viernes, 28 de agosto de 2020

Venezuela, entre la vida y la muerte

 

Venezuela, entre la vida y la muerte

 

Humberto García Larralde, economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

 

A Jorge Díaz Polanco y otros venezolanos de bien, comprometidos con su país,

que no alcanzaron a ver el final de esta pesadilla.



El país se debate entre dos eventualidades, decisivas para su futuro. No es la pregonada disyuntiva entre un proyecto socialista y otro capitalista, entre una alardeada “revolución” o un supuesto desarrollo neoliberal. A pesar de la repetición,
ad nauseam, de consignas y giros retóricos izquierdosos, el proyecto comunistoide nunca tuvo sentido y jamás será posibilidad en Venezuela. No sólo por su inviabilidad y porque fracasó rotundamente ahí donde se intentó imponer –sobre millones de cadáveres—, sino porque no es la intención de quienes hoy comandan el aparato estatal.

 

Cuba y el otro museo del terror, Corea del Norte, con los cuales suele asociarse el término “socialismo”, son regímenes totalitarios dinásticos, retrógradas, dedicados a consolidar, a sangre y juego, privilegios para su casta militar dirigente. Como terminó por reconocer el propio Fidel Castro, no representan opción para nadie. Pero como el vocablo “socialista” es polisémico, sirve también para referirse a los estados de bienestar existentes en algunos países europeos --Dinamarca y otros países escandinavos, el Reino Unido, hoy gobernado por el Partido Conservador, Alemania, bajo el liderazgo de la socialcristiana, Angela Merkel--, diametralmente diferentes: economías de mercado robustas, instituciones sólidas que aseguran derechos individuales, civiles y políticos para todos, seguridad social omnicomprensiva y los más altos niveles de vida del globo. Se trata de prósperos países capitalistas, pero con profundo contenido social. Pero, al provenir de una cultura política que tuvo fuerte impronta marxista, la socialdemocracia europea ve obnubilada su percepción de la abominación comunista, que niega toda idea de justicia y de libertad. No entiende que cierta prédica de izquierda sirve, hoy, para encubrir prácticas que en nada se diferencian de las peores expresiones fascistas.

 

Lo que se juega Venezuela en los próximos meses son sus posibilidades reales de vida como país o, alternativamente, de segura muerte. Ya ha avanzado demasiado su desintegración. El 2020 será el séptimo año consecutivo de contracción: para diciembre, el tamaño de nuestra economía estará en torno a la cuarta parte de la existente en 2013. No es una mera estadística. Es el cierre y la quiebra continuada de empresas, la destrucción de empleo, el colapso de la producción de alimentos y de los servicios públicos, la hiperinflación desatada por un gasto público financiado con emisión monetaria, la práctica desaparición del poder de compra de los sueldos y salarios. Es la consecuente desnutrición, la desesperación y angustia de tantos. Son las muertes evitables –de haberse podido conseguir los medicamentos y salvaguardado el sistema de salud--, es el secuestro del futuro para una generación de jóvenes, el robo de una jubilación digna para quienes trabajaron toda su vida. Son los millones que han tenido que huir, buscando su sobrevivencia. Y ahora emerge la enorme vulnerabilidad de la población ante la pandemia mortal que azota el mundo, dada la falta de equipos e insumos, y el colapso de los hospitales, a pesar del heroico esfuerzo de los trabajadores de la salud.

 

Pero no sólo es el desplome económico. Con el desmantelamiento del marco institucional que aseguraba nuestros derechos y señalaba nuestros deberes, desaparecen las bases normativas para la convivencia en sociedad. Se asienta la anomia, el dictamen arbitrario del más fuerte, del que posee las armas. Las palancas del Estado están, hoy, en manos de militares corruptos y esbirros cubanos y, crecientemente, de una variada gama de organizaciones delictivas que aseguran la permanencia de Maduro en el poder Sin posibilidades de ciudadanía, sin apego a normas de convivencia civilizadas y con la absoluta ruina de nuestros medios de subsistencia, Venezuela está dejando de ser. Se considera un “Estado fallido”.

