¿En qué consiste el índice global de
competitividad?
23
de abril de 2021
Por César Andrea Pérez
Economista
MSc. en economía internacional
Es un criterio anual
para que los responsables públicos vean más allá de las medidas a corto plazo y
evalúen el progreso al conjunto completo de factores que determinan la
productividad. Este indicador es una de las referencias más utilizadas para
medir la competitividad y de las más amplias por el número de países que
incluye. La edición del informe del año 2019, cubrió 141 economías que representan
99% del producto interno bruto mundial.
Este índice se evalúa a través de los siguientes doce
pilares:
Fuente: The Global Gender Gap Report 2018
El desempeño de un
país en los resultados generales del ICG, así como en cada uno de sus
componentes, es el efecto del puntaje del progreso en una escala de 0 a 100,
donde 100 representa la frontera. Cada país debe apuntar a acelerarse a la
frontera en cada componente del índice. Cada uno de los pilares: 1) entorno
habilitante, 2) capital humano, 3) mercados y 4) ecosistema de innovación,
agrupa otros sub pilares, dando como resultado, mediante ponderaciones y pesos,
el ICG.
A partir del ICG se
pueden identificar fortalezas y debilidades para estimular el crecimiento
económico, así como las diferencias en el ingreso per cápita de los países y
presentar un análisis de los factores que generan una mayor competitividad y
productividad. De hecho, es útil para la elaboración de nuevas políticas
públicas que promuevan un ambiente de inversión más propicio para dicho
desarrollo.
Con una puntuación de
IGC de 84,8 sobre 100 en 2019, Singapur es el país más cercano a la frontera de
competitividad. El país ocupó el primer lugar en términos de infraestructura,
salud, funcionamiento del mercado laboral y sistema financiero desarrollado.
Liderada por
Singapur, la región de Asia Oriental y el Pacífico es la más competitiva del
mundo, seguida de Europa y América del Norte (los Estados Unidos y Canadá
ocupan los lugares 2° y 14°). Hong Kong (3°) y Japón (6°) también figuran entre
los primeros. Vietnam (67°) es el país cuya puntuación mejora más a nivel
mundial, pero la región de Asia también alberga economías con importantes
déficits de competitividad, como Camboya (106°) y Laos PDR (113°).
En América Latina y
el Caribe, Chile (33°) es la economía más competitiva gracias a un contexto
macroeconómico estable y mercados abiertos. Le siguen México (48°), Uruguay
(54°) y Colombia (57°). Brasil, a pesar de ser la economía más grande de la
región, ocupa el puesto 71°. Venezuela ocupa el puesto 133° y Haití 138°.
En el año 2006,
llamado Índice de Brecha de Genero, los países que ocuparon las primeras
posiciones fueron Suecia (1°), Noruega (2°), Finlandia (3°), Islandia (4°),
Alemania (5°), Filipinas (6°), Nueva Zelanda (7°), Dinamarca (8°), Reino Unido
(9°), Irlanda (10°).
El foro Económico
Global llama la atención sobre una agenda ambiental, social y económica donde
no pueden perseguirse objetivos por separado; al contrario, deben ser
inclusivos y fusionarse en una única agenda de crecimiento sostenible e integrador.
Los temas ambientales, así como los retos de reducir la desigualdad mediante un
crecimiento inclusivo y el incremento en la igualdad de oportunidades son temas
en la agenda global.
Asimismo, el fomento
de la competencia leal; las políticas fiscales que mejoren la productividad en
infraestructura, educación e innovación, podrían reactivar el crecimiento de la
productividad.
En una reciente
entrevista realizada a Esther Duflo, señala que el crecimiento económico como
objetivo de los gobiernos en “engañoso”. Asegura Duflo, lo primero es apostar
por una medida general de bienestar, donde se garantice educación, servicios de
salud y se contemplen otros factores como el medio ambiente y los desafíos que
presenta el cambio climático. Afirma que los gobiernos no controlan mucho el
crecimiento económico, por lo que cuando se utiliza como objetivo, los
resultados se pierden de control.
En síntesis, el ICG,
es una poderosa herramienta para evaluar el progreso completo de los factores
que determinan la productividad, pues recoge variables micro y macroeconómicas
que afectan la productividad de una economía. Los resultados de este indicador,
evidencian una marcada desigualdad en la productividad mundial, traduciéndose
en un déficit global de productividad y una concentración en las regiones de
Asia Oriental y Europa.
El Reporte de competitividad global del año 2019 llama la
atención sobre el crecimiento económico equitativo, y la armonización de la
agenda económica, ambiental y social. Asimismo, reclama por acceso a
oportunidades para todos.
Referencias:
Excelente articulo!!
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