sus amos civiles o militares, prestas siempre a consentir y acatar las órdenes y a veces salvar incluso la vida de sus amos.

En los años 70 del pasado siglo, estudiando en París me sorprendió la pasión que los franceses tienen por sus mascotas; en Bruselas asistí a un restorán donde atendían con verdadera dedicación a las mascotas que acompañaban a sus dueños a cenar o almorzar.

Con el tiempo, viviendo en Salamanca estos últimos años, pude constatar una nueva forma de poder que se suma a la democracia, a la gerontocracia, a la plutocracia, a la aristocracia, e incluso a las dictaduras de diferente cuño y color: pardas, verde oliva, rojas y rojitas: la mascotacracia.    

 En efecto, es ciertamente evidente el poder que las mascotas ejercen en la sociedad contemporánea, ya no tienen dueños ni amos, sino papá, mamá, hermanos, abuelos y primos; hasta un árbol genealógico cuelga de alguna que otra pared de un animalista declarado.

Las macotas contemporáneas son una nueva forma de poder en sociedades sin crecimiento demográfico, en las que las parejas prefieren criar y consentir a un perro o a un gato antes que a un niño. Las mismas ya no portan los nombres de costumbre, ahora se llaman: Ramón, Sofía, Tomás, Rafael o María Luisa, exhiben su propio ajuar y son transportados por sus dependientes propietarios en flamantes jaulas de verdadero lujo, viajan en tren o en avión, duermen en camas especiales y son bienvenidos en los lechos familiares, además reposan en sus propios cementerios donde visitados por sus deudos.

Las redes sociales muestran esta pasión por las mascotas: se exhiben las gracias de perros, loros, cerdos vietnamitas, gatos, cacatúas, chivos, ponis y hasta que una que otra boa constrictora. Hay incluso un narco millonario e incluso artistas de cine que poseen su propio zoológico con cebras, leones, y una que otra sigilosa pantera que ilumina con sus ojos la oscuridad del jardín del atrevido coleccionista.

Las páginas de los periódicos informan de las mascotas de la Casa Blanca que poseen sus propios agentes secretos, el perro del presidente galo se pasea a sus anchas por el palacio de gobierno; un estrafalario petrolero venezolano presidía las reuniones acompañado de su gato angora, al que más de un subalterno adulador le hacía carantoñas para congraciarse con el jefecito en espera de una mejor evaluación con su correspondiente aumento de la pitanza.

Con mucha razón, – a riesgo de haber sido linchado por los furibundos animalistas - Javier Marías señaló que en España existe una perrocracia.

What Three Economists Taught Us About Currency Regimes

 https://www.project-syndicate.org/commentary/cooper-mundell-williamson-exchange-

rate-regimes-by-jeffrey-frankel-2021-04

What Three Economists Taught Us About Currency Regimes

Apr 21, 2021JEFFREY FRANKEL

Today, freely floating exchange rates suit most large countries better than the late economists Richard Cooper, Robert Mundell, and John Williamson thought. But some countries do well with firmly fixed exchange rates, while at least half of the world’s countries fall in between.

CAMBRIDGE – A generation of great international economists is passing from the scene. Richard Cooper died on December 23, Robert Mundell on April 4, and John Williamson on April 11.

All three made important contributions on a variety of topics, and coined memorable terms that remain in use, though not always in their originally intended sense. More specifically, all three played a role in the ongoing debate about optimal currency arrangements. Each was unhappy with the system of market-determined floating exchange rates and proposed reforms. Should central banks fix exchange rates, or even abandon independent currencies entirely, as the members of the eurozone have done? Or should they do something else?

Williamson led the “something else” camp. He advocated intermediate exchange-rate regimes that provide more flexibility than fixed rates but more stability than free-floating rates. One, the “crawling peg,” a term that he coined, proved especially popular in Latin America in the 1980s and early 1990s. Under this arrangement, countries decide to live with inflation by undertaking monthly mini-devaluations that keep their producers price-competitive internationally.

Williamson also championed another intermediate regime, the target zone, under which countries keep their exchange rates within pre-specified bands. He repeatedly updated his proposals to apply the target zone even to the dollar, euro, yen, and other major currencies.

But these arrangements were most popular among emerging markets. Many mixed and matched Williamson’s proposals – falling under the rubric of basket, band, and crawl (BBC) – as Botswana and Singapore still do today.