 

Esta consunción no es fruto de guerras ni del azar. Es el resultado inevitable de un régimen de expoliación articulado en torno al poder, devenido en Estado Patrimonialista. La narrativa “socialista” ha servido para justificar el desmantelamiento del Estado de Derecho y el arrinconamiento de los mecanismos autónomos de mercados en competencia para la asignación eficiente de recursos productivos. Los sustituye el arbitrio de la fuerza y la lealtad hacia quienes la comandan, conformando verdaderas mafias que controlan de manera exclusiva y excluyente al Estado: la “revolución” puesta al servicio de una oligarquía criminal[1]. Son los verdugos de Venezuela, en primer lugar, la cúpula militar corrupta y los agentes nazi-cubanos: Maduro, los hermanitos Rodríguez, El Aissami y cía., quienes se han adueñado del país. En próximas entregas, haremos referencia a ello.

 

Insólitamente, a pesar del desastre urdido por Maduro y la descomposición de su gobierno, el rechazo masivo de la población y el repudio internacional a su gestión, se mantiene aferrado al poder. No ha habido límites éticos, morales o políticos que no haya traspasado con tal de seguir depredando al país. Su perversidad y capacidad para hacer el mal, al costo que fuese, ha superado toda expectativa racional. Cuenta, para ello, con más de 60 años de experiencia represiva cubana. Pone en evidencia, una vez más, que el fascismo concibe a la política como una guerra conducida por otros medios, ahora contra una mayoría decisiva de venezolanos. Su última agresión ha sido cerrar definitivamente los mecanismos constitucionales para que ésta exprese su voluntad, maquinando una farsa para “elegir” en diciembre el parlamento para el período 2021 - 2026, sin auditoría alguna de máquinas y del registro electoral, y cambiando los procedimientos de votación y de asignación de diputados. Para asegurar su triunfo, el tsj de Maduro confiscó los partidos opositores principales y trampeó la designación del CNE, además de perseguir dirigentes opositores, muchos presos o en el exilio. Tales comicios, tan burdamente amañados, han sido denunciados por los voceros de las democracias occidentales.

 

No hay forma que la oligarquía criminal ceda el poder, que no sea por la fuerza. De ahí la imperiosa necesidad de una respuesta unida, que aglutine la mayor cantidad de voluntades, para convertir a la farsa electoral de Maduro en una gran derrota política. Ello contribuirá a minar, aún más, sus bases de sustento, de manera de forzar las puertas de una transición política que restituya las condiciones necesarias para recuperar la libertad y el sustento de los venezolanos.

 

La propuesta lanzada por el presidente (e) Juán Guaidó debe ser vista con este fin. No es tiempo para visiones de parcela, sino para aunar esfuerzos que logren la salida del usurpador. En este orden, organizaciones de la sociedad civil proponen realizar una consulta vinculante, conforme al artículo 70 de la Constitución, sobre el cese de la usurpación. Con tal mandato, la Asamblea Nacional electa en 2015 designaría, en un lapso no mayor de dos meses, un gobierno de unidad nacional y el nombramiento o ratificación de los otros poderes públicos, seguido de la convocatoria a elecciones generales libres y justas en un plazo perentorio, solicitando el apoyo y certificación de la comunidad internacional.

 

El compromiso de los venezolanos demócratas es evitar que desaparezca nuestro país. No se trata de regresar al pasado –de esos polvos rentistas, vinieron estos lodos totalitarios—sino de construir una economía social de mercado, competitiva, de fuerte protagonismo ciudadano. Dependerá de todos.     

 

 

 


[1] (https://transparencia.org.ve/project/crimen-organizado-y-corrupcion-en-venezuela-un-problema-de-estado/).

jueves, 27 de agosto de 2020

Gobernar en tiempos de crisis y coronavirus

Gobernar  en tiempos de crisis y coronavirus

El ejercicio del gobierno, del gobernar es más intricado, complejo, debido a que es optar entre opciones, es saber qué se quiere, saber qué se puede y qué no se puede hacer


JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

27/08/2020 05:00 am


Para empezar no envidio para nada la posición y estar en los zapatos de los gobernantes hoy en día, ante el inmenso reto de gobernar hoy. Verdadero desafío por la complejidad, incertidumbre, volatilidad y ambiguo escenario, quizás la mayor crisis luego de la 2da. Guerra Mundial, una situación económica y sanitaria de carácter monumental y con ramificaciones en otras esferas de la vida del hombre y la sociedad. Algunos gobernantes, lo están haciendo realmente bien como la democristiana Angela Merkel, Jacinda Ardem de Nueva Zelandia, Giuseppe Conte en Italia, Justin Trudeau en Canadá, Luis Lacalle Pou del Uruguay, los gobernantes de los países nórdicos, Trump, Bolsonaro y Boris Johnson han tenido una pésima, gestión y de otros mejor ni mencionarlos lo que han hecho es propaganda, manipulación y aumentar el control social y deliberadamente desmovilizar a sus sociedades, aumentar su carácter hegemónico-autoritario en la dirección de sus sociedades. El gobernante ante este contexto, tiene un inmenso reto: gobierna no solo para una parcela del país, sino para todo el país, debe tener una visión de conjunto. La cabeza del Estado, debe tomar decisiones, interactuar con actores socio-políticos, conducir y se actúa con una visión estratégica, son a mí manera de ver elementos complejos de entender y comprender, reflexionar. Tres son los ejes que deben tomar en cuenta los políticos para gobernar la actual situación de crisis generada por el COVID-19 ¿qué tipo de proyecto de gobierno tienen?, la capacidad de gestión de la crisis y la capacidad de gobernabilidad del sistema político. Aquí juegan las percepciones y preferencias y el grado de poder,que tengan para interactuar con sus pares en una relación estratégica.


Dos aspectos 


El tema del gobernante eficiente abarcar dos aspectos en efecto: el político y el administrativo. El político, porque abarca el ámbito de toma de decisiones alcance, durabilidad, eficiencia y el administrativo, porque va hacia la realización de propuestas, programas y planes de acción. Implica, además, la conducción y coordinación horizontal y vertical de las diferentes acciones de gobierno, aquí está implícito la calidad del equipo de gobierno que acompaña al gobernante.

Debe tener un adecuado asesoramiento las reflexiones para actuar y tomar decisiones. El político en funciones de gobernante es un hombre de acción, y por ello, requiere de adecuados instrumentos conceptuales para una mejor comprensión de los fenómenos políticos, debe tener una visión y perspectiva amplia de las cosas sobre las cuales se gobierna. ( se gobierna en una crisis multidimensional, compleja y ante el reto de la digitalización del sector público). Los factores responsables de las respuestas exitosas a la pandemia han sido la capacidad del estado, la confianza social y el liderazgo y esos lo han tenido algunos gobernantes que mencione arriba.



Premisas 
​El buen gobernante en estos tiempos debe al menos cumplir con estas mínimas premisas para llevar una gestión gubernamental eficaz que son a saber: identificar los problemas en forma adecuada. Clasificarlos en forma oportuna lo que se une a un claro sentido de prioridades.
Luego determinar cuáles ameritan tratamiento inmediato y en forma eficaz y eficiente. Hay otras tres condiciones importantes que se une a sus cualidades cualitativas, por otra parte, saber cuándo disminuir las tensiones y procesos conflictuales de la sociedad que gobierna. Darle estabilidad a su equipo de gobierno y proporcionar un sentido dialogante con sus adversarios.

Lo ideal es tener sociedades políticas, con conflictos no existenciales, sino de carácter agonal, no suma cero (eso no caracteriza por ejemplo, a la actual sociedad política venezolana).Debe haber un equilibrio entre las necesidades derivadas de los interese vitales de la política interna, y las presiones externas impuestas por las presiones externas por el interés exterior.

​Se requiere, pues, a la hora de gobernar tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, ver el margen de maniobra que dan las decisiones, para llevar cabo no solamente las tareas normales del día a día de gobierno, sino igualmente, negociar, conversar con los diversos actores con los que se convive y la posible influencia del entorno internacional que también repercute, porque hoy en día hay una porosidad manifiesta entre el ambiente interno y el externo. Por eso, las labores del gobernante deben converger y no diverger, deben engranarse, para mejorar las decisiones que al final de cuentas van al seno de las sociedades democráticas. Se trata armonizar más que el conflicto sino el dilema o las opciones entre decisiones democráticas a escala de cada nación y decisiones tecnocráticas a escala supranacional. El arte de dirigir y decidir, en un gobernante se basa en ocasiones en un cálculo muchas veces basado, en forma racional, incremental o burocrática de los costos y beneficios y el ejercicio, del equilibrio de una decisión sobre políticas públicas. Hoy se debe ir a lo que se denomina govtech, que tiene varias ventajas y favorece elementos de gobernabilidad: la rendición de cuentas, reduciendo la discrecionalidad y promoviendo la innovación pública. Varios países latinoamericanos han avanzado en esta vía y las democracias más avanzadas.



Con la digitalización de los Estados se espera que los servicios públicos sean abiertos, simples y orientados hacia ciudadano.



El político en funciones de gobierno debe conocer cuál es el margen y repito, el timing de maniobra que tiene para tomar decisiones. En las democracias gobernar se hace más intricado porque se debe gobernar bajo varias premisas como consulta, cooperación, negociación y coordinación.

Teoría política contemporánea


En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos, sindicatos grupos de interés y de presión, líderes, etcétera) y las decisiones de política es el objeto central de la teoría política contemporánea y el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos En esta interacción, las expectativas racionales de los agentes juegan un papel esencial en la acción política, lo cual debe tomarse en cuenta. La relación dialéctica entre sociedad política y civil, es un elemento que debe tomar en cuenta en quien ejerce funciones de gobierno, para ello se requiere una dosis amplia de conocimiento de la cultura, historia e idiosincrasia del país donde se gobierna. No es un problema que se arregla con buena gerencia, porque gobernar es esencialmente un problema político.

Estamos en pleno desarrollo de una sociedad del conocimiento, que viene de una sociedad de la organización que está siendo afectada por el Covid-19, donde lo fundamental es la programación y el planeamiento y muchas veces en la política de la acción de gobernar.
​El ejercicio del gobierno, del gobernar es más intricado, complejo, debido a que es optar entre opciones, es saber qué se quiere, saber qué se puede y qué no se puede hacer, saber cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo, y en sociedades postindustriales de carácter democrático, es más complicado, por los diversos intereses a incluir y satisfacer y sobre todo en un mundo donde lo interno y externo se vuelve más poroso, como consecuencia de la globalización. El político en funciones de gobierno debe tener pues, iniciativa estratégica, pero con un sentido de las proporciones.


jesusmazzei@gmail.com

 

"ArgenChina"

 

"ArgenChina": por qué China desplazó a Brasil como el mayor socio comercial de Argentina

Apretón de manos frente a las banderas de China y ArgentinaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl cambio en las relaciones comerciales entre Argentina y Brasil se debe a varios factores, incluyendo la pandemia de covid-19 y las desavenencias entre Jair Bolsonaro e Alberto Fernández.

Por primera vez en la historia, China desplazó a Brasil como el mayor socio comercial de Argentina.

Este hecho inédito, que pasó casi desapercibido, ocurrió en septiembre y octubre de 2019, cuando Argentina exportó US$ 74 millones más al país asiático que al mercado brasileño. En octubre, la diferencia a favor de China fue menor, de US$ 37 millones.

En ese momento los números no llamaron mucho la atención. Pero el tema cobró relevancia luego de que China superara a Brasil como socio comercial argentino por tres meses consecutivos, abril, mayo y junio, y por un volumen mayor.

En abril, las exportaciones argentinas a China alcanzaron los US$509 millones, principalmente en soya y carne bovina, un aumento de 50,6% en relación al mismo período de 2019.

En el caso de Brasil, la exportaciones a Argentina sumaron US$393 millones, cuando en el mismo período en 2019 habían llegado a US$907 millones, lo que representa una caída de casi dos tercios, según datos del Instituto Nacional de Estadística de Argentina (Indec).
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En el mismo período, Argentina importó más de Brasil que de China, aunque el país asiático cerró el mes con un saldo positivo de US$98 millones en el comercio bilateral, mientras que Brasil tuvo un déficit de US$132 millones.

¿Cómo logró China desplazar a Brasil como el mayor socio comercial de Argentina?

La pandemia de coronavirus, que desaceleró y hasta paralizó la industria, es uno de los principales motivos que explican el cambio, según especialistas consultados por BBC News Brasil.

El sector industrial, especialmente el automotriz, representa por lo menos el 40% del intercambio comercial entre Brasil y Argentina.

Por otro lado, la producción y exportación de granos no sufrió el mismo impacto y continúa siendo el pilar de las exportaciones de Argentina y de otros países de la región hacia China.

Aún así, a pesar de las circunstancias actuales, no hay dudas de que Argentina y China vienen consolidando sus lazos, mientras los vínculos con Brasil se han "enfriado", de acuerdo a los especialistas.

