sábado, 30 de abril de 2022

La Isla de Margarita, Perla del Caribe

 

La Isla de Margarita, Perla del Caribe

 

Pedro Raúl Solórzano Peraza

Abril 2022

 




El norte de Venezuela está bañado por el Mar Caribe, proporcionándole más de 2.000 kilómetros de costa continental, donde hay cientos de playas y de parajes de espectacular belleza. Además, este país tiene decenas de islas caribeñas, algunas de las cuales tienen particulares encantos y algunos desarrollos para el disfrute de visitantes. Entre esas islas, la más grande y universalmente conocida es la Isla de Margarita.

 

Margarita, junto con las Islas Coche y Cubagua, conforma el Estado Nueva Esparta. Está ubicada a unos 40 kilómetros de distancia de la costa nororiental venezolana, y para llegar hasta ella se puede utilizar ferry o la vía aérea, y los más osados se transportan en los populares peñeros.

 

Esta isla ha sido por años el principal destino turístico de Venezuela, y considerada por muchos, como la mejor isla del Caribe. La identifican como la “perla del Caribe”, lo cual se debe a que después del descubrimiento de América fue una inmensa fuente de perlas que se llevaron en grandes cantidades para el continente europeo. De esa riqueza en perlas le viene el nombre a esta isla, ya que margarita es una palabra de origen griego que significa “perla”.

 

Como sitio turístico, la Isla de Margarita ofrece excelentes playas donde además de tomar baños de mar y reposar sobre sus blancas arenas, permiten la posibilidad de practicar windsurf, cabalgatas y buceos. En la misma isla se ubica el Parque Nacional Laguna de La Restinga, rodeada de densos manglares y con canales que provoca recorrerlos en botes acondicionados para ello.

 

Desde 1971 se decretó la Isla de Margarita como puerto libre, por lo que se convirtió en una buena oportunidad para los visitantes adquirir mercancías de todo tipo a precios muy favorables. Especialmente en la ciudad de Porlamar, la más populosa de la isla, calles y avenidas se llenaron de comercios. Por toda la isla se instalaron magníficos hoteles de cadenas internacionales, finos restaurantes, así como también sitios populares donde sirven comidas tradicionales de la región, especialmente en base a pescados y otros productos del mar muy frescos y de excelente sabor.

 

Este paraíso turístico, con tantas bellezas naturales y adecuada infraestructura para el disfrute de turistas de todo el mundo, en la actualidad se encuentra prácticamente desolado. Se considera que en el 2018, la isla fue visitada solo por el 10% del número de turistas que llegaron seis años atrás, ya que en el 2012 se recibió la visita de más de tres millones de turistas y en el 2018 solo llegaron algo más de 300.000 visitantes.

 

La mayor parte de los comercios que se instalaron en la isla para ofrecer toda clase de artículos y otras facilidades tanto a visitantes como lugareños, han cerrado sus puertas, o como se dice coloquialmente, han bajado la Santa María. En general, estos lugares de gran actividad comercial que en el pasado  concentraban un sinnúmero de personas, hoy parece un pueblo fantasma. Hoteles cerrados, playas semidesiertas, servicios básicos insuficientes y otras limitaciones, representan la cotidianidad actual de la Isla de Margarita.

 

El acceso a la Isla de Margarita se ha complicado porque la empresa naviera que transporta vehículos y pasajeros desde tierra firme, no cuenta con suficientes y adecuados barcos en operación. Además, muchas aerolíneas han cancelado sus vuelos a la isla, o los han reducido a un mínimo por escasez de pasajeros. La gran mayoría de posibles turistas desisten de viajar a la Isla de Margarita, debido a los graves problemas de inseguridad personal, que no solo existen en las grandes ciudades del país, sino que ha invadido el campo y ha llegado hasta la isla para ahuyentar a los turistas.

 

Hoy, Margarita es la cuna del Islam en Venezuela y quizás el punto de partida de una expansión continental de esta religión.

 

En la Venezuela por venir, es fundamental recuperar todos los aspectos que puedan afectar tanto la vida del margariteño, amante y orgulloso de su terruño, como al turista, importante visitante que además de disfrutar de las bellezas de este territorio y de la bonhomía de los habitantes de la isla, contribuye enormemente en mejorar la economía del lugar. La Isla de Margarita tiene que volver a ser el principal sitio turístico de Venezuela, preferido por los viajeros de todo el mundo y orgullo de los margariteños y del país en general.

 

viernes, 29 de abril de 2022

Miguel Cabrera

 


Miguel Cabrera

Así las cosas, Miguel Cabrera es el mejor bateador venezolano en la historia de las Grandes Ligas, hasta el día de hoy. No hay discusión al respecto


 

JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

28/04/2022 05:00 am



El pasado día sábado 23 de abril, en coincidencia con el aniversario de la llegada del Patón Carrasquel a las Grandes Ligas en el año de 1939, Miguel Cabrera, conecto su hit número 3000, un hito para un país beisbolero, un momento histórico para el deporte y en particular, para el béisbol venezolano, por ello hoy escribiremos sobre algo muy agradable: Béisbol. Venezuela es una fábrica de jugadores para el sistema de Grandes Ligas, de los Estados Unidos, pudiera haber más si se hubiera apoyado las granjas de beisbol de los equipos de grandes ligas aquí en el país, en estos últimos 15 años. Alejandro “Patón” Carrasquel fue el primero de los más de 430 peloteros venezolanos que han incursionado en el mejor beisbol del mundo, esta fecha marcará para siempre en positivo el desarrollo del béisbol en el país.