Williamson was most famous for coining the expression “Washington Consensus” in 1989, to describe ten economic development policies that he judged had the support of the International Monetary Fund, the World Bank, and US administrations.

But he lost control of his own invention. Williamson had explicitly excluded one item from his policy list: the liberalization of financial controls to allow the free movement of capital. Yet, most of those who subsequently used the phrase “Washington Consensus,” typically to attack perceived “neoliberalism,” have assumed that it was included.

Unlike Williamson, Richard Cooper favored fixed exchange rates. In 1984, he predicted that business would eventually find the high volatility of floating rates “intolerable,” and proposed “the creation of a common currency for all of the industrial democracies,” beginning with the United States, Europe, and Japan.

Cooper emphasized that his plan was only a long-term vision. But the political appetite for giving up this degree of national sovereignty is even more miniscule now than it was when he proposed his recipe.

In academia, Cooper started the field of international macroeconomic interdependence and cooperation. He also put his ideas into practice, serving as US under secretary of state for economic affairs in President Jimmy Carter’s administration and playing an active role at the 1978 Bonn Summit of G7 leaders. There, Germany, Japan, and the US agreed to act as locomotives, simultaneously pulling the rest of the world economy out of stagnation. At this time, Cooper gave the world the term “locomotive theory,” referring to coordinated fiscal expansion across countries.

Mundell also favored fixed exchange rates. He was awarded the Nobel Prize in economics in 1999 for two contributions regarding their pros and cons, relative to floating rates. One was the 1962-63 Mundell-Fleming model, which was far ahead of its time in assuming high cross-border financial integration. A key finding was that monetary policy attains high power to influence income if a country’s exchange rate floats, but loses power if the exchange rate is fixed.

The Nobel committee also highlighted Mundell’s 1961 article, “A Theory of Optimum Currency Areas” (OCAs), in which he observed that there was no reason why national political boundaries should necessarily coincide with the boundaries between independent currencies.

Mundell is often called the intellectual father of two big and consequential ideas: supply-side economics and a common European currency. The two movements were very different. But both were associated with a relatively unconditional belief in restoring exchange-rate stability.

As Paul Krugman has pointed out, it is essential to distinguish between Mundell’s work before and after 1971, the year that the Bretton Woods system of pegged exchange rates broke down and Mundell left the University of Chicago. His post-1971 ideas were broad-brush, and at odds with those in his earlier writings. Mundell’s fundamental change of worldview was most likely due to a new belief that the prices of goods and services were so flexible as to equilibrate markets automatically, regardless of currency policy.

From Mundell’s post-1971 viewpoint, others misused his OCA concept. Many American economists liked his framework for assessing the advantages and disadvantages of a common currency, but argued that European countries did not meet the OCA criteria. They found that most individual European economies generally needed monetary autonomy more than, say, the 50 US states did, because European countries’ business cycles were relatively uncorrelated, and their unemployed workers were generally unable to adjust to shocks by moving to where the jobs were.1

Mundell’s first choice was a single global currency. His second choice was currency union within Europe. Having originated the OCA criteria, he felt entitled to say whether proposed unions qualified. But subsequent events seem to confirm others’ warnings that even Europe, let alone the entire world, is too large to qualify.

As of 2021, freely floating exchange rates suit most large countries better than Mundell, Cooper, and Williamson thought. But at the same time, some smaller economies do well with firmly fixed exchange rates.

At least half of the world’s countries fall in between. But in most cases, their intermediate exchange-rate regimes don’t obey such well-defined rules as Williamson’s BBC scheme. For example, many larger emerging markets, including South Korea, India, and China, pursue systematic managed floats.

As we mourn the passing of these three giants, one recalls famous Keynes admonition: “Practical men who believe themselves to be quite exempt from any intellectual influence, are usually the slaves of some defunct economist.” That may be so, but it is no less true that the influence of powerful ideas can exceed what their originators foresaw.


JEFFREY FRANKEL

Writing for PS since 2000
175 Commentaries

Jeffrey Frankel, Professor of Capital Formation and Growth at Harvard University, previously served as a member of President Bill Clinton’s Council of Economic Advisers. He is a research associate at the US National Bureau of Economic Research.