"ArgenChina"

El acercamiento de Argentina con China va más allá del comercio.

Un ejemplo es el observatorio espacial chino para misiones a la Luna que va a ser instalado en la provincia argentina de Neuquén, en la Patagonia.

Otro ejemplo es la producción china de carne porcina a gran escala en territorio argentino, destinada al mercado del país asiático.

Tapa de la revista Noticias en la que se ve al presidente argentino Alberto Fernández con un sombrero chino, detrás del título ArgenchinaDerechos de autor de la imagenNOTICIAS
Image captionAsí ilustró la revita Noticias el acercamiento entre China y Argentina.

China se ha vuelto tan importante para Argentina que la revista Noticias ilustró recientemente su portada con el título "ArgenChina, las nuevas relaciones carnales" (esta última expresión era usada antes en relación a la aproximación de Argentina a Estados Unidos).

El presidente argentino Alberto Fernández aparece en la portada, en un fotomontaje, con un sombrero cónico.

Por otra parte, la relación comercial entre Argentina y Brasil se viene debilitando.

El presidente de Brasil, Jair Bolosonaro, no ha hablado con Fernández desde que el mandatario argentino tomara posesión de su cargo hace ocho meses, algo inédito en la relación entre ambos vecinos.

El silencio entre los gobernantes generó especulaciones sobre hasta qué punto ese distanciamiento político, sumado a quejas de Brasilia por barreras comerciales a productos brasileños, puede estar perjudicando las relaciones entre ambos países.

"La relación con China tiene que ser vista desde tres ángulos: el económico, el político y el estratégico", le aseguró Raúl Ochoa, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Nacional Tres de Febrero (Untref) en Buenos Aires, a BBC News Brasil.

"Existe la impresión de que, debido a las características de Bolsonaro, China está buscando un segundo actor en la región".

Ochoa señaló que Brasil, por sus dimensiones, habría sido el territorio natural para la producción de carne porcina que China ahora planea desarrollar en Argentina.

"Claramente, China no quiere centralizarse solamente en un país", afirmó el académico.

Banderas de China y ArgentinaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl acercamiento entre China y Argentina va más allá del comercio.

Marcelo Elizondo, de la consultora DNI, fue más allá, y aseguró que China no mira solo hacia Argentina como una alternativa a Brasil, "porque China precisa de todos, desde los recursos mineros de Perú a los peces de Chile, por ejemplo".

Sin dilema

China es el principal socio comercial de Brasil.

Durante la pandemia algunas autoridades brasileñas criticaron a China.

Y políticos de la oposición en Brasil criticaron a su vez la postura de "alineamiento" del gobierno de Bolsonaro al discurso del presidente Donald Trump en Estados Unidos, según señaló bajo condición de anonimato un exministro de Relaciones Exteriores brasileño.

Durante un reciente encuentro promovido por la organización empresarial estadounidense Council of the Americas, Sergio Amaral, exembajador brasileño en Estados Unidos, señaló que por sus dimensiones e intereses propios, Brasil "no puede caer en el dilema de tener que elegir entre China o Estados Unidos y debe relacionarse con los dos".

De acuerdo a datos y predicciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) divulgados a inicios de agosto, las exportaciones regionales a China tendrán este año una caída mucho menor que las ventas a Estados Unidos o entre los mismos países de la región.

Mientras está prevista una retracción de 32% en las exportaciones regionales a Estados Unidos, y del 28% en las exportaciones entre países de la región, en el caso de China la reducción sería "apenas del 4%", según la CEPAL.

Hocicos de cerdos en un establecimiento ganaderoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionChina planea producir carne porcina a gran escala en territorio argentino para satisfacer la demanda china.

"Temporaria"

"Lo que está sucediendo es coyuntural. Gran parte del comercio entre Brasil y Argentina está basado en automóviles", señaló Eva Bamio, de la consultora económica Abeceb.

"El sector automotriz, que representa cerca del 40% de la balanza comercial entre los dos países, estuvo prácticamente parado en Argentina debido a medidas de prevención por el coronavirus. A medida que se retomen las actividades, la participación de Brasil como socio comercial se va a recuperar".

En la evaluación de Elizondo, a pesar de la pandemia, las exportaciones primarias (no industriales) están aumentando de manera general y tienen como principal destino Asia.

"Las personas siguen comprando alimentos, pero dejaron de comprar automóviles, por ejemplo. Otro motivo es que la recuperación de las economías asiáticas fue más rápida. Y lo mismo no ocurre con Brasil o Argentina", afirmó Elizondo.

"Pero creo que el hecho de que China supere a Brasil como destino de exportaciones es algo temporario", agregó.

Presidentes Alberto Fernández y Jair BolsonaroDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionEl presidente do Brasil, Jair Bolsonaro, nunca habló con el presidente argentino, Alberto Fernández, desde que esté ocupó su cargo hace ocho meses.

Bamio apuntó además que los insumos médicos enviados por China a Argentina (y a otros países de América Latina), también pesaron en los resultados de la balanza comercial.

"China fue el primer país en tener el coronavirus y en cerrar su comercio a inicio del año. Pero a partir de la reapertura las cosas cambiaron y China volvió a importar, lo que también se reflejó en las exportaciones de Argentina", señaló Bamio.

El gigante asiático pasó a tener un papel más destacado en las exportaciones de Argentina y otros países de América Latina debido al ciclo de las materias primas o commodities, aseguró el economista Santiago Taboada, de la consultora OJF&Asociados.

"En términos anuales, Brasil continúa siendo el principal socio comercial de Argentina, pero esa posición dependerá de lo que suceda con las dos economías este año", afirmó Taboada.

Además de la industria automotriz, que no produjo ni un automóvil en abril durante la primera etapa de la cuarentena en Brasil, Argentina fabrica insumos ligados a éste y otros sectores que también estuvieron paralizados, como la producción de plásticos.

Desvalorización del real

Otro factor que influyó en la perdida de espacio de Brasil ante China en el comercio argentino fue la desvalorización del real, señaló el economista Matías Rajnerman, de la consultora Ecolatina, fundada por el exministro de Economía Roberto Lavagna.

"El impacto de la covid-19 en la actividad del gigante de América del Sur y la desvalorización de su moneda, que pasó de cerca de 4 reales por un dólar a fines de 2019 a 5,6 reales (un aumento superior al 30%), contrastaron con la recuperación, aunque débil, de China, el país más poblado del mundo".

Billetes de la moneda brasileña, el realDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa desvalorización del real y la paralización del sector automotriz debido a la pandemia afectaron el intercambio comercial entre Brasil y Argentina.

La relación entre los dos países suele verse afectada también por las críticas, principalmente del lado brasileño, contra medidas que dificultan la fluidez de los desembarques de productos de Brasil en Argentina.

La semana pasada, sin embargo, el nuevo embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, afirmó al diario La Nación luego de reunirse con el presidente Bolsonaro en Brasilia que "ese asunto ya fue resuelto".

Cuando los periodistas le preguntaron sobre la caída de cerca del 30% en el comercio bilateral, Scioli respondió que va a trabajar para que "el incremento del comercio sea de forma sustentable en cantidad y en calidad".

Exploración aeroespacial

Hace pocos días, Argentina ratificó un acuerdo firmado en 2014 durante el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández para la instalación de una "estación terrestre de seguimiento, comando y adquisición de datos" en la provincia de Neuquén, "para las misiones chinas de exploración interplanetaria en el marco del Programa Chino de Exploración en la Luna".

Anuncio en julio de 2020 en Hainan, en el sur de China, del lanzamiento de la misión china a MarteDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina (CONAE), informó que participa de la misión china que lanzó una sonda a Marte en julio desde la base de Hainan.

Ambos países declararon que quieren trabajar juntos en el desarrollo de tecnología espacial, con fines pacíficos y beneficios mutuos.

El mes pasado, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina, CONAE, informó queparticipa de la misión china que lanzó una sonda a Marte en julio desde la base de Hainan, en el sur de China.

Central nuclear

En entrevista con BBC News Brasil, el exembajador de Argentina en China, Diego Guelar, señaló que Argentina y China acordaron construir una central nuclear en la provincia de Buenos Aires, lo que representará una inversión de cerca de US$ 8 mil millones por parte del país asiático.

Con esa central nuclear los dos países buscan generar energía para Argentina y vender productos ligados a ese sector a otros países de América Latina.

BBC News Brasil intentó contactar al responsable del sector en el Ministerio de la Producción de Argentina, pero no obtuvo respuesta hasta la fecha de cierre de este reportaje