En efecto, al escribir este artículo, el Tigre mayor batea 333, cuando está en el penúltimo año de su contrato firmado en el año 2008 y aumentará su leyenda que con toda seguridad lo llevará al Salón de la Fama de Cooperstown.

Por otra parte, he manifestado en otras oportunidades, que mi padre Jesús E. Mazzei Berti y mi querido colegio, el San Ignacio de Loyola, me inculcaron no sólo amor y pasión por los deportes (El fútbol y el beisbol son mis deportes preferidos), sino además, ver lo importante de esta actividad física, como inculcador de valores y principios, del verdadero significado de la acción física para mantener el cuerpo sano y adquirir virtudes cívicas que uno puede aplicar en el ciclo de vida de uno como trabajar en equipo, solidaridad, tomar decisiones entre otros aspectos. Y lo más importante, como actividad lúdica que lo aleja a uno de los peligros que lamentablemente hay en la sociedad: Las drogas y la delincuencia en general. Disfrutamos, pues, de sano entretenimiento y un esparcimiento que complementaba nuestra formación como ciudadanos y como persona humana, al poder valorar lo importante del deporte como hechura de buenas personas que deben servir de modelos para la juventud y de ciudadanía en general y comportamiento cívico, solidario y compenetrado en trabajar en y con el equipo.

Así las cosas, Miguel Cabrera es el mejor bateador venezolano en la historia de las Grandes Ligas, hasta el día de hoy. No hay discusión al respecto. Sus 3.000 hits, hito al que acaba de llegar, y sus 502 cuadrangulares no dejan duda de su capacidad y consistencia a lo largo de 20 años en el mejor beisbol del mundo.

Solo seis jugadores han alcanzado ambas marcas en las Mayores (500 jonrones y 3.000 hits), además de Cabrera hay una lista privilegiada: Hank Aaron, Willie Mays, Eddy Murray, Rafael Palmeiro, Albert Pujols y Alex Rodríguez, todos excelsos bateadores. Los tres primeros están en el Salón de la Fama de Cooperstown. Los dos últimos deben entrar, sólo Alex Rodríguez, tiene una duda razonable por el uso de los esteroides, esto está por verse el año que viene cuando ingrese por primera vez a las boletas de votación del salón de la fama, en el año 2023. Por otra parte, con otro batazo de dos esquinas llegará a los 600, lo que lo igualaría con Aaron como los únicos en superar 500 jonrones, 3.000 hits, 600 dobles y culminar su carrera con .300 de average, sin embargo, Cabrera cuando se retire, tendrá un promedio superior a ellos y una triple corona. Es el único ganador de la Triple Corona en los últimos 50 años, el primero en lograrla desde 1967 desde que el suggler de Boston Carl Yastrzemski, lo logrará. Obtuvo cuatro coronas de bateo y en 11 temporadas promedió por encima de .300. En dos ocasiones fue el Jugador Más Valioso. Según ESPN, Cabrera aparece en el puesto 59 en la lista de los 100 mejores jugadores de las Grandes Ligas de todos los tiempos. Durante toda su carrera, Miggy ha ganado siete bates de plata, dos premios MVP, ha asistido 11 veces al Juego de las Estrellas.

Esta noticia es motivo de orgullo, cuando el país atraviesa su peor crisis existencial, con una crisis humanitaria compleja, que ha tenido como consecuencia: una migración en los últimos años de más de 7.200.000 de personas, eyectadas de su nación que producirá la descapitalización del país en su recurso humano, intelectual, de experiencia de vital, y la pérdida del bono demográfico de acuerdo a las cifras de los expertos en la materia de inmigración, que unido a la economía hundida en su peor crisis multifacética en el ámbito cambiario, fiscal, monetario, de la calidad de sus empresas públicas, pésima gerencia estatal (el país no se ha arreglado, vivimos una Pax Bodogenica), y las empresas de servicios hoy vitales para la dinámica del país están en ruinas y con un gobierno incompetente como nunca antes en su historia, Venezuela recibe pues, este bálsamo en la noticia de uno de sus hijos que a punta de esfuerzo, perseverancia, trabajo, disciplina, constancia y talento innato para jugar béisbol, está en la élite del deporte mundial, algo que nos debe hace sentir muy felices, y que el orgullo de ser venezolano no se ha perdido a pesar de todo lo vivido estos 23 años.

En fin, estamos, por ello, muy contento y desde está humilde tribuna felicitamos a Miguel Cabrera y con él a la pléyade de nuestros mejores embajadores en los Estados Unidos, nuestros beisbolistas todas estrellas en el mejor béisbol del mundo. Así pues, ya estamos disfrutando de las crónicas, por ejemplo, de Mari Montes, Ignacio Serrano entre otros destacados periodistas deportivos sobre Miguel y su hazaña, felicitaciones y que sigas acumulando éxitos.

jesusmazzei@gmail.com 

 

martes, 26 de abril de 2022

Alertas desde Francia

 

Alertas desde Francia, 

por Félix Arellano





Elecciones Francia Macron Le Pen
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Mail: fgap1749@gmail.com


La reelección del presidente Emmanuel Macron en Francia, con el 58% de los votos, varios puntos menos que en el 2017, calma en gran medida los temores de la comunidad internacional y, en particular del vecindario europeo, sobre la inminente amenaza del radicalismo que representaba la señora Marine Le Pen. Pero se avizoran tiempos difíciles, entre otros, por el fortalecimiento de los movimientos populistas y radicales, el expansionismo ruso, la crisis económica producto de la invasión a Ucrania, nuevos y mayores inmigrantes. Todo un conjunto de factores que plantean serios desafíos para la gobernabilidad interna, una creciente incertidumbre para la institucionalidad europea y, en una escala global, poco optimismo sobre las perspectivas del orden liberal internacional.

Las elecciones están dejando un país polarizado, y varias circunstancias llevan a pensar  que la complejidad política se profundizará en las próximas elecciones legislativas previstas para el 12 y el 19 del mes de junio, proceso que seguramente confirmará la fragmentación del  órgano legislativo, con una mayor presencia de los grupos populistas y radicales, situación que limitará la gestión del nuevo gobierno, pues seguramente los grupos radicales promoverán el enfrentamiento y la inestabilidad, que los fortalezca para las siguientes elecciones.

En la actual situación política francesa se aprecia el profundo debilitamiento de los llamados partidos tradicionales (Republicanos y Socialistas) y el progresivo ascenso de los movimientos radicales. La derecha, con la Agrupación Nacional, bajo el liderazgo de la señora Marine Le Pen, quien en este tercer intento ha logrado un amplio respaldo popular con 41.8% de los votos. Por otra parte, la Francia Insumisa de la ultraizquierda y su líder Jean-Luc Mélénchon.

Los populismos y radicalismos de derecha y de izquierda se presentan ante la opinión pública como proyectos excluyentes, empero, presentan múltiples coincidencias en temas cruciales; entre otros, la defensa de la visión rígida de la soberanía y la autodeterminación, el nacionalismo chauvinista y excluyente, de allí la promoción de la xenofobia, el racismo y la intolerancia; los valores tradicionales y autoritarios, contrarios al modelo liberal que fundamente el modelo comunitario.

Los radicales, con fines electorales, simplifican la situación y ofrecen soluciones que se presentan como fáciles y rápidas, pero que en la mayoría de los casos no son sustentables y tienden a complicar la situación. Manipulan los problemas estructurales que enfrentan las sociedades, fundamentalmente los sectores pobres y excluidos con narrativas que promueven pasiones, polarización y destruyen la convivencia.

Como se pudo observar en la campaña electoral, la señora Marine Le Pen concentró la atención en los temas de pobreza y exclusión, para capitalizar el voto del descontento, el rechazo y los antisistema; evitando abordar los temas centrales y tradicionales en su proyecto político de xenofobia, exclusión social y el profundo rechazo a la integración europea.

Las contradicciones de la globalización, los efectos de la pandemia del covid-19, la invasión de Ucrania, las continuas olas de migrantes pobres, particularmente musulmanes, buscando mejores condiciones de vida, más recientemente la ola de  ucranianos que huyen de la guerra; y, adicionalmente el progresivo rechazo a la institucionalidad de la integración europea; son algunos de los factores que los movimientos radicales están manipulando en la mayoría de los países miembros de la Unión Europea, para lograr el respaldo popular en las elecciones, aprovechando las bondades de la democracia, para llegar al poder y el desmantelamiento de las instituciones.

El euroescepticismo o eruofobia se posiciona como una tendencia en ascenso en la mayoría de los países miembros y ha logrado su expresión más impactante con el retiro del Reino Unido, definido como el Brexit, un proceso que no ha beneficiado al pueblo inglés y mucho menos a Europa en su conjunto, pero los radicales lo manipulan como la mejor opción para superar los problemas sociales que están enfrentando.

El euroescepticismo se proyecta como tendencia en crecimiento, está logrando amplio respaldo popular lo que plantea serias dudas para la estabilidad del proyecto comunitario. Cabe destacar que el programa político de la señora Le Pen no señala expresamente el retiro de Francia del bloque comunitario, pero lo más duro y sustantivo de sus propuestas entraban en contradicción con la normativa comunitaria.


En los últimos años la institucionalidad europea ha enfrentado las tendencias autoritarias y nacionalistas de los gobiernos radicales de Polonia y Hungría; pero, en la mayoría de los países miembros los movimientos radicales están creciendo en popularidad y logrando mayores espacios políticos.

La situación es compleja pues el rechazo de muchos sectores contra la integración se mantiene y crece en momentos que la integración y la cooperación representan caminos fundamentales para enfrentar, entre otros, las inequidades de la globalización, los efectos de la pandemia, la amenaza expansiva de Vladimir Putin y de la geopolítica del autoritarismo.

Las elecciones en Francia representan una alerta sobre el progresivo fortalecimiento de las visiones populistas y radicales, que se consideraba como un síndrome característico de los países en desarrollo; empero, en los últimos años están avanzando con intensidad en las sociedades de los países desarrollados, en particular en rechazo a la población pobre migrante que está llegando a esos países en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Por otra parte, debemos tener presente que la geopolítica del autoritarismo con su guerra hibrida, promociona las visiones populistas y radicales, pues fragmentan y debilitan a occidente, en particular a los valores libertarios que se presentan como limites a los proyectos autoritarios para perpetuarse en el poder.

Félix Arellano es internacionalista y Doctor en Ciencias Políticas-UCV.

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

Aspectos económicos de una plataforma opositora

 Aspectos económicos de una plataforma opositora

 

Humberto García Larralde, economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

 





Tres elementos motivan las siguientes reflexiones. Primero la ilusión de que, con la respuesta de algunas actividades a la liberación de precios y del mercado cambiario, estamos en presencia de un proceso de “normalización” del país. Segundo, la carta recientemente publicada, firmada por 25 integrantes de la sociedad civil venezolana, cuyo aspecto más polémico es el llamado al presidente Biden de EE.UU. a reconsiderar las sanciones impuestas a Venezuela. Y tercero, la constatación de que, frente a los dos elementos anteriores, las fuerzas democráticas no comparten ninguna política clara, ausencia importante ante la oportunidad planteada de desalojar a Maduro del poder en las elecciones de 2024.

 

Primero, la economía venezolana, efectivamente, da muestras de que dejó de contraerse el año pasado, aunque no hay cifras oficiales al respecto. ¿Significa que, después de tantos años de criminal destrucción, el país empieza a recuperar la normalidad? Depende, por supuesto, de qué se entiende por “normalidad”. Para algunos, la reducción drástica de la inflación, la proliferación de comercios con productos importados (bodegones), el abastecimiento de supermercados y la activación de algunas construcciones en el este de Caracas, son criterios que satisfacen. Pero las bondades de tal “normalidad” son disfrutadas por aquellos sectores (minoritarios) con ingresos suficientes en divisas o –cuando no—los “enchufados” en distintos negocios con el gobierno. Aparentemente, no les afecta la inseguridad o no les importa. Pero, al revisar los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida levantada por la UCAB en 2021, impactan las evidencias de inopia, hambre, insuficiencias en la prestación de servicios de salud y otras calamidades que atormentan a la gran mayoría de los venezolanos. Más del 94% de los hogares son pobres, medidos por su ingreso, y Venezuela exhibe una de las mayores inequidades en cuanto a distribución del ingreso en América Latina. Más allá, el colapso del Estado se refleja en su notoria incapacidad por asegurar la prestación de servicios públicos fundamentales: agua, luz, salud, educación, seguridad y transporte. En el país que alega tener las mayores reservas petroleras y que alguna vez fue el mayor exportador de este hidrocarburo, hasta la gasolina escasea.

 

No basta un crecimiento leve para hablar de “normalidad”. Lo verdaderamente anormal es que la economía venezolana haya estado cayendo, a trancos y barrancos, por siete años consecutivos. Y, como alertó un tweet reciente, cuando una economía se ha reducido en un 80%, recuperar su nivel anterior implica crecer en un 400% (¡!) No puede existir “normalidad” en ausencia de garantías básicas a los derechos fundamentales de la población, entre ellos, de asociación política, de protesta en reclamo de condiciones dignas de vida, de medios de comunicación libres, sin mencionar los derechos básicos a la salud, a la seguridad y a la vida misma. Venezuela exhibe una de las tasas de homicidio más altas del mundo, muchos a mano de las “fuerzas públicas”, existen 240 presos políticos y más de seis millones de migrados buscando mejores condiciones de vida. Las garantías básicas no existirán mientras no se restablezca un Estado de Derecho que haga cumplir el ordenamiento constitucional y las leyes que, de él, se derivan. Este desapareció, no por azar o por hechos fortuitos, sino como resultado de un proceso deliberado de desmantelamiento de las instituciones democráticas y las asociadas al funcionamiento de una economía mercantil, por parte de una camarilla que, en nombre de una supuesta “revolución”, se cogió al país para su usufructo exclusivo, depredándolo hasta dejarla exangüe.

 

Luego está la “carta de los 25” firmada, entre otros, por amigos que merecen mi mayor respeto, tanto por su historial de luchas a favor de la libertad y la justicia, y/o por su desempeño profesional. Infelizmente, han sido objeto de descalificativos inaceptables por parte de quienes se arrogan derechos de pontificar sobre quien es o no, “auténtico” opositor, en total contraposición a los valores de tolerancia y de respeto al derecho de opinar de los demás que, supuestamente, animan el proyecto de democracia liberal con el que se identifican. Sin entrar en mayores detalles, creo que el “pecado” cometido por los firmantes estriba en proponer al presidente Biden el levantamiento de algunas sanciones, argumentando que no han cumplido con sus propósitos y que, no obstante culpar a la desastrosa gestión de Maduro y Chávez la causa principal de la situación de miseria, éstas la han empeorado. Es muy discutible que las sanciones no hayan tenido efectos sobre el gobierno. Si bien no han forzado el cambio político esperado, por sí solas y con una oposición débil y dividida, ello era demasiado pedir. Aunque no es fácil demostrarlo, puede argumentarse que la incipiente liberalización económica es, precisamente, una respuesta obligada a las restricciones asociadas a las sanciones. Más allá, está el intento, poco eficaz, por maquillar las apariencias ante las indagaciones del CPI sobre las responsabilidades del gobierno ante la violación de los derechos humanos de muchos venezolanos. A la camarilla mafiosa que controla el Estado le interesa anular la amenaza de mayores sanciones. Por algo será.

 

Pero quizás el aspecto más discutible es pensar que, de levantarse algunas sanciones –aquellas, presumiblemente, que afectan a las exportaciones petroleras—, aliviará la situación de miseria que padece la inmensa mayoría de compatriotas. Sucede que, para el primer trimestre de este año (2022), los ingresos por exportación de petróleo fueron entre 2,5 a 3 millardos de dólares superiores a los del primer trimestre del 2021, resultado del alza de precios atribuible a las sanciones contra las ventas rusas de crudo y a incrementos en la producción doméstica. ¿A dónde fueron esos reales? ¿Hay mejoras visibles en los servicios, en el empleo, en la capacidad adquisitiva de la gente? Porque el incremento decretado de sueldos se va a financiar, en buena medida, con emisión monetaria. Ergo, se anticipa mayor presión inflacionaria y una eventual “licuefacción” de estos aumentos. ¿A dónde sospechamos que puedan ir ingresos adicionales de levantarse las sanciones? El efecto “derrame” sobre el bienestar de la población de mayores ingresos externos es muy bajo, por la sencilla razón de que el leit motif de los que ocupan el poder es quedarse con lo que entra. En función de ello han desmantelado las instituciones que regulan la cosa pública, entre otras la autonomía y equilibrio de poderes (supervisión independiente del gasto), la transparencia y la rendición de cuentas de su gestión, y el respeto al Estado de Derecho en lo concerniente a los derechos y libertades de los venezolanos, incluyendo garantías para la iniciativa privada. Sin recuperar el marco institucional correspondiente, será poca la mejora en las condiciones de vida de las mayorías que podemos esperar. Y de ahí la importancia de levantar las sanciones como arma de negociación que fuerce tal fin, condicionado a avances concretos, verificables, en esa dirección. Por el contrario, suponer que, al levantarlas primero, Maduro, a cambio, introducirá reformas políticas, sería, como dice la crítica, poner la carreta delante del caballo.  

 

Y, por último, ¿Cómo lograr cambios que lleven a la liberación de presos políticos, la restitución de garantías, la observación del Estado de Derecho y a unas elecciones nacionales confiables, de parte de quiénes están interesados en mantener las condiciones con base en las cuales han podido expoliar a sus anchas las riquezas del país? En el actual estado de debilidad, división y confusión de las fuerzas opositoras, luce poco plausible. Sin una política nacional clara, que cohesione, fortalezca y movilice a la mayoría opositora, habremos de desperdiciar las oportunidades de cambio planteadas por las elecciones de 2024. Sin una estrategia eficaz, asimismo, es poco el fruto que puede brindar la presión de las sanciones. Un elemento básico es aprovechar los reacomodos a que se ha visto obligado Maduro para articular acciones centradas en la ampliación y consolidación de la liberalización iniciada, y para enfrentar las arbitrariedades que habrán de ocurrir. Ello debería conectar con los nuevos liderazgos que emergen de la lucha reivindicativa, por demandar servicios públicos y/o que se manifestaron en las conquistas recientes de algunas alcaldías a nivel nacional. Más allá, la recuperación de un marco institucional confiable, capaz de suscitar cuantiosos préstamos de las multilaterales, podrá sanear al Estado para que pueda producir los bienes públicos que requiere la población y podrá atraer las inversiones capaces de aprovechar las enormes potencialidades de nuestra economía. Sin ello, será difícil alcanzar las condiciones de bienestar a que aspiran y tienen derecho los venezolanos. Sin estas conquistas, la famélica recuperación con que Maduro alardea de sus “mejoras”, tardará interminables décadas en sacarnos de la miseria. Hacer de esa política una bandera para el cambio es, por tanto, un desiderátum.

lunes, 25 de abril de 2022

Modernización e institucionalización

 


Modernización e institucionalización

Los dos aspectos de la modernización más vinculados a la política son el desarrollo económico y la movilización social


JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

21/04/2022 04:59 am



Modernización, es un proceso de cambio social integral, que ha sido experimentado primero por los países que hoy llamamos desarrollados, tras cuyas huellas siguen hoy todos los demás. La modernidad es una situación estable. La modernización, en cambio, como proceso de cambio que lleva a ella, es altamente inestable. La modernización se expresa en procesos tales como los siguientes: urbanización (vive más gente en las ciudades que en el campo); industrialización (el sector más fuerte de la actividad económica es el secundario, o sea la industria, hoy en día el sector servicios, es el sector de la expansión del capitalismo del porvenir ); secularización (racionalización de la política y pérdida de sus fundamentos metafísicos y tradicionales); democratización (incorporación de nuevos sectores sociales a la participación política) e intensificación de las comunicaciones.

Por otra parte, en lo psicológico cambian los valores, actitudes y expectativas, en el sentido de aceptar y desear el cambio y afrontar la realidad en lugar de resignarse a ella. En su comienzo, la modernización tiene un gran impacto sobre el crecimiento demográfico, que luego aminora su expansión. En el plano social, los grupos primarios, de roles difusos (familia, comunidad local) son complementados por grupos secundarios, de roles específicos (asociaciones deliberadamente organizadas); por otra parte, el tradicional sistema bifurcado de status, con "desigualdades acumulativas" es reemplazado por estructuras de status pluralistas, de "desigualdades dispersas". En lo económico, las actividades se diversifican, se eleva el nivel de la especialización ocupacional, aumenta el capital a invertir para crear un puesto de trabajo, aparece la agricultura "de mercado"; las actividades extractivas (primarias) pierden importancia relativa frente a las actividades de transformación o industriales (secundarias) y luego ocurre lo mismo con éstas frente a las actividades terciarias (comercialización, servicios, etc.), hoy se desarrolla en el sector digital. Los dos aspectos de la modernización más vinculados a la política son el desarrollo económico y la movilización social. El máximo impacto político se produce cuando se combinan el cambio de las expectativas (que proviene de la movilización social) con el cambio de las capacidades (que proviene del desarrollo económico).

Ahora bien, siguiendo a Mikel de Viana s.j, la modernización implica tres condiciones1. Un uso de la racionalidad instrumental del que dependen las consideraciones de posibilidades y viabilidad objetiva.2. El establecimiento de una naturaleza centrada en el sometimiento transformador mediante la ciencia y tecnología y 3. El establecimiento de normas abstractas que constituyen las reglas de juego de los espacios públicos (derecho, mercado etc). Hoy Venezuela, vive un proceso a la inversa.

Por otra parte, la institucionalización entendida como el proceso por el cual las organizaciones y procedimientos adquieren valor y estabilidad, se mide por la adaptabilidad, coherencia, complejidad y autonomía de los organismos y sus procedimientos. Por ello, en un sistema político que lleva a cabo un proceso de modernización debería al menos ser capaz, por un lado, de innovar políticas públicas para promover reformas sociales y económicas y, por el otro de asimilar a las fuerzas resultantes de la modernización, ya sean grupos nuevos o tradicionales politizados, a través de instituciones políticas que representen el interés público y tengan por ello una dimensión moral. Esta última se relaciona con formas de comportamiento reguladas e institucionalizadas que, por su predictibilidad generan confianza entere la sociedad. Como diría el colega español Fernando Vallespín, de Max Weber:”… Su tesis central sobre el desarrollo del mundo moderno se aprende ya desde el primer curso de sociología. Modernidad equivale a la racionalización de todos los procesos sociales con el fin de resolver de la manera más eficiente posible cuestiones de naturaleza práctica. Y racionalización se conjuga con industrialización, burocratización, especialización, secularización, avance del capitalismo…”

Venezuela desde 1936, transitó este camino dentro de un proyecto de apertura política con pausas y avances (López-Medina y Trienio adeco), se continua en la autocracia pérezjimenista (con un retroceso en lo político, pero modernizante en lo urbanístico y económico). Todo ello, sustentando por el peso cada vez mayor peso del petróleo en la economía y la transformación del mapa productivo y de la sociedad, que va transitando su camino de una sociedad rural a una urbana y cada vez más moderna, proceso que ha sido estudiado desde la perspectiva de la ciencia política, entre otros, por mis maestros Juan Carlos Rey, Humberto Njaim, Ricardo Combellas, Andrés Stambouli, Diego Bautista Urbaneja, Aníbal Romero, Carlos Romero, Ángel Álvarez entre otros politólogos hasta llegar al proyecto de democracia civil del 1958 a 1999, proceso que significo avances en los aspectos político, económico, social, educativo, petrolero, cultural, urbanístico, telecomunicacional, sanitario, expectativa de vida, en la infraestructura de servicios, exportaciones no tradicionales, militar, política exterior entre otros; y estos últimos años, se ha vivido un retroceso impresionante y lamentable, en esas dimensiones, que ha hecho retroceder al país en forma significativa. Hoy este proceso está en un retroceso, con intentos de desmordernización, eliminación de símbolos de nuestra identidad, cultura, nacimiento de nación un intento de desoccidentalización . Corresponderá pues, en el futuro revertir esta tendencia y trabajar en un horizonte temporal de largo plazo para que la generación de nuestros hijos y nietos, tengan un país de acuerdo a los tiempos que ellos se merecen democrático, moderno, solidario, próspero y equitativo. Incomparable al actual proceso histórico de tendencia marxista socialista, que ha sido de un innegable retroceso en estas dos variables.

jesusmazzei@gmail.com

 

viernes, 22 de abril de 2022

El fin de una ilusión económica

 https://www.project-syndicate.org/commentary/inflation-puts-end-to-demand-stimulus-bailouts-climate-activism-by-john-h-cochrane-2022-04/spanish

El fin de una ilusión económica

Apr 15, 2022JOHN H. COCHRANE

STANFORD – El regreso de la inflación marca un punto de inflexión. La demanda ha chocado contra el muro de la oferta. Nuestras economías ya producen todo lo que pueden. Además, es evidente que esta inflación es resultado de políticas fiscales demasiado expansivas. Un shock de oferta puede subir el precio de un producto en relación con otros, pero no todos los precios y salarios a la vez.

Es hora de descartar un montón de pensamiento ilusorio, comenzando por la idea de que los gobiernos pueden pedir prestado o imprimir tanto dinero como necesiten para echárselo a cada problema. A partir de ahora el gasto público tendrá que salir de la recaudación tributaria presente o de una recaudación futura creíble que haga posible un endeudamiento no inflacionario.

Gastar por el estímulo en sí es cosa del pasado. Los gobiernos tienen que empezar a gastar con prudencia. Gastar para «crear empleo» no tiene sentido cuando en todas partes hay escasez de mano de obra.

Por desgracia, la respuesta que muchos gobiernos están dando a la inflación es aumentar el endeudamiento o la emisión para subsidiar costos como el de la energía, la vivienda y el cuidado infantil, entre otros, o para distribuir más dinero a modo de protección contra los efectos de las subas de precios (por ejemplo, con la cancelación de deudas estudiantiles). Estas políticas sólo provocarán más inflación.

Cualquier ampliación de transferencias y programas sociales deberá financiarse con una recaudación tributaria a largo plazo estable, surgida de gravámenes que no impongan costos indebidos a la economía. A partir de ahora para las autoridades será mucho más difícil seguir ignorando los presupuestos y los desincentivos implícitos en muchos programas sociales.

Se acabó la fiesta de rescates. La respuesta a la crisis financiera de 2008 fue imprimir o pedir prestado un torrente de dinero para estimular la economía y rescatar a los bancos y a sus acreedores. La respuesta a la recesión de la COVID‑19 fue una marejada. Una vez más, el dinero público se destinó a rescatar a los acreedores, apuntalar los precios de los activos y proveer más estímulo.

Con estos precedentes, el sistema financiero está convencido de que en respuesta a cualquier crisis futura, el gobierno pedirá prestado o imprimirá dinero. Pero una vez agotado el margen de maniobra fiscal y asentada la inflación, puede que al Estado no le queden herramientas para detener la próxima crisis. Cuando la gente ya no confíe en que el dinero prestado se devolverá o que el dinero emitido se reabsorberá, dejará de prestar. La (por el momento) pequeña inflación que estamos viendo es un atisbo de este cambio fundamental.

El debate sobre el «estancamiento secular» está resuelto. El crecimiento a largo plazo se redujo a la mitad desde 2000; es una de las grandes tragedias económicas no reconocidas del siglo XXI. Tras mantener un ritmo promedio del 3,6% anual entre 1947 y 2000, el crecimiento real (deflactado) promedio del PIB de los Estados Unidos después de 2000 ha sido sólo un 1,8% anual.

¿Era esta parálisis un ejemplo de «estancamiento secular» por el lado de la demanda, al que dada la persistencia de bajos tipos de interés había que responder con montañas de «estímulo fiscal»? ¿O era consecuencia de una reducción de la oferta debida al efecto corrosivo de industrias protegidas y demasiado reguladas, o de problemas más profundos como la erosión del desempeño educativo o la falta de innovación?

Ahora sabemos que la causa fue la oferta, y que sumar más estímulo sólo provocará más inflación. Si queremos crecimiento (para reducir la pobreza, para financiar la salud, la protección del medioambiente y transferencias, o por el crecimiento en sí) sólo podrá salir de destrabar la oferta. Los aranceles, las industrias protegidas, las distorsiones del mercado laboral, las restricciones al ingreso de inmigrantes cualificados y otras políticas restrictivas de la oferta tienen costos directos que no se pueden compensar imprimiendo más dinero.

El regreso de la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania señalan el fin de políticas energéticas y climáticas muy contraproducentes. Los gobiernos vienen siguiendo una estrategia peligrosamente miope de cortar el desarrollo de los combustibles fósiles en Estados Unidos y en Europa antes de tener alternativas de una escala suficiente, estrangular la energía nuclear y subsidiar proyectos de enorme ineficiencia (y a menudo muy contaminantes) como el tren de alta velocidad a ninguna parte en California.

La insensatez implícita en esta estrategia ya está a la vista de todos. Tras bloquear el gasoducto Keystone XL y limitar la exploración gaspetrolera, el gobierno del presidente Joe Biden en los Estados Unidos tuvo que salir a rogar que Venezuela e Irán compensen una escasez de oferta de energía. Y más allá de un debate incipiente, los alemanes todavía no se deciden a permitir el uso de la energía nuclear o la extracción de gas natural mediante fracking. No ceden los intentos de asfixiar a las empresas locales de hidrocarburos mediante la regulación financiera. Por ejemplo, el 21 de marzo, mientras el ataque ruso a Ucrania provocaba un marcado encarecimiento del gas, la Comisión de Valores de los Estados Unidos decidió anunciar una ampliación de normas de publicación de información relacionadas con el clima tendientes a desalentar la inversión en combustibles fósiles.

Los encargados de la regulación climática llevan años repitiendo la cantinela de que como resultado de esas regulaciones las empresas de hidrocarburos pronto iban a estar en la bancarrota (cargadas de «activos inmovilizados») y que eso justificaba tomar medidas para obligar a que los bancos dejaran de financiarlas. Pero ahora la realidad obra como recordatorio de una lección de Introducción a la Economía: cuando se restringe la oferta, los precios (y las ganancias) aumentan, no se reducen. Los que insistían con que el cambio climático es el mayor riesgo para la civilización o para los mercados financieros, ahora tendrán que reconocer que hay otras amenazas más probables en el corto plazo: enfermedades, agresiones militares y ahora incluso la posibilidad de una guerra nuclear.

Pero se insiste con el mismo discurso. Todavía escuchamos decir que la inflación es resultado de cadenas de suministro vulnerables, de precios abusivos, de la especulación, del monopolio y de la codicia. El último intento de la administración Biden de atribuir las subas de precios a Putin es a la vez gracioso (por lo torpe) y claramente falso. La inflación es generalizada y está en aumento hace un año, y el presidente ruso Vladímir Putin lo único que quiere es vendernos un montón de petróleo para financiar su ejército. Ese discurso banaliza una guerra donde lo que está en juego es el alma de Europa y la seguridad del mundo, no los problemas de los estadounidenses a la hora de cargar gasolina.

La era del pensamiento ilusorio se acabó, y los que ahora acepten la realidad ya no parecerán tan tontos en el futuro.


JOHN H. COCHRANE

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John H. Cochrane is a senior fellow at the Hoover Institution.

jueves, 21 de abril de 2022

¿QUE PASARÁ EN OTRA INVASION COMO LA DE UCRANIA? LA NECESIDAD DE OTRO PLANETA Y LA SEGURIDAD DEL MUNDO.

 

¿QUE PASARÁ EN OTRA INVASION COMO LA DE UCRANIA? LA NECESIDAD DE OTRO PLANETA Y LA SEGURIDAD DEL MUNDO.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

 


Ni como tontos ni poetas, podrán ser calificados, los que sigan pensando en cositas como las del título de esta nota[1]. El destacado físico S Hawking señaló tres razones para que el ser humano abandone la tierra, en unos 300 años: dos, debidas a la actividad humana (cambio climático y guerra nuclear) a las que se le puede añadir una tercera hoy día; un virus (alguna de las lecciones del Covid19); y una, no derivada de sus actividades y fortuita (meteorito). Hace poco el mundo apreció el paso de uno detrás de la luna. Suficiente pues, con resaltar el real y palpable peligro de una guerra nuclear para la seguridad mundial.

Transcurrían los inicios de los años sesenta del siglo XX y, en una tarde lluviosa, asistentes numerosos esperaban con sus paraguas en Londres a Bertrand Russell, quien hablaría sobre la paz mundial y la posibilidad de evitar una guerra nuclear. En aquel momento, como es conocido, hubo el peligro por la siempre referida base de cohetes/misiles en Cuba. Hoy día, como se sabe de sobra, está el contexto de la guerra Rusia/Ucrania, además de otros casos[2].

En plena guerra y destrucción de vidas y ciudades de Ucrania, Rusia demuestra al mundo nuevas pruebas de misiles -en estos días del mes de abril- más poderosos todavía y que pueden sobrepasar barreras etc. etc. Estados Unidos y otras naciones, por su parte, suministran armas a Ucrania con el fin de que los ucranianos sigan defendiendo a su país y su nacionalidad, aunque no se hayan movido tropas y arsenales directamente por otros países de Europa o los EEUU.

Sin embargo, la amenaza sigue y el Presidente Putin no ha escatimado en recordarla. ¿Quién sabe hoy día, como recordará el mundo a tal presidente e independientemente del comportamiento cuasi sibilino de China? Parece que para muchos no es pertinente recordarlo, pero en los años sesenta del siglo pasado, había ya madurado una enemistad  y odio lleno de maldiciones, por decir lo menos, entre chinos y rusos.

Oyendo a “especialistas” en DW, estos decían comenzando la guerra que, no hay fuerzas militares en Europa para enfrentar a los rusos. Solo se puede recordar que Rusia ha perdido parte de su flota de submarinos nucleares, mientras Inglaterra y Francia han avanzado tecnológicamente en submarinos y aviones, o un pequeño país (Bélgica) pero desarrollado, produce armas muy apetecidas en el mundo etc. etc. Pero también, aunque se tenga presente la idea de una aniquilación nuclear total de países y regiones, se mantiene la idea del Equilibrio del terror (algunos pueden atacar y hacer daño nuclear aunque les hayan hecho daño). Rusia, además no ha “impactado” al mundo con una victoria rápida en Ucrania como ofreció y ha perdido numerosos tanques de su flota[3]. Como Ironías de la vida y las guerras, debe señalarse que Rusia y la extinta Unión Soviética siempre han buscado expresar su poderío con tanques, permitiendo recordar aquel del que se ufanaban los alemanes con sus divisiones Panzer, con las cuales atacaron a la misma en la segunda guerra mundial

¿Es fantasía o ciencia ficción hablar de guerra nuclear? Señalamos al comienzo de la nota que no. Es, además, parte de las amenazas del Presidente Putin y lo que ha  brindado contención a otras naciones. Y ni que decir de los conflictos del Oriente medio, Asia y o el siempre referido caso de Corea del Norte- ¿Pero que pasará en adelante si los resultados de la guerra Rusia/Ucrania no profundizan los daños, pasando al nivel nuclear, pero se presentan nuevos episodios donde los invasores sean otros y los invadidos otros más y no haya sido Rusia quien esté en el conflicto? ¿Los atacantes amenazarán igual para impedir que otros se metan? ¿Cuánto durará el mundo así?

¿Es todo esto consustancial al ser humano y a su historia acumulada en unos 8000 o 10000 años? Sea como sea, ahora peligra la seguridad del mundo y de la mayoría de sus habitantes.

21 de abril 2022

@eortizramirez

 eortizramirez@gmail